La meta está tan cerca, miró las nubes a mi alrededor, el viento me favorece, el mar se mira quieto, se que es mi oportunidad para pasar a la siguiente ronda, tal vez no sobreviva, pero si lo hago lograré mi objetivo, comencé acelerar es mi última oportunidad, el humo comienza a nublar mi vista, tengo que cruzar, comienzo a forzar el motor, estudio el viento, me muevo entre las nubes para poner el viento a mi favor.
Cada vez estoy más cerca puedo mirar los enormes pilares que señalan la meta, mi plan es sencillo al cruzar, me expulsó y caigo al vacío, por fin estoy a nada de cruzarla necesito ese lugar, doy un último giro y miró la meta, estoy tan cerca, miró el botón y siento el viento en mi rostro, mi avioneta pierde el control, se estampa en el agua, aún sigo cayendo al vacío mis oídos se vuelven sordos, mi corazón está tan acelerado siento que se va parar, el frío mar cubre todo mi cuerpo, abro los ojos y miró hacia la superficie, comienzo nadar, un equipo de rescate me auxilia.
- Señorita ¿se encuentra bien?
- ¿Lo logré?, ¿pase la meta?
- Señorita por favor coloqué el oxígeno en su nariz.
- ¿Lo logré?, dígame por favor.
- Si lo logro, por favor puede quedarse quieta, la estamos revisando.
- Si muchas gracias.
- Están bien sus signos doctor, decía la enfermera.
El comité hablaba con el doctor.
- Si ella está bien.
Me encontraba en una camilla, mi ropa estába mojada.
- ¡Te voy a matar Dayana!, ¿como te atreves? Gritaba mi hermano.
- ¡Lo logré!, sonreía.
- ¡Y eso no importa si mueres!.
- ¿Tienes mi tiempo?.
- No te lo diré mocosa.
- vamos el avión era viejo, sabes que jamás lo lograría.
- Superaste tu último tiempo. ¿Sabes que perdimos un avión?.
- Lo siento.
- Ahora necesitaremos uno nuevo.
- Tu puedes conseguir uno hermanito, me levanté rápidamente.
-¡Señorita, por favor!, aún debe estar en vigilancia, gritaba la enfermera.
- Estoy bien.
Caminaba junto con mi hermano.
- Dayana, deja de arriesgar tu vida que quieres demostrar.
- Que podemos llegar lejos.
- El jamás nos va ver, cómo la ve a ella.
- ¡No es por el!, le grite.
- ¿Entonces explícame?
- Solo quiero que mamá este orgullosa de mi.
- Ella está orgullosa de ti tontita, me abrazo.
- ¡Felicidades equipo McLarn!, está es la invitación para la fiesta de la noche esperamos su asistencia.
- Gracias.
- No pienso ir a esa fiesta, dije guardando todo en el remolque.
- Por favor Dayana, necesitamos un avión y patrocinador, ¡así que vamos a ir!.
- Axel por favor, sabes que odio esas fiestas y ellos estarán ahí.
- Es una orden
- Ok, azote la puerta del camión.
.Mientras salíamos del área de los stand de equipos, miraba los campos, recordé cuando ella lloraba en silencio y subía a su avioneta.
¡Mami regresa!, mi hermano Axel me abrazaba mientras mamá se iba, siempre regresaba siempre, pero es tarde no regreso la esperamos por dos días, después Axel tuvo que avisar a la policía.
Entonces encontraron su cuerpo frío en su avioneta estampada en la montaña.
Axel y yo nos quedamos solos, yo a la edad de 12 años y Axel tenía 16 años, la tía Graciela, nos recogió ella era la hermana mayor de mamá, su odio por los aviones era demasiado que no podíamos hablar entre nosotros de avionetas, ni aviones ni nada que tuviera que ver con dos alas.
Axel al cumplir los 18 me dejó con ella, el fue a buscar suerte, pensó que nuestro padre nos ayudaría, pero eso jamás paso y no pasará. Axel trabajo de mecánico por casi 2 años después como piloto de un equipo que se quedaba el la tercera ronda, un viejo piloto le obsequio su avioneta el la pinto y la mejoro.
Cuando cumplí 18 me escape y me fui a vivir con el, no pensaba soportar estar más tiempo sin hablar o tocar una avioneta. Es algo que el y yo amamos.
Mis padres fueron pilotos se enamoraron y se casaron, mamá siempre fue mejor que papá, ella ganó 6 campeonatos, mi padre se convirtió en su manejador. Ella hizo una fortuna, se retiró a los 24 años para formar una familia con papá, ella estaba embarazada. Después de que nació Axel mamá y el discutían mucho por qué ella quería seguir volando, pero mi padre entrego una carta al comité dónde ella señalaba que se retiraba de las competencias.
Después la abandono justo cuando estaba embarazada de mi, así que no conocí a mi padre hasta el día de la muerte de mi madre, no se por que dejó de amarla y nos abandono.
Mi padre es un idiota, la verdad para mí el no es mi padre, el día que lo conocí me ignoro y solo me dijo.
- ¡niña deja de llorar no seas débil!
Así que me volví una chica con el corazón de piedra, aquí estoy no me importa morir en los cielos, no me interesa morir, por qué deje de ser débil. Me volví tan ruda y algunos dicen que amargada por que no hablo con nadie, no me gusta que conozcan nada de mi.
Mi único objetivo es ganar al menos un campeonato y poner en alto de nuevo el apellido de mamá así es McLarn y recuperar nuestra casa que está en venta.
Mi madre fue la grandiosa Daysi McLarn, la mujer más dulce y tierna que conocí, ella era muy buena siempre hablaba de aviones y la sensación de volar, cuando éramos pequeños nos subía con ella y manejaba por los cielos, mi tía discutía con ella por qué decía que podía matarnos, pero a nosotros nos encantaba andar por los aires.
En las noches mirábamos sus videos como volaba por los aires, lo único que odia era ver el estupido rostro de Will, así se llama el hombre que destruyó a mi madre y negó ser mi padre.
Axel adelantaba o quitaba la cinta para que mamá no estuviera triste.
Fueron los mejores años de mi vida sonreía demasiado, mamá era muy graciosa, corríamos por los grandes campos de la mansión, mamá caminaba entre sus avionetas, mientras Axel y yo nos escondimos entre ellas.
Axel
¿Quieres comer algo antes de ir a la fiesta?
- Una hamburguesa, estaría bien.
- ¿Quieres papás?
- ¡Claro que quiero papas hermanito!, decía sonriendo.
Con el único que sonrió es con mi hermano, todo lo que sé, lo aprendí de el y algunas técnicas que usamos para volar fueron escritas en un diario que mamá escribió para nosotros.
Después de tantos años nos enteramos por qué mamá quiso morir de ese modo, por qué tenía cáncer, sabía que iba morir, la tía Graciela nos contó que visito muchos doctores y ninguno le daba esperanza.
Cuando papá nos dejó, el nos quitó todo avionetas, equipo y lo único que teníamos era la mansión McLarn, mamá lloraba todos los días por el, le rogaba que regresara a casa, se humillaba día a día, el volvió a casarse, resulta que su nueva esposa estaba embarazada, el muy cabron embarazo a su amante los mismos días que embarazo a mi madre.
Nadie sabe que soy hija de el, por qué se negó a darme su apellido lo cual agradecí no quiero llevar el apellido de un ladrón sin corazón que humillaba a mi madre, cada que el hablaba por teléfono con ella la humillaba, un día escuché que en televisión lo entrevistaron y le preguntaron por su relación con mi madre. El solo dijo besando a su amante, una rubia en donde quiera cabe.
Así es su amante es una mujer rubia, toda plástica, que tiene el mismo veneno que el en su corazón.
El día que mamá murió, ella tiro todos nuestros recuerdos de la casa y los quemo en el patio, se apoderó de la mansión y nos entregaron a mi tía.
Ella amenazó de muerte a mi tía si ella peleaba por nuestra casa.
Así que jure que me vengaria así fuera lo último que hiciera, mi plan es sencillo ganar un campeonato tal vez más, tener dinero suficiente para recuperar mi casa y tener un gran equipo, para que el apellido de mi madre sea de nuevo escuchado.
Haré que mi padre y su familia pague por todo lo que nos hicieron.
Pero es un camino muy largo y difícil pero no me daré por vencida.
En esta vida todo lo que haces se paga y se que el destino está a mi favor, cuando Axel y yo nos enteramos que mi padre está vendiendo la mansión supimos que el muy idiota no tiene dinero o está gastando en su nuevo equipo, el lleva años en el negocio de avionetas, el comité lo adora y no solo eso, este año su princesa es la estrella de su equipo.
- ¡Toma!, la pedí sin mostaza como te gusta.
- ¡Gracias eres el mejor!
- Y ya pensaste que vestido te pondrás para la fiesta.
- ¡Que!, casi estampaba mi bocado en el volante.
- No pienso ir de vestido, por qué me haces ese tipo de preguntas, sabes que odio los vestidos.
- Te vez hermosa cuando usas vestido.
- Si ya se que me paresco a mamá.
- Pero es mi look esto, está soy yo. Visto siempre de negro.
- solo lo haces por qué quieres aparentar un lado rudo. Dayana no debes guardar tanto odio en tu corazón, recuperaremos todo, pero si eso no te llena entonces que vendrá después.
- No lo sé y estoy comiendo puedes dejar de molestarme.
- puedes dejar de molestarme, decía burlándose de mi.
- Espero alguien acepte hablar conmigo, voy aprovechar a buscar un patrocinador y un avión.
- Si los encuentras, diles que la condición es conservar el nombre del equipo McLarn.
- Si ya se.
- ¿Dónde será la fiesta?
- En la mansión de los Tayak.
- Genial, recuerda sin fotos.
- Si hermanita.
- Pero sabes que todos van a querer saber quién fue la loca que trato de matarse para cruzar la meta.
- Si claro, es la razón por la que lo hice.
Nos carcajeamos
Es obvio que quería llamar la atención es mi primera vez en el torneo y quiero hacer ruido pero sin fotos.
Las fotos serán después cuando gane este campeonato.
Bajamos del auto, es la segunda vez que asisto a una fiesta de estás, la primera fue hace un año atrás, recuerdo que Axel y su equipo pasaron a la siguiente ronda el llegó a casa de la tía Graciela y me secuestro.
Al llegar a la fiesta me sentía muy nerviosa los fotógrafos se volvían locos y entrevistaban a todos, Axel estaba ocupado así que tome unos bocadillos, subí al baño me encerré, entre a la tina y me senté a disfrutar la comida, la verdad no quería salir, por qué cuando entramos mire a lo lejos a mi padre con su familia, me dolió ver cómo besaba a su hija y la abrazaba, ella era su orgullo, no quería llorar en frente de las cámaras así que me fui a esconder al baño.
Y ahí conocí a un chico con pasamontañas, yo tapaba mi cara, no quería que las lágrimas siguieran saliendo.
- ¿Estás bien?
- ¡Si estoy bien!, dije molesta.
- Sabés, estás en mi lugar, entro en la tina.
Suspire quite mis manos del rostro y lo mire tenía su cara tapada con una pasamontañas negra.
- Hola niña, esté es mi lugar yo entre primero, te dejare que te quedes si me regalas unos bocadillos.
- ¡Son míos y no estabas aquí, así que deja de molestarme y lárgate!
- Que grosera, yo estaba fumando y cuando me iba a sentar vi que una niña sentada en mi lugar favorito.
- ¿Es tu casa?
- No solo me escondo de los fotógrafos.
- ¿Por qué?
- No me gusta, es mi último año de competencia, solo quiero una foto con mi trofeo, ¿estás compitiendo?
- No mi hermano es el que compite y me invitó, pero no me gusta estar en público.
- Así que te escondes.
- Si, dije comiendo.
El me robo un bocadillo y lo metió bajo su pasa montañas.
- ¿Y como te llamas?
- ¡Que te importa!, dije molesta.
El se carcajeaba.
- ¡Siempre estás enojada!
- Es mi personalidad.
No lo miraba, la verdad me ponía nerviosa, tenía lindos ojos y jamás había estado tan cerca de un chico.
- Tengo que irme, me levanté y el me jalo de la mano.
- Aún estás fotografiando, espera a que empiece la música, es la señal que ya ni habrán fotos y todo está oscuro así nadie te reconocerá. Me volví a sentar.
- ¿Tardará mucho?
- ¿Qué te asusto?
- No es solo que mi hermano puede estar preocupado por mi.
- No te voy hacer daño, solo que te vi que llorabas y pensé que tal vez necesitabas compañía, se levanto y se sentó en la ventana.
El me miraba y no decía nada.
- ¿Que me miras?.
- Eres muy bonita.
Me levanté de la tina y me acerque a la puerta, el se acercó rápido y cerro la puerta.
- Fue un placer conocerte niña, beso mi mejilla. - ¡Para mí no fue un placer idiota!, lo pateé en los bajos.
El se quedo tirado y yo salí corriendo.
La verdad es que me gustó que besara mi mejilla, pero no puedo dejar que un desconocido se meta en mi cabeza, nisiquiera se su nombre y tampoco vi su rostro pero cuando se acercó su perfume me puso nerviosa.
- ¡Llegamos!, dije estacionando el camión cerca de la mansión.
- ¿Cómo me veo?, decía Axel.
- Muy guapo y profesional.
- ¡Vas, te espero, cambia tu ropa!
- ¿No puedo ir así?.
- Vamos Dayana, por favor.
- Claro que me voy a cambiar Axel, no soy puerca.
Nos carcajeamos.
Me duchaba y recordé a ese chico con pasamontañas, quería verlo de nuevo, pero el dijo que era su último año de competencia y la verdad no sé si gano ese año, recuerdo aún su perfume y su voz.
Pero no es suficiente.
Coloque un pantalón de cuero y una camisa, mi chaqueta y una bufanda, recogí mi cabello, coloque mis botas.
- Listo hermanito.
- Dayana, ¿y el vestido?.
- Dije que asistiría, sin foto y sin vestidos.
- Muy bien, vamos.
Bajamos y caminamos juntos.
- Sabes que nos encontraremos con el, decía Axel tomando mi mano.
- Da igual, necesitamos patrocinadores y un avión.
Cuando entramos todos los fotógrafos estaban con los demás equipos, Axel y yo entramos como si fuéramos invisibles.
- ¡Voy a probar la comida!, dije sonriendo.
- ¡Voy a buscar un avión!, contestó
Tome un plato y coloque varios bocadillos en mi plato, es lo único bueno de estas fiestas la comida.
- ¡Felicidades hija!, fue una gran moviento, jamás pensé que lo volvería a ver.
Genial el idiota de mi padre me está hablando.
Tome mi plato y camine entre los invitados.
Por qué se acerca ahora, que quiere de mi, si jamás se interesó en mi.
Llegue al baño, sentía que mis lágrimas iban a salir. Otro año más que me lastimas Will, no podías meterte tu estúpidas felicitaciones por el culo.
- ¡Maldito!, grite. Mientras comía como un cerdo desesperado.
- ¡Tranquila puedes ahogarte con tanta comida!
Cerré la cortina.
- Hola soy Simón, estaba en el baño lavandome las manos y entraste tan rápido que no pude decirte que estaba ocupado, ¿estás bien?.
- ¡Si estoy bien largo y cierra la maldita puerta al salir!
- Eres la chica novata que salió disparada de su avioneta.
- ¿No se de qué hablas?
- Claro que sí, solo hay 3 chicas este año en la competencia la pelirroja sexi, la Rubia y la chica loca que quiere morir.
- ¡Si soy la loca, ahora largo!
- No me voy a ir, hasta que sepa que no vas a tratar de suicidarte, la verdad es que pensé que no habría competencia este año pero veo que tus movimientos son únicos, ¿como hiciste eso?.
- Crees que te voy a decir, ¡eres idiota o algo así!.
Abrí la cortina
El se reía.
- Hice que abrieras la cortina, ese era el objetivo.
- Soy Dayana McLarn, me levanté.
- Muchos gusto, yo soy Simón Mantok, del equipo Tornado.
- Si ya recuerdo son el equipo con sus avioncitos azules.
Me lave las manos.
El se reía.
- ¿Siempre eres así?
- ¿De rara o de que?.
- Actúas como un niño.
- ¡No solo lo hago enfrente de otros niños!, dije con sarcasmo.
- Me dio gusto saludarte Dayana, nos vemos en la pista.
Se marchó, escuché que la música comenzó era la señal para salir de aquí.
Baje las escaleras rápido, mire a mi hermano hablando con algunos promotores, no quería aparecer, la verdad es que mi manera de contestar a veces es algo ruda y ahora no estoy de humor.
Así que le escribí un mensaje.
- Te espero en el auto, ya estoy cansada.
- Ok, me contestó.
Subía al camión y me recosté.
Me hubiera encantado que Simón fuera mi chico misterioso pero su timbre de voz y su perfume era otro.
Creo que estoy enamorada de un chico sin nombre y sin rostro.
Imaginaba sus labios cálidos en mi mejilla y me quedé dormida.
¡Dayana levanté, por favor!, gritaba Axel.
- ¿Qué sucede?, ¡por qué tienes que gritar!.
- Tenemos una junta en media hora, mueve ese trasero, ¿por qué quieren conocerte?.
- ¿A mí por qué?.
- Por qué gracias a tu locura, todos quieren saber quién es la novata que trato de matarse.
- ¿Que exagerados?.
- ¡Vamos necesitamos ésto!, el es un buen patrocinador y no solo eso, el contrato será por todo el año.
- ¡No haré comerciales!
- No, en realidad es una empresa que fabrica avionetas y tiene al equipo azul, pero están dispuestos ayudarnos.
- No me voy a unir a ese equipo.
- No, ellos dejarán que usemos nuestro nombre, el color de nuestros aviones será el que nosotros queramos, ¡así que mueve tu enorme trasero!
- ¡Ya voy!, dije caminando lento al baño.
- ¡Muévete!, me empujó.
Me bañé y me vestí rápido.
- ¡Faltan 10 minutos!
- ¡Relájate!, bajamos rápido del camión.
Era un edificio enorme. Me secaba el cabello en el elevador, la gente me miraba raro.
- ¡¿Que?!, grite.
Mi hermano golpeaba su cara.
Guardé la pequeña toalla en mi mochila.
- No se por que te molestas conmigo, pudiste levantarme temprano, pero llegaste tarde, ¿cierto?
- No
- ¡Si llegaste tardé!, por qué mírate, solo te cambiaste la camisa y aún apestas a cigarro.
- Puedes dejar de molestarme.
- Me imagino que te estabas cogiendo a alguien.
- Claro que no.
- Tienes un chupetón en el cuello Axel.
- ¡Carajo!, decía tapando su cuello.
Llegamos a la recepción, justo a tiempo.
- Buenos días tenemos una junta con el señor Paul Tornado.
- ¿Quienes son?
- Axel y Dayana McLarn.
- Si claro adelanté.
Nos pasaron a una sala de juntas enorme.
En un momento llega el señor.
- Si gracias.
Primero entraron sus abogados y nos saludaban. Después entro un hombre algo atractivo.
Paul
- Hola buen día, decía serio. Así que tu eres la señorita McLarn, es un honor, decía sonriendo. La verdad odio las competencias pero mi padre y mi hermano lo adoran, estaba muy aburrido ese día, pero tú hiciste que la competencia diera un giro tan grande que tú video tiene tantas visitas.
- ¿Quien, lo subió?.
- ¡Vaya tengo muchas vistas!, le regrese su celular.
- Así que me encantaría representarlos, les daré los aviones que necesitan, haremos un contrato por el resto del año y si ganas el campeonato haremos un contrato por los años que piensas competir, pero con la condición que te unas al equipo Tornado.
- No.
Mi hermano casi se ahogaba con el agua.
- ¿Por qué no es una buena oferta?.
- Si gano el campeonato sera equipo McLarn y Tornado, pero no pienso dejar el apellido de mi madre fuera de ésto.
El miraba a sus abogados.
- Pero tendre el 60 porciento de tus ganancias.
- El 40 cariño, por qué te recuerdo que tu vas a cobrar por todos los que usen mi imagen. Al menos deja que el premio que da el comité lo usé para comprarme un lindo vestido, dije sería.
El se carcajeaba.
- El 50 porciento, tu tendrás mis aviones y ahora creo que me necesitas.
- No lo siento, pero aquí el que me necesita eres tú, fue un placer señor Tornado, me iba a levantar y el me miró enojado.
- Trato niña, pero si destruyes uno de mis aviones, tú lo pagarás.
- Si claro
Firmamos los papeles los abogados salieron, mi hermano le extendió la mano a Paul.
- Gracias por la confianza.
- De nada.
- Gracias, dije sería.
- De nada niña, espero que sigas llamando la atención como hasta ahora, decía con su sonrisa coqueta.
Me jalo del brazo y me dio un beso en la mejilla. Sentí un poco de nervios.
Mi hermano y yo salimos de la empresa.
- ¡Ese tipo te estaba coqueteando!
- Claro que no.
- Hay por favor, claro que sí, el tipo se ve que está loquito por ti.
- ¡Cállate!
- Mirá que darte aviones y dinero así como así, es que le gustas.
- Es un préstamo.
- ¿Crees que ganemos el campeonato?
- Si lo ganaremos.
Nos subimos al camión, el siguiente lugar donde sería la competencia era al norte de México teníamos que cruzar todo Norteamérica, tenía un mes para entrenar.
Axel me entrenaba en su nave. Media mis tiempos, compramos equipo de comunicación.
Tenía que volar como una profesional y no como una aficionada.
- ¿Que tal lo hago?
- Bien pero creo que puedes mejorar el tiempo.
- Debemos comprar unas cámaras y estudiar mejor los vuelos.
- Sería buena idea, decía Axel subiendo el avión al remolque.
- ¡Vamos a comer!, mañana inicia la segunda ronda de eliminación y necesitamos estar descansados y bien comidos.
Nos acercamos a un puesto de tacos, eran deliciosos, la carne suave, comimos como si fuera nuestra última comida.
- ¡Comes como niño!, decía Axel
- Lo siento, tengo mucha hambre, decía con la boca llena.
- Dayana eres tan chistosa, me encanta que seas mi hermanita.
- ¿tal vez prefieras a tu hermanita rubia?
- ¡Que graciosa!.
- Will me felicitó el día de la fiesta.
- Si me dijo que lo ignoraste.
- No es mi padre
- Lo es, aunque el muy idiota no quiso darte su apellido, el es tu padre tienes su mismo tipo de sangre.
- Eso es una mierda.
- Oye en verdad espero algún día lo perdones y puedas ser feliz. Lo mereces.
- Soy feliz a tu lado, tu eres mi mejor hermano.
- ¡Ya sueltame me llenas la cara de grasa!.
- ¡Que cruel!, sabes que no soy tierna y cuando lo soy me desprecias.
El me besó con sus labios grasosos.
- ¡Oye tonto!, lo empuje.
- ¿Te da asco?.
- Si, grite
- Vamonos, tenemos que dormir. Mañana tengo que revisar temprano las avionetas de Tornado.
- Descansa hermanito.
Trate de dormir pero la adrenalina de competir no me dejó.
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