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POR UNA APUESTA II (UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD)

CAPÍTULO 𝟏

Tres años pasaron desde mi llegada a corea. Mi vida había cambiado en diferentes aspectos complejos de explicar. Y no fue nada fácil como me había planteado que lo sería. Más aún cuando debes cargar con el dolor, la culpa y sufrimiento ante la pérdida de un ser querido, más aún cuando esa pérdida es de tu primer hijo. Una ilusión, una vida que nunca llegó a término, un amor infinito que jamás pudiste brindar de manera segura porque la vida te arrebató la oportunidad volviéndolo parte de las cosas que me atormentaban día a día.

Cre que eso sucede cuando eres tu la unica persona que lo amo tanto como a su vida misma. Porque era un pedacito de ti, de lo que fue irreal. Entre otras cosas que habían cambiado para mi en el aspecto personal. Estaba puntos de convertirme en la esposa de Baek. Ese hombre maravilloso y amoroso que me brindó su mano en momentos de necesidad, quien me prestó su hombro para llorar en cada crisis y quien fue mi soporte en esos días donde sólo quería desaparecer y no seguir. Firme con el corazon destrozando mis papeles de divorcio dos años atras y por mi propia salud mental traslade mi sede principal a Cheongdam-dong en Gangnam. Contra viento, marea y desastres la transforme y adecue para garantizar el mismo éxito que existia en Londres. Sobre mi vida personal... Aunque sonará muy increíble, vivo feliz y plana al lado de Baek quien es y fue desde principio a fin mi sustento y mi rayó de luz en la oscuridad, no obstante, como dicen; la felicidad no es para siempre y para mi. Mi felicidad termina cada año que pasa y llega este día.

─Angelita de mamá─ Sonreí, levemente con lágrimas en mis ojos. unas lágrimas que a pesar del tiempo nunca pararian al recordar aquél día ─El día de hoy estarias cumpliendo tres años. Donde quiera que estes quiero que sepas que mamá te amo y te ama con todo su corazón. Lamento no poder hacer nada para que las cosas fueran distintas pero debes saber que mamá, nunca te olvidará.

Dije mientras prendía una vela, acomodándola en medio de un pastel, pequeño y sin decoración aparte del fondant rosa. Mientras observaba con la mano en mi pecho sintiendo la leve presión que se formaba cada vez que llegaba ese día, la puerta seabrióo a mi costado dejándome ver a Baek con una sonrisa triste desde el marco.

─¿Estás bien preciosa?─

Pronunció apenas, llevando sus manos a rodear mi cintura por detras

─Solo queria celebrar su cumpleaños, siento que es lo mínimo que puedo hacer

─Sabes que esto no fue tu culpa ¿verdad?─ Mencionó con su rostro preocupado, sabía que ese día no era fácil para mi, para ninguno de los dos.

─ Quiero creer que no.. Pero y si en realidad ¿si, lo fue?

─ Amor.. eso no fue, ni es tu culpa. Se que no es fácil, es un proceso y apenas estas pasando por la aceptación de los hechos. Estoy contigo para apoyarte y sostenerte si aparentas desfallecer en el camino. pero también estoy aquí para recordarte que debes ser feliz y fuerte, por ti, por nostros tanto como yo lo soy y─ Hizo una pausa sonriendo antes de llevar su mano a mi evidente curva en el abdomen ─ También debes ser fuerte por nuestro pequeño que viene en camino

─ Tienes razón.. Lo siento, me deje llevar un poco

─ No debes disculparte por eso mi amor. Pero dejando a un lado las cosas tristes. Hoy anunciamos nuestro compromiso ¿estas nerviosa?

Lo miré, tenía razón, por un momento había olvidado por completo la noche tan importante que tendríamos.

─Un poco, ¿tu lo estas?

─Esperade mucho tiempo este momento. Podría decírse que estoy preparado pero también, nervioso. Es algo que solo imaginé y saber que mi deseo se materializó. Es como un sueño, uno muy lindo

─Si, espero seguir en este sueño siempre

─Los amo. A ti y a nuestro bebé

﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋

Antón se encontraba sentado mirando su anillo de bodas, había cambiado. No en color, no en diseño, pero si en significado, era un recordatorio de como tenía su vida atada y unida a una mujer que no amaba, el solo mirar el anillo lo llenaba de ira e impotencia. Por sus acciones, por Stela y su error del pasado. Estaba atado y había perdido a la mujer que amaba. En su trance levantó la copa de vino blanco de su mano tomando un sorbo, mirando otra vez el anillo. Derrepente su total atención fue robada por la risa baja y dulce de su niña presente en su habitación.

─¡Apito!.. ¿Mie veo boñita?..

Anton la observó, completamente encantado, aunque no amará a Stela, le agradecía la existencia de ese pequeño Ángel en su vida, su niña era su motor. Asintió leve y la pequeña dio una sonrisa haciéndole recordar su error por un momento. A veces, en soledad imaginaba todo distinto. Imaginaba que Cristal, su hija. Fuese suya y de su pelirroja.

─Estas preciosa bebé, ¿mamá te vistió?

─ E puse io solita, ¿esta boñito?

─Esta perfecto, ve con mamá. Dile que se apure o llegaremos tarde a la gala.

─ Chi papi

Y la pequeña se fue dando brinquitos, tenía tres años y era una niña muy activa, demaciado inteligente para los niños de su edad, demaciado hermosa y bondadosa para ser hija de Stela con su personalidad. Pero al fin y al cabo, era su hija, la de ambos y nada cambiaba eso.

Y esa noche, no era importante solo para Colón, también era decisiva para él, quien había esperado con mucho entusiasmo la gala, sería la excusa perfecta para hablar con Baek y pedirle ayuda para encontrar a su preciosa pelirroja, él la creía pérdida, lejos, pero la realidad estaba muy lejos de lo que el podría imaginar. sabía cuanto confiaba ella en su amigo y aunque su orgullo lo dominaba quería saber de ella, aunque fuese solo algunas palabras, asegurarse de que se encontraba bien. Ver a su hijo, o hija, no le importaba, solo queria estar cerca de ella, pero esa noche, era de sorpresas,de secretos y también, de descubrimientos.

Colin miró hacia la ventana y por un momento, pareció recordar un poco de sus días junto a Antón, a veces, mientras miraba los reportajes de las noticias más candentes de Londres y veía su rostro en las noticias se preguntaba como era su vida ahora. Lo último que supo fue que estaba casado con Stela y tiene una hija. Inicialmente, esa noticia la hizo añicos, la destrozo, pero a ese punto formaba parte de su pasado al igual que Antón. después de todo ahora estaba a a punto de empezar una familia con alguien con quien empezó de la forma correcta sin adelantarse a nada, con sentimientos reales a su parecer y en ese momento, para ambos llegó el punto donde ambos querían unir sus vidas y ser felices, más de lo que ya eran junto a su pequeño o pequeña.

Se levante y fue hacia al baño, se ducho, tardó algo de tiempo pero lo justo para bajar ya encontrar alos estilistas preparados para arreglarla. Esa noche se convertiría oficialmente en la prometida de Baek, dejaría de ser Colin Grees para pronto ser parte de la y tradicional familia Shiou. Añadiendo también la noticia del próximo esperado y muy amado nieto. Sonaba muy fuerte, los medios tendrían de que hablar por meses con esa información y ella estaba feliz de darse a conocer como la mujer que ahora era.

Terminaron de Arreglarla unas horas después. Camino con elegancia por los pasillos de la que pronto sería su propia casa hasta llegar la puerta principal, donde ya la esperaba su Galán. Lucia espectacular esa noche, tenía un atractivo innegable y ella lo sabía, se veian adorables juntos, pero muy dentro, ella sabía que eran como el agua y el aceite en muchos aspectos. No se mezclaban, pero convivían juntos. Subió al auto con ayuda de Baek quien en medio del camino no paraba de preguntarle si estaba bien, si se sentía mareada, si algo la molestaba. Sacando esa personalidad de padre fielmente preocupado por el bienestar de su hijo. Colin amaba recibir esos tratos, a ese punto el contrario ya la tenía como niña mimada en cada aspecto de su embarazo. desde el día en que habían recibido la notificación "la inseminación artificial había funcionado". Hasta ahora que su embarazo llegaba a veinte semanas y sus cambios de humor empezaban a ser más evidentes.

─Amor

─ ¿Que paso? ¿Te sientes mal?

─ ¿No te parece que está noche hay demaciada prensa?

─ Tienes razón, lo lamento mi amor, le pedi a mamá que fuera discreta. Pero ya la conoces a ella le gustan las noticias en masa

Colin sonrio, dejando un leve beso en sus labios. El la miro por unos segundos, como alguien que admiraba de cerca una obra de arte o un lingote de oro.

─ ¿Que? ¿tengo algo en la cara?

─ Si, una belleza que me vuelve loco.. no tienes idea de cuánto te amo Colin

Sonrió, acomodandose el vestido antes de bajar del auto con ayuda del chófer. Espero a Baek, luego tomó su brazo con algo de nerviosismo. El lugar estaba saturado de cámaras, había una gran alfombra que daba bienvenida a lo grande a cada persona invitada. Cerro sus ojos un momento, preparándose para lo que seguía y finalmente los abrió caminando con ese glamour que la caracterizaba.

Entraron juntos, provocando de manera inmediata que las miradas se posaran en ellos. Pero más que nada, las miradas estaban en esa pequeña pancita apenas visible en su abdomen podía sentir como si las personas respiraran en su nuca, con miradas despectivas, llenas de duda otras de simple curiosidad y de vez en cuando, también envidia.

Apretó la mano de Baek, el la miro, con una de esas miradas que le decían "Tranquila, aquí estoy" Sin necesidad de palabras, sin necesidad de acciones. Y eso la calmó, se relajo y seguio caminando con una sonrisa en su rostro, complemebtando la preciosidad que desprendía. Todo era perfecto, estaba con Baek, lo amaba, el la amaba, la noche tenía un ligero viento fresco y entre lujos y camaras el ambiente parecía un cuento de hadas. Todo había quedado atrás, su antigua versión indecisa, tonta, enamorada. ahora era diferente y eso le agradaba. Pero entonces, justo cuando pensó que nada podría eliminar su calma. Reconoció esos ojos que nunca podría confundir y esos ojos también la reconocieron a ella. Él estaba ahí.

Capítulo 𝟐

Anton salió de casa llevándose consigo la sola intención de saber donde estaba Colin y su bebé. La ansiedad lo mata, lo carcomía tal como las termitas destrozan la madera. La duda y curiosidad de querer saber a quién se parecía, si a su madre o a él. Si tenía sus ojos o los suyos, su cabello o el hermoso pelirrojo que la caracterizaba, pero más que nada. Deseaba saber si le había hablando de él, si ese angelito estaba enterado de la existencia de su progenitor. Y luego, si le era posible, si quedaba alguna manera de poder hablar. Explicar todo aquello que no le fue posible desde su separación. Antonio había cometido muchos errores en su pasado, no obstante, Jamás podría mentir sobre sus propios sentimientos y la culpa que sentía de haberla perdido por una farsa.

Incluso después de tres años, aún seguía amándola, con todo su ser. Pero sabía que las cosas habían tornado un rumbo distinto y ante la presión de su madre quién era una mujer aunque amable, firme, se casó para darle un hogar al hijo que esperaba con Stela. Su matrimonio no era lo que los medios habían hecho creer, él muy pocas veces se sentaba a charlar con ella y las discusione entre ellos pasaron a ser rutinarias en casa y frente a sus respectivas familias. Hasta la llegada de su hija, cuando tubo por primera vez a Cristal en sus brazos, decidió dejar de discutir para intentar darle estabilidad familiar a su niña. Ella no tenía la culpa de nada, ni mucho menos era responsable de las acciones de su padre en el pasado.

Al contrario, ella era luz, su nuevo respiro, su motor para continuar con la farsa de su vida.

Entro al auto mientras Stela acomodaba a su hija en los asientos de la parte atrás. Evitó mirarla, sabía que si lo hacía terminaría amargándose la noche. El solo verla le provocaba que su humor cambiara. Pero debió aguantar, por el bien de su familia, no quería causar un nuevo escándalo como el que años atrás retumbó por las calles de Londres por una discusión que tubo con ella en un centro comercial. Desde entonces prefería no estar en un lugar donde ella se encontrará, pero para su mala suerte a ese tipo de eventos, los altos ejecutivos asistían con sus esposas y el no llevarla generaría especulación con las que no deseaba lidiar.

─ Dime un cosa ¿Por que aceptaste esta invitación? tu no te llevas bien con el grupo Shiuo ¿no es así?

─ No sabía que debía consultar mis decisiones contigo. Tu unicamente ocúpate de sonreír y no hacer el ridículo

Respondió, en un tono neutro, no quería iniciar una discusión, no con su hija presente en la parte de atrás.

─ No creo que sea tan simple. O no me digas nada que─ Hizo una pausa mirándolo con una sonrisa burlona. Una de esas que te provocan dolor de cabeza y rasquiña en la mano ─ ¿Es por esa mujer? Anton, no seas iluso por favor, ya pasado tres años ¿de verdad crees que ella vendrá algún día a correr entre tus brazos?. Que absurdo

─ Aunque ese fuese el caso, debo recordarte que no tengo porque darte explicaciones Stela. Doy por terminado este tema, ahora si me disculpas, deseo tener un minuto de paz

─¡Soy tu esposa!─ Dijo molesta, aún le ardía, le dolia saber que a pesar de los años. él nunca olvidaría a Colin y ella nunca podría remplazar su presencia y eso la enojaba.

─Yo tuve a tu hija, a la única nieta y heredera de tu familia, tú ni siquiera conoces a ese bastardo que tuviste con ella así que deja de comportarte como un desesperado cuando se trata de ella.

Aquello dio en su punto nervioso, ese tema era casi como un calvario para su propio ser, al principio no dijo nada, solo se dedicó a mirarla, quería no pronunciar una palabra. Tratando de recordar la presencia de su hija en el auto, pero con cada afirmación más de la contraria ya no pudo contenerse

─ Tu y todo lo que venga de ti, siempre será el mayor error de mi vida.

─ Hablas también de Cristal, ella es solo una niña. nisiquiera puede contar con sus abuelos o su padre por que todos los integrantes de tu familia, incluyendote siguen esperando que colin regrese con su querido y adorado nieto, pero ¿sabes algo?, cuando recuerdo esa última vez que la vi, supe de inmediato que no importa lo que hagas, ella no va a regresar. Tú no serás feliz y yo tampoco, así es como debe ser por mucho que te duela

Soltó un suspiro tratando de calmarse apretando el volante hasta entrar al aparcamiento del lugar donde sería la gala. Salieron caminando juntos, él tomó la cintura de Stela, para evitar algún cotilleo mientras ella sostenía a su pequeña de la manito. Entraron minutos después, saludando, fingiendo ser buena familia feliz. Pero incluso cristal, siendo una niña pequeña sabía que todo era mentira, Era como un juego, uno donde sus papis ya no se gritaban y se sonreían frente a las personas. No le gustaba, tampoco le agradaba su mamá, la quería, pero ella no parecía corresponde a ese cariño.

Después de saludar, cada uno tomó un camino diferente dentro del gran salón, Antón se fue al círculo de hombres que hablaban de negocios más que cualquier cosa y Stela se integró al grupo de esposas que solamente se hablaban por hipocresía recolectando cada posible error de la gala para volverlo un chisme entre sus familias y amigos.

Una hora había pasado desde su llegada al lugar, busco a Baek con la mirada, pero no lo encontró por ninguna parte, hablo poco esa noche, tomó dos copas de vino y cuando estaba por tomar la tercera vio de lejos, una mujer con un parecido exacto a su pelirroja. Por un instante su corazón se aceleró, cuál locomotora en funcionamiento. Trato de calmarse, de mirar de cerca para confirmar lo que su mente negaba. Misma estatura, mismo cabello, incluso el estilo del vestido que llevaba encajaba perfectamente en los gustos de Colin. Bajo la vista un momento, tratando de entender si lo que había visto era realmente ella o sólo producto de las copas que llevan, sin notar, que ya había perdido de vista a la mujer.

─ Muchas gracias a todos por tomarse él tiempo de asistir a esta noche de gala en conmemoración a los 90 años de aniversario de el grupo shiuo

La voz de la señora Shiuo resonó por todo él lugar llamando la atención de Anton, rápidamente, cada esposa busco estar serca de sus maridos para oír lo que tenía para decir Eun, todos los invitados escuchaban con plena atención, entre sonrisas y risas a los comentarios que hacia en su discurso para romper el hielo, pero no fue hasta que Baek subió al escenario en compañía de una joven que él lugar quedó en completo silencio

─ Aprovechando que es un día de celebrar, quiero anunciar oficialmente el compromiso de mi hijo Baek y mi futura nuera. Colin Grees quién además de ser un gran apoyo para nuestro conglomerado pronto le dará a nuestra familia un nieto garantizando el legado de nuestra familia por muchas generaciones más

Colin se sentía feliz y a gusto tomada de la mano de Baek. Después del anuncio subió junto a él al escenario donde todas las miradas pronto los colmaron. Todos se veían sorprendidos, algunos felices, otros simplemente no tomaban ninguna de las dos noticias como algo relevante, los fotógrafos peleando entre ellos tratando de tomar una foto de la pareja donde resaltará su pequeña y apenas notable barriguita. Sonrió, tratando de no parecer nerviosa aunque algo dentro suyo le alertaba, algo parecido a un presentimiento que no entendía del todo. Hasta que en su vista a hacia la multitud, lo vio. Sus miradas se cruzaron, deteniendo el tiempo y todo a su alrededor, sintió su corazón dar un vuelco, su cuerpo tensarse, era como si el universo se hubiese puesto de acuerdo para dar esa impresión de protagonismo donde solo él y ella existían. Pero las miradas cambiaron su reflejo cuando cada uno enfrento con propios ojos la realidad del otro. Colin desvío su mirada notando como abraza fuertemente la cintura de Stela, esa mujer que la miraba gritando "victoria" mientras con su mano sostenía a una pequeña niña que a simple vista no era su vivo retrato, pero causaba curiosidad en ella.

Antes, cuando se encontraba en esos días donde la nostalgia la agobiaba se cuestiono que pasaria el día que volviera a verlo, ¿correria a sus brazos?, ¿le diria que lo extraño? pues en ese momento sorprendentemente no sentio nada, o eso pensaba, sus sentimientos parecían tener un bloqueo. Ni culpa, ni amor. Por un momento se sintió como la primera vez que lo vió, cuando en ese entonces el no significaba nada en su vida. En su mente, sus recuerdos había sido su primer amor, pero en su corazón era un completo extraño. Baek pudo notarlo, no era tonto, a simple vista los ojos de Anton brillaron al verla. No era un hombre celoso, pero frente a Anton, sabía que debía actuar rápidamente, porque aunque Colin confirmara una y otra vez que lo amaba, algo no lo convencía del todo.

─ ¿Que haces?─ Preguntó confundida al notar como la rodeaba de la cintura y la acercaba a el con su ceño levemente fruncido

─Estoy marcando mi territorio

Y tras esas palabras, la beso. Fue un beso lento, lleno de amor, ella solo pudo sonreír con su actitud de celos, era la primera vez que se comportaba de esa manera. Bajaron del escenario dirigiéndose a saludar a los invitados. Baek se separó de ella un momento para hablar de negocios con algunos de sus socios, o alguna cosa parecida, en lo que a ella respecta no le interesan ese tipo de cosas, o bueno, ya no. Había tomado la decisión de dejar a su hermano, Max, cargo de la empresa hasta que su embarazo llegará a término. El miedo aún estaba latente en cada parte de su corazón y cuando confirmaron que el estrés y confusión, fuero las causas claras por las que perdió a su primer hijo yo no estaba dispuesta a repetir patrones.

Admiro las decoraciones, no tenía mucho que hacer ahora que Baek estaba ocupado. No le gustaba los cotilleos, por lo que ir con las demás mujeres no era una opción para ella y quedarse a escuchar las conversaciones de los hombres le resultaría aburrido. Era una mujer bastante compleja a la hora de relacionarse. Un rato después, cuando ya había recorrido todo el salón, su atención se fue por completó al bufet de bocadillos, sus ojos se iluminaron. Llegó en cuestion de segundos a la mesa, lleno un plato de todo lo que había, no por hambre, de hecho, había comido algo antes de salir. Se trataba de su bebé y los antojos incontrolables que tenía y si no comia lo que su bebe queria terminaba como una magdalena.

Empezó a comer un pequeño mofin de arequipe a escondida. Justo como una niña pequeña que roba un pedazo de tarta y luego intenta que no la descubran. Baek la consentía, pero no le permitia comer muchos dulces. Asi que aprovechó su descuido y se dio vuelta para esconder el mofin. entre su plato de postres. "¿Que tan malo puede ser comer un mofin?" se pregunte, asegurándose con antelación casi propia de un ninja de que ya no la observaba. Comió como si no lo hubiera hecho en días, sonriendo y disfrutando de su pequeña azaña hasta que tubo la sensación de estar acompaña de alguien detrás suyo "Me descubrió" pensó imaginando que al voltear, encontraría a Baek mirandola con desaprobación.

─Amor.. no es lo que parece, de verdad yo solo tenía hambre y─ Su voz pareció cortarse al ver a Anton frente a ella, tan cerca pero a la vez tan lejos

─ Ha pasado tiempo, ¿como estas Colin?

Su cuerpo entero se petrifico, trago saliva y llevando sus manos nerviosa y confundida detrás de ella jugando levemente sin saber que decir. Como mirarlo, ni siquiera de como actuar.

─ Si, bastante tiempo. Estoy bien, tu.. ¿que tal todo?

Contesto, viendo como una sonrisa se marcaba en la comisura de sus labios, una amarga.. una que reflejaba algo que no pudo descifrar.

─ Me da gusto saberlo. Estoy bien, gracias por preguntar y tu te vez muy hermosa por cierto.

─ Gracias...

Una risa nerviosa salió de ella, pero Anton por otra parte, sintió su mundo caer cuando bajo su vista y esa pequeña curva en su abdomen le confirmó lo que minutos antes había escuchado pero no creído

─ ¿Estas embarazada?─ Dijo, con un nudo en la garganta

─ Si, tengo 22 semanas

─ ¿Quien es su padre?

─Baek

Respondió con una sonrisa tonta, enamorada. Anton lo vio en su semblante, estaba feliz, había avanzado con su vida mientras el se mantenía cuerdo a retazos de recuerdos junto a ella

─ Felicidades a ambos─ Nunca había sonado tan hipócrita, le hervía la sangre, le temblaba el corazón.

─Sobre nuestro hijo, Colin

Antes de que pudiera terminar la frace Stela apareció, lo había visto ir tras ella minutos antes. No permitiría que interactuaran mucho, no mientras ella estuviera serca por lo que tomó la mano de su hija y camino con elegancia entre la multitud hasta llegar a donde estaban

─ ¡api! ¡apitoo!─ La pequeña corrió a tomar la pierna de su padre, mirando a Colin con una sonrisa tierna, pura que tambaleo su corazón

─¿Es tu hija verdad?

Pero Anton no respondió con palabras, se mantuvo en silencio que fue interrumpido por Stela

─ Mucho tiempo ¿no es así Colin?. Déjame presentarte a mi hija y la única nieta legal de la familia. Cristal Mawers

─Un gusto hermosa─ Respondió sin hacer caso a la provocación ─Mi nombre es Colin corazón, un gusto

─hola eñorita Colin, uste es muy boñita ¿no api?

─ Ciertamente, la señorita Grees es hermosa mi amor.

Aunque la niña lo había comentado de manera inocente, Stela estaba evidentemente molesta y justo cuando el ambiente no podía ponerse más tenso, la voz de Baek se hizo presente en la conversación acercandose a Colin para tomar la de la cintura con su mirada sería directa a Anton

─Tiene Razon, señor Mawers. Mi prometida es la mujer más hermosa que existe, sería un tonto si alguna vez la pierdo

Colin se sintió incómoda, minutos antes sólo intentaba comer un mofin, ahora todos parecían querer provocarse de manera indirecta y las única que no entendían la situación eran ella y la pequeña cristal

─¿eñorita me pone mi moñitap?─ Preguntó con dulzura extendiendo una de sus manitos a Colin para mostrar una moña color blanco entre sus deditos, Colin ni siquiera lo pensó, tomó la moñita y le hizo un recogido al cabello de la pequeña ignorando a los demás

─ Gasia

─ Señora Mawers, debo felicitarla por tan hermosa princesa, parece que tiene un hija maravillosa

Inmediatamente Stela solto una sonrisa hipócrita, ella no tenía intención de pelear con la mujer, sólo trataba de hacerle un cumplido pero al notar su rostro ya estaba esperaba a su comentario malintencionado de regreso.

─Muchas gracias Señora Shiuo─ Soltó en una risa llena de burla desviando su mirada a Anton─ También debería felicitarla por su nuevo intengrante, seguramente será un bebé lleno de mucho amor por sus padres

Anton desvío la mirada, sentía que con cada apreciación de la realidad, su corazón pesaba más y más. Colin por su parte ni siquiera sonrió, esta vez fue Baek quien respondió por ella

─Muchas gracias por sus buenos deseos señora Mawers. Puedo asegurarle que será un bebé muy amando por mi novia y yo.

Capítulo 𝟑

Durante tres años Baek trabajo incansablemente por mantener la sonrisa de Colin. Por devolver ese brillo que había perdido. La encontró rota, pérdida, con el corazón hecho trizas y sin alas para volar. Pero eso no nunca fue impedimento para él, se enamoró de ella por la fuerza y resiliencia que representaba, una joven que había levantado la herencia de una familia de la cual no sabía era parte, no podía caer solamente por enamorarse del hombre equivocado. Así que la levantó, la apoyo, le tendió su mano y la cuido como algo netamente valioso hasta que supo que estaba lista para volver y brillar con más fuerza.

Pero eso no apaciguaba sentir miedo de perderla, confiaba en ella plenamente, no podía decir lo mismo de Anton. Él estaba consciente de su latente interés por la joven. Lo buscaba cada mes para preguntarle sobre ella, durante dos años seguidos intentó localizarla y ¿qué es eso aparte amor y benevolencia?. Estaba casado, tenía una hija, pero eso no lo detenía a intentar recuperar a la mujer que amaba. Baek reconocía ese sentimiento, porque incluso él, hizo todo lo que estuvo a su alcance para estar junto a ella, para no perderla. En ese sentido ambos se parecían, ninguno estaba dispuesto a dejarla ir a colin por el mero capricho de tenerla a su lado.

Al terminar la charla momentánea con y fugaz él acompañado de su ahora su actual esposa. Colin se retiró de la presencia de todos, eran demasiadas emociones para ella en una sola noche. Estaba agotada, de alguna manera el ver a Anton le había causado un revuelo de emociones. No románticas, pero si nostálgicas. Salió por la parte tercera del jardín, evitando los periodistas de camino al aparcamiento.

Pero no estaba sola, la seguía la representación materializada de su pasado. Anton la veía de lejos en silencio, empuñando una de sus manos tratando de evitar gritar su nombre para llamar su atención, él tenía tantas cosas que decirle, pero ella parecía ir muy en serio con su nueva vida, con su relación. Iba contra todo pronóstico a olvidarlo. Pero no era el único al cual le preocupaba su pequeña interacción, tras él, se encontraba Baek. Con cara de pocos amigos, con un aura que emanaba seriedad, sentía celos, ¡vaya que si se moría de únicamente pensarlo!, lo siguió, retrasándole el paso antes de poder acercarse a ella.

─Señor Mawers, vuelvo a encontrarlo dos veces en la misma noche. ¿Su auto se encuentra por aquí?

─ No, pero necesitó hablar con alguien, con permiso.

Dio tres pasos hacia adelante, con intensión de avanzar.

─ Tampoco recuerdo ver pasar a su señora esposa por aquí, ¿con quien desea hablar exactamente? puedo hacer que mi personal busque a esa persona por usted. Después de todo, quiero ser buen anfitrión.

─ Señor shiuo, creo que se entromete demaciado.

─ No me lo tómes a mal, pero no soy estupido. La única persona que se encuentra por aquí. Es mi esposa

─ No recuerdo haber asistido a su boda. Ella no es su esposa

La tensión entre ambos hombres era intangible.

─Puede que aún no sea mi esposa formalmente. pero es mi novia, así que voy a pedirle como caballeros que somos, que deje de intentar acercarse. Esta claro que ya ha echo suficiente daño

─ ¿Por qué debería alejarme?─ Respondió, en una sonrisa provocadora ─ En el pasado, ¿cuantas veces actuaste tú de la manera en que ahora me pides hacerlo?

Y eso fue suficiente para sacar a Baek de sus casillas. La verdad duele y bien dicen que quien comete una falta, esta destinado a experimentarla.

─ Ella no te ama. ¿Acaso no lo entiendes?

─ ¿Sabes cual es la diferencia entre tu y yo? y no hablo sólo de tu cara horrorosa. La diferencia es que tu amas algo que costruiste para ti mismo durante estos años. Pero yo amo esa joven nerviosa y dulce que aún existe dentro de ella. Y la conozco tanto que puedo decir, no, más bien, puedo asegurarte. Que ella solo esta confundida.

─ ¿Confundida?, veo que aún no entiendes la situación o más bien te niegas a verla. Dices entonces; ¿qué la vida que ahora gesta dentro de ella también es producto de una confusión?. Escúchame bien Anton. Solamente porque en ese momento te escogió a ti, la deje, considere que eso era lo correcto. Pese a ello, cuando estubo en problemas. ¿A quién busco con insistencia?, fui la persona a la que recurrió, le brinde apoyo, comprensión y jamás le mentí como tu lo hiciste, y cuando pudo mirarse a un espejo sin querer llorar, despues de esperar demaciado tiempo reparando algo que yo no rompí. Logre tener un espacio en su corazón. No espero que lo entiendas pero esto ya no se trata de nuestra rivalidad, se trata de que no dejare que ni por un segundo te acerques a mi esposa, a mi hijo y arruines mi familia.

Tras terminar dio vuelta, con pasos seguros que se detuvieron al escuchar una risa burlona procedente del contrario. Se giró confundido, extrañado de la reacción de Anton, imagino que sus palabras le pensarían, pero lejos de eso sólo le confirmaron más lo que ya intuía. Baek tenía miedo, su presencia era peligrosa porque pondría en juego esa "Familia" que el intentaba construir.

─Baek te daré un consejo. No te mientas a ti mismo, ambos sabemos que solo eres un remplazo. Si esto se tratara de una novela, serías ese personaje secundario que está disfrutando un momento de Felicidad. Pero que muy en el fondo sabe que todo lo que tiene, no le pertenece. Que en algún momento todo regresara a su verdadero dueño...quizás no sea hoy, tampoco mañana. Pero no estarás todo el tiempo para impedirme hablar con ella ¿verdad?, entonces, cuando pase tiempo conmigo, cuando vea que mis sentimientos nunca cambiaron. Será ahí donde pondrá en su lugar sus sentimientos. Y regresará a mí, tómalo como amenaza si quieres. Pero si crees que por embarazarla eres más listo y tienes ventaja. Estás equivocado.

─ Entonces dejaré que te decepciones.

Se alejó después de pronunciar aquella frase, no obstante en cada pasó que dio, sus palabras martillaban como clavos en su mente, le preocupaba un poco, la simple idea de perder todo lo que tenía, por lo que se esforzó en forjar. Le provocaba dolor de estómago, como aquella sensación de ansiedad cuando nos enfrentamos a un examen. Lo aterraba la idea, pero más que nada, le hervía la sangre imaginar volver a perder contra Anton.

Entró al auto, encontrando a Colin dormida entre las butacas, la escena le robó una sonrisa, le trajo tranquilidad. En cuestión de segundos ella despertó y le dedicó una sonrisa mientras trataba de despejar cualquier rastro de sueño.

─ Aún no acaba ¿verdad?, deberíamos regresar, tu madre se esforzó mucho para la ocasión y yo─ Antes de que pudiera completar la frase, Baek la beso. Con esa ternura que caracterizaba sus acciones

─ No te preocupes por eso. Mi madre entendera que debes descansar para que su nieto nazca sanó

Colin agradeció internamente que siempre estuviera cuidandola a todo momento. Se fueron sin despedirse, como dos amantes en fuga. Llegaron minutos después, agotados. Cenaron justos y fueron a dormir, así como ahora les había hecho costumbre, abrazados.

La mañana siguiente Colin despertó un poco más tarde de lo que normalmente lo hacía. Abrió sus ojos aún en el embriagante reflejo de sueño, extendiendo su mano hacia un costado para notar que Baek no estaba a su lado. Se incorporó casi de inmediato, si no estaba acostado, significa que estaba haciendo un desastre en casa y ella ya conocía esos desastres.

Se levantó en pijama, acomodando un poco su cabello alborotado mientras caminaba por el piso de mármol frío descalza. Empezaba a hacerse una idea de lo que encontraría cuando lo viera "Si se atreve a tocar la cocina nuevamente, esta acabado" pensó bajando las escaleras hasta el lobby de la casa, pasando el comedor y finalmente, llego a la cocina.

─Buenos días, señor desastre

La voz contenía un tono dulce, aunque igualmente firme. Baek se sobresalto, mirándola casi en camara lenta. Su rostro era todo un poema, culpa, miedo, le tenía miedo a Colin enojada. Sobretodo cuando el enojo era a causa de sus intentos fallidos culinarios

─ Amor mío, buen día, ¿dormiste bien?

─ ¿Que es lo que le hiciste a mi cocina Baek?

─ No es lo que parece, te prometo que esta vez si salió bien, creó...

Ella negó con la cabeza, acercándose un poco a él para dejar un beso de buenos días en su mejilla. Notando el desastre.

─ Lo siento mi amor, no te enojes conmigo

─ Bueno, no es para tanto─ Sonrio leve, tomando un pedazo de lo que parecía ser una tostada o el intento carbónico de una ─ No puede saber tan mal ¿no?─ Y dio un bocado. Lo miro anonadada, era la peor tostada que había comido alguna vez, pero sabía que tras ella había esfuerzo así que sólo siguió comiendo.

─ Basta, escupe eso ahora─ Ordenó tomando una servilleta para extenderla hacia ella y que escupiera

─ Eres un desastre en la cocina, pese a eso, gracias por intentarlo. Te amo

─ Cuanta sinceridad─ Solto una risa nerviosa ─También te amo

Baek la levanto con cuidado, sentandola arriba de la isla, la miro un momento, con esos ojitos de cachorro que busca redención. Ella suspiro, no podía enojarse con el, era malditamente tierno para su desgracia y después de todo, se esforzaba en hacer cosas por ella.

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