Mi cielo siempre ha sido gris, sólo conozco la lluvia en la tormenta y gracias a él hoy conocí el sol. Desde ese instante mi corazón le pertenece.
Mi nombre es Lluvia Loc. Siempre he sido una persona solitaria, y no porque me guste, sino porque no soy muy buena para hacer amigos y me cuesta confiar en la gente.
Desde niña tuve que lidiar con el rechazo de los otros niños por no tener padres. Cuando tenía 5 años de edad ellos murieron en un accidente aéreo, desde entonces viví con mi abuela.
No éramos una familia rica, pero nunca nos faltó nada. Mi padre fue un excelente abogado y mi madre fue maestra de escuela, gracias a eso tuve una modesta herencia que mi abuela supo administrar para vivir cómodamente.
Me gradué de la universidad en la carrera de Derecho. Quiero ser una gran abogada así como lo fue mi padre. Mi abuela se quedó a vivir con su otro hijo, y yo me mudé a una gran ciudad por la oportunidad de un empleo.
Actualmente tengo 25 años y trabajo para El bufete Terra, es un despacho de abogados muy reconocido en la ciudad por tener abogados fuertes y despiadados con sus oponentes.Tambien tienen fama de defender a personas malvadas pero muy ricas. En este bufete me siento fuera de lugar pero es una gran oportunidad para crecer profesionalmente.
Todas las mañanas salgo a correr al parque que se encuentra cerca de mi departamento, tiene un lago hermoso y muy extenso, a su alrededor lo adornan decenas de árboles con preciosas flores.
El día de hoy corro más de lo que acostumbro, me siento muy abrumada por el caso que me asignaron hace veinticuatro horas. Tengo que defender a un sujeto que culpan por haber defraudado a una compañía por más de dos millones de dólares. Lo que más me preocupa es que la compañía contrató al Bufete Fiore, el bufete más popular y con mayor clientes de toda la región. Incluso sus abogados manejan casos en el extranjero. Todos sus abogados son altamente preparados y aún no sé cuál de todos ellos será mi adversario.
Me encuentro tan sumergida en mis pensamientos que de un momento a tropecé con una piedra mal puesta y caí derechito al lago. Para mí fortuna había un hombre cerca que también corría y me ayudó a salir.
- Deberías tener más cuidado. Si no sabes correr no deberías de hacerlo-
Debo admitir que es un hombre sumamente atractivo, pero el tono que usó me pareció tan descortés que ni siquiera me dieron ganas de darle las gracias por haberme ayudado.
- Si no sabes ayudar sin parecer un idiota arrogante no deberías de hacerlo-
Me marché empapada, pero con mi orgullo intacto.
Llegué rápidamente a casa para ducharme y arreglarme. Hoy inicio formalmente con el caso del señor Agusto Solentino contra la compañía Serrato. Desayuné ligero y emprendí camino rumbo al bufete.
El edificio donde trabajo es muy lujoso, también cuenta con consultorios médicos, bienes y raíces, agencia de viajes, entre otros. Las oficinas del bufete Terra se encuentran en el quinto piso.
Al llegar voy directamente con mi jefe, el abogado en jefe José Puerta. Le pido toda la documentación del caso para analizarlo y también el número de contacto del señor Agusto Solentino.
-Será mejor que agentes una cita hoy mismo con el señor Solentino, no debes perder tiempo y sobre todo no debes dejar que los de Fiore tomen la delantera -
Mi jefe es el más interesado en ganar este caso. Siempre se pone muy estricto cuando son casos contra El Bufete de Fiore. Creo que esos casos los toma como al personal por su rivalidad en el mercado.
-No se preocupe, jefe. Haré mi mayor esfuerzo - digo con seriedad.
-No quiero tu mayor esfuerzo, quiero la victoria -
Salgo de su oficina y voy directo a mis escritorio. Comparto oficina con mi compañero y único amigo, el también abogado Gael R. Fox.
- ¿Y esa cara? De seguro ya vienes de la oficina del jefe.
-Un saludo de buenos días me hubiera caído mejor- le digo a manera de burla.
-Ya escuché que te asignaron el caso de Solentino. Dale con todo a esos idiotas de Fiore. No los soporto, se creen los mejores abogados de la ciudad.
Creo que Gael se ha contagiado del odio del jefe hacia el Bufete de Fiore.
-Los mejores abogados se encuentran en esta oficina- le respondo con convicción.
Después de analizar la documentación del caso, me doy cuenta que es más difícil de lo que creí. El señor Solentino tiene un montón de pruebas incriminatorias en su contra. Buscar la menor sentencia posible sería la mejor jugada, pero no creo que mi jefe acepte que me rinda tan fácilmente.
Termino de ordenar mis documentos y espero a que llegue el señor Solentino. Le pedí que acudiera a la oficina para poder empezar a armar la defensa. Necesito que me resuelva algunas dudas sobre los documentos que leí.
Mientras espero recibo un mensaje de texto
:Buenos días, abogada. Estoy un poco retrasado para la cita ¿podría verla a las doce del mediodía?
Puedo ver en el nombre del contacto que es el señor Solentino. Suspiro con resignación, parece que hoy saldré más tarde de la oficina por culpa de la tardanza de mi cliente.
:Lo espero en la oficina en punto de las doce. Urge empezar con el caso.
Después de responder el mensaje de texto, decido bajar a la cafetería para almorzar. Invité a Gael, pero me dijo que no puede tomarse un descanso.
Gael también fue puesto en un caso contra el bufete de Fiore. Está muy animado en derrotarlos. Creo que Gael es uno de nuestros abogados por los que más nos hemos ganado la fama de sanguinarios. Le gusta humillar a sus oponentes y bajarles el autoestima en la corte.
Casi todos mis días son así. Me despierto sola, salgo a correr sola, trabajo sola y como sola. La verdad la soledad ya no me pesa. Ella es mi constante compañía.
El día de ayer tuve que esperar al señor Solentino hasta las tres de la tarde, por su culpa salí de la oficina hasta las ocho de la noche. Me siento muy estresada cuando tengo que defender a una persona tan irresponsable y que claramente es culpable.
Me decido levantar de la cama contra mi propia voluntad. Necesito salir a correr para aminorar mi estrés.
Al llegar al parque puedo sentir que hace una mañana muy calurosa así que decido quitar mi rompevientos y quedar en top, regularmente no lo hago ya que no me gusta enseñar tanto mi cuerpo. Pocas veces he usado ropa ajustada o algún escote porque siento demasiado las miradas sobre mí. Quizá a otras mujeres les pareciera halagador, pero a mí me da mucha pena. Sé que tengo buena figura y trato de conservarla con ejercicio, pero lo hago sólo por salud.
Empiezo por hacer ejercicios de calentamiento, justo cuando estoy agachada estirando mis brazos hasta tocar el piso me llega un aroma embriagador. Puedo ver a través de mis propias piernas al hombre que me ayudó ayer cuando caí, se encontraba quitando su rompevientos para quedarse con el torso desnudo. Parece que el aroma viene de él y empiezo a sentir mis mejillas arder. Pude observar que se mantiene en muy buena forma, es musculoso pero sin exagerar.
Me levanto rápidamente y empiezo a correr a la dirección contraria. Me daría mucha pena volverlo a encontrar.
Llego a casa y tomo una ducha fría, recordar aquel hombre me ruboriza al instante.
"No sé por qué te pones así, Lluvia. Recuerda que es un tonto cretino sin modales" Pienso para mí misma.
Termino mi ducha, me visto y salgo rumbo a la oficina para empezar con mi reunida de trabajo.
El día de ayer el señor Solentino no le dió suficiente información como para defenderlo, voy a la oficina de mi jefe para comentarle los contras del caso.
-A mí no me interesa qué dicen las pruebas. Si tienes que falsificar algo lo haces y punto. Ese caso lo tienes que ganar- Me decía mientras golpeaba el escritorio.
Creo que José ya no piensa con cordura. Una cosa es ser competitivos, pero otra muy diferente es ser fraudulentos.
-Mi trabajo no se basa en mentiras, José. Haré lo que sea posible por defenderlo, pero no voy a mentirle a un juez- le respondo molesta.
-No me retes, Lluvia. Aquí trabajas porque lo decido yo, pero también puedo decidir despedirte.
-Haré lo que esté en mis manos, jefe. Compromiso- trato de responderle lo más seria posible.
Salgo de su oficina furiosa y llego a mi oficina empujando la puerta con mucha fuerza.
-¿Otra vez el jefe?
-Buenos días para tí también.
-y ahora qué pasó? por qué tan enojada?
-Ya estoy harta, Gael. A José siempre se le hace fácil pedirnos que maquillemos pruebas, sobornemos testigos o que montamos ante el juez. Eso no está bien.
-Vamos, Lluvia. ¿A poco crees que esté bufete hubiera llegado tan alto sin los métodos de José? Tienes que reconocer que hasta para hacer trampa se necesita talento.
-Talento que te encanta aprender, ¿verdad?
-No te lo voy a negar, me gusta ganar.
Gael está yendo por mismo camino que José. Temo que llegue a ser igual de embustero que él.
Paso la mañana releyendo las pruebas acusatorias a ver si encuentro algún error que nos pueda servir.
Veo varias facturas por miles de dólares firmadas a empresas fantasmas. Obviamente las firmas son del señor Solentino. También hay dos testigos que afirman haber sido sobornados por él para desviar fondos de otros departamentos al suyo. Incluso existe un video donde se puede observar al señor Solentino tomando dinero del área financiera para pagar unos materiales, pero este nunca llegó lo que ocasionó que la compañía se endeudara con los proveedores.
Analizo las pruebas y armo un contraataque para que anulen gunas pruebas en el juicio. Me levanto rápidamente de mi asiento y salgo directo a los juzgados.
Al llegar pido hablar con el juez, pero me dicen que está ocupado con el abogado de Fiore. Enseguida me pongo con los nervios de punto. Al fin sabré quién está defendiendo a la compañía Serrato.
Me quedo sentada en una banca afuera de la oficina del juez. Se me hace que he esperado una eternidad.
-Señorita, ¿sabrá si el juez tardará mucho en recibirme? he esperado más de una hora
Ya empezaba a desesperarme, tomó su teléfono e hizo una llamada. De pronto me dice:
-Ya puedes pasar.
Sentí un dolor de estómago instantáneo. Pasaré a hablar con el juez estando el abogado de Fiore ahí mismo.
Agradezco a la secretaria y entro.
Al entrar sólo veo al juez y me acerco a saludarlo cordialmente. De pronto siento cerca de mí un aroma familiar. Es el mismo aroma embriagador del parque.
Volteo instintivamente y me topo con unos ojos negros intensos mirándome por la espalda. Lleva puesto un traje a la medida en color azul marino, una camisa azul cielo y una corbata a juego con el traje. Su cabello negro lo lleva un poco alborotado y peinado hacia atrás, se ve aún más guapo que en el parque.
- Espero que corras tan bien como defiendes. Entonces tendré un caso ganado.
Sin duda era el hombre del parque. Sus palabras son bruscas y no tiene modales. Es un completo engreído, mira que comparar mi accidente en el lago con mi capacidad laboral. Ahora entiendo por qué Gael también les tiene resentimiento.
Me le quedo viendo sin darle respuesta a sus palabras.
-Veo que ya se conocen- nos dice el juez.
-Lamento contradecirlo, señor juez. No tengo el gusto de conocer a este hombre- resalto la palabra 'gusto' con cierta molestia.
El juez nos observa y añade.
-Bien, entonces los presento. Lluvia, él es el abogado Gray Florentino, está al frente de la demanda de la compañía Serrato contra el señor Solentino. Gray, ella Lluvia Loc, abogada defensora del señor Solentino-
Agrega
-Estrechen sus manos. De ahora en adelante se tendrán que ver lo que dure el caso.
Ambos estrechamos nuestras manos y dijimos al mismo tiempo.
-Es un placer- Sus ojos negros y mis ojos azules se vieron retadoramente
Por fin es sábado. No puedo creer la semana que tuve.
Jamás me hubiera imaginado que el hombre engreído -pero guapo- del parque sería mi contraparte en el caso que me asignaron. Lo que más me preocupa es que es prácticamente imposible demostrar la inocencia del señor Solentino, pero mi jefe no quiere una derrota.
Me tendré que arriesgar a presentar pruebas falsas, no es algo que me guste hacer, pero no tengo otra opción. Si pierdo este caso José me puede arruinar la vida.
La última vez que José se enojó con un compañero lo dejó en la calle. Movió sus influencias para que lo echaran de su casa, le cortó las tarjetas de crédito y consiguió crearle mala reputación para que nunca volviera a ejercer como abogado. Sabemos que hoy trabaja como cajero en un centro comercial.
Definitivamente no puedo echar a perder todo el esfuerzo de mis estudios ni el esfuerzo de mi abuela para pagarme la universidad. No puedo decepcionar a la única persona que le importo de verdad.
Lo siento Gray, no serás rival para mí. He aprendido muy bien el negocio de José y no lo echaré a perder. No puedo perder.
Calmo mis pensamientos y tomó valor para levantarme de la cama. Camino directamente a la cocina para hacerme algo de almorzar.
Me cocino un sándwich de jamón de pavo como queso mozzarella, me encanta ponerle algo de peperonis y espinacas; corto unas naranjas para hacerme un poco de jugo y listo. El mejor desayuno de sábado.
Después de almorzar me siento en el sofá de mi sala, prendo el televisor y colocó las noticias.
Otra vez Bufete Fiore está en las noticias. Cuando parece que no pueden ganar más popularidad ganan otro caso importante. Esta vez sí abogada estrella, la Licenciada Elisa acaba de ganar una demanda millonaria contra un consorcio hotelero. La verdad es que todos los abogados de Fiore son unas leyendas.
A Gray no lo conocía, parece ser que estuvo un año defendiendo un caso muy difícil en el extranjero. Regresó a penas hace unos meses y desde entonces ya tiene varios casos ganados en la ciudad.
Todas esas noticias ponen de malas a José, siempre ha querido ser mejor que el bufete de Fiore, pero aunque nos hemos acercado aún no podemos superarlos.
Apago el televisor, no me interesa seguir viendo las noticias. Decido salir al supermercado a comprar la despensa para la semana.
Es muy temprano aún, así que decido salir en pijama al fin que no tardaré y la tienda no está nada lejos del parque.
Como lo supuse, casi no hay gente en el supermercado. Camino por los pasillos cuando de pronto escucho una voz altanera y recientemente familiar.
-Vaya, vaya. Por lo que veo, mi competencia no parece ser muy ruda. Más bien parece un dócil borreguito.
Qué está pasando. Esa voz es de ...
Volteo lentamente y como lo supuse, Gray está atrás de mí con su carrito de víveres sujeto de sus manos.
¿Cómo puede ser posible que me lo encuentre hasta en la sopa?
-Buenos días, licenciado Florentino. Si me permite me tengo que retirar.
No le voy a el gusto de responderle grosera con él lo hace. Pero en definitiva no me veo nada agresiva con mi pijama de borreguitos.
Me apresuro a pagar para irme rápidamente a casa. No quiero verlo de nuevo. ¿Cómo puede caerme tan mal alguien que a penas conozco?
El enfado que me ha hecho pasar me motiva a trabajar. A penas llegó a casa y prendo mi laptop para seguir armando el caso del señor Solentino.
Después de cuatro horas por fin tengo un argumento sólido que refutan todas las evidencias de Gray.
¡Este caso lo gano yo!
Pov de Gray
Trabajo para el bufete con más prestigio de la región, el Bufete de Fiore. Hace un año me enviaron al extranjero a defender un caso que parecía muy difícil, pero yo estoy acostumbrado a ganar y así fue.
Al finalizar el caso me tomé un mes de vacaciones y recientemente regresé de nuevo a la ciudad.
A mi regreso me dieron diversos casos que como es de esperarse he ganado, aunque para ser honestos, desde mi regreso sólo me han asignado casos muy sencillos, supongo que es mi premio por haber dedicado tanto tiempo en el extranjero.
Al regresar me tomado de vuelta el viejo hábito de correr muy temprano por la mañana antes de ir a trabajar, por eso compré un departamento que se encuentren cerca de un parque que es perfecto para mí.
Me acaba de asignar un caso que prácticamente está ganado. Serrato es una compañía familiar que está en ascenso, ha ganado muchos inversores y planea extenderse a otros países, pero recientemente descubrieron un faltante de una suma muy grande de dinero, son aproximadamente dos millones de dólares. Todas las pruebas apuntan claramente a un único culpable, el señor Solentino.
Ni siquiera tendría que preparar un caso elaborado, las pruebas hablan por sí solas, pero no me he ganado mi puesto por subestimar al enemigo. Sé de sobra que el bufete Terra se gasta de malas mañanas para jugar, así que no me agarrarán desprevenido.
Hace días mientras corría pude observar a una chica correr muy a la orilla del lago. Estaba usando un pantalón deportivo nada ceñido al cuerpo a juego con un rompevientos. Me llamó la atención porque iba demasiado cubierta del cuerpo, normalmente las mujeres suelen hacer ejercicio con ropa ajustada y tops muy reveladores. Supongo que esta chica no quiere ser notada por los hombres.
Sigo corriendo cuando de pronto logro observar que la chica se tropieza y cae al agua. Me apresuro a ayudarla, pero cuando estoy dándole la mano para que se levante puedo ver claramente su rostro y la reconozco al instante.
Se trata de la abogada Lluvia Loc, ella es la que asignaron como defensora del señor Solentino. Claro que hago perfecto mi trabajo de investigación.
Al reconocerla no puedo evitar hacerle un comentario poco cortés de mi parte.
- Deberías tener más cuidado. Si no sabes correr no deberías de hacerlo- me burlé.
Ella me responde con un comentario igual y se marcha.
- Si no sabes ayudar sin parecer un idiota arrogante no deberías de hacerlo-
Vaya que tiene convicción. Es una chica con un rostro hermoso, fácil de tentar a cualquier hombre, pero no me tienta a mí, no le ayudará a que sea amable con ella.
¡Este caso lo gano yo!
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