Llevan ya dos años saliendo juntos. Desde que Samaya empezó a salir con un chico mayor que ella por 10 años, lo cual es una gran diferencia de edad.
Empezaron a salir cuando Samaya estaba a 3 meses de cumplir los 15 años. Él no estuvo de acuerdo en un inicio. De hecho, la estuvo ignorando la mayor parte de tiempo.
Ambos se conocieron cuando a él le tocó ser profesor sustituto por 6 meses, por sugerencia de su amigo hasta que encontraran a un profesor de deporte oficial.
Al inicio, el hombre llamado Walter Knight, se opuso a ser profesor de educación física, puesto que no había estudiado para ser un profesor pero la institución lo aceptó ya que necesitaban uno por lo que el profesor anterior había renunciado por problemas personales.
La joven, llamada Samaya Park, cumple años el 12 de octubre.
A Samaya le pareció encantador cuando lo vio creyendo ser por primera vez. Se podría decir que fue amor casi a primera vista.
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La joven sale del colegio y se va directo a ver a su novio al gimnasio, que es donde él trabaja y es dueño.
Ella tiene 16 años, casi 17 años.
Es 15 de septiembre por la tarde. El día está muy fresco, lleva falda del colegio y un polo ligero, en el camino se quitó la camisa del colegio.
Llega ya al gimnasio y se dispone a entrar. Lo busca con la mirada pero no lo halla, alguien que la conoce y también está ahí que al verla se acerca a ella.
Samaya: Oh. Hola, Kei. -dijo sonriendo- ¿Dónde está Walter?
Kei: Él salió. Tuvo que hacer algo, pronto volverá.
Samaya: ¿Dónde? -se cruza de brazos preguntándose-
Kei: Que él te lo diga.
Samaya: Ok. -baja los brazos- ¿Va a demorar?
Kei: No creo, hace rato que salió.
Samaya: Bueno... ¿Puedo cargar mi celular aquí? Es que se bajó totalmente la batería. Me gustaría llamarlo.
Kei: Claro, pasa. -ella le agradece y se va a la oficina, quedando allí sola-
Samaya: Dónde habrás ido...
Pone a cargar su celular y se echa en el sillón que se encuentra ahí y cierra sus ojos, que poco a poco va quedándose dormida.
Su novio llega pero su amigo no le dijo nada de la chica ya que se encuentra ocupado. Entra directamente a su oficina y la ve durmiendo así que sonríe y se acerca a ella. Se agacha para verla muy de cerca a su rostro.
Walter: Que tranquila se te ve. -sonríe y susurra- Estás con uniforme, ¿Eh? Te dije varias veces que no vengas con uniforme. ¿Qué haré contigo? -bota un gran suspiro-
Se levanta y va hacia el escritorio y se pone a escribir unas cuantas cosas. Al cabo de un rato de haber llegado Walter, es que su novia se despierta y él lo nota.
Walter: Buenas tardes, dormilona.
Ella, que se estaba frotando los ojos apenas se despertó, deja de hacerlo de golpe y lo mira, que sin dudar sonríe y se levanta para acercarse y besarlo.
Walter: Vaya... -sonríe-
Samaya: ¿Dónde estuviste?
Walter: Secreto.
Samaya: Oh, vamos. Dime. -se sienta en las piernas de él-
Walter: ¿Mis piernas son cómodas?
Samaya: Claro. -sonríe ampliamente-
Walter: ...
Samaya: Sé que no te gusta mucho pero a mí sí. Me alegra que me dejes sentarme.
Walter: Bueno... Es lo de menos.
Samaya: ¿Lo de menos? -preguntó sin entender-
Walter: Sí. ¿Por qué estás aquí con uniforme escolar?
Samaya: Ahm... Verás... Moría por verte ya que no te he visto en estos días y apenas nos mensajeamos.
Walter: He estado ocupado, muy ocupado.
Samaya: ¿Puedo saber?
Walter: Por ahora no.
Samaya: Bueno, está bien. Muero de curiosidad pero está bien.
Walter: Me alegra que lo entiendas.
Samaya: Claro. -vuelve a besarlo. Se besan-
Alguien toca la puerta que los interrumpe de su buen momento juntos. Ella se baja y va a sentarse al frente de donde se encuentra su novio.
Walter: Pasa.
Kei: Hola, no pude acercarme antes.
Walter: No pasa nada. Dime.
Kei: Esta mañana 3 personas vinieron a inscribirse. Dejé los nombres apuntados en el 3er cajón. Y... Uno de los chicos es el novio de tu prima, Samaya.
Samaya: ¡¿Qué?! -sobresaltada- ¿El novio de Marie?
El novio de Marie, prima de Samaya, está en la universidad. Está estudiando arquitectura.
Kei: Sí, eso dije. Dijo que vendrá mañana por la tarde para fijar su horario.
Samaya: Gracias. -apenas sonrió-
Kei: De nada. Hay que tener más cuidado.
Samaya: Sí. -alguien llama a Kei-
Kei: Bueno, alguien me llama, nos vemos. -se despiden del hombre y éste se va. Samaya está inquieta-
Samaya: No puede ser... Ese idiota estará aquí. -preocupada-
Walter: Todo estará bien.
Samaya: No, no estará bien. Es obvio que le dirá a Marie.
Walter: No tiene por qué enterarse.
Samaya: Tampoco quiero que lo sepa él y mi familia. Sobre todo Marie y su madre, esas calumniadoras. -se cruza de brazos molesta-
La madre de Samaya, Elena, vive con su pareja, su esposo. El padre de Samaya murió en un accidente cuando ella era una niña. Ella tiene un hermano mayor y uno menor. Su hermano mayor es mayor que que ella por 3 años. Y su hermano menor tiene 10 años, que solo es hermano por parte de madre. Ambos hermanos cumplen años antes de julio. Samaya junto con su hermano mayor, no se llevan bien con su padrastro.
Samaya: Bien... Es hora de que vuelva a casa.
Walter: ¿Quieres que te acompañe?
Samaya: No, está bien. Lo mejor será que me vean llegando sola.
Walter: Sé que no saben de nosotros pero quiero llevarte, no te ves bien.
Samaya: Descuida, estoy bien. -le da una agradable sonrisa. Él la observa preocupado-
Ella agarró su celular, su cargador y su mochila. En el camino hacia la salida se despide de los chicos. Prende su celular que estaba apagado.
La chica sale del gimnasio y quien la observa es el novio de su prima que andaba de paso que se le acerca a ella haciendo que ella se asuste ya que él rodea el cuello de ella, como si estuviese abrazándola.
Luis: ¿A dónde va mi prima?
Samaya: Suéltame. -quiso zafarse pero él no la dejó-
Luis: No quiero.
Samaya: ¡Basta! -se detiene y mira hacia abajo que él la mira extrañado. Ella está así unos segundos para luego pisarle el pie muy fuerte y salir corriendo de ahí-
Él corre con dificultad maldiciendo. No la alcanza.
Samaya: Por fin me alejé de ese imbécil. (No creas que pasé por alto lo que quisiste hacerme, idiota. Juro que me vengaré de ti) (Walter... Lamento no decirte)
Se fue a casa caminado. Está oscureciendo ya.
Llega a su casa, entra y a quien ve en el sillón es al esposo de su madre. Ambos se habían casado en julio del año pasado.
Raos: Hola, hija. Al fin llegas. -ella lo ignora y se sube hacia su habitación-
Samaya: (También quiero acabar con este idota. No puedo creer que mamá sea tan ciega como para creerle)
Se dispone a hacer su tarea. Como no es mucha, acaba rápido.
Cuando acabó su tarea es que le escribe a su novio disculpándose por no haberle escrito antes. No le dijo del incidente que tuvo al salir del gimnasio.
Oye la puerta de entrada que sonó fuerte y es su hermano ya que se puso a discutir con el esposo de su madre. Ella se asoma al pasillo y ve a su hermano subir que ambos al estar cerca es que se abrazan.
Samaya: Me alegra verte aquí.
Alid: A mí también. Aunque... Fue esta mañana que nos vimos.
Samaya: Jeje, eres mi hermano.
Alid: Lo sé. ¿Qué harías sin mí? -se puso a presumir para luego ambos reír-
Ambos oyen pasos que se voltea/asoma para ver quién es. Resulta ser el hermanito de ambos, Leni.
Leni: Hola, hermanos.
Samaya: Hola.
Alid: Sí, hola. Bueno, me voy a mi cuarto. -se va-
Samaya: ¿Sí? -mira a su hermanito-
Leni: Es malo mi hermano.
Samaya: ¿Por qué?
Leni: Se puso a discutir con papá.
Samaya: Te recuerdo que ese hombre de abajo no es padre de mi hermano como para que digas "con papá".
Leni: Hermana, somos una familia ahora.
Samaya: Te acepto porque eres hijo de mi mamá, al igual que mi hermano contigo.
Leni: Ok... -se va a su cuarto al igual que ella se mete al suyo-
Samaya: Lidiar con todo esto es difícil.
Se echa en su cama a mirar el techo. Luego se levanta para agarrar su celular y volver a echarse. Se pone a chatear con su novio un rato. Aunque él se demora en escribirle al principio para después chatear durante al menos una hora.
La joven oye a su madre ya que ella está hablando con su esposo en el pasillo pasando por su cuarto. El cuarto de la pareja queda al fondo.
Samaya: Papá... Me hubiera gustado verte aquí conmigo y mi hermano. Mamá es demasiado ciega como para estar con un hombre así, y lo peor es que tiene un hijo con ese imbécil. O sea, no me molesta que ande con alguien pero no con ese. Lo mejor será que me duerma, mañana tengo clases y lo peor, de matemáticas.
Al día siguiente por la mañana Samaya se despierta por el sonido del celular, se frota los ojos para ver quién la está llamando muy temprano por la mañana y cuando ve quién es que se pone muy feliz así que contesta emocionada.
CELULAR
Samaya: Hola, Wal. -dijo muy feliz-
Walter: ¿Ya estabas despierta antes de que te llamara?
Samaya: En realidad... No. Sabes que me gusta dormir.
Walter: Lo sé. Quería asegurarme de que realmente despertaras, debes ser puntual a la hora de ir al colegio.
Samaya: Soy puntual, muy puntal.
Walter: Y me alegra que seas así. Sólo que, debes aplicar un poco más de esfuerzo en tus estudios.
Samaya: No me va mal.
Walter: Tus notas son prometido, tienes que sacar muy buenas notas.
Samaya: Eres mi novio no mi padre.
Walter: Soy tu novio y me preocupo por ti. ¿Ya decidiste qué estudiarás?
Samaya: Sí, estudiaré dibujo. Haré dibujos para subirlos a internet y ganar dinero. Entraré a una plataforma donde suben historietas a color. Debo aprende todo de ello. También me gustaría subir FanArt por puro gusto y también a pedido, claro que a pedido sería cobrar un pequeño monto. Dejaré mi marca en los dibujos que haga.
Walter: Vaya, ya tienes todo planeado. Estoy sorprendido.
Samaya: Jiji, para que veas. Tienes una buena novia. También de que ya quiero irme de esta casa e irme a vivir contigo.
Walter: ¿No quieres vivir sola? Tener esa experiencia.
Samaya: Claro que me gustaría, pero es mejor si es contigo. Te quiero.
Walter: También te quiero.
Ella iba a hablar y alguien entra a su cuarto sin tocar.
Samaya: ¿Qué te pasa? ¿Por qué entras a mi cuarto? -dijo molesta y aún tiene a su novio en la línea-
Raos: Quería asegurarme de que estuvieras despierta para que tomes desayuno.
Samaya: Puedo bajar cuando yo quiera y no tienes porqué entrar a mi cuarto de esta manera.
Walter: ¿Qué sucede allí?
Samaya: No es nada. ¡Lárgate de mi cuarto en este instante!
Raos: Tu madre me mandó.
Samaya: Bien puede venir ella aquí, no tú. ¿Acaso no te das cuenta que soy una adolescente? ¿O es que tienes otras intenciones al entrar a mi cuarto de esta manera? ¡Maldito pervertido! -su hermano que se encuentra pasando, oye eso de su hermana ya que alzó la voz y entra al cuarto de su hermana-
Alid: ¿Qué pretendes al entrar al cuarto de mi hermana? -dijo molesto-
Raos: Tu madre me mandó a despertarla y no quiero hacerle nada. -luego de decirle eso al chico, se dirige viendo a la chica- Y no quiero volver a oírte decir eso, ¿Qué te pasa queriendo decir eso? Jamás haría algo así.
Samaya: ¿Así? ¿Y por qué maldita sea entraste a mi cuarto sin tocar?
Raos: Ya te dije que tu madre me mandó.
Alid: Voy a suponer que te creo. No debiste haber entrado a la habitación de una chica. ¿Acaso quieres ver algo más en ella? ¿No te conformas con mi madre que buscas algo en una adolescente? -dijo molesto-
Raos: Agh, son unos tontos. -se va-
Su hermano se acerca a ella y se sienta en la cama. Ella baja su celular y lo ve. Walter escuchando todo. Samaya, por un momento se había olvidado de su novio que se encuentra en la línea.
Samaya: Gracias, hermano. Me alegra tenerte aquí conmigo. Realmente me dio miedo.
Alid: Recuerda que estoy aquí para ti. Por ti es que no me mudé a la universidad o bien alquilar un cuarto para mí solo o compartir con algún amigo. Debes cerrar tu puerta con seguro.
Samaya: Sí, lo haré.
Alid: Quiero preguntarte algo. -ella asiente para que siga- Ese imbécil... ¿Ha hecho esto antes? O si... Se te ha insinuado y no me lo hayas dicho. Sé sincera conmigo.
Samaya: ... -da un gran suspiro- Cuando era una niña... Estaba manejando bicicleta ya que tú me enseñaste, estaba muy feliz y me puse a manejar con una mano que al poco tiempo me caí y me ensucié ya que ahí cerca había lodo y me manché la parte de adelante. Vuelvo a casa y estaba él que al verme se preocupó que me lo tomé en serio, me limpió con la mano pero en la parte de aquí arriba. -se señaló en la parte de su pecho- Lo hizo lento, me sentí incómoda, me sonrió y siguió, le dije que estoy bien y quería irme pero no me dejó ir. Quería quitarme mi polo pero en ese momento llegó mamá y no lo hizo. Me vine aquí a mi cuarto con una sensación extraña. Con el tiempo lo olvidé, pero hace un año lo recordé ya que en el colegio hablaron sobre este tema. Admito que tuve miedo al recordarlo y lo mal que me sentí.
Alid: Ese maldito infeliz. -dijo molesto- Debiste haberme dicho.
Samaya: No sabía lo que era, solo que me sentí incómoda.
Alid: Está bien, lo dejaré pasar pero esto no. Le diremos a mamá.
Samaya: ¡Sí!
Alid: Pero, antes de decirle. ¿Ya ha entrado antes aquí?
Samaya: ... -baja la cabeza-
Alid: ¿Te hizo algo? -preocupado y molesto-
Samaya: Él... Hace un mes aproximadamente, cuando llegué del colegio, fui a la cocina y a lavar las cosas que estaba ahí en el caño. Se me acercó por detrás, se apegó a mí que fue difícil safarme, tenía miedo de que pudiera hacerme algo pero Leni llegó que me salvé, pero me dejó muy asustada y temblando. Leni me preguntó pero su padre dio una excusa. No terminé de lavar que me vine aquí.
Alid: Ese maldito bastardo. -dijo furioso- Hay que decirle a mamá y lo eche de esta casa. Ven, levántate.
Ella se levanta y recuerda que su celular... Su novio... Oyó todo lo que dijo.
La joven agarra su celular y cuelga, dejando preocupado a su novio pero decidió no regresar la llamada, esperará a que su novia le diga. Se dijo que está con su hermano después de todo.
Ambos jóvenes bajan y ven a su mamá tomando desayuno junto a su esposo e hijo.
Alid: Mamá, Samaya tiene algo que decirte. -dijo muy serio y mirando con enojo al esposo de su madre-
Elena: Raos ya me dijo lo que sucedió. Yo lo mandé a que le fuera a levantar a tu hermana, así que no me digas nada. Ha estado viviendo con nosotros durante mucho tiempo y no puedo entender por qué no se llevan bien con él.
Alid: ¿Estás ciega o qué?
Elena: A mí no me hables así, jovencito. Soy tu madre.
Alid: Sí, lo sé. Echa a ese imbécil de esta casa. Papá lo compró para nosotros y no para que un inútil venga a quedarse aquí. Ese imbécil se acercó a mi hermana con malas intenciones. Irrumpió en su cuarto, cuando debió tocar antes. Bien pudo haber avisado desde afuera. ¿Por qué la necesidad de entrar? ¿Acaso quería verla mientras se cambia?
Elena: ¿Cómo va a verla si fue a despertarla?
Alid: ¿Y si mi hermana ya se despertó? ¿Si se estuviese cambiando?
Elena: Ay por favor, ya basta.
Alid: Además de que ese puerco tocó a mi hermana cuando ella era una niña. Hace un mes se acercó detrás de ella y la apegó a él, y ya sabes lo que eso quiere decir.
La hermana miraba cómo su hermano decía todo eso. Agradece haberle dicho a su hermano. Tenía miedo de que tal vez no se le creyera o que podía manejarlo sola pero se equivocó.
Samaya: Así es, mamá. Él me hizo eso, todo lo que mi hermano está diciendo, él lo hizo. No me siento bien con todo esto.
Raos: Hija, deja de decir tonterías.
Samaya: No soy tu hija.
Elena: ¿Y si fue así? ¿Por qué no lo dijiste antes? Vamos, dime.
Samaya: Porque tenía miedo de que no me creyeras, justo como está pasando en este momento. Mamá... Por favor, echa a ese hombre.
Leni: Ya basta. Deja de decir eso de mi papá. Mi papá no haría algo así. A ustedes no les gusta mi papá y por eso dicen todas esas cosas malas de él.
Alid: Cierra la boca, mocoso.
Elena: No le hables así a tu hermano.
Alid: Que no se meta, es solo un niño, no sabe lo que realmente está pasando aquí. Así que mamá, echa a ese hombre.
Elena: Debo hablar con él, ustedes vayan a estudiar. Déjenme hablar de esto con calma.
Alid: ¿Qué? ¿Acaso le crees? ¿Te estás poniendo de su lado? -indignado-
Elena: No, solo quiero hablar, a ustedes se les hará tarde.
Alid: Oh vamos, quieres dejarte convencer por él para hacer que esto no pasó, ¿Verdad? Me enoja lo que le sucedió a papá.
Agarra a su hermana y se van arriba.
Alid: Samaya, cámbiate. No podemos hacer nada con mamá. Teme perderlo. Como si fuese el único hombre con quien puede estar con ella.
Samaya: ¿Y si lo hace por Leni?
Alid: El hecho de que mi mamá lo eche de esta casa, no quiere decir que Leni no pueda ver a su padre. Puede llegar a un acuerdo con él o bien obtener la custodia de ese mocoso y hacer que él no vea al tarado de su padre. Hay muchos métodos, no te quedes con menos. Voy a cambiarme así que date prisa.
Samaya: Sí. -su hermano se va y ella se encierra- No puede ser, Walter escuchó todo. -cierra sus ojos para luego abrirlos- Me preguntará... -preocupada-
Se cambia rápidamente y sale junto a su hermano de la casa. Aún es temprano así que van a tomar desayuno fuera. Su hermano paga.
Samaya: Hermano... ¿Crees que no pueda ir al colegio hoy?
Alid: ¿Y a dónde irás? ¿Acaso quieres ir a casa?
Samaya: Obvio no. Quiero cambiar un rato.
Alid: Eres dormilona. -le hace la broma para luego ponerse serio- ¿Siempre le pones seguro?
Samaya: Hay una que otra vez que me he olvidado.
Alid: ¿Eres de sueño pesado?
Samaya: A veces, cuando estoy realmente cansada no suelo sentir, ¿Por qué?
Alid: Que si estás cansada y sin seguro a tu puerta, puede ser que ese maldito haya entrado a tu cuarto y quizá... -eso la hizo erizar y sentir asco-
Samaya: Ay no, ¡Qué asco! No quiero pensar en ello, ya suficiente tengo con lo que me pasó y lo de esta mañana.
Alid: Ok. ¿A dónde irás?
Samaya: Hmm... (Quiero ver a Walter)
Alid: ¿Y si vas a casa de Marie?
Samaya: Ay no, no quiero.
Alid: ¿A dónde más puedes ir?
Samaya: A casa de mi amiga. Su hermana está en casa.
Alid: ¿Cómo sabes? -se cruza de brazos cuestionandola-
Samaya: Oh, vamos, paro con Rita y me llevo muy bien con su hermana Usagi.
Alid: Llamala de todos modos.
Samaya: Mejor voy para allá.
Alid: Vamos, te dejo.
Samaya: Debes ir a estudiar.
Alid: No, entro más tarde. Quise salir de casa ya que estoy enojado con mamá y quise acompañarte al colegio pero no quieres ir así que te entiendo. Vamos. -se levantan y salen del lugar-
Ambos caminan a casa de Rita pero Samaya no quiere ir allí.
En pleno camino y estando cerca de la casa de Rita, su hermano recibe una llamada de su amigo.
Alid: Hermana, te dejo y me voy. Quería hablar un rato con Usagi pero será en otra ocasión. Jorge me necesita.
Samaya: No pasa nada. (Qué bueno) Mándale mis saludos.
Llegan a casa de Rita y éste se va. Samaya hace simulación de que está tocando y ve su celular por ratitos. Una vez su hermano se alejó tanto que su vista no lo ve, se va de allí a casa de su novio. En el camino pasa a llamarlo.
En la llamada ella le dice que faltará al colegio y que irá a su casa. Si fuese un momento cualquiera, Walter le diría que no debe faltar pero no dice nada debido a lo que escuchó cuando llamó a su novia. Dijo que la esperará.
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