Mi nombre es Estefanía Isabel Bustamante, quisiera contar un poco de mi pasado, mi historia lo complicada que ha sido mi vida, a partir de mi primer viaje al pueblo natal de mi madre, los padres de mi madre tenían una cabaña muy linda. la primera vez allí quede impresionada por lo hermosa que es, mis abuelos maternos acostumbraban a ir de vacaciones todos los años, aunque a veces pasaban meses, hasta semanas allí, en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, sé que tenían un pariente lejano o un amigo de mi abuela o abuelo, el señor Santiago, siempre escuche de él, mis abuelos y mi madre lo mencionaban siempre a veces cuando llamaba al teléfono de la casa y yo contestaba sabía que era el, ya reconocía su voz, mis padres comienzan a tener problemas y mi hermanita a pesar de estar muy pequeñita y yo al escuchar que mis padres empezaban a discutir y pelearse por todo hasta cosas sin sentido ya no se toleraban el uno al otro, yo tomaba de la mano a mi hermanita Danielis así se llama mi hermana menor, y la llevaba a casa de los padres de mi mama que estaban a pocas cuadras de la nuestras, para que mi hermana no escuchara pelear a mis padres y a mí también me afectaban sus gritos. Le llevo pocos años de diferencia a mi hermana, pero siempre la he cuidado para que no sufra, mi madre consiguió un trabajo en el hospital como enfermera y así fue como empezó a pasar menos tiempo con nosotras, ya mi padre casi no estaba en casa, siempre estaba pasado de copas y mis padres terminaron divorciándose y así fue cuando se olvidó de nuestra existencia y se acordaba de nosotras era cuando tenía que pasar el cheque de la pensión alimenticia y el pago de la matrícula de nuestra escuela. El fracaso de un matrimonio fallido afecto mucho a mi madre así que vendió la casa que mi padre le había comprado y compro una más pequeña lejos de la casa de mis abuelos que siempre le echaban la culpa de su matrimonio fallido así fue cuando empezó a amar mas a su oficio que a nosotras, se dedicó a su trabajo y a intentar cuidar de nosotras pero igual mis abuelos terminaron llevándome a vivir con ellos cuando tenía como once años y pasaba poco tiempo con mi madre, pero una de mis condiciones para estar con ellos fue que también se llevaran a mi hermana con nosotros y así fue no deje sola a mi hermanita porque querían dividirnos mitad y mitad mi madre se quedaba con Danielis y mis abuelos conmigo que tal.

La primera vacación en la cabaña fue cuando tenía doce años, al llegar quede impresionada me encanto la cabaña, el clima lo hermoso que era el pueblo como todos se conocían entre sí, no sé cómo mis abuelos y mi madre se mudado de allí era hermosísimo todo de verdad me encantaba todo de allí, la neblina al amanecer antes de salir el sol, el aire puro que se respira en la llanura, el olor del bosque no sé cómo describirlo pero sé que me encanta y el anochecer me fascina ver las estrellas para meditar y pensar lo fastidiosa que es la vida al lado de mis abuelos maternos los quiero de verdad pero quieren dominar mi vida a su antojo y no los voy a dejar primero muerta que ellos me dominen como una marioneta de carne y huesos.

Lo que más me fascina es compartir tiempo con una abuelita amiga de mis abuelos creo que es familia de ellos nunca los he entendido quien es pariente o no, pero sí sé que Victoria "Toria" como le digo yo, es muy linda conmigo me entiende y también me gusta pasar tiempo con enrique su nieto la primera vez que nos conocimos fue en la hacienda la victoria propiedad de su abuela, mis abuelos tenían que salir y para no dejarnos sola a mi hermanita y a mí, nos dejaron a cuido de Toria. cuando decido salir ese día a dar un paseo por la hacienda no muy lejos de la casa porque no quería perderme pero me gustaba ir a un arroyo cerca de la casa que estaba escondido entre los árboles, me gustaba ir a darme un chapuzón allí de vez en cuando aprovechaba cuando iba allí de visita, estaba dándome un baño cuando comienza a llover de repente y salí corriendo del arroyo y corría sin ver por dónde iba con puro instinto me guiaba la lluvia no me dejaba ver. cuando siento un golpe cuando estaba tirada en el suelo y escucho la voz de un chico y cuando veo una bicicleta, maldición me había chocado, al ver que el muchacho me estira su mano para ver si me fueron bien le doy la mano y al verlo quede impresionada parecía un príncipe salido de un cuento de hadas, pensé que estaba soñando así que frote mis ojos y me cerciore que no era un sueño era un muchacho tan lindo con la piel blanca como la nieve, sus ojos azules como el cielo y su cabello como el café, era la viva imagen un príncipe, mi príncipe que sueño porque no podría ser realidad se veía mayor que yo.

Al levantarme salí corriendo y al llegar a la casa de Toria estaban mis abuelos que acababan de llegar y me subí al coche sin decir nada y me encerré en la parte trasera sin salir el chico iba detrás de mí en su bici, seguro pensó que estaba loca, lo vi hablar con la abuela Toria y con mis abuelos, y me di cuenta que me monte toda empapada en el auto bueno me di cuenta tarde, aunque no importa mis abuelos siempre han dicho que soy medio rarita por mis reacciones a veces hago las cosas sin pensar, siempre reacciono tarde.

Temprano al siguiente día de mi locura en la hacienda de Victoria, mis abuelos decidieron volverse a la ciudad se acabaron las mejores vacaciones de mi vida, ojalá vuelva pronto a visitar este pueblito me encanta me siento libre como si fuera una pequeña ave encerrada en una jaula y le abrieran la puerta para que saliera y vuele libre así me siento yo aquí, liberada sin ataduras.

Al llegar a la ciudad mi madre le da la mala noticia a mis abuelos que uno de mis tíos como siempre se había llevado el coche de mi abuela y no lo regresaban a la casa desde hace varios días pero no les quería decir nada para no preocuparles pero que lo habían visto a las afuera de la ciudad tomando y metido en sitios de apuesta eso fue lo que escuche decir a mi mama cuando platicaba con mis abuelos, al rato mi abuela llamo a la policía para reportar el auto como robado y así fue cuando empezó la locura de mi familia.

Paso un tiempo cuando mi abuela decide ir a la cabaña ella sola con nosotras dos, esta vez no iba mi abuelo raro pero la verdad no me importaba cuando mencionaban la palabra cabaña me olvidaba de la existencia de los demás y no había mas en que pensar que en empacar mis cosas y disfrutar mi viaje paso un par de años ya tengo 15 años y me celebraron mis dulces quince primaveras por todo lo alto con mariachis y todo la fiesta fue con más de 500 invitados, mesoneros, chef, bailarines, Dj y un sin fin de cosas mis abuelos pudieron demostrar su buena manera de vivir.

Cuando llegamos al pueblo estaba feliz, la cabaña igual como siempre hermosa ese color marrón desgastado de sus paredes, con el verde por sus alrededores se mezcla con el ambiente que la rodea se ve de sueños, me bañe y me cambie de ropa, mi abuela me dio permiso para ir a visitar a la abuela Toria, Danielis la quería ver y yo también por su puesto mi hermana ha crecido bastante pero me ve como una figura materna hasta me dice mama a veces, le hace falta mi madre desde que se divorció de mi papa también se divorció de nosotras si está al pendiente no lo niego, pero no como debería ser.

Mi abuela decidió ir a la hacienda la Victoria y Toria al vernos llegar nos comió a besos y abrazos tenía tres años sin vernos y de verdad mi hermana esta mas grandecita y yo cambie bastante físicamente mi cabello está más largo y ondulado me creció el busto y mi cuerpo tiene curvas como dicen mis nuevos amigo de la secundaria mi amiga Laura la conocí en clases de inglés y a Mauricio que cursamos el mismo año son unas locas perdidas Mauricio le gustan los niños dice que se siente atraídos por ellos y Laura por las niñas la verdad no les doy mucha importancia aunque mis abuelos si no les gusta para que sean mis amigos pero entre gustos y colores no mandaron los doctores así dice mi madre a ella si le caen bien, estuvimos rato con Toria y a las horas llego mi abuela a buscarnos cuando estaba en el auto vi llegar una camioneta y reconocí de inmediato al muchacho que me choco hace tres años y está más lindo que nunca dios mío, un poco cambiado debe de tener casi la mayoría de edad sino fue que ya los paso. saludo a mi abuela y a Toria. mi hermanita tocaba la puerta para que yo saliera así que abrí la puerta para que Danielis se subiera al coche y la mirada del muchacho se cruzo con la mía y quedamos como hechizados nuestras miradas se quedaron fijas la una en la otra por un momento y me sentí incomoda y cerré la puerta y mi corazón palpitaba como si fuese a salirse de mi pecho, no sé qué me pasaba me sentí extraña nunca me había sentido así tenía un vacío en mi estómago que me hacía sentir rara y más de lo que soy.

Toda la noche me la pase soñando con el chico de la hacienda la Victoria me intriga saber quién es, su mirada me atrapa y me hace derretirme al verlos.

En la mañana salí al pueblo en busca de una computadora porque en la cabaña hay teléfono y de broma, Necesito mandar un correo, con unos apuntes de un trabajo de la preparatoria, al caminar por el centro donde están todas las tiendas es una calle en realidad hay pocos negocios pero hay variedad, no hay tanta competencia pero no consigo una maldita computadora hasta que vi una pequeña cafetería pero tenía unos computadores y le di gracias a dios porque ya me dolían los pies de tanto caminar, al entrar reconocí al dueño era el señor Santiago un amigo o pariente de mis abuelos el señor Santiago hijo de Toria, le pedí una computadora pude hacer lo que necesita y más pude charlar con mis amigos por redes sociales, cuando iba a pagar la cuenta el señor Santiago no estaba en la caja solo para mi suerte no sé si así decirlo era el chico de la hacienda la victoria.

-La cuenta de la computadora tres por favor- Estefanía- hablándole al chico en la registradora.

- Te conozco de algún lado- chico de la hacienda la Victoria.

- No creo, no soy de aquí- Estefanía.

- A ok disculpe, pero te me haces conocida, como va a pagar efectivo o tarjeta- chico.

- Tarjeta- Estefanía- sacando la tarjeta de crédito de mis abuelos y entregándose la al chico para que se cobrara.

- Tome. acá esta su tarjeta, estamos a la orden-chico- cuando me va a entregar la tarjeta ve el nombre impreso en ella- ya sé de donde te conozco eres la chica que andaba con la señora Bustamante.

- Si soy su nieta-Estefanía.

- Qué raro mi abuela no me dijo que los Bustamante tenían una nieta ya grandecita- chico.

- ¿Abuela?-Estefanía -confundida.

- Si victoria tú la conoces-chico.

- Toria, pero ella tiene una nieta Camila que yo sepa- Estefanía.

Hay se me olvido que el señor Santiago se había casado de nuevo y su esposa tenía un hijo que bruta segura es el antes de que me fuera a responder.

- Gracias hasta luego- Estefanía- salí lo más rápido que puede.

Después de la metida de pata con el muchacho de la hacienda la Victoria que termino siendo el hijastro de Santiago al indagar con mi abuela ella me contó que él se había casado y que ese muchacho él lo quería como un hijo y Camila la hija de Santiago y el son como hermanos me daba vergüenza en pensar que era lo que iba a decirme cuando no lo deje hablar y salí corriendo como siempre.

Despejar mi mente y fui a visitar a la abuelita Victoria y así preguntarle del muchacho que me llama mucho la atención, al llegar a la hacienda; el día estaba hermosamente soleado y hacía calor antes de ir a hablar con Victoria no aguante y fui directo al arroyo y como está escondido entre los arboles puedo darme un chapuzón para refrescarme del calor que tenía, el agua clara y cristalina y los pequeñitos peces que se ven moviéndose por las pequeñas rocas, me quite la ropa rápidamente y me quede en ropa interior allí no hay nadie, así que puedo estar tranquila antes de venir la llame y me dijo que estaba totalmente sola. yo estoy refrescando me y unos pequeños rayos de sol tocaban mi rostro y se sintió tan bien así que me recosté y cerré mis ojos y por un momento me olvide de todo, mi mente estaba en blanco hasta que escuche que alguien se aclaraba la garganta maldición había alguien viéndome y yo en paños menores. cuando abrí los ojos era el muchacho me levante como pude y me tape con las manos como pude la verdad no estaba haciendo nada más que el ridículo, pero no sabía cómo reaccionar, el chico se reía sarcásticamente por mi comportamiento, pero ósea es normal un muchacho me estaba mirando solo en ropa intima, mis mejillas rojas como un tomate de la vergüenza.

- Toma lindura- muchacho- entregándome mi vestido que estaba sobre las ramas de un árbol.

- Gracias, pero no me veas- Estefanía- avergonzada- poniéndome el vestido.

- Por cierto, lindo cuerpo, ya sé de donde te conozco por eso te me hiciste conocida ayer eres la chica que choque con mi bicicleta- muchacho-pensativo.

- Púdrete- Estefanía- apenada sin saber que más decir solté lo primero que se me vino a la mente y salí corriendo de allí enojada.

Corrí hasta la casa de victoria enfadada conmigo misma y no me di cuenta que había dejado mis zapatos y mi bolso con mis cosas, pero no me importó un Carrizo así que al llegar a pórtico Donde estaba sentada Toria al verme con mi mejor cara de perrito regañando.

- Que te paso cariño estas toda mojada ve a mi habitación y ponte algo seco, allí tengo algo de ropa de mi nieta te debe de quedar- victoria.  

- Gracias abuela- Estefanía - caminando hacia el interior de la casa para cambiarme y ver si se me pasaba el enojo.

Me colocó ropa seca y salgo al pórtico y para mi mala suerte el chico estaba sentado meciéndose en una silla, la viva imagen de la tranquilidad, busque a Toria con la mirada y no me quedo más remedio que preguntarle al muchacho por ella.

- Hay tú, ¿dónde está Toria?Estefanía.

- Mi abuela salió un momento dijo que esperaras a que llegara- muchacho-con una curva que se le hacía al hablarme que hace que me derrita.

- Gracias- Estefanía- dándole la espalda para irme a esconder en algún lugar de la casa.

- Oye no te vayas quédate, disculpa por lo sucedido, pero siempre tomo ese atajo cuando vengo a ver a mi abuela, de verdad disculpa no pensé que hubiera nadie lo siento- muchacho- apenado.

- Tranquilo la descuidada fui yo- Estefanía.

- Lo siento no me he presentado aún me llamo Enrique Belmonte - Enrique.

- Estefanía Bustamante, pero puedes llamarme Tify, Estefi, Fanny, en fin, me llaman de muchas maneras- Estefanía- nerviosa- siempre hablo de más cuando me pongo así con los nervios dios.

- Está bien me gusta Tify- Enrique- sonrisa sarcástica.

- Ok- Estefanía- sin darme cuanta le hice la sonrisa con ojitos.

Enrique se me quedo mirando fijamente y me hacía sentir extraña.sentí lo que dicen mariposas en el estómago dios me gusta enrique dios no es posible.

Nos las pasamos hablando por un rato y por suerte el tan bello y caballeroso me trajo mi bolsa y mis zapatos aunque se burló de mi al recordar mi reacción pero ahora cuando estoy con el me siento segura, tranquila la verdad me gusta hacernos burlas uno al otro no me di cuenta que habíamos pasado horas hablando cuando llego mi abuela a buscarme y no me había dado cuenta que era ya demasiado tarde pero tenemos tantas cosas en común.el ya casi termina la secundaria estudia en una academia en este pueblo, le conté de mis dos únicos amigos, el si es un poco popular como dicen y como no serlo con lo hermoso que es seguro tiene a todas las chicas derretidas, intercambiamos números para escribirnos cuando yo me valla, me dijo que me iba a mostrar más lugares del pueblo que yo aun no conozco, gracias a dios mi abuela quiere quedarse un poco más así puedo conocer más a Enrique.