Latentis

—La vista desde aquí están hermosa—habla un maravillado Arthur

—Lo es, nomas mira como sale el sol desde el horizonte—señala Daphne a su derecha

A ella cada que viene al reino le gusta dar paseos en las mañana para respirar el hermoso aire puro, además en este reino puede ver criaturas mágicas algo que nunca pensó en ver.

Ha estado tan sumida disfrutando de este mundo que no se ha tomado el tiempo de pensar en qué estará haciendo la protagonista porque eso se supone que es Jazmín, lo más seguro es que debe de estar esparciendo rumores de ella, y no está alejada de la realidad, ya que en la capital la pobre Daphne está siendo la burla de las señoritas en cada fiesta de té por no poder retener a su prometido, aunque eso lo tendrá que desmentir Daphne cuando vuelva al mundo real.

Los pueblerinos que salían a tomar la luz solar observaban como dos Pegasus pasaban sobrevolando las aldeas, al ver el color de los Pegasus supieron que era la princesa así que hacían una media reverencia como señal de respeto, Daphne al verlos hacer dicha señal levanta la mano saludando sería muy mal visto ignorar un acto de respeto.

No muy lejos de donde volaban había un conjunto de islas que estaban más cerca del agua, es un lugar muy lindo que pertenece al reino aunque casi nadie viene a este lugar porque está oculto, ella de casualidad lo encontró un día, lo que le parece muy lindo es que los árboles parecen champiñones grandes.

—Bajemos—pide Daphne bajando a la isla

—Sí que es hermoso—dice Arthur bajando junto a ella

—Lo es ven vamos—dice ella señalando el camino

Los dos comienzan a caminar seguidos por los Pegasus unos cinco minutos después ya están enfrente del pequeño lago que hay en medio de la pequeña isla, Daphne se sienta en una roca mientras que el Pegasus se acercan a tomar agua, Arthur se acerca a ella al verla pensativa.

— Estás bien—pregunta él acercándose

Mientras que en la mente de Daphne está divagando en su vida pasada, haciéndose preguntas en qué será de la vida de su hermana, hay veces que se pierde pensando en que hubiera pasado si no hubiera estado ahí ese día, quizás en estos momentos estuviera disfrutando junto a su hermana, aunque ha aprendido a disfrutar en esta vida y a querer a su familia, por qué en su vida anterior su hermana era su única familia, su madre había muerto cuando ella tenía quince años y a su padre nunca lo conoció.

—Oye estás bien—pregunta Arthur otra vez

Ella vuelve en sí al sentir como alguien la toca, volteando a ver al chico que se nota muy preocupado por ella, aparte de su familia parece que ha encontrado a alguien que sí se preocupa por ella y no como ese tonto príncipe que ni recuerda como se llama.

—Eh si solo estaba pensando—dice ella dejando escapar un pesado suspiro

—Entiendo, pero qué tanto piensas, parecía que habías entrado en un trance—pregunta él

Ella guarda silencio un momento cómo podría decirle que esta no es su primera vida y que incluso proviene de otro mundo donde no existe la magia o personas mágicas, capas y hace que la manden a un convento, por qué dudo que existan manicomios.

—No es nada, a veces es por el cansancio—le regala una sonrisa para calmar la situación

—Comprendo, si algún día quieres hablar de algo nomas búscame—dice él tomando las manos de la chica

Ella sonríe agradeciéndole por el apoyo que le está ofreciendo, prodiguen a sentarse en las rocas que rodean el lago, observando en silencio la vista que la isla les está ofreciendo.

—Ese olor es tan delicioso—habla Arthur

— es la flor aurora, crece en las copas de muchos árboles y son muy raras de encontrar, pero en esta isla crecen en esos árboles—señala los árboles que están a sus espadas

—En serio suena que son muy importantes—menciona él

—Lo son, contienen la magia pura del sol, puede darte vitalidad si la comes o la haces en té—responde Daphne levantándose de la roca

Caminan hacia los caballos y se sube Daphne da una señal y el Pegasus se eleva al cielo acercándose a las copas de los árboles ella se acerca lo suficiente y corta una flor, al volver al suelo se la entrega a Arthur él se sorprende de ver tan hermosa flor, sus mejillas se encienden de la vergüenza ósea él tendría que darle flores a ella no al revés.

—Muchas gracias—responde el apenado

—Que no te dé pena, no quiero herir tu orgullo de hombre, pero la flor necesitas saber cómo cortarla sin que se apague su brillo—señala en cómo la flor aún tiene su brillo natural

—No hieres mi orgullo, es solo que es la primera vez que una chica se acerca tanto a mí—dice él volteando a ver a otro lado

Ella se acerca más a él acorralando al chico contra el tronco de un árbol, con su mano libre levanta la barbilla del chico haciendo que él voltee a verla, Daphne tiene un fugaz pensamiento que decide seguir uniendo sus labios al chico.

Daphne se aleja un poco del chico al ver que no reaccionó al voltear a verlo está tan rojo que parece tomate.

—Lo siento fue un impulso—dice ella alejándose

Él sale de su ensoñación y toma la mano de Daphne antes que se aleje así acercándose a su pecho, ella coloca su mano en el hombre de Arthur, este no pierde el tiempo y le planta tremendo beso, ella se sorprende, pero decide seguir con en el asunto disfrutando de esos suaves labios que se mueven sobre los suyos.

Por el peor enemigo de los besos les toca separarse para poder respirar, ninguno se atreve a verse las caras, lo único que hacen es subir a sus caballos y volar de regreso al palacio, nomas llegar y dejar los Pegasus en los establos salen huyendo para no tener que hablar entre ellos.