Emm
Es una fría noche de enero, llueve a cantaros, quisiera no trabajar hoy, pero eso es algo que no sucederá. Pienso mientras pinto mis uñas con esmalte rojo.
Termino de hacerlo y me recuesto en la cama mientras extiendo mis manos para dejar secar el esmalte.
Extraño tener un hogar.
¿Cómo sería mi vida si las cosas hubiesen sido diferentes?
Muevo mis manos en el aire esperando que este seque el esmalte, voy formando olas y los recuerdos empiezan a invadir otra vez.
-¿Sabes que hay bajo esa roca Emily?
- No, ¿Qué hay?
-Es una rana muy grande, la sacare de ahí.
- No James, déjala ahí, va a saltar por todos lados y no me gustan
- Eres una niña llorona.
- y tú eres un bobo.
Escuchamos el auto estacionarse frente a nuestra casa, así que decidimos dejar la pelea diaria para correr hacia nuestros padres.
Después de terminar nuestras tareas jugamos en el jardín, o bueno... discutimos más que jugar. Hasta que nuestros padres llagan a casa después del trabajo.
James como siempre es el primero en hablar y cuenta todo lo interesante que vemos en el día, sin dejarme nada para contarles a nuestros padres usualmente.
Y claro no se puede olvidar de contar las cosas que ingenia durante el día para molestarme.
- Papá sabes que Emily les tiene miedo a las ranas. Es una beba.
- Basta James deja de molestar a tu hermana quieres.
Gracias a Dios papá siempre me protege y no deja que James me moleste.
Me mira gentilmente y me hace saber que no hay porque temerles a las ranas, mientras descarga las bolsas del supermercado, con los ingredientes de la cena de hoy.
Mamá empieza a preparar la cocina y papá los ingredientes.
Nosotros estamos sentados en el desayunador, de vez en cuando nos piden que les pasemos algo.
Me encanta verlos cocinar, son un equipo.
Papá pone música en su celular y ambos cantan y bailan mientras se pasan los ingredientes, cortan vegetales y sofríen condimentos.
Cada vez cocinan algo diferente, son muy creativos, han estado trabajando duro para poder abrir su propio restaurante.
Creo que al fin lo lograrán. Así podrán hacer lo que tanto
les gusta. Mamá suele decir que la comida es muy deliciosa porque ellos utilizan un ingrediente secreto. Nunca nos dice cuál.
Pero sus recetas son asombrosas así que sé que el restaurante será un éxito.
La cena está servida, huele delicioso, nos sentamos todos en la mesa, y compartimos nuestro momento de familia. Hablamos de nuestros días, el trabajo, la escuela, papá y mamá siempre se toman de las manos.
Ella suele acariciarle su tupida barba y él le da un beso en la punta de su nariz. Me da mucha risa cuando papá lo hace conmigo. Mi madre solo sonríe, ellos siempre están sonriendo.
Es pasada de las seis de la tarde y después de recoger la mesa todos nos reunimos en la sala de televisión para una película.
Es el turno de mamá para escogerla.
Papá prepara las palomitas mientras ella decide. Siempre tarda un poco.
Nuestro perro Black entra en la sala y se acuesta en el sofá con nosotros.
Creo que está enfermo.
James y yo lo buscamos todo el día, lo encontramos en el garaje bajo una mesa.
No quiso salir a jugar con nosotros.
Tampoco ha querido comer.
James y yo lo acariciamos mucho y tratamos de hacer que coma algo.
Está muy triste.
Papá entra con un gran tazón de palomitas y se sienta entre James y yo.
Black se acuesta en sus piernas y él lo acaricia.
- ¿Vamos amigo que tienes? Hoy no me recibiste en la puerta como todas las noches. ¿Qué te pasa eh?
- Black solo lo mira tristemente y esconde su cara entre las costillas de papá.
- Deberíamos llevarlo al Veterinario no se ve bien.
Mamá tiene razón, no se ve nada bien.
La película está empezando, mamá ha escogido "El Rey León" a todos nos encanta esa película.
Todos cantamos "Hakuna Matata" eso usualmente anima a Black. Pero esta vez ni siquiera mueve su cola.
Mamá toma las largas orejas de Black y las mueve hacia arriba y abajo mientras canta.
Él solo la observa.
¡Pobre Black, se siente muy mal!
La sala se llena de silencio y mamá tiene lágrimas en los ojos.
Mufasa ha muerto y Simba llora sobre su cuerpo.
Yo imagino que pasaría si mi papá muriera y un dolor empieza a invadir mi pecho, siento un nudo en la garganta no puedo soportarlo más y mis lágrimas caen, mamá me abraza y papá toma mi mano y la de James.
James no está llorando, pero guarda silencio, eso suele hacer él en vez de llorar.
Ahora en este momento todos nos sentimos como Black.
La película ha terminado y papá nos dice que es hora de ir a dormir.
Ellos deben levantarse temprano tienen un importante viaje.
Mañana es el primer fin de semana que no pasaremos juntos.
No quieren decirnos a dónde van, dicen que cuando todo esté realizado nos dirán. James y yo sospechamos que tiene que ver con el restaurante.
Están emocionados y felices.
Luego de nuestro baño, lavarnos los dientes y ponernos pijama, papá y mamá nos meten a la cama.
Cada uno se sienta en una cama.
Papá nos cuenta una historia.
Él dice que son reales, pero James dice que las inventa.
Es muy bueno en eso.
Todos reímos mucho mientras lo escuchamos.
- No más historias por esta noche. Es hora de dormir.
- Partiremos mañana temprano así que nos veremos el domingo por la noche, ¿está bien?
- ¿Aún no nos dirás a qué se debe ese importante viaje?
- No James, se los diremos cuando todo sea un hecho.
- Ten paciencia hijo el domingo lo sabrán.
Mamá besa la frente de mi hermano, mientras papá hace lo mismo conmigo
- Te amo mi pequeña princesa.
- Yo también te amo papá.
Me sonríe y se dirige a la cama de James. Mamá se sienta en la mía, me da un beso en la frente y me dice también que me ama.
- ¿Mamá?
- Si cariño
- ¿Cuál es el ingrediente secreto?
Ella sonríe.
- Amor. Haz todo lo que quieras realizar con amor y siempre será asombroso.
Le sonrió y lo entiendo. James tiene una cara de incredulidad.
Pero no dice nada.
Ellos finalmente salen y cierran la puerta.
Cada uno de nosotros nos acomodamos en nuestras camas dándonos la espalda e inmediatamente quedamos dormidos.
Toc. Toc...
Los golpes en la puerta me despiertan. No me di cuenta a qué hora me quedé dormida.
- ¿Emm? ¿Ya estás lista?
- En cinco minutos bajo Sheryn.
- Apresúrate que Jakob está por llegar y ya sabes cómo se pone.
- Si cariño., ya bajo.
Veo el reloj, dan las siete y cincuenta.
Dentro de diez minutos se abre el club. Los clientes ya han de estar haciendo fila para poder ingresar.
Me maquillo lo más rápido que puedo, y me pongo el vestido azul oscuro de lentejuelas, mangas largas y un profundo escote que deja ver mis senos separados, y mis muslos.
Jakob lo ha escogido para esta noche, al parecer vienen clientes importantes.
Escojo unas sandalias rojas de plataformas, algo sencillas pero bonitas, combinan con mis uñas y mi labial
Mi cabello castaño cobrizo está recogido solo de un lado.
Me veo en el espejo y casi luzco perfecta.
Casi...
Si no fuera por mi mirada triste.
Una mirada que sabe que esta noche no será diferente a las otras.
¡Qué se iba a imaginar la pequeña Emily que cuando creciera terminaría muy lejos de su hogar trabajando para un hombre malo, que se enriquece mediante su cuerpo. la pequeña Emily de ocho años que hacia lo que su hermano James decía para que este no sacara la rana de debajo de la roca y esta saltara tras ella.
Hoy tiene veintidós años y sigue jugando en el jardín, pero con Jakob y la rana es la muerte.
Bajo rápidamente, el club esta increíblemente lleno, como todas las noches.
El Luxur es lo mejor de la cuidad
La pista aún no está llena.
Los clientes no están lo suficientemente ebrios para perder la cordura en la pista de baile. Sin embargo, en las mesas no cabe nadie más.
Camino hacia la barra donde están los de siempre.
Los solitarios, hombres divorciados, viudos o con matrimonios disfuncionales.
También a los que siempre les rompen el corazón o siempre rechazan.
Son los primeros en llegar se sientan piden un trago tras otro mientras les cuentan sus problemas a las chicas en la barra.
Ellas fingen que les interesa mientras les siguen vendiendo tragos y seducen hasta que pagan por una noche con ellas en la cual no hacen nada porque ya están demasiados ebrios para funcionar. Usualmente se quedan dormidos apenas se acuestan en la cama.
A la mañana siguiente se despiertan con extremo dolor de cabeza y los bolsillos vacíos. Se les suele decir que estuvieron geniales la noche anterior. Eso les eleva un poco el ego y la autoestima y se marchan a sus casas menos cabizbajos. Y a la noche siguiente están sentados en la misma barra haciendo la mismo para que los hagamos sentirse algo especiales.
Anne está sentada en uno de los taburetes conversando con unos de esos habituales clientes. Me ve y sonríe, puedo leer en sus labios la palabra "hermosa".
Yo le devuelvo la sonrisa y una "gracias".
Anne es la chica más dulce que he conocido.
Me siento en un taburete dando la espalda a todos.
Jason el chico del bar me guiña un ojo, mientras atiende al resto de caballeros de la barra. Sheryn está del otro lado de ella, dando instrucciones a los otros camareros.
Luce hermosa con un vestido blanco sin tirantes, su cabello suelto cae en sus hombros y el castaño claro hacer resaltar su piel morena y sus ojos verdes.
Tiene un cuerpo impactante y todo le va bien.
Ella es mi única amiga más bien parece mi madre.
No es que sea muy mayor, pero lleva tiempo en esta vida así que es la voz de la sabiduría de este lugar.
Aún recuerdo cuando llegué.
No sabía nada y estaba confundida, ella fue muy amable y me explicó cómo serían las cosas, me dio consejos para sobrevivir aquí.
No fue fácil al principio, yo me negaba a aceptar esta vida y retaba a Jakob. Ella siempre intercedía por mi ante él y cuidaba de mi después de cada golpiza.
Solía acariciar mi cabeza hasta que yo quedaba dormida.
"No seas testaruda" solía decirme, lo único que conseguirás es la muerte.
Yo lloraba en sus piernas.
- ¿Porque crees que Jakob no me ha matado?
Le pregunte esa noche mientras ella me curaba.
- Porque eres muy bella.
- ¿Y? Aquí hay mujeres bellas y él puede conseguir a alguien más.
- Claro. Pero Jakob es un hombre de negocios, sabe cuándo hace una buena inversión.
Me negaba a aceptarlo.
Me negaba a conformarme con esta vida.
Pero esa noche se agotaron todas mis fuerzas. Y empecé a obedecer y me convertí en su favorita.
Sheryn tenía razón, tal vez no era la vida soñada, pero al menos los golpes se acabaron y mis clientes mejoraron.
Bueno... mis clientes son personas adineradas e importantes, pero al final para mí es la misma cosa.
No me siento con suerte.
Suerte sería poder salir de aquí. Pero eso es soñar demasiado.
La única manera de salir de aquí es en una bolsa de basura. Cómo salió Emily esa noche. Y en su lugar quedó Emm la chica del precioso vestido azul sentada en la barra mirando a la chica que hizo todo lo posible para que físicamente no saliera en una bolsa de basura.
- Por fin bajas.
- Lo siento me quedé dormida.
Sheryn asiente.
- ¿Mucho trabajo eh?
- Demasiado. Jakob está en el área privada con personas importantes.
- Aquí siempre hay personas importantes Sher.
Digo restando Importancia al comentario ya que es verdad.
Este no es un club cualquiera, nuestros clientes son desde los empresarios más adinerados de esta ciudad hasta los altos funcionarios con cargos importantes.
A Jakob le encanta la idea de pertenecer a la alta sociedad y esas cosas, así que se codea solo con personas importantes.
Y creó un club que cubriera las necesidades de sus amigos con la mayor privacidad posible.
Bueno... a menos que necesite un favor de sus amigos.
Cómo cuando necesitó que las autoridades dejaran de investigar el club por lavado de activos, tráfico de todo tipo y explotación.
La política de privacidad fue quebrantada.
Envío fotografías de las personas más importantes de este país con alguna de nosotras encima y las investigaciones se acabaron.
En los diarios se mencionó al señor Vlad Jakob como un joven empresario que solo brinda diversión y entretenimiento de la mejor clase.
Claro... con dinero pagas a todos los medios para que escriban las mejores cosas de ti.
- Al parecer este es más importante que los usuales porque Jakob anda como loco pidiendo perfección.
Sheryn levanta sus brazos en modo desesperado.
- Querrás decir insoportable.
Ella pone los ojos en blanco, asiente, sale de la barra y me da un abrazo.
- Vamos. Nos están esperando.
Yo suspiro y bajo del taburete caminando hacia el privado del Luxur.
Por un momento siento un poco de miedo e incertidumbre al no saber quién será mi cliente.
Ni lo que me espera.
El mejor escenario sería que estuviera demasiado ebrio y se durmiera antes de poder desvestirme.
Pero los clientes exclusivos usualmente tienen gustos y exigencias extrañas que rebasan toda la poca dignidad que queda en una mujer con este tipo de trabajo.
Llegamos, y en la puerta están dos hombres que doblan mi estatura.
Los guardaespaldas de Jakob.
Nos ven y uno de ellos toca la puerta, esta se abre cuidadosamente y otro de los guardaespaldas, observa quienes somos y cierra de nuevo la puerta.
Un minuto más tarde la puerta se abre otra vez y un hombre de 1.80 metros de alto aparece, tiene el cabello rubio y los ojos verdes, tiene unos 28 a 30 años.
Luce un buen aspecto, un cuerpo de gimnasio, casi parece guapo, excepto cuando se ríe, causa temor, sabes que no va a pasar algo bueno cuando Jakob sonríe.
Aparte de golpear mujeres, su otro hobby es la lucha libre.
La práctica a diario.
Siempre gana él porque cuando sus adversarios le van dando una paliza, sus guardaespaldas intervienen.
Está enfrente de nosotros con esa sonrisa estúpida, les pide a los camareros que entren con las bebidas, y se queda con nosotras.
- ¡Pero que hermosas están!, Parece que escogí bien los vestidos. Tengo buen ojo ¿no?
- Tú siempre.
Sheryn le sonríe. Yo escojo el silencio.
- Emm, cariño.
Sonríe
- hoy serás el regalo de cumpleaños especial de alguien importante.
Así que pórtate bien y haz tu trabajo mejor que nunca. Porque es importante para mis negocios futuros.
Estoy comenzando a irritarme.
- Sí claro...
Sueno como si no diera importancia a lo que ha pedido.
A veces no puedo evitarlo.
Jakob se acerca más a mí, toma mi barbilla con sus dedos y estira mi cuello, me obliga a verlo a los ojos.
- Estoy hablando en serio, no me vayas hacer perder este negocio.
Su aliento está en mi cara y yo siento repulsión, me da un beso en la boca y yo dejo mis labios inmóviles.
Los limpio con mi mano.
No le tengo miedo.
El odia que lo vea a directo a los ojos y no baje la mirada.
"Altanera" suele decirme mientras me da una bofetada.
Pero hoy no lo hará.
No va a golpear a su regalo especial. Eso lo haría perder dinero y él sabe de negocios.
Entramos en el área privada, los guardaespaldas cierran la puerta.
Adentro hay muchos más de ellos.
El área privada es como si estuvieras en otro lugar diferente, en otro club, pero más pequeño. Hay una piscina en forma de rectángulo en el centro del lugar, las mesas y muebles están alrededor, tienen su propia barra, cuando se termina alguna bebida entonces la mandan a pedir a la barra del área principal del club. Jakob usa esta área para sus amigos o clientes con los que él hace negocios. Desde ese momento sé que no me espera una buena noche. Sus amigos son igual que él y sus negocios siempre tratan de algo ilegal.
- Caballeros atención.
Exclama Jakob. La música se para y los invitados prestan atención.
- Sergio ven acá.
Un hombre de la misma altura de Jakob se levanta de uno de los sofás.
Tiene el cabello negro, muy bien peinado, su nariz es como la del perfil griego.
De semblante serio.
Parece incómodo.
Se para justo enfrente de nosotros, luego se acerca otro hombre con las mismas características, pero un poco más bajo, más joven y sonriente.
- Pero si tenías razón. ¡Es realmente bella Jakob!
Exclama con entusiasmo el chico más bajo mirándome de pies a cabeza.
Toma mi mano y da un beso en ella. Soy Harry dice mientras me guiña un ojo.
- Soy Emm
Digo mi nombre mientras le dedicó una de mis falsas sonrisas.
- definitivamente tengo envidia. La verdad estoy arrepentido de darte este regalazo hermano.
Claro hermanos, ahora el parecido tiene sentido.
Él sigue serio, no deja de mirarme, es un poco incomodo de hecho.
Parece que no le agrado.
- Entonces llévatela tú, agradezco el gesto, pero estoy bien. –
Su voz es fría. Coloca una mano en el hombro de su hermano. Harry niega con la cabeza.
- No, nada de eso es tu cumpleaños y hoy disfrutas. En otra ocasión yo podré pasar un rico momento con esta preciosidad.
Él le dedica una media sonrisa. Y Jakob le asegura que no se arrepentirá.
En ningún momento deja de mirarme y yo no puedo entender que ha pasado.
¿Acaso me ha rechazado? Es claro que no le agrado.
Él se sienta en el sofá. Jakob que me lleva de la mano y me sienta en sus piernas.
"toda tuya cumpleañero" exclama sonriente.
Él coloca su mano en mi espalda un poco indeciso.
Me sigue escrutando con la mirada mientras habla con sus amigos, es realmente incomodo, aunque tenga los ojos azules más hermoso que yo haya visto.
Yo coloco mi mano en su espalda y comienzo a acariciarla, él se pone rígido, cierra los ojos y suspira, se acerca a mi oído y me pide que no lo haga. Al parecer le molesta.
No le agrado para nada. Por un momento me siento mal. Aunque no entiendo por qué.
Le sonrió y llevo mi mano izquierda hacia mis piernas y con la derecha empiezo a jugar con mi dije de luna que llevo colgado de mi cuello.
Harry y Sheryn se sientan a nuestro lado. Ella me lanza "esa" mirada, se lo que está pensando.
Cree que yo no quiero trabajar, y no estoy siendo amable.
¡Pero esta vez no es mi culpa!
- ¿Qué prefieres, vodka, ron, whiskey, vino?
pregunta Harry con su amable sonrisa.
- Vodka
Digo amablemente.
De todo lo que ofrecen en este lugar, el vodka es lo que más tolero. Harry rápidamente me sirve uno.
- ¿Cuántos años estás cumpliendo?
Pregunta Sheryn a Sergio.
- Veinte y seis.
Contesta él un poco serio.
Sheryn lleva rato observándolo y se da cuenta de lo que pasa.
Me ve y sonríe.
- Disculpen a mi hermano chicas es un poco tímido. No acostumbra a frecuentar estos lugares.
Agrega Harry riéndose de su hermano.
- Solo relájate hermano, olvídate de todo y disfruta.
Le extiende su mano con el vaso de whiskey. Los chocan haciendo un brindis y se toman todo.
Después de un rato, de pláticas triviales entre todos. Noto que lleva rato viendo mi escote. Aunque sigue pareciendo incómodo.
Parece no querer estar aquí.
Y evidentemente yo no le facilito las cosas.
Bosteza un par de veces y mira su reloj. Definitivamente no está disfrutando su cumpleaños.
Saca su celular del bolsillo izquierdo y lo revisa.
Me mira por más de un segundo. Cómo si estuviera decidiendo que hacer conmigo.
- ¿sabes de un lugar donde podamos estar más tranquilos?
- Claro.
digo sonriente.
Parece que al final se decidió. Así que me levanto le extiendo mi mano y lo guío fuera del privado. Pasamos todo el club donde todos ya están suficientemente perdidos para bailar sin importar nada. Subimos las gradas que están por detrás de la barra y abro la puerta de la primera habitación. Él la cierra, se queda parado examinando todo.
Yo me quedo frente a él y comienzo a bajar el cierre de mi vestido.
Él me observa por unos segundos con el ceño fruncido. Camina hacia a mí, me da la vuelta y yo no puedo evitar contener la respiración. Entonces escucho el cierre del vestido subir a su lugar otra vez.
- No te ofendas. Pero se conseguir mis propias chicas.
No sé por qué razón, pero siento una opresión en el pecho. ¿Acaso me ha dolido su comentario?
- Entonces ¿qué haces aquí?
Estoy molesta. ¿porque estoy molesta? ¿Desde cuándo me importa?
- Mi hermano decidió que serías un buen regalo de cumpleaños. Y yo no quiero decepcionarlo. ¿Así que me ayudas? Solo no digas nada.
Yo asiento, pero igual me molesta mucho su actitud.
Él se sienta en el sofá y yo camino hacia el baño en busca de pijama.
Mientras estoy cambiándome y removiendo el maquillaje pienso en; ¿qué pasa conmigo? Debería de estar feliz ya que podré descansar toda la noche y no tener que acostarme con un extraño por este día, pero por alguna razón que no comprendo, su rechazo me ha hecho sentir mal.
Salgo del cuarto de baño, él se ha puesto cómodo en el sofá y está jugando con su celular. Al escuchar la puerta del baño se me queda viendo yo le medio sonrió tomo un libro que está en una de las mesitas de noche y me acuesto en la cama a leer.
Él me observa con curiosidad. Estira su brazo y toma la pila de libros que está en la mesita de noche.
Jason los trae para mí, saben que me gustan.
El comienza a examinarlos uno por uno.
- Bueno ... al menos no hay nada de Jane Austen o Nicholas Sparks.
exclama levantando sus cejas.
- ¿Qué hay con ellos?
Pregunto curiosa.
- Demasiado romance para mí gusto. Por ellos las chicas piensas que el primer hombre que les dicen que tienen ojos hermosos será el hombre de su vida.
- Bueno... Tú tienes ojos hermosos.
No sé porque dije eso, solo salió de mi boca, creo que estoy sonrojándome y se está dando cuenta.
Sonríe y lo hace de una manera que se ve realmente sexi.
- Tú también.
Dice con un tono despreocupado.
- pero como tú no lees romances no creerás que soy el amor de tu vida por eso...
No puedo evitar reírme
- Claro que no.
- ¿Cuál es tu libro favorito?
- "El Principito"
Contesto automáticamente.
Mi madre lo leía para mí. Es especial, suelo releerlo cuando me siento perdida.
Cuando recién llegue aquí, Jason, el chico del bar notó que siempre lo leía, así que decidió traerme libros.
"Así leerás algo diferente". Mencionó.
- Interesante. Es un buen libro.
Al fin escoge un libro y comienza a leerlo, en su portada se ve el nombre de "Lolita"
- Así que este es el famoso libro que tanto escándalo armó. ¿Ya lo leíste?
- Si... y es un poco pervertido, o tal vez no lo sea para ti, si te gustan las de doce años.
- Mmm no, las prefiero más grandes.
Me mira de una manera extraña un poco intimidante de hecho. Parece menos incómodo, más suelto. Yo mejor no digo nada, y finjo leer mi libro mientras lo veo de reojo hacer lo mismo.
Enciendo el televisor, tal vez logro encontrar algo de música, pero lo primero que aparece en pantalla son las noticias. Una reportera de hermoso vestido azul está hablando algo sobre que encontraron el cuerpo de una mujer flotando en el río Haves.
Estoy a punto de cambiar el canal cuando algo llama mi atención.
La chica que está en la imagen a pesar de su cuerpo hinchado y azul, logro reconocerla. Estoy a punto de entrar en pánico, lleva mi camisa, la que tomó de esta habitación esta mañana.
Él también está observando las noticias. Y a mí.
- ¿La conocías?
- No, solo me parece cruel lo que le hicieron a esa pobre mujer.
La reportera habla acerca de que su cuerpo presentaba marcas de tortura, y fue finalmente asesinada con un balazo en la cabeza, su cuerpo aún sigue como desconocido y no se reportó desaparición ni ningún tipo de denuncia.
y nadie reclamará su cuerpo tampoco.
Decido cambiar el canal, pero mi mente está en otro lado, no estoy prestando atención en lo que pasa en los siguientes canales.
El movimiento me saca de mi trance.
Él se ha acostado en el sofá y está jugando con el celular.
De repente me incomoda su presencia.
¿Qué hace aquí si no le interesa tener sexo conmigo?
¿Porque no se va?
¡Qué extraño es!
De repente se levanta del sofá se desabotona la camisa, camina hacia la cama y se sienta justo detrás de mí.
Siento sus dedos deslizarse arriba y abajo en mi espalda
Un escalofrío recorre mi cuerpo. El sigue haciendo lo mismo en toda mi espalda y mi cuello, no sé qué me pasa, pero no me deja pensar con claridad.
Él me quita la camisa y continúa haciendo lo mismo, pero con la espalda descubierta.
Yo me muevo y quedo justo enfrente de él.
Algo en mí. me impide obedecer sin cuestionar.
Esa es mi naturaleza.
- Creí que podías conseguir tus propias chicas.
- Lo pensé mejor. Y no debería despreciar tan hermoso regalo.
Definitivamente no me lo esperaba. Uno de mis clientes habituales hubiera dicho algo como;
"sí, pero estoy pagando por ti así que ahora sí quiero."
Pero él es amable, incluso en el tacto.
Y por este breve momento me siento menos incomoda que con otros cliente.
Que uno de ellos sea amable contigo es más de lo que se puede pedir en este trabajo.
Me coloca encima de él y no para de verme.
Sus ojos se pasan por todo mi cuerpo, lo acaricia y lo acaricia.
Con sus labios empieza a recorrerlo todo y con sus manos acaricia mis muslos y me acerca más a él.
Me siento completamente extraña, nunca había sentido esto.
No me molesta, no me incomoda y me hace querer más.
Quiero más.
Y sin darme cuenta estaba teniendo sexo con un completo extraño, pero no sé sentía extraño, se sentía como si lo conociera, como si nuestros cuerpos se reconocieran a la perfección.
Una sensación extraña invade mi cuerpo.
Las piernas comienzan a temblarme y mi corazón va tan rápido que parece salirse de mi pecho.
Empiezo a estrujar las sábanas de la cama, tiro mi cabeza hacia atrás mientras me dejo llevar por la sensación hasta que todo mi cuerpo comienza a convulsionar.
Él parece sentir lo mismo ya que tiene mis caderas fuertemente agarradas, sus ojos cerrados y boca entreabierta.
Me quedo ahí inmóvil mientras la sensación pasaba poco a poco, no sé cómo levantarme. Me siento sin fuerzas.
Pero necesito hacerlo.
Él me observa de una manera extraña que me hace sentir incomoda.
Así que pongo una mano en su pecho para impulsarme y trato de hacer reaccionar mis piernas hasta levantarme y tirarme en justo a su lado.
Me quedo mirando al techo tratando de procesar lo que sentí, y así nos quedamos por varios minutos.
En silencio.
James despierta.
- ¿Qué quieres Emily?
- Papá y mamá están por irse, vamos a desearles suerte.
Será hermoso darles la sorpresa, ya que nos creen dormidos.
James se levanta y corremos escaleras abajo, están en el garaje preparando el auto para irse.
Cuando entramos mamá está tratando de hacer que Black suelte el pantalón de papá. Este lo jala y no lo deja subirse al auto.
- ¿Niños que hacen levantados?
Papá nos mira sorprendidos
- Solo queríamos desearle un lindo día. Y que todo salga bien.
- Que dulces mis amores no era necesario
Nos dice mamá con su mirada dulce.
- Quieren ayudar con Black, no sabemos qué le pasa hoy, está como loco.
James corre y comienza a jalar a Black, yo hago lo mismo consiguiendo que soltara el pantalón de papá.
James lo levanta y no lo deja en el suelo.
De repente empiezo a sentirme como si el miedo me invadiera y pienso en que no quiero que se vayan.
Creo que James sintió lo mismo porque los mira a los ojos y pregunta si es necesario que vayan.
- Qué pasa campeón todo está bien. Volveremos mañana por la mañana para nuestra visita al zoológico ¿está bien?
James asintió tristemente.
- No estén triste mis amores. Si miran por la ventana mañana después de que se levanten, nos verás venir como siempre.
- Está bien mamá.
Exclamamos al unísono.
- Y sabemos que estarán esperándonos para darnos nuestros abrazos de bienvenida ¿verdad?
- Claro papá.
Lo hacemos de nuevo
Mamá y papá nos dan un fuerte abrazo y un beso en nuestras frentes, acarician a Black. Este comienza a ladrar.
Suben al auto y los vemos marcharse por la ventana, la misma ventana en la que suelo verlos regresar.
Black sigue ladrando y corriendo por toda la casa.
¡Qué extraño ha estado estos días!
James sube a la habitación a seguir durmiendo. Yo hago lo mismo, pero no sé porque no puedo recuperar el sueño solo me quedo en la cama viendo hacia al techo, mientras la tía Marge aparece. En realidad, no es nuestra tía, es la vecina de la siguiente casa. Ella siempre nos cuida cuando regresamos de la escuela y mamá y papá siguen en el trabajo.
No sé qué hora es, ni cuánto he estado viendo al techo, pero escucho la puerta principal cerrarse. Ya deben ser las siete porque tía Marge está aquí. Escucho a James removerse en la cama. Parece que él tampoco se pudo volver a dormir. Black está arañando la puerta de nuestra habitación. Yo me levanto y la abro, el empieza a gemir con angustia, me ve como si quisiera decirme algo.
James se acerca.
- ¿Qué te sucede Black?
James intenta tocarlo, pero cuando está a punto de hacerlo, Black corre escaleras abajo. James y yo nos miramos extrañados y decidimos correr tras él. Cuando llegamos a la cocina la tía Marge está sentada en el comedor hablando por teléfono y llorando.
"Pobres niños" "¿Que será ahora de ellos?"
se le escucha decir a la persona que está al otro lado del teléfono. Ella repara de nuestra presencia y le dice a la persona que debe colgar. Se levanta de la mesa y nos abraza mientras se ahoga en llanto. James y yo estamos confundidos no sabemos que le pasa. Primero Black y ahora ella.
- Tía Marge ¿Qué ésta pasando?
Le interrumpo su llanto porque no puedo más con la angustia.
- Mis niños, acabo de recibir una llamada de un agente de policía.
¿Policía?
- Sus padres han tenido un accidente en la carretera.
Su llanto empeora.
- No hubo sobrevivientes. Lo siento tanto mis niños.
Nos abraza más fuerte y yo no soporto quiero soltarme de su abrazo, está mintiendo. ¡Eso no puede ser! James consigue soltarse y corre a la sala de televisión, yo voy tras él. Comienza a pasar canal por canal hasta que encuentra uno de noticias locales en donde se está pasando lo nota de un accidente en las afueras de la cuidad donde el conductor de una rastra que transportaba madera perdió el control de esta al quedarse dormido, invadió el carril contrario, envistiendo a una pareja que conducía un miniván gris, a eso de las cinco treinta de la mañana. La pareja murió instantáneamente y el conductor está gravemente herido.
James tira el control remoto al suelo y comienza a llorar.
Yo no lo puedo creer me niego a creer que son ellos.
¡No pueden ser ellos!
Prometieron volver, ellos volverán. Iremos al zoológico.
Un fuerte dolor en el pecho me deja sin aire, es insoportable. Necesito verlos necesito, ver qué están bien.
Tomo el teléfono y comienzo a llamar a sus celulares. Van directamente al buzón de voz.
¡Contesten por favor contesten!
Marco uno luego otro, no hay respuesta.
El teléfono suena, contesto rápidamente con la esperanza que sean ellos, no digo nada. Y al otro lado se escucha alguien preguntado por algo acerca de un funeral.
Tía Marge me pide el teléfono, yo estoy completamente en shock.
Mi mente trata de procesar lo que pasa, pero no lo consigue.
James está sentado en el suelo abrazando sus rodillas meciéndose hacia adelante y hacia atrás, Black está justo frente de él apoyando la cara en las rodillas de mí hermano.
Yo entro como en un sistema automático, y me paro justo frente a la ventana a esperar el regreso de mis padres.
Se que los veré regresar a casa como todos los días.
Los siguientes días fueron extraños, gente entrando y saliendo, todos nos miraban con lástima.
Yo casi no recuerdo nada.
Ni sus caras, ni sus nombres, ni si fueron cercanos a nosotros.
Ellos se acercaban, nos abrazaban y nos decían que teníamos que ser fuertes, que todo estaría bien.
Pero mintieron, ya nada estará bien.
Los días pasaron y la gente dejó de llegar a nuestra casa. Tía Marge se estaba quedando con nosotros. Ella ya era una señora de cincuenta y tantos. Nunca tuvo hijos y mi mamá siempre pasaba pendiente de ella desde que nos mudamos a este vecindario. Cuando mamá dejó de trabajar en casa y tuvo que salir, la tía Marge se ofreció a cuidarnos, es muy dulce, la queremos mucho. Y en estos días difíciles prácticamente abandonó su casa para cuidar de nosotros.
Un día, después de llegar de la escuela, en frente de nuestra casa había un Toyota Corolla estacionado. Cuando entramos a la casa estaba una mujer y un hombre sentados en nuestra sala conversando con la tía Marge. Al vernos se quedan callados.
Tía Marge tiene esa cara de malas noticias.
- Niños pueden sentarse un momento.
Dejamos nuestras mochilas en el suelo y nos sentamos en el sofá.
- ¿Qué pasa?
Suelta James un poco exagerado. Últimamente es muy temperamental y siempre está pensativo y solo llora por las noches. El cree que no me doy cuenta.
Ya no peleamos más. Ya no le molesta que tome sus juguetes, lo único que lo hace enfadar es que me pare frente a la ventana. Al principio me tomaba de la mano y me llevaba a otro lugar, trataba de distraerme. Ahora suele gritarme;
"No volverán Emily".
No hablamos mucho desde eso. En realidad, estoy molesta con él. Trata de fingir que no pasa nada, que todo está bien, cuando no lo está. Hace lo que papá hacía, trata de cuidar de todos, no entiendo cómo lo hace. ¿Cómo puede levantarse todos los días como si nada hubiera pasado? ¿Acaso solo yo siento este dolor horrible que me paraliza?, ¿Acaso él no los amaba?
- Ellos son los de servicios infantiles.
La mujer nos sonríe dulcemente. No es bonita, tiene unos labios extraños.
- ¿Adónde nos llevarán?
¿Nos llevarán? ¿De qué está hablando James? ¿Ir adónde?
La mujer de los labios raros comienza a hablar. Dice algo sobre lo difícil que es para nosotros, más cosas que ya nos han dicho antes, que en realidad no me interesa porque ellos no tienen idea de lo que se siente. Presto atención hasta que dice lo importante.
- Encontramos una familia que los adoptará a ambos. Así que no serán separados.
- Eso es algo muy bueno mis niños.
Dice la tía Marge, limpiándose las lágrimas. Pero ¿qué tiene eso de bueno? Nos están sacando de nuestra casa para ir a la casa de personas que no son nuestros padres.¿y qué pasa si ellos regresan? Ellos lo prometieron, van a regresar y estaremos con otros padres. No lo soporto más y odio a James por no decir nada.
Me levanto del sofá y corro escaleras arriba, llego a mi habitación y tiro la puerta de un golpe. Black corre tras de mí y logra entrar antes que la puerta se cierre. Veo que la tía Marge ya tiene todo listo. Nuestras maletas están en el suelo.
En este momento la odio, la odio tanto. Me tiro en mi cama llorando y Black se acuesta a mi lado. Él siempre lo supo. Por eso su extraño comportamiento. Sin tan solo los perros pudieran hablar, pudieran contarnos lo que ven o sienten.
Si tan solo hubiera entendido que esa mañana cuando se negaba a soltar el pantalón de papá era por lo que iba a suceder. No los habríamos dejado ir.
La puerta se abre, James se sienta en la orilla de la cama y acaricia a Black.
- Sé cómo te sientes Emily.
Claro q no. No lo sabe.
- Sé que no quieres abandonar nuestra casa e ir con personas que no conocemos. Pero es lo único que tenemos ahora, no tenemos opción. Ellos no van a volver Emily.
- ¡Ya deja de decir eso!
Grito tan fuerte que Black da un salto.
- ¡No lo harán! Están muertos. Se han ido para siempre y ahora somos huérfanos.
- Cállate, cállate,
No sé porque me hace esto. ¿Qué no ve que duele demasiado? ¿Porque es tan cruel?
¡Lo odio!
No puedo parar de llorar, él se acuesta a mi lado y me acaricia el cabello.
- Ellos dijeron que volverían. Lo prometieron.
Estoy ahogada en mis sollozos, que apenas y se entiende lo que estoy diciendo.
- Lo sé, pero esta vez no pudieron cumplir.
Los de servicios infantiles subieron a nuestra habitación, no seguían diciendo que todo estaría bien. Hablaban sobre nuestros nuevos padres y cosas sin sentido para mí. La tía Marge no hacía más que llorar.
Ellos se llevaron las maletas al auto y nos dijeron que lleváramos lo que para nosotros era más importante. Así que en mi mochila empaqué "el principito" mamá solía leernos ese libro.
Solía decir: "nunca pierdan su imaginación".
En medio del libro metí una fotografía donde estamos todos juntos. Fue tomada unos meses atrás. Íbamos a acampar y en el camino encontramos un lago, así que decidimos parar y disfrutar de nuestro almuerzo ahí. Mamá tomó muchas fotografías; del lugar, nosotros distraídos, papá y James jugando con Black, yo dándole migajas de pan a los peces. Luego ella le pidió a otro turista si podía tomarnos una. Nos colocamos en la orilla del lago, papá y mamá abrazados y nosotros en cada lado con Black en el centro. A mamá le gustó mucho esa fotografía y a mí también todos, lucimos muy felices, de hecho, lo éramos. La saqué del marco donde la tenía en la sala, la metí en medio de mi libro, y la guarde en mi pequeña mochila, junto con mi muñeca favorita que me regaló mi abuela antes de morir, yo estaba más pequeña así que casi no la recuerdo. Decidí llamar a la muñeca Lilly igual que ella.
Ya está todo listo.
Nuestras maletas en el auto y ambos tenemos nuestras cosas importantes en nuestras mochilas. Bajamos las escaleras despacio mirando todo por última vez. Es increíble todo lo que nos ha pasado en menos de un mes. No tenemos padres y ahora abandonamos nuestra casa. Al menos Black irá con nosotros, los de servicios infantiles dijeron que nuestros "nuevos padres" viven en una granja, tienen muchos animales y Black podrá tener más espacio para jugar. La tía Marge está en la puerta nos abraza cuando vamos saliendo. Sigue llorando y yo la sigo odiando.
- Cuídense muchos mis niños. Iré a visitarlos lo prometo.
Subimos al auto, este se pone en marcha dejando nuestro hogar, nuestra vida, nuestros momentos felices atrás. Todo lo que conocíamos se ve cada vez más lejano por la ventana del auto. Y mi corazón no lo resiste, duele demasiado, el dolor del pecho es insoportable.
Tomo el dije de luna que llevo colgado en el cuello. Eso suele calmarme un poco. Pero hoy no. Hoy la magia de la luna no funciona.
El viaje fue largo, estuvimos en carretera más de tres horas, paramos un rato en una cafetería de paso, para ir al baño y comer algo. Los de servicios infantiles no paraban de hablar de lo buena que iba a ser nuestra nueva familia, de lo grande y hermoso que era el lugar y de nuestra nueva escuela.
"Harán nuevos amigos". Cómo si me importará.
Nada de lo que dicen me importa. Y parece que a James tampoco porque no dice nada. Por más maravillas que hablan, ninguno de los dos se entusiasma. Ni siquiera Black. Hace mucho que no lo veo mover su colita.
Ellos intentan sobornarnos con malteadas en la cafetería, pero ninguno está de ánimo así que apenas las tocamos. Después de que ellos terminan su café, deciden que es mejor continuar ya que pronto anochecerá. Seguimos una hora más en carretera, donde todo lo que se ve son campos y campos y más campos. El auto por fin para en una pintoresca y pequeña granja.
En el frente se ve la casa, tres gradas en el centro que dan a un porche con una mecedora en el lado izquierdo. Mamá siempre quiso tener una en el jardín.
La puerta de madera y malla se abre y aparece una mujer pequeña y delgada, rubia y ojos azules, lleva el cabello corto detrás de las orejas, unos jeans desteñidos y una camisa de botones manga larga. Exageradamente entusiasmada, tanto que parece falso.
Los de servicios sociales nos abren la puerta del coche. Black baja y empieza a olfatear el lugar. bajamos James y yo. Nuestra "nueva mamá" se aproxima a darnos un abrazo, pero Black le frena el paso, interponiéndose entre ella y nosotros, ladrando mucho, pero no es a ella a quien ladra. Es al hombre que aparece justo detrás de ella.
Es muy alto, tiene un cuerpo de alguien que trabaja mucho en el campo. Su cabello también es rubio su nariz es larga, y sus ojos son verdes. Pero no un verde común, si no un verde que da miedo. Un verde que combina con su sonrisa. Una sonrisa amplia, que delata que sus pensamientos son tenebrosos.
Black no para de ladrar y no los deja acercarse. Yo tomo la mano de James y se la apreto muy fuerte. James me ve asustado, por lo fuerte que lo he apretado.
- ¿Qué pasa Emily?
- Por favor James, vámonos a casa.
Pide la asustada niña, con lágrimas en los ojos.
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