El olor de la sangre de mis heridas, el olor nauseabundo de los prisioneros, junto a esas personas despreciables, estaba yo, la que alguna vez fue la imponente emperatriz de este imperio, era irónico, cómo había acabado aquí por orden de aquella persona que tanto ame, por aquella persona a la cual le entregue todo mi ser, cometiendo actos cuestionables solo para verlo en la gloria del trono.
— Por ende, ¡se procederá a la ejecución de Rosary Crowbell! —exclamó mi verdugo—.
Bullicio
— Yo…—murmuré mientras dirigía mi mirada a aquel hombre de cabello rojo—.
No puedo creer que al final, lo único en lo que puedo pensar es en ese hombre, pero… ahora no es amor lo que busco en él, solo quiero saber una cosa, ¿en qué punto de mi camino me equivoque? ¿Acaso fue cuando use medios cuestionables para deshacerme de las familias que amenazaban el trono de William? ¿o acaso fue cuando traté de recuperar mi lugar como su esposa…?
Es irónico, acabo de darme cuenta de cuál fue mi error, justo ahora, cuando mi vida está por llegar a su fin, me doy cuenta de que nunca debí de entregarle mi corazón a ese hombre de sangre fría, a ese hombre que solo me vio como una herramienta para alcanzar sus metas, “William”, nunca llegué a comprender cómo pudiste darle todo tu amor a esa muchacha, ¿acaso fue amor a primera vista?
— William—dije con impotencia mientras él me miraba con desprecio—.
Ni siquiera en estos momentos parece tener la intención de prestarme atención, yo… ¿de verdad moriré por un sujeto así? ¿Qué tan patética puedo ser? ¿De verdad seguiré anhelando su amor incluso hasta el final? Ah, rayos, supongo que es un poco tarde para darme cuenta de algo tan obvio, pero creo que aún no es tarde para decirlo.
— William—dije mientras juntaba todas mis fuerzas—. En mi próxima vida… ¡juro que nunca te amare!
— ¿Q-que? —masculló el arrogante emperador, aun sin poder creer que me atreviera a levantarle la voz—.
Vaya, entonces así es como se ve el rostro de William cuando está enojado, no puedo creerlo, William, el perfecto William al que tanto ame, justo ahora, ese sujeto se ve como niño siendo regañado por su mamá, realmente… me alegro, somos igual de patéticos…
— William, eres ridículo—dije con una sonrisa—.
— ¡Silencio! —exclamó William con el rostro deformado por la ira—. ¡ejecútenla!
Bullicio
— ¡si su majestad! —exclamó mi verdugo apresurandose a cortar la soga que sostenía la guillotina sobre mi cabeza—.
Slash
Al final, fue menos doloroso de lo que pensé, o puede que ni siquiera lo notara con todas las heridas que tenia mi cuerpo debido a las torturas que pase en ese calabozo hasta el día de mi ejecución, como si fuese una malvada bruja.
¿una bruja…? ¿Qué se supone que es eso? Algo es extraño, estas palabras desconocidas surgen con tanta facilidad de mi mente, “bruja” “reencarnación” no… debo detenerme, presiento que no debo seguir pensando en eso, pero… creo que ya es muy tarde.
—Una rosa blanca para el emperador”—murmuré con horror mientras abría los ojos—.
¿Cómo pude tardar tanto en recordarlo? Este libro que conozco mejor que nadie, esta novela con título cursi y con una historia tan repetitiva, algo tan estúpido, pero tan importante… ¿Cómo pude olvidar cual es mi papel en este mundo?
— Todo acabó—dijo con una cálida sonrisa—. Ahora puedes dejar de reencarnar.
— Tú…—murmuré—.
Es cierto… este niño, al igual que la primera vez que llegue a este mundo, me miró con esa expresión, con genuina preocupación, y al igual que esa vez, no puedo evitar preguntarme si esos ojos preocupados no son más que una cruel farsa para usarme como guste.
— Dime, ¡¿Por qué mi bebé tuvo que morir de esa manera?!—exclamé con ira—.
— No tiene sentido pensarlo—dijo con un suspiro—. Si ya has recordado la novela, sabes que era inevitable que ese “sin nombre” fuese asesinado.
Mi bebé era un estorbo para William, ya que si mi bebé llegaba a nacer, mi posición como emperatriz estaría afianzada, haciendo imposible que él se casara con la protagonista, es por eso qué tuvo que dar muchos rodeos y crear pruebas de mi cometiendo crímenes que atentaban contra el imperio, pese a que lo único que hacia era trabajar como una esclava para él.
— Es cierto, la muerte de mi bebé era algo necesario para el desarrollo de la novela, pero ¿por qué aun no me dices dónde está mi bebé?
— ¿Por qué un “sin nombre” estaría aquí? —preguntó sin mostrar culpa alguna por sus crueles palabras—.
— ¿Qué es un “sin nombre”? —pregunté con un mal presentimiento—.
— Sé que es triste para ti, pero no se puede hacer nada, solo déjalo ir.
— Dime de qué rayos estás hablando.
— Ah, es cierto, no sabes que algo sin nombre no puede mantener su alma—dijo—.
— ¡…!
Si tan solo no hubiese hecho esa pregunta, puede que no me hubiese sentido tan impotente y culpable, yo… ¿Cómo pude ser una madre tan egoísta? ¡¿Por qué no pude darle un nombre?!
— Yo… quiero volver…—dije mientras apretaba el puño con determinación—.
— Olvida esa tontería, sin importar lo que hagas no cambiaras nada—dijo mientras desesperadamente trataba de hacerme cambiar de parecer—. Sin tus recuerdos no tienes ni la menor oportunidad de-
— Basta con poder llevarme esos recuerdos, ¿no es así? —pregunté—.
— ¡¿Acaso has olvidado lo que pasará si lo haces?!
— Esta será “la última regresión”—dije con una sonrisa cansada—. ¿Pero qué punto tiene huir?
Ahora que lo pienso, ¿Cuándo fue la última vez que pude actuar libre y sin restricciones por el administrador? Sin importar nada, solo podía ir según lo estipulado por la novela, y puede que hasta en mi anterior mundo haya estado atada a una fuerza invisible que me obligaba a vivir miserablemente.
— Incluso si es la última vez, quiero vivir libremente —dije con una sonrisa cansada—. Sin importar cual sea el desenlace, quiero intentarlo de verdad, quiero ver un mundo en el que mi bebé no tenga que ser tratado como un estorbo.
— ¿Eso es lo que realmente quieres…?
— ¡Sí! Así que por favor…—dije entre lágrimas mientras me desplomaba en el piso—. Déjame ser libre.
— Pero…—dijo aun tratando de detenerme, pero entendiendo un poco mi dolor—. Está bien…
— ¡gracias! —exclamé con alegría mientras lo abrazaba—.
— Ross…—dijo mientras correspondía mi abrazo—. Tengo una condición, ¿está bien?
— ¡Sí! Puedes pedirme lo que gustes.
Sea lo que sea, él nunca pide cosas fuera de mi alcance, incluso aquella vez en la que pedí la oportunidad de poder despedirme correctamente de mis padres en mi anterior mundo, él fue muy amable ayudándome a poder verlos a través de un sueño, y lo único que pidió a cambio fue poder llamarme por mi nombre, es por lo que estoy bien con lo que sea que me pida.
— Sin importar nada, no puedes “…”—dijo—.
— ¿Qué fue lo que dijiste…? —pregunté después de darme cuenta de que no podía escuchar su voz claramente—.
— Ross “…” por favor, promételo.
— ¿Qué cosa? —pregunté confundida—. ¡¿Por qué no puedo escucharte claramente?!
— Prométeme que jamás “…”—dijo con una expresión de súplica—.
— Yo…—murmuré dudando por no saber que dijo—. Lo… prometo…
— Realmente aceptaste—dijo con una inquietante sonrisa—. Gracias, ahora me quedo más tranquilo.
Ya veo, me alegro de haberlo calmado al realizar esa promesa, sin embargo, ¿Por qué no puedo evitar sentirme inquieta? Sé que él jamás me pediría algo irrazonable o cruel, porque así es él, por eso, debo darme prisa y enterrar esta inquietud. Justo ahora, lo único que quiero es despedirme correctamente.
— Lo prometo, nunca olvidaré el gran favor que me hiciste—dije mientras hacia una reverencia—. Así mismo, sé que jamás podré hacer algo para poder compensarlo.
— No hace falta—dijo con una sonrisa cálida mientras me daba palmadas en la cabeza—. Me basta con que no olvides mi nombre.
— Tu nombre…—murmuré al darme cuenta de que no podía recordarlo—.
— Mi nombre es…—dije en un dulce susurro en mi oído, mientras el sueño me invadía—.
— ¡Nix! —exclamé al abrir los ojos de nuevo—.
¿Dónde estoy…? No, esa no es la pregunta correcta, lo que ahora debería preocuparme es la fecha en la que desperté, así mismo… ¿Cómo puedo estar segura de que todos mis recuerdos están intactos?
— Buenos días a su majestad la emperatriz—dijo una familiar voz femenina—.
— ¿Isabel…? —murmuré al ver a la asesina de mi bebé—.
— ¿Pudo descansar bien? —preguntó educadamente mientras separaba las cortinas—.
— Dime… ¿Qué día es? —pregunté aun sin saber cómo reaccionar—.
— No se preocupe, los preparativos para el banquete que se celebrará en unos días estarán acabados a tiempo—dijo mientras indicaba a otras sirvientas que prepararan mi baño—.
Eso no fue lo que pregunte, pero está bien, sus palabras me bastaron para confirmar que el escenario principal aún no ha iniciado. Ahora, sin más preámbulos, debo contratar a la asesina de mi bebé.
— Isabel—dije con una radiante sonrisa—.
— ¡Lo siento mucho! —exclamó mientras se arrodillaba en el piso—. ¡Yo cometí un grave error!
— ¿mm? ¿de qué error estás hablando?
— Eso… no lo sé muy bien, pero si usted ha puesto una expresión como esa—dijo con pavor—. Debe estar realmente enfadada.
Yo solo traté de poner mi mejor sonrisa… no puedo creerlo, otra vez olvidé algo importante, y es que ahora que estoy en este cuerpo, no puedo sonreír como una persona normal, así mismo, mis habilidades de comunicación se hicieron trizas.
— Bien…—dije con un gran suspiro—. Por favor haz salir a los demás sirvientes de mis aposentos.
— ¡Enseguida! —exclamó a toda prisa, aun mas aterrada por haberme escuchado decir “por favor”—.
Ahora puedo decir con total seguridad que haber recuperado mis recuerdos no va a ayudar mucho en esto, incluso si tengo recuerdos de una vida en la que era muy social, ahora que estoy en este cuerpo, estoy obligada a actuar según mi papel.
— Isabel, acércate—dije mientras me levantaba de mi cama—.
— Sea cual sea el error que cometí, hare todo lo posible por corregirlo—dijo sin atreverse a levantar la mirada—.
— ¿De verdad? —pregunté con una sonrisa maliciosa, mientras le susurraba al oído—. Entonces deja de fingir que trabajas para mí.
— ¡…!
— Sé que no soy rival para ti en cuestión de fuerza, por eso quiero hacer un trato contigo, no creo que te niegues… no, de hecho, no tienes otra opción.
— ¡su majestad! Realmente no sé a lo que se refiere.
Si esta fuese una negociación normal, entonces no tendría problema en ir lentamente hasta ganarme su confianza, pero esa ya no es una opción para mí, justo ahora voy en contra del reloj, pues en cuanto empiece el escenario principal no podré hacer muchas cosas para evitar ese final.
— Isabel, basta con que uses tu habilidad para saber si miento, ¿no es así?
— Usted… desde cuando…
— Mm, si te dijese que lo sé desde este instante, ¿me creerías?
— …
— Pff! No hay necesidad de que lo pienses demasiado, solo confía en tu habilidad—dije mientras me sentaba frente al espejo—. Yo, Rosary Crowbell, juro que no pretendo traicionarte, mi propuesta es sincera.
— Usted… no miente…—dijo sin poder creer en sus propios instintos—. Pero… ¿Qué es lo que usted necesita de mí?
— Quiero que asesines al emperador—dije mientras la miraba a través del reflejo del espejo—.
— Eso es… una mentira…
Maravilloso, su habilidad no es ninguna exageración en la novela, realmente puede detectar cualquier mentira, incluso si es a medias, sin lugar a duda, soy muy afortunada de que el asesino de mi bebé sea alguien con esa habilidad, eso me facilitará las cosas.
— Bien, ahora que sabes que no te pediré una locura, ¿estas dispuesta a considerar una alianza conmigo?
— Yo…
— Lo único que necesito es que no me asesines, eso es todo—dije mientras sacaba una hoja y una pluma—. Si gustas podemos hacer un contrato.
— Su majestad… no puedo… yo…
— No te preocupes, a cambio de que no me asesines salvaré a tu hermana de ese traficante de esclavos—dije con calma—. De todas formas, William no tenía planes de hacerlo.
— Un momento… ¿Que acaba de decir?
— Justo lo que oíste, desde un inicio, William jamás tuvo planes de cumplir con su parte del trato.
Ahora, he aquí la pregunta, ¿Cómo es que mi patético esposo puso engañarla? ¿Cómo es que ese inútil pudo burlar una habilidad mágica tan poderosa? Fácil, lo hizo con la ayuda de una reliquia familiar, un artefacto mágico capaz de bloquear cualquier intento de magia cerca suyo.
— Gracias a tu habilidad ya debes saber que no miento.
— Sí, no mientes… pero él tampoco lo hizo…
— Mm, de casualidad, ¿no has notado que él siempre lleva un pendiente de rubí cuando habla contigo?
— ¡…!
— Tu mirada me confirma que estoy en lo cierto—dije mientras esbozaba el pendiente en la hoja—. Es así, ¿verdad?
— Sí…—murmuró con desesperación mientras se desplomaba en el piso—.
Mi yo del pasado sin lugar a duda hubiese tomado venganza de esta mujer por envenenarme y provocar la muerte de mi hijo, pero ya no soy así… incluso si así lo quisiera, no podría, no sabiendo que ella también es una víctima de William.
— En fin, aceptas o no—dije con una sonrisa—. Piensa rápido, 1…
— ¿Que?
— 2…
— ¡…!
— Y tr-
— ¡acepto! —exclamó con resignación—. Trabajaré para usted.
— Ya veo, me alegro de oír eso—dije mientras le extendía mi mano para ayudarla a levantarse del piso—. Estoy a tu cargo a partir de ahora, Isabel.
— Sí—dijo con resignación mientras se levantaba—.
— Sera un gusto
El jardín es un lugar realmente hermoso y debería relajarme al ver este paisaje, pero… no puedo tranquilizarme sabiendo que este es el lugar que dará inicio al romance secreto de los protagonistas.
Pronto será el banquete y entonces los verdaderos problemas empezaran a venir sobre mi, todo porque William se enamorara de ella… ah, realmente no me importa la parte en la que mi esposo empieza a engañarme, lo que me preocupa es que William intentara deshacerse de mi.
- Pero que fastidio—dije con un suspiro—.
- Emperatriz, ¿acaso no le gustaron los dulces?
- Los dulces están bien...
- Ya veo...
- Los dulces no tienen la culpa de que ese tipo exista—murmuré—.
Pensar en William hace que hasta los dulces más deliciosos me sepan a pan rancio… ah, no quería recordar la insípida comida que comía en esa celda…
Quisiera ir ahora mismo y darle un buen golpe a William pero esa clase de pensamientos me llevaran a la guillotina… bien, es mejor pensar en otra cosa…
- Isabel, ¿Cómo se llama tu hermana?
- Su nombre es Sarah.
- Es un lindo nombre.
- Si.
Isabel aun desconfía de mí y no la culpo, ya que yo también desconfiaría de alguien como yo… sobre todo porque le revele de golpe que sé que fue enviada por William para espiarme…
- Isabel, no te preocupes, cumpliré con mi palabra.
- Gracias.
Según la novela la hermana de Isabel se encuentra con una traficante de esclavos, es una pena que en la novela no profundizaran acerca de Isabel y su hermana así que parece que deberé investigar por mi cuenta…
No, tal vez no sea necesario que yo investigue en persona… ahora lo recuerdo, puedo encargarle esa investigación a aquella persona…
- Isabel, busca a Gilbert Lambert y dile que vaya a mi oficina.
- Si.
Aunque normalmente sería un riesgo estar cerca de uno de los pretendientes de Arisha, en este caso, él es la única opción, ya que él es la única persona que me ayudaría sin llevarme a la ruina injustamente.
“Gilbert Lambert” quien se volvió el capitán de un escuadrón de caballeros a una edad temprana, se podría decir que él… ¡me odia! Bueno, aun no… pero cuando conozca a la protagonista en el banquete y se enamore de ella a primera vista el empezara a odiarme, pero ya que aún no me odia… puedo pedirle ayuda a él, ya que él es un personaje con un gran sentido de la justicia…
Portazo
Si voy a estar a solas con un hombre será mejor que sea en mi oficina… porque ya sé cómo son las sirvientas… y no quiero que esto acabe en rumores diciendo que ahora a la emperatriz le gusta hacer cosas indebidas por que el emperador no le hace caso… no quiero que las sirvientas empiecen otro rumor infundado…
Tock tock
- Soy Gilbert Lambert, su majestad—dijo con una expresión de aburrimiento—. ¿puedo pasar—.
- Pasa…
Portazo
Realmente nunca me fije en Gilbert pero viéndolo de cerca sin duda alguna le hace justicia a las descripciones de la novela… y también puedo entender porque era un personaje tan popular…
Murmurar
- Sin duda alguna es…
Swoosh
- ¿en qué puedo servirle su majestad?
- Ah, si… quiero pedirte que me hagas un pequeño favor…
- ¿y de que se trata ese favor?
Woah… ni siquiera he dicho lo que quiero y él ya pone una expresión que dice “seguramente me va a pedir que haga algo malo” por supuesto sé que la razón son los rumores infundados que se han esparcido sobre mí… es realmente molesto pero tampoco es que Gilbert pueda negarse a una orden mía…
- Necesito que me ayudes a encontrar a alguien…
- Si necesita encontrar a alguien, sería más conveniente que le avisara al emperador…
- Si… tienes razón pero…
Para empezar William es el responsable del secuestro pero no hay manera de que le diga eso a nuestro justiciero Gilbert porque seguramente pensará que estoy mintiendo, así que solo inventare alguna mentira creíble y hare que me ayude… ya que tampoco quiero obligarlo y acabar haciéndome otro enemigo del cual cuidarme.
- Realmente no quiero causarle más problemas a su majestad, ya que no quisiera que él me odie…
- Comprendo, entonces buscare a esa persona por mi cuenta…
- Gracias…
Parece que funciono comportarme como si todavía siguiera interesada por William, supongo que los rumores de mi le dan más credibilidad a esa mentira… aunque soy consciente de que eso me hace ver como una completa tonta…
- Su majestad, entonces me retiro…
- Gilbert, gracias por venir cuando estás tan ocupado…
- No fue nada su majestad…
Portazo
Es un alivio que todo haya salido sin problemas pero ahora que lo pienso… ¿A dónde fue Isabel? Pensé que ella vendría con Gilbert y me estaba preguntando qué fue lo que paso…
*Tock* tock**
- Su majestad, ¿puedo pasar?
- Isabel, si, puedes pasar.
- Gracias.
Por la expresión de Isabel puedo decir que siente curiosidad por la razón por la que llame a Gilbert Lambert… entonces… ¿Por qué no entro con Gilbert?
- Llame a Gilbert para que buscara a tu hermana.
- ¡muchas gracias!
- Dime eso cuando estés con tu hermana…
- Si…
- Bien, ahora vayamos a la ciudad…
- Pero…
- Por supuesto iré disfrazada…
- Si
Este vestido es el menos lujoso que tengo… y estoy usando una capa negra… esto debería llamar la atención si fuese mi anterior mundo, pero aquí eso es muy normal así que no hay problema…
- Isabel, trae mis joyas…
- ¿va a ponérselas?
- No, simplemente voy a venderlas…
- Pero… son un regalo de su majestad…
- No puedo creer que me mientas tan descaradamente…
- ¿Qué…?
Isabel sabe que esos regalos fueron comprados por algún sirviente por orden de William… por supuesto este detalle no es algo que se mencionara en la novela… lo sé porque simplemente se lo pregunte a William… y no le importo decirlo… él no tenía ningún interés por ocultar algo que me haría triste…
- Su majestad… yo lo sien-
- Isabel, tal vez… ¿me tienes lastima?
- ¡…!
- ¿Por qué sientes lastima de alguien que es la emperatriz? ¿acaso me veo patética?
- ¡n…no!
- Entonces… espero nunca volver a verte mirándome con lastima…
- Si, su majestad…
Solo puedo vender esas joyas ya que William inmediatamente se intrigaría si yo empiezo a movilizar mis cuentas… es un maldito manipulador, y yo soy la tonta que se había dejado manipular hasta este momento…
- Su majestad…
- Llámame Ross cuando estemos afuera…
- Si, entonces… Ross… ¿Cómo conoce este pasaje?
- Ah, eso es… un secreto…
No puedo decir cómo se de esta salida, porque este pasaje secreto es el que se menciona en la novela… y sobre todo no quiero mencionar la parte en la que los personajes principales usan este pasaje secreto para encontrarse a escondidas… y aunque eso es algo que pasara después… sigo pensando en que dan vergüenza ajena…
Swoosh
- Bien, salimos sin problema… Isabel…
- Si…
- Ahora vayamos a vender esto…
- Si
- Um… ¿conoces un lugar para…?
- Si
- Isabel… ¿acaso me está ignorando?
- ¡n…no! lo siento, estaba un poco distraída ya que ha pasado un tiempo desde que salí del palacio…
- Ah, comprendo ese sentimiento…
- Si, entonces Ross… ¿Qué era lo que me preguntaste?
- Te decía si es que conoces algún lugar para poder empeñar esto…
- Ah, ese lugar no está muy lejos así que llegaremos rápido…
- Lo siento, no conozco mucho el exterior…
- No necesita disculparse, es mi deber guiarla…
- Gracias…
Realmente nunca salí del palacio ya que solo pensaba en como contentar a William… creo que debí haber aprovechado más mi vida, pero no pude hacer nada en contra del guion… aunque conozco parte de la ciudad gracias a las descripciones que aparecían en la novela y también conozco la plaza donde fui ejecutada…
Soy la emperatriz pero hasta hora he vivido como una mascota que nunca ha vivido por si misma ni ha conocido el mundo exterior, por eso… espero viajar y conocer muchos lugares emocionantes… ya que eso hice un trato con…
- Por aquí señorita Ross…
- Si…
Empezó a llamarme señorita, a pesar de que le dije que me llamara Ross… supongo que debe estar un poco asustada de que yo acabe enojándome… no se puede evitar…
Tintineo
- Bienvenidos—dijo el señor, cambiando su sonrisa de negocios por una llena de sospechas—.
- Señor, ¿Cuánto me da por estas piezas?
- ¿no son robadas?
- Es la primera vez que me preguntan eso y no son robadas.
- No se enoje, eso es algo que siempre debo preguntar ya que no quiero tener problemas.
- Comprendo.
Bueno, es cierto que hay muchos muchachos que roban a sus amos nobles para empeñar sus joyas… así que puedo comprender que me haga esas preguntas…
- Oh, es un gran trabajo, valen mucho—dijo mientras las examinaba con cuidado—.
- Me alegra escuchar eso…
Realmente obtuve mucho dinero, no deberé preocuparme por un tiempo sobre el dinero así que… puedo ser un poco caprichosa y comprar algo que siempre quise…
- ¡un puesto de helados!—exclame con emoción mientras me apresuraba al puesto—.
- ¿señorita?
- Jeje, vamos.
- Pero un puesto no es apropiado para ust-
- ¿acaso no quieres? Entonces yo comeré sola.
Una dama noble nunca debe comer alimento de plebeyos… “nunca debes hacer esto” eso es lo que siempre me dijeron las personas que se encargaron de criarme pero… ahora…
- ¡Deme uno por favor!—exclamé con una radiante sonrisa—.
- ¡enseguida!
Bueno, ya que obligue a Isabel a venir conmigo… seria maleducado por mi parte no ofrecerle por lo menos un delicioso helado…
- Deme uno más—dije—.
- ¡si!
Swoosh
- Toma Isabel—dije mientras le extendía el helado—.
- Pero…
- Tenías una cara de anhelar mucho el helado.
- E…entonces lo aceptare, muchas gracias…
Este helado es algo realmente sencillo y fácil de hacer, pero es un postre que nunca antes tuve la oportunidad de probar en este mundo, por eso estoy un poco feliz…
- Quédese con el cambio, están muy deliciosos.
- ¡muchas gracias!—exclamó con sorpresa al ver la cantidad de dinero que le había dado—.
Pasos
- Señorita, ¿estuvo bien pagarle demás?—pregunto Isabel con preocupación—
- Realmente no me importa gastar dinero en dulces.
- Señorita…
- Y quisiera pedirte otro favor.
- ¿Qué es…?
- ¿sabes dónde venden armas?—pregunté mientras disfrutaba del helado—.
- Um… está un poco lejos pero es un lugar que hace buenas armas.
- Entonces vamos.
- Err…
Supongo que tiene miedo de dar su opinión porque piensa que me enojare entonces debería dejárselo claro… que no me enojare si es sincera con su opinión.
- ¿Qué pasa Isabel?
- Pienso que…
- Puedes hablar, no me enojare por unas palabras.
- Deberíamos tomar un carruaje para llegar hasta ahí…—dijo con la mirada agachada—.
- Ya veo entonces vamos a por un carruaje…
La expresión de Isabel hace muy obvio que es lo que piensa, puedo decir que está sorprendida porque no me he enojado como en el pasado, pero había una razón por la que me enojaba con facilidad y eso era porque pensaba que si seguía los consejos ajenos acabaría pareciendo alguien fácil de manipular… y bueno… mi posición como emperatriz era algo frágil en el pasado…
Traqueo
- Es aquí señorita…
- Oh, realmente no parece una tienda de armas…
- ¿no? ¿entonces cómo debería ser una tienda de armas?
- Algo más sombrío… un lugar a donde iría un bandido…
- Puff… ¿de dónde saca esas ideas?
Portazo
Esta es una linda tienda que no aparenta ser una tienda de armas… pero por dentro sin duda alguna esta es una tienda de armas… es un poco emocionante ya que esta es mi primera vez estando en un lugar así…
- Bienvenidos—dijo el herrero cambiando de inmediato su expresión a una de decepción— Ah, señorita, creo que se equivocó de lugar…
Pero que señor tan amable, y tan molesto… realmente me mira como si fuese una tonta… supongo que no me queda otra opción más que dejarle claro a que vine…
- Señor, este es un pedido especial así que pagare extra—dije mientras ponía unas monedas de oro sobre la mesa—.
- ¡si señorita!—exclamó con emoción—.
Basto con mostrarle el dinero y fue suficiente para que cambiara su mala actitud, realmente no me importa su actitud descortés siempre y cuando su trabajo merezca el pago…
- Oh, estas dagas se ven bien, también me llevare esto y esto—dije mientras apuntaba los objetos que queria—.
- Es una buena elección para usted señorita.
- No es para mí.
Swoosh
- Es para ti Isabel—dije mientras dirigía mi mirada hacia ella—.
- Pero yo no sé cómo usarlo…—dijo desviando la mirada—.
- Isabel, no olvides que te pedí que dejaras de mentirme.
- Me disculpo, no volverá a pasar.
- Por supuesto.
- Entonces, aceptare con gusto este regalo.
Aparte de su habilidad para detectar mentiras, Isabel también posee otro talento y ese es el asesinato, aunque soy consciente de que ella no quiere matar a alguien, así que estoy segura de que solo las usara para la defensa, unas dagas gemelas, las podrá ocultar bajo su falda.
Su habilidad para el asesinato, estoy completamente segura de que William no sabe absolutamente nada de esa habilidad… um… tal vez por eso le ordeno envenenarme y no apuñalarme… jeje… sea cual sea el caso ahora tengo un punto a mi favor en cuanto información…
- Señor… ¿en cuánto tiempo tendrá listas las armas?
- Aproximadamente cuatro días…
- Um… entonces me retiro, le daré el resto cuando recoja mi pedido…
- Entendido, gracias por su compra…
Tintieno*
- Isabel… acabo de notar que las tiendas tienen campanas raras…
- Son campanas especiales, hechas para celebrar el festival que se acerca…
- Un festival… eso suena interesante…
- Sí, es muy divertido… siempre venía con mi hermana…
Rayos, acabo de tocar un tema delicado para Isabel… hah… no soy buna consolando a la gente pero… al menos puedo afirmar una cosa…
- Isabel, pronto podrás venir con tu hermana…
- ¡…!
Gilbert Lambert es una persona competente por eso puedo afirmar que encontrara a su hermana sin problemas, pero es una pena ya que después del banquete… ya no será posible pedirle favores…
- Bien, supongo que es hora de regresar al palacio…
- Si, señorita…
Ya está por anochecer pero no ha pasado nada malo… eso es un alivio… quiero darme un baño cuanto antes, comer bien e irme a dormir…
- Isabel, ya no necesito esta capa… deshazte de ella
- Entendido…
Después de todo no puedo dejar ninguna prueba de que tengo ese tipo de ropa porque inmediatamente empezarían a sospechar de mis acciones… si, debo ser cuidadosa de ahora en adelante…
Portazo
- Isabel, prepara mi baño…—dije con cansancio mientras me tiraba en la cama—.
- Enseguida—dijo mientras se apresuraba a llamar a las sirvientas para empezar—.
- Mm, espero que hoy haya carne de cenar—murmuré mientras me quedaba dormida—.
Splash
- Señorita, después del baño, que color de prenda quieres usar para esta noche.
- Esta noche, ¿pasa algo hoy? ¿acaso tengo más trabajo?
El trabajo nunca se acaba, esto es una pesadilla, quiero simplemente comer un poco y dormir, no creo que alguien se atreva a regañarme por escaparme del trabajo unas pocas veces…
- Su majestad… ¿acaso olvidó que hoy es fin de mes?
- ¿eso…? ¿de que esta habland-? No puede ser… ¿Cómo pude olvidarlo?
- Supuse que lo había olvidado, hice bien en recordárselo…
- ¡pero!
- ¿si?
- ¿estas segura de que no te equivocas de día? Tal vez…
- No hay ningún error, hoy es el día en el que se reunirá con el emperador para-
- Shh!! Por favor… no lo digas en voz alta…—dije con una expresión de vergüenza—.
Una vez al mes me reuniré con William, para… dormir con él y hacer… ¡no quiero hacer esto! ¡¿Por qué debo hacer esto?! Ah, ya recordé… fui yo la que insistió como una loca para hacer eso… aunque gracias a eso ahora existe mi bebe… ¡No quiero! aunque tampoco puedo echarme atrás porque él inmediatamente empezaría a sospechar de mi… ¡¿Qué debo de hacer?!
Hay tantas cosas de las que me arrepiento, y creo que esta es una de estas, porque realmente quiero darle un buen golpe a mi yo del pasado por pedir que William y yo… ¡Ah! No quiero ni pensarlo, pero debo de hacerlo, debo de comportarme como en el pasado, usando los mejores vestidos, y las mejores joyas.
No puedo creer que se hice todas esas tonterias solo para llamar su atención, y aunque me sometí a un sinfín de humillaciones a él no le importo ni en lo mas mínimo, todo lo que recibí no fue mas que desprecio, por eso de ninguna manera quiero volver a tener que ir a sus aposentos, porque de lo contrario... yo... ¡acabaré golpeado su rostro de idiota!
- Ya acabe con los últimos retoques, su majestad.
- Gracias, Isabel, de verdad muchas gracias por todo lo que has hecho por mi..—dije con una sombría mirada—.
- Su majestad...
- Se que solo fue por un día, pero fue agradable, de verdad Isabel...
Ah, me siento un poco tonta por hablar de esta manera, casi parece que estoy despidiéndome para siempre de Isabel, es cierto, creo que estoy exagerando un poco, no es como si fuese a pasar algo a lo que no estoy acostumbrada, solo debo de sonreír y actuar como siempre, como si yo... realmente amara a ese imbécil...
- Mejor podría aprovechar para asesinarlo...—murmuré—.
No, de ninguna manera puedo seguir pensando de esa manera, aunque quiero asesinarlo... ¡Ah, esto es exasperante! ¿Por qué tengo que hacer esta tonteria? ir a su habitación y actuar amorosamente, simplemente no puedo ni pensar en hacer un acto tan desagradable.
- Su majestad, lo siento mucho, solo la puedo acompañar hasta aquí…
- No tienes porque disculparte, Isabel.
Es natural que los sirvientes no se acerquen a la habitación del emperador, porque ese es el protocolo a seguir, desde que tengo memoria ha sido de esta manera, debo de ir a la habitación del emperador usando solo este camisón, tan vergonzoso y revelador...
- De verdad, su majestad, lo siento... mucho...
- ¿y ahora porque te estas disculpando?
- Porque usted tiene que estar con un hombre que no ama...
Así que Isabel se siente culpable por esto, pero no tiene porque, después de todo, esto es algo que yo misma cause, cuando hice esa petición tan estúpida, y todo debido a que me deje manipular por William, deje que el amor que sentía acabase cegándome.
Lo mismo paso con Isabel, ella también fue manipulada por William, él le dijo que podría recuperar a su hermana pero eso nunca paso, en los recuerdos que tengo, Isabel murió cuando dejo de serle de utilidad a William.
- Adiós, Isabel.
- Si
Que alivio, al final si pude poner una sonrisa y despedirme de Isabel, ahora ella debe de estar mas calmada, no, incluso si continua preocupada, ella no puede hacer nada por ayudarme, después de todo, estamos hablando de William.
Toc Toc
- ¿me permite pasar, su majestad el emperador?
- Si, pasa.
Ni siquiera trata de ocultar el hecho de que esta disgustado por mi presencia, bueno, va lo mismo para mi, yo estoy igual de disgustada por tener que estar a su lado otra vez, pero puedo controlar mis expresiones, no hay ningun problema con eso .
- Rosary, ¿Por qué sigues perdiendo el tiempo?
Es cierto, debo comportarme como siempre, debo acercarme a él para darle un beso y después desvestirme... ¡agrh! ¡esto es imposible! quiero salir corriendo de aquí cuanto antes, no lo soporto, pero si huyo de aquí, William sospechara de mi.
- Rosar-
- ¡Lo siento! Su majestad, por favor permítame simplemente dormir en el sofá.
- Rosary, ¿Por qué dice bromas en un momento como este?
- Es cierto... eso era una broma, ¡pienso dormir en la terraza!
- ¿pero que diablos dices?
- Lo siento mucho su majestad, pero ahora mismo me encuentro resfriada por lo que no quiero contagiarlo.
¿acaso soy una tonta? ¿Por qué dije eso? ahora definitivamente William sospechara de mi, rayos, estoy perdida, puedo verlo mirándome como si fuese una completa tonta, de verdad, ¿Por qué se me ocurrió decir tal disparate?
- Ya veo, tienes razón, seria malo si me contagias un refriado, puedes irte.
- Si
Dice que regrese a mi habitación pese a que él sabe que si regreso los demás sabrán que no pasó nada, eso será una gran humillación para mi, y ni siquiera me dio unas palabras de preocupación, bueno, como sea, mi excusa funciono, si, ahora puedo recordarlo mas claramente, esa es la clase de persona que es William, él siempre aprovechara cualquier excusa para poder alejarse de mi, así es él.
Swoosh
¿Eh? ¿Qué me pasa ahora? de repente tengo mucho sueño, eso es extraño, aun es muy temprano y aun así, me siento tan casada y con ganas de cerrar los parpados, pero... no puedo hacer eso, no estoy en mi habitación, estoy en el pasillo, si, cuando llegue a mi habitación voy a dormir correctamente.
- Que extraño, ¿Por qué la emperatriz esta aquí?—preguntó alguien detrás de mi—.
- Tú, ¿Quién eres?—pregunte mientras retrocedía—.
- Tenia entendido que ibas a estar junto al emperador.
- ¿Qu-?
- En fin, tiene muy mala suerte, ahora que me has visto, no me queda mas opción que deshacerme de ti.
Pero qué tonta soy, cómo pude tardar tanto tiempo en notar que algo estaba mal, puesto que soy alguien que jamás se quedaría dormida en un momento como este.
- No se preocupe por mí ya que esta será la última vez que nos veamos—dijl con una desagradable sonrisa—.
Suena realmente confiado con respecto a asesinarme, si, por supuesto, después de todo yo no soy mas que una mujer que no tiene manera alguna de defenderse, y mucho menos tengo armas, así que si, realmente tengo muy mala suerte.
- Será una vista agradable cortar ese cuerpo tan lujurioso...
- ¿Qué rayos estas diciendo...?
De verdad, tengo muy mala suerte, y pensar que acabaría encontrándome con una asesino tan desagradable, pero... ¿Realmente fue una simple coincidencia?
- Es casi como si te hubieras vestido así para mí—dijo con una desagradable sonrisa—.
- ¡...!
Encontrarme con un asesino estando vestida con ropa tan reveladora, sin duda alguna esto es muy vergonzoso pero no es tiempo de avergonzarse, debo de encargarme de este asesino, y para hacer eso... no me queda mas opción que usar aquello, debo de asesinarlo, incluso si tengo que usar una manera rastrera para hacerlo.
- Por favor, no me asesine, por favor señor...—dije mientras empezaba a llorar—.
- Es inútil, incluso si me suplicas, debo asesinarte.
- Hare lo que sea, le daré dinero, y no diré nada de usted.
- Vaya, esto es algo diferente a los rumores que había escuchado sobre la emperatriz, todos decían que usted era una persona arrogante que prefería morir antes que rebajarse ante alguien.
- ¡Por favor, no me mate!
“patetica” sé muy bien que me veo muy patética, ¿pero acaso hay algo más importante que sobrevivir?
- Pff! debo de admitir que seria divertido humillar a la emperatriz.
- ¿eh...?
- Se me ocurrió una buena idea, desvístete para mi.
- Pero... algo como eso es...
- Olvídalo, mejor te desvestiré yo mismo—dijo con una sonrisa mientras envainaba su daga—.
- Ah, eso fue demasiado facil—dije después de apuñalar su cuello con la aguja—.
- ¡cogh! ¿Qué me esta pasando...?
- ¿dijo algún señor asesino? algo como que quería humillarme, ¿no es cierto?
- ¡...!
- Y ahora, ¿Cómo se siente al saber que morirá por una tontería?
Tiene una expresión llena de terror, si, después de todo, él esta por morir por un tonto error, de no ser porque él cayo en mi actuación, entonces aquel que estaría agonizando en el piso seria yo y no él, un simple error y todo seria muy diferente.
Hice bien en traer estas agujas venenosas, incluso yo puedo usarlas, y obviamente él no se esperaba que la emperatriz tuviera con que defenderse, tal parece que al final no tenia tan mala suerte como pensaba.
- Oh, ya no estoy mareada, supongo que era una habilidad tuya lo que me provocaba sueño—dije mientras amarraba mi cabello—.
- ...
- Olvide que ya no puedes hablar, bien, primero debo sacar estas agujas de tu cuello y no dejar ninguna prueba.
- …
- Ya estas muerto—dije con un suspiro—.
Sin duda alguna, esta no es una vista agradable, sus ojos ya no tienen brillo, y su expresión, se ve que realmente estuvo aterrado, como si hubiese visto a un monstruo antes de morir, ja... ya veo, yo soy ese monstruo, yo lo asesine, yo soy quien le arrebato su única vida, y ni siquiera me siento culpable, soy de lo peor.
Pasos
Por el ritmo de los pasos, puedo decir que están corriendo, y como no tratan de ser sigilosos deben ser guardias, debo actuar para que no sospechen que yo lo asesine.
- ¡auxilio!—exclamé mientras fingía miedo—.
- ¡¿emperatriz?!¡¿se encuentra bien?!
- Eso creo, pero esta persona que estaba a punto de matarme, él repentinamente se desmayó y...
- ¡rápido llévenselo!
Estos guardias son unos inútiles, aparecen después de que este asesino casi me mata, el hecho de que no haya ningún guardia justo en estos momentos solo me hace pensar que fue un plan de William para eliminarme, jaja... no puedo evitar reír con amargura, pero eso es lo más probable, así que debo actuar con mucho cuidado a partir de ahora.
- Emperatriz, ¿puede darnos mas detalles de lo que paso?
- Guardias, yo, lo siento, pero quisiera cambiarme de ropa, ¿puedo descansar?
- ¡P-por supuesto emperatriz!—exclamo con vergüenza al ver con atención como iba vestida—.
- Gracias…
El que ningún guardia me este acompañando confirma mis sospechas de que este intento de asesinato fue planeado... no, de hecho creo que los guardias no me acompañaron porque no querían ser irrespetuosos, después de todo, ahora mismo llevo prendas realmente provocativas.
Portazo
Ah, por fin llegue a mi habitación, Isabel está esperándome sentada en una esquina... ya me vio... rayos, no se como puedo empezar a explicar lo que me paso...
- Su majestad, ¿acaso paso algo malo? regreso muy pronto.
- William envió a alguien para matarme…
- Pero, yo no sabía nada de esto…
- Entonces William te lo oculto, a partir de ahora actuar debes con cuidado para no levantar sospechas.
- Si
Ahora no quiero pensar en nada mas de que acaba de pasar, solo quiero dormir y punto, mañana ya pensare en que hacer con respecto a los espías que William tiene aquí, pero por el momento simplemente dormiré.
- Ah, mi cama es tan esponjosa, me da sueño enseguida.
- Me alegra escuchar eso.
- Isabel, ¿acaso no tienes sueño?
- Yo debo quedarme a hacer guardia.
- Pff! cabe la posibilidad de que tú me mates.
- Yo nunca…
Dices eso pero en la otra línea temporal, me envenenaste, y aunque no yo no fallecí por el veneno, mi bebé si acabo muriendo, por eso, aún no te puedo decir sobre la existencia de mi bebé, y a pesar de que quisiera creer en Isabel, mientras William tenga en su poder a Sarah, ella no podrá negarse a las órdenes que él le dé.
- Isabel, tu también, duerme, es una orden.
- Si
- ¿eh...?¿acaso vas a dormir en el piso?
- Si
- Al menos puedes dormir en el sofá…
- Pero...
- Solo hazlo
- Si
Ahora me siento extraña, como si mi ejecución y mi obsesión con William solo fueron un mal sueño, mi obsesión por William al igual que en la novela, fue porque yo tuve una infancia solitaria sin recibir nada de amor, era de esperarse que me aferrara a William ya que él fue el único que no me hablo con desprecio, no, simplemente, me aferre a él porque fue el único que me hablo como a un ser humano.
Aun no puedo olvidar el día de mi ejecución, entre las personas que me querían muerta, pude ver a mi familia mirándome con desprecio, fue como si ellos quisiera asesinarme con sus propias manos, es como una desagradable pesadilla, pero no volveré a darles el placer de verme en la ruina.
- ¡despierte su majestad!
- ¡¿Qué pasa Isabel?! ¿Quién…?
- ¡Es un asesino!
Isabel está pelando con un asesino, no es el mismo de antes, tal parece que el asesino de antes no vino solo, entonces hay mas de un asesino, pero… ¿Por qué William haría algo que llamaría tanto la atención? él no haría algo tan tonto así que…
slash*
- ¡cuidado señorita!
- ¡...!
El asesino corre hacia mi, de esquivarlo, pero es inútil, no tengo suficiente tiempo de reaccionar, ahora él esta a un solo paso de mi, ¡soy una tonta!inconscientemente cerré los ojos...
- ¡Cogh!
- ¿Isabel...? ¿Qué es lo que te paso...?
- Señor…rita…
- ¡¿Por qué me protegiste?!Ah, te estas desangrando, ¿que… que debo hacer…?
La apuñalo en el abdomen, rayos, no debo entrar en pánico, debo… debo presionar la herida para que no se desangre… pero... la sangre no para... ¡debo calmarme! no puedo ayudar a Isabel si entro en pánico como una tonta.
- Isabel, por favor mantente consciente y presiona la herida con esa toalla…
- Pero… el asesino aun esta aquí, debo de protegerla…
- Gracias por preocuparte, pero puedo encargarme de esto.
Me alegro, tal parece que las vidas que tuve no fueron completamente en vano, porque ahora recuerdo una vida en especifico, una vida en la que me obsesione con la defensa personal, aunque en esa vida no me sirvió de nada pues fallecí atropellada por un automóvil, pero ahora no es así, no estoy tratando de para un automóvil, estoy tratando de acabar con un ser humano, alguien que puede sangrar y morir si lo apuñalo correctamente.
Slash
- Vaya, ¿Quién diría que la emperatriz puede defenderse?
Él es más alto así que puedo aprovechar eso y atacar a sus piernas, tengo oportunidad de derrotarlo, claro... eso si es que este cuerpo puede seguirme el ritmo, pero, tal parece que tengo muy mala suerte, este cuerpo no ha recibido un entrenamiento adecuado, pronto esta completamente agotada y seré fácilmente asesinada.
- Jaja, parece que la emperatriz no era para tanto.
- Gracias por subestimarme.
- ¿de qué hablas?
- En una batalla, ¡todo es útil!
- ¡Agrh!
Fingí caerme para que se apresurara a acabarme, pero eso hizo que bajara la guardia y así aproveche para apuñalarlo en una pierna, pero no está muerto, y aunque quisiera rematarlo, ahora no es tiempo para hacer eso, debo de buscar cuanto antes a un doctor para así ayudar a Isabel.
- Isabel, ¡iré por ayuda!
portazo
- ¡ayuda! Alguien… ¡¿Por qué no hay nadie?!
- Pero que inútil, la dejo escapar…
- ¡...!
Había otro asesino, no puedo creerlo, ¿Qué debo de hacer ahora? no llevo ningún arma conmigo y además no tengo tiempo que perder en ese sujeto, Isabel sigue desangrándose en mi habitación, debo de correr.
- Vaya, pero que emperatriz mas escurridiza…
- ¡aléjate!
- Ya veo… así que lo engañaste de esa manera…
- ¿de que estas hablando?
- Quieres que baje la guardia, eso es lo que hiciste con mi compañero.
- ¡no sé de qué estás hablando!
- Eso no funcionará conmigo.
Llorar no tiene ningún sentido, parece que no puedo engañarlo para que baje la guardia, que fastidio, no quería perder más tiempo... justo ahora cuando Isabel esta...
- Después de matarte a ti, iré a por el emperador…
Entonces, el emperador no tiene nada que ver con esto y también es cierto que en la anterior línea temporal nada de esto paso… entonces… si simplemente me hubiera quedado en la recamara del emperador, para empezar nada de esto estaría pasando…
- ¡agrh!Que dolor de cabeza, todo se volvió un fastidio.
- ¿acaso la emperatriz se volvió loca?
- ¡si! ¡La emperatriz se volvió loca!
Crash
Salte hacia la ventana así que si, creo que si estoy un poco loca, pero me alegro que este sea solo el segundo piso y sobre todo… me alegro de que estén estos arbustos… no creo haber sufrido una herida mayor, solo debo de levantarme y buscar a un guardia.
- ¡¿quién está ahí?!
Se acercan guardias, que alivio, debo de decirles que envíen un doctor a mi habitación, ya que Isabel esta... ella... ¿eh? ¿que me pasa? mi vista se hizo borrosa y casi no puedo mantenerme correctamente parada, ¿pero porque...? no, no me digas que me golpee la cabeza al saltar, rayos... ahora me doy cuenta de la sangre que empapa mi cabello.
- ¡¿la emperatriz?!
- Ayuda... ayu...—mascullé mientras trataba de reunir fuerzas para levantarme del piso—.
Ese guardia... debo decirle que vaya con Isabel... debo... decirle... pero las palabras no salen, como si hubiese perdido la capacidad de poder hablar, no puede ser, ¿porque? ¿acaso dejare que Isabel muera?
- ¿Cómo es que no estás muerta?—pregunto William como si me viese como un estorbo—.
- William…—mascullé con ira mientras apretaba el puño en el piso—.
Me molesta que sea la cara de William lo último que veré pero... quiero que Isabel viva, así que no me importa tener que pedírselo a este sujeto, al fin de cuentas... dudo poder salir viva de esta...
- Por favor… ¡ayuda a Isabel!—exclamé con mis últimas fuerzas—.
¿Qué pasa con esa estúpida expresión? ¿Qué es lo que lo sorprende tanto? ¿acaso nunca ha visto a una persona moribunda? pues me da igual, ya lo dije, así que ya no tengo mas arrepentimientos, no, eso seria una mentira, la verdad es que si tengo un pequeño arrepentimiento, yo... quisiera haber podido darle un buen puñetazo a William... ah, realmente me hubiese encantado hacerlo.
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