11:00pm
Después de ir a la escuela, salí un buen rato con mis amigas: Brenda y Daniela.
Era tan tarde que dieron las 11 pm y ya tenía que haber regresado a casa o mis padres me regañarían.
Me despedí de ellas y caminé hasta la parada donde el autobús 131 me esperaría.
En lo que espero, recibo un mensaje de mi madre.
-Madre (11:10 pm) : por dónde vienes?? Ya es muy noche.
-Michelle (11:10 pm) : ya voy en camino. Estoy esperando el camión.
De repente, escucho los rumbidos usuales que hace el camión al acercarse. Le hago la parada y me subo después de haberle pagado al chofer.
Comienzo a prestarle atención al paisaje que se ve fuera de la ventana. Las calles, casas... Todo... Lo único en lo que puedo pensar es en la tarea que tendré que hacer hoy y la desvelada por haber llegado a mi casa tan tarde.
11:40 pm
Mientras planeaba las cosas que haría llegando a casa sucedió algo que nunca esperaría que me pasara a mí. Un choque automovilístico.
Todos se balancearon hacia delante y con suerte logré sujetarme del asiento delantero con mis manos. Estaba muy asustada.
Todos o al menos los que estaban heridos se preguntaban si estaban bien, qué era lo que había sucedido.
Fui la única que se levantó del asiento y salió a averiguar qué había ocurrido. El chofer estaba herido e inconsciente. Una pasajera se encargó de llamar a urgencias para que se llevara a los heridos.
Al bajar las escaleras del bus no veo nada que hubiese golpeado al camión. Lo único que observé son manchas de sangre en la parte frontal del mismo.
Asustada y preocupada, lo único que había encontrado en el suelo era un cuchillo pequeño ensangrentado. Algo muy peculiar ya que pensaba que un coche había estampado al camión.
¿Qué sucedió exactamente?
De pronto, algo o alguien más bien me cubrió la boca y la cintura muy fuerte. Me jala hasta llegar a la banqueta de la calle del lado izquierdo y me limitó la escapatoria, dentro del pequeño y oscuro lugar al que me había arrinconado.
¡No sé que hacer! ¿Qué está pasando?- es lo que pasaba por mi mente, nunca sabes si será el fin o si saldrás sana y salva...
-Tienes que darme la daga ahora mismo. -dijo el chico con un rostro preocupado. Lo que no había notado. Hasta que bajé la mirada a su pecho y ver que salía sangre por debajo de su corazón. Alguien le había hecho daño. En realidad estaba asustada, fuera de mente, no sabía que hacer o cómo actuar en esos momentos. Nunca había estado preparada para este tipo de situaciones.
-¿C-Cuál daga? -dije atemorizada mientras buscaba entre mis manos o cerca del piso donde me encontraba.
-Tienes que dármela. ¡Apúrate! -me mostró su mano en señal de que ya o ya tenía que dársela.
En ese momento un grupo de hombres vestidos con bata blanca se acercan a nosotros y uno de ellos dice:
-Te encontramos.
3:45 pm
Despierto con el ceño fruncido. Estaba realmente confundida y no sabía si lo que había ocurrido ayer en la noche era real o solo un sueño.
Lo único raro es el olor de esta habitación. Era distinto el ambiente y al levantarme de la cama me di cuenta de que no estaba en casa.
Recorrí con mis ojos todo el panorama detenidamente hasta estar realmente consciente, todas las cosas que veía no pertenecían a mi cuarto, a mi casa. Muebles color café oscuro, una cama más grande a la mía con sábanas blancas y enfrente de mi estaba un chico sentado en la esquina de la cama.
Salté de un respingo y retrocedí hasta quedar completamente pegada a la pared detrás mío.
Él me miraba con ojos desconocidos y fijamente me observaba.
-¿Qué chingados estoy haciendo aquí? -le pregunté enojada y asustada a la vez con un tono medio grave. Él no sonrió y dijo.
-No es un secuestro, si eso es lo que piensas. -hizo una pausa y continuó- No pueden verte o te matarán.
-Wey... ¿D-De qué estás hablando? ¿Es una broma acaso? ¿Vas a violarme? ¿Por qué me trajiste aquí y cómo? -mientras lanzaba preguntas yo estaba horrorizada, no sabía que hacer, lo único que me preocupaba era que mis padres estarían muy asustados porque vieron que no regresé a casa y no dejé ni un mensaje.
-¿Qué hora es? -le pregunté impaciente.
-Las 3:57 pm.- se fija en el reloj al sacar su celular del bolsillo.
-¡Es muy tarde! ¡Tengo que ir a casa, mis padres están preocupados! -dije mientras bajaba de la cama y me ponía mis tenis.
De pronto, al levantarme rápidamente siento un dolor en la cabeza. Tenía una venda en la parte derecha de mi frente, no me había dado cuenta.
-¿Me golpeaste?-dije desconcertada. Él chico se levanta y se pone en frente de mí. Era un poco más alto que yo. Traía una camiseta gris y unos jeans negros.
-Tuve que hacerlo. Al menos para que estuvieras a salvo, por eso te traje a mi casa.- ¡¿QUÉ?! No entiendo nada...
-A ver... Recapitulemos. Ayer me raptaste y me dijiste que te diera ese cuchillo, luego un grupo de hombres vestidos de blanco dijeron: te encontramos y de ahí ya no supe que pasó después. Luego, amanezco en TÚ casa y en TÚ cama y me dices que me golpeaste y me tienes aquí para "estar a salvo". ¿Cierto?- él chico asiente con mirada sería y me interrumpe.
-Mira niña.
-No soy una niña. Tengo 19 años. Me llamo Michelle. -dije enojada, no sólo por el hecho de llamarme niña sino por esta estupidez que no sabía que estaba pasando realmente.
-Como decía, MICHELLE. Esos hombres me buscan y quieren matarme. Eso a lo que llamas cuchillo o más bien "daga", que así se llama, no la encuentras en la tiendita de la esquina o en un mercado. Es muy especial por eso te la pedí. -dio un largo respiro y continuó para ponerme en contexto.
-Ayer huimos tú y yo por la parte trasera de donde te había acorralado y los perdimos de vista. Te dije que tenías que ir conmigo para estar a salvo o te matarían y tú insististe en ir a tú casa así que te golpé dejándote inconsciente. Solo tienes una herida pequeña. Eso es todo. Tú padre llamó pero no contesté. -se volvió a sentar en la cama y se quedó callado. Mirando hacia el suelo. No creo que los golpes fuesen necesarios...
-Espero que tooodo lo que me hayas dicho-dije haciendo un círculo con mi mano en el aire- sea una broma y que todo lo que hiciste ,quiero pensar que, fue porque querías pasar una noche conmigo. Pero eso no sucederá.
De pronto él soltó una carcajada por lo que había dicho y me miró burlonamente.
-¿Quién en este mundo quiere pasar una noche contigo? Y si así fuese, no te hubiese golpeado. Hubiese sido más cauteloso... -dijo y se levantó poniéndose en frente de mí. El chico me susurra al oído- voy a acompañarte a tú casa.
-¿Por qué lo harías?
-Como dije, esos hombres te vieron conmigo la noche anterior y probablemente te maten a ti antes que a mí. Así que, si quieres seguir viva déjame acompañarte a tú casa.- se queda pensativo y yo lo interrumpo.
-Bien. Pero espero no volver a verte. -dije buscando mi celular y empacando mis cosas en mi mochila.
-¿Qué no fui claro contigo? -dijo lanzando una pequeña risa dejándome ver como una completa tonta.- No puedes quedarte sola. Incluso pueden matarte dentro de tú casa, esos hombres reciben órdenes y no tienen piedad ante nadie. Será mejor que me hagas caso.
Llegué a tal punto de no saber qué hacer o cuál decisión tomar. Por una parte creía lo que me estaba diciendo, pero por otra sentía que esto era una broma y que había cámaras escondidas a punto de sacar esto al aire en TV nacional.
-Está bien. Te creo. Pero, según tú ¿cómo le haremos? ¿Tanto te importa proteger a una chica que acabas de conocer ayer en la noche? -dije irónicamente.
-No es que me importes. Por una parte si llegan a matarte la culpa será mía porque mis huellas están en tí y con eso de que te golpeé peor aún, por otro lado... ¿Qué harán tus padres al saber que ya no sigues con vida?
Me quedo pensando en todo el problema en el que me había metido.
Él continua hablando.
-Por eso, tendrás que vivir conmigo a partir de hoy. - ¡¿QUÉ?! NO NO NO NO.
-Ja. -suelto una risita. -Wey, ¿estás loco no?
-Es mejor que te vayas familiarizando con lo que hay en esta casa: los muebles, la cocina, la comida- hizo una pausa larga- mi cama...
-¡Oye! Ni creas que soy tan estúpida como para creerte toda la chorrada que me estás diciendo, mucho menos vendré a vivir a tú casa así porque sí. -Agarré mi mochila y me acerqué a la puerta de salida.
-Mira, ya te dije lo que puede pasarte. Toma la decisión final: hacerme caso y quedarte a vivir conmigo temporalmente o poner en riesgo tú vida Y probablemente la de tú familia. Tú decides... -se acercó a la nevera y comenzó a buscar algo de comer. Mientras sacaba la mayonesa del refrigerador y alistaba todo para prepararse un sándwich, yo me quedé pensando en lo que haría.
Este chico era un poco más alto que yo, no era tan fuerte y musculoso pero se notaba que iba una que otra vez al gimnasio o hacia ejercicio, su cabello castaño y liso y unos ojos color miel, no tengo que olvidar que sus manos eran grandes y el típico chico al que se le notan las venas. (Una pequeña descripción si quieren saber cómo era él).
Suelto la manija de la puerta y me regreso a la cocina a decirle:
-Bien. Tú ganas.
Él me mira sorprendido y su mirada se fija en mí con una sonrisa de lado a lado.
-Me llamo Dylan. Un gusto. -sonríe y regresa a preparar su sándwich.
-Iré a casa. Mis padres estarán preocupados por mí.
-Iré contigo. En el camino te diré lo que tienes que decir y siempre tienes que seguirme la corriente.- Se sienta a comer su sándwich y tan pronto como termino de hablarle, él termina su comida.
-Okay. ¿Tendré que empacar mi ropa y traerlas aquí contigo?
-¿O qué? ¿Prefieres usar la mía? -se levanta y toma las llaves de su casa para salir.
5:15 pm
(En el camino a casa)
-Esto es lo que haremos. Le dirás a tus padres que tienes novio y-
-¡¿Qué?!
-No me interrumpas. Espera a que termine. -dijo tranquilo. -Sí, tus padres quedarán desconcertados, pero ese no es el punto. El punto es que les dirás que conseguiste un empleo de medio tiempo después de la escuela por lo que llegarás más tarde a casa.
-¿Cómo empacaré mis cosas sin que se den cuenta? - pregunté dudosa.
Estábamos caminando rumbo a mi casa.
No tenía idea de que era probable que mi vida cambiaría si no fuese porque tomé la daga del suelo...
-Diles que te quedarás a dormir en casa de una amiga y ahí guardas lo necesario. No soy tan malo, irás a visitar a tus padres de vez en cuando y las veces que no regreses a casa les dices que tuviste que quedarte conmigo en mi casa porque ya era demasiado tarde. No te la compliques, eso se irá dando paso a paso. -dijo con una voz tan tranquila y calmada como si esto ya lo hubiese hecho muchas veces.
-Entiendo...-hice una pausa y continué- aquella casa marrón, es mía. -nos acercamos a mi casa y toqué la puerta. Nunca antes había estado tan nerviosa para entrar a casa, ni cuando hacía travesuras de pequeña me ponía tan apenada y ansiosa porque no me descubrieran.
-Ya llegué mamá- dije entrando a casa. Mis padres se encontraban en la sala: mi padre viendo TV y mi madre horneando un pastel.
-¡¿Hija?! ¿Estás bien? ¿Por qué no llamaste? ¿Dónde estabas?-me dijo mi madre acercándose a mí y revisando el golpe que tenía en la frente.
-Es una larga historia... Pero estoy bien es solo un golpe-mi madre quitó su mirada de mí y se dirigió a la de Dylan.
-¿Quién es él? ¿Un amigo?- mi padre se levanta del sillón y se acerca con nosotros.
-Hola, mucho gusto. Soy Dylan, el novio de Michelle. -extendió su mano a la de mi madre y ella lo saludó.
-Pero, ¿cómo? Michelle nunca nos ha dicho que tenía novio... -dijo mi padre.
-Era un amigo de la escuela, papá, ya tenemos tiempo de ser amigos es solo que nunca había venido a mi casa... pero ahora quiso presentarse para decirles qué- volví a hacer una pausa larga- somos novios. - dije un tanto nerviosa. Hacía mi mejor actuación para que creyeran mis palabras.
-Bien... Entonces.... Mucho gusto, Dylan. -dijeron mis padres.
-Y otra cosa. Acabo de conseguir un trabajo de medio tiempo, es algo que no quería decirles hasta que lo consiguiera. Por lo que regresaré a casa mucho más tarde, entonces... - Dylan me interrumpe y les dice a mis padres.
-No se preocupen. Yo la recogeré cuando salga de la escuela y del trabajo por supuesto. -dijo Dylan muy confiado.
Mis padres solo se sorprenden y se quedan sin palabras.
-E-Está bien. Mientras la cuides y la protejas todo está bien. Gracias por cierto. -dijo mi madre.
Dylan me da un leve codazo y me mira con unos ojos esperando a que diga algo más. Por fin recuerdo.
-¡Ah! Y otra cosa. Me quedaré en casa de Daniela...haremos pijamada. Así que iré a recoger unas cosas.
-Claro ve. ¿Quieres que te ayude? -dijo mí mamá.
-No no no. Lo haré yo, no te preocupes. Dylan espérame aquí. -le dije mientras subía a mi cuarto.
-Está bien.
11:00 am
(En casa de Dylan)
No quiero levantarme. Qué difícil es levantarse tan temprano de la cama. Espera... ¿De la cama?
Giro mi cuerpo hacia el lado contrario y al voltearme, Dylan estaba respirando en frente de mí. Sus ojos cerrados, durmiendo como un bebé y sus brazos juntos escondidos debajo de la almohada.
-¡Wey!- le lanzo la almohada que tenía debajo de mi cabeza hacia la suya y él despierta de un respingo todo adormilado.
-¿Qué sucede? Déjame dormir... -dijo acomodándose de nuevo y cerrando los ojos.
-Creo que esto de ser "novios" te lo has tomado muy en serio.
Pero... Esperen un momento. Ayer le dije que dormiría en el sofá y el asintió tranquilamente, no entiendo como llegué aquí.
-¿Me cargaste hasta tu cama? -pregunté como si ya estuviese despierto por completo. Hizo un ceño queriendo no hablar por el momento.
-Sí.
(Si preguntas qué sucedió ayer después de que fui a casa de mis padres, esto pasó: llegamos a casa de Dylan.
En realidad no hubo una pijamada en casa de Daniela, pero le advertí en caso de que llamasen mis padres a casa de mi amiga. Llegamos a casa del chico que ahora sería mi "novio" y me dio oportunidad para acomodar mis cosas y pertenencias.
Ya eran casi las 10 pm y tenía sueño. Le dije que dormiría en el sofá que se encontraba en frente del televisor y el asintió. Coloqué una cobija que había traído de mi casa y él me dijo que seguiría despierto unos minutos más.
Después de ahí, no supe como desperté en la cama de Dylan y junto a él).
11:20 am
-Por tú culpa ya no pude volver a dormir- dijo tallándose los ojos mientras se levantaba de la cama para prepararse un café.
-¿Qué querías que hiciera? A una chica que acabas de conocer recién y según se acuesta en el sofá, de pronto amanece en la cama de un chico y todavía junto a él... Para mí es extraño. ¿Cómo sé que ayer no intentaste hacer algo? -le pregunté mientras me levantaba de la cama y la tendía.
-Tú nada más piensas en que te voy a tocar ¿o qué? No todos los hombres son iguales. Te veías muy incómoda en el sofá, así que anoche te cargué y te llevé hasta mi cama. Iba a dormir en el sofá pero no se veía tan suave, me acosté junto a ti. Creí que no harías tanto escándalo. -Dijo mientras se preparaba el café y agregaba unas cucharadas de azúcar.
Se sentó y comenzó a beberlo.
-Bien, bien. Gracias, supongo. -me acerqué a él y me senté a su lado.
-¿Qué ocurre? -me preguntó ya que lo miraba fijamente.
-¿Qué no vas a decirme la historia? -pregunté mientras vaciaba café dentro de una taza.
-¿Cuál historia? -se detuvo de un sorbo.
-¿Por qué quieren matarte? ¿Qué les hiciste? ¿Cuál es el meollo de todo este asunto? ¿Eres rico y quieren que les des dinero? -él se rió levemente y me miró con atención, mostrándome una mirada cálida y penetrante a la vez.
-Uff... Hay tantas cosas que es mejor no saberlas.
-Soy muy curiosa.
-La curiosidad mató al gato.-dijo y terminó de una sentada el café que le quedaba.
-¿No vas a contarme? -le dije un tanto rendida.
-Sí, pero todo a su tiempo. -se quitó la camisa que traía puesta y por fin pude ver la herida que tenía debajo de su corazón. Él se dio cuenta que la había visto y dejó que me acercara a él para observarla.
-¿Te duele?- le pregunté.
-No es nada. -dijo serio, esperando a que me alejara para cambiarse de playera rápidamente.
-¿Cómo te la hiciste?
-¿Recuerdas el momento en el que encontraste la daga? ¿El accidente del autobús?- se puso la camisa manga corta color blanca con unas letras en grande que decía: No fear.
-Oh... Entiendo... -dije sorprendida y extrañada. Él asintió.
Hice una larga pausa, quedándome sin preguntas por hacer y dije.
-Bien. Ya no insistiré. -me levanté de la mesa y rápidamente Dylan toma mi muñeca fuertemente y hace que la distancia entre nosotros quede corta. Él se acerca un poco más y me dice:
-No seas así. Si te lo digo es por algo. No quiero que te hagan daño.
-¿Qué cambiaría? Si me dices o no, estoy en peligro comoquiera. -dije un poco molesta. En verdad quería saber la verdad. Lo tenía tan cerca que su silueta pareciese como si fuera a cubrir todo mi cuerpo haciendo que él se vea más imponente.
Y bueno, una chica que nunca ha tenido novio... cualquier chico se le hace guapo. ¿O no?
Me soltó la muñeca y se alejó de mi. Se dio la vuelta acercándose a la puerta de su casa.
-Cuando regrese te cuento lo que necesitas saber. ¿De acuerdo?
-¿A dónde vas? - pregunté desconcertada.
-Saldré a revisar que todo esté en orden. Por lo que más quieras. No salgas de casa. -abrió la puerta y salió.
Tan pronto como se fue, cerré la puerta con seguro y las ventanas también. Como buena chica organizadora, me puse a limpiar la cocina, la sala y acomodé mis cosas que había traído de casa. Me bañé y me cambié: solo unos jeans mezclilla y una blusa holgada negra.
...Mensaje de Mamá...
Mamá: ¿Cómo amaneciste? A qué hora regresas?
Yo: Saldré de compras con Daniela y cenaré con Dylan. No creo que regrese. Volveré a quedarme en casa de Dani porque se hará tarde y no llegaré a la escuela mañana. 🙋
Mamá: Cuídate, no te quedes sola. Te quiero 😍
Por suerte, la noche anterior Dylan me había dado su número telefónico por lo que era un poco más seguro para mí si me encontrase en problemas.
1:35 pm
Mensajes:
Yo: ¿Dónde estás? Ya tardaste mucho.
1:40 pm
Mensajes:
Dylan: Ya voy en camino. ¿Estás bien? 👌
Yo: Todo bien. 👍 ¿Qué vamos a comer? 🍴
1:55 pm
Dylan: Te parece.... Hamburguesas?? 🍔
Yo: Perfect💯✨
2:30 pm
Dylan llegó a casa, por fin. El hambre ya me mataba...
-¡Tarán! -dijo mostrándome las bolsas en donde se encontraban las hamburguesas, saliendo el olor a carne y queso. Yo le sonreí y le ayudé a poner las bolsas sobre la mesa. Sacamos y acomodamos todo.
-Y bien... - dije terminandome el bocado de la hamburguesa.
-Te contaré. -dijo mientras bebía un poco de soda y le daba la última mordida a su hamburguesa. Yo lo miraba fijamente poniendo atención.
-Esta es la triste historia de una familia: una madre protectora, un padre político y con dinero y bueno... Luego tenemos a su desafortunado hijo único. Luego de no haber crecido con una infancia "normal" como cualquier niño tendría, la madre se divorcia de su esposo por problemas... - suspira y dirige la vista hacia arriba- que, la verdad nunca supo cuál fue el motivo del divorcio. Pero, en fin, los políticos nunca llenan de dinero, siempre quieren más y más. Así que, días anteriores habían descubierto un artefacto que valía más que... Más que mi vida diría yo... - lo miro con extrañeza tratando de pensar la clase de historia que se estaba montando y qué cosa era más valiosa que la vida de una persona... -
-Como es reliquia de una familia de políticos anterior a la del padre, bueno... La quiere conseguir a toda costa. Esa cosa vale millones...Así que... -se acerca a mí, quedando su rostro casi pegado al mío y yo lo miro curiosa por saber qué diría a continuación. Dylan casi roza mi nariz con la suya. Me mira mis labios, luego regresa su vista a la mía y sonríe.
-Continuará... -dijo sin más y se levantó de la mesa.
-¿No me dirás? -volteé a verlo.
-Continuará... Si te lo cuento todo no entenderías. Todo es paso a paso. -se va y se recuesta en su cama, saca su celular y se pone a jugar videojuegos.
Yo me levanto de la mesa, recojo los restos de comida y los platos y me voy al sofá a ver la TV.
4:00 pm
-Después de la escuela pasaré por ti. No tienes derecho a irte a otro lugar sin que yo esté contigo. Eso arriesgaría tu vida. ¿Entiendes eso o no, linda? -
-Entiendo. Por cierto, si quieren matarte, ¿cómo es que no vienen directamente a tú casa y lo hacen? - pregunté curiosa.
-No saben donde vivo. Mi padre no sabe que tengo casa siquiera. Él... cree que vivo en la calle. -me quedé callada y pensativa.
Después de aquello no volví a hacer más preguntas. Creo que eran suficientes por hoy.
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