Atada A Un Alpha

Talia se encontraba escuchando de forma atenta al doctor.

  - En el caso de usted  - le dice a Talia - la toxina que utilizaron es una droga creada hace muchos años para utilizar a los Omegas – él se refiere a la época en la que los Omegas eran utilizados como simples herramientas para el placer y reproducción de los Alphas, sin tener leyes que los ampararan, en esos tiempos nacer como Omega era tener una vida marcada a la sumisión y tolerancia ante los actos crueles que les sucedían, con la simple excusa de que eran simples herramientas reproductivas, los Alphas hacían cuanto querían – Ahora bien, en el caso de usted – se refiere a Maximiliano – la droga es más reciente, solo lleva un año en el mercado y es utilizada para provocar el RUT en los Alphas, ambas son muy potentes e insípidas, por lo tanto es casi imposible notarla mientras se está consumiendo – les explica – los efectos pueden durar horas y el organismo tarda unos minutos en procesarla para su efecto.

-          Bien, por lo menos ya sabemos que estas estable – le dice Maximiliano – Doctor, como siempre, espero la mayor de las discreciones – lo mira serio.

-          S..sí, claro señor Hillcen – el hombre se puso nervioso – puede contar con ello.

-          Vamos – se levanta del asiento y sale del lugar.

-          Muchas gracias por su atención Doctor – le dice Talia sonriendo mientras se levanta del asiento.

-          A su servicio – le dice el hombre devolviéndole la sonrisa.

-          Sube, te llevare a donde quieras – le dice Maximiliano en cuanto llegaron al auto.

-          Quiero ir a casa – le dice viendo el auto

-          Bien, entonces sube, te llevare – Talia abre la puerta y sube al auto.

Maximiliano se sube al auto, luego Talia le dio su dirección y el viaje fue un total silencio a partir de ese momento hasta llegar a su destino, estaciono el auto frente al edificio.

-          Muchas gracias por traerme – su mirada mostraba nostalgia.

-          No te preocupes, era lo mínimo que podía hacer – le dice – tampoco te preocupes por la oficina, encargate de descansar lo suficiente el día de hoy - la mira.

-          Bien – abre la puerta del auto.

-          También – le dice antes de que se bajara – recuerda llamarme si lo necesitas, ¿ok? – la mira de forma expectativa.

-          Ok – baja del auto y cierra la puerta. Sin esperar más el hombre se marcha en el auto.

Talia entro al edificio y subió hasta llegar a su piso, saco sus llaves y entro a su departamento, lanzo todas sus cosas sobre el sofá y se fue directo a la habitación, se acostó en la cama enterrando la cabeza entre las almohadas, le dolía mucho la cabeza mientras pensaba todas y cada una de las cosas que habían sucedido en tan solo dos días, ¿Cómo era posible que la vida de una persona cambiara en tan poco tiempo?, hace solo tres días era feliz, tenía una bella amistad con Selena, enamorada de Rafael él hombre al que había amado durante mucho tiempo y no estaba marcada, ahora era deprimente pensar en todos los cambios que han sucedido, se quedó dormida luego de dos horas de martirizarse, la mayoría del día la paso de esa forma.

Al día siguiente se levantó casi sin ánimos de ir a la oficina, preparo su desayuno, aunque casi ni lo toco, se ducho y termino de arreglarse, mayormente iba con el cabello recogido en un moño, pero si lo hacía de esa forma, se vería claramente la marca en su nuca, es por eso que llevaría el cabello suelto a partir de ahora, al terminar, tomo su bolso y salió.

Todo el camino estuvo reuniendo el valor para ver a Rafael y Selena juntos y tener que hablarle, aunque sea solo de forma profesional. Llego al edificio, entro, subió por el ascensor, llego y camino por el pasillo, tomo una bocanada de aire y entro a la oficina.

-          ¡Hola, buenos días! – dijo sonriéndole a todos.

-          ¡Talia! – dicen algunos compañeros corriendo hacia ella.

-          ¡Por Dios que bueno que estas bien! – dice una compañera abrazándola – estábamos muy preocupados.

-          Talia, lamentamos haberte dejado allí – dice otro compañero – estábamos muy ebrios

-          Lo lamentamos, somos malos amigos – dice otra compañera encogiéndose de hombros – aunque te juro que fuimos en la tarde a buscarte, pero ya no estabas – le dice

-          Tranquilos – les dice sonriendo – estoy bien, llegue sana y salva a mi casa – les dice calmándolos- solo tuve una fuerte resaca, por eso me tome el día de ayer, eso es todo.

-          Excelente, pensé que te había ocurrido algo – dice Rafael parado detrás de ella, Talia voltea y lo observa.

-          Estoy bien – le dice seria, luego vio a Selena entrar tomando el brazo del hombre.

-          Eso es bueno Talia – le dice Selena sonriendo de forma hipócrita – aunque debías haber llamado para informar, no es bueno llamar la atención de todos de esa forma – ríe.

-          Lo hare para la próxima - ¿Cuándo Selena se convirtió en una total arpía?, quizás ya lo era desde hace mucho y no se había percatado de eso hasta ahora.

-          Bien, volvamos todos a trabajar – les dice Rafael con una sonrisa – no dude en informarme si te llegaras a sentir mal Talia – le dice mirándola.

-          Ok – le responde mientras camina hacia su puesto de trabajo.

Todo siguió como si nada en la oficina, estaban casi a finales del mes así que el nivel de trabajo era descomunal, sin darles tiempo de siquiera parar para un café, mientras Talia ignoraba a Selena y evitaba amiguismo con Rafael.

-          Yo no entiendo, ¿tan poquito valía nuestra amistad para ella? – Talia escucho la voz de Selena en el cuarto de copiado, en seguida se detuvo para escuchar.

-          No entiendo, ellos no eran más que amigos, ¿Por qué termino su amistad? – le dice la mujer con la que Selena estaba hablando.

-          Es que ella ha estado enamorada de él y no soporto que él me escogiera a mí – la mujer estaba llorando.

-          ¿y eso que? – le dice molesta – ella debe entender que ese hombre no era para ella y punto, no puede culparte porque él te amé a ti, tampoco puede obligar a Rafael a que se fije en ella – le dice

-          He estado pensando en terminar con Rafael – le dice llorando – es algo que me duele muchísimo, pero si eso sirve para recuperar a mi amiga, yo soy capaz de dejárselo.

-          ¡No lo hagas! – le dice la mujer – Rafael te ama a ti, ¿no has pensado en lo que él podría sufrir si lo dejas?, yo creo que Talia...

-          ¿Qué yo, que? – no soporto seguir escuchando esa conversación.

-          ¡Talia! – dice Selena sorprendida

-          Seré sincera contigo, porque no me gustan las mentiras – le dice la mujer a Talia – creo que terminar una amistad de tantos años, solo porque un hombre no te escogió a ti, es muy egoísta, además ¿Qué puedes hacer?, ¿separarlos?, ¿te sentirías feliz separando a dos personas que se aman, solo porque a ti te gustaba primero? – le dice molesta – pienso que estas siendo muy inmadura y egoísta.

-          Evelin – le dice Talia a la mujer de forma seria – seré sincera contigo, así como lo has sido conmigo – le dice – no te metas en situaciones que no te competen – le dice molesta – además, a mí no me importa para nada la relación de ella con Rafael – le dice

-          Ja, ¿a quién quieres engañar? – le dice Evelin – todos en la oficina sabían de tus sentimientos por Rafael, ¿Cómo no podría importarte?

-          Porque el tema de Rafael ya es tema pasado – le dice – ese hombre no me interesa en lo más mínimo – mintió, pero no se dejaría humillar, mucho menos que pusieran su imagen por el suelo.

-          ¡No mientas!, te ves patética haciéndolo – le dice la mujer

-          No es mentira – le dice enfrentando su mirada – incluso ahora tengo pareja – dicen que las mentiras tienen patas cortas, pero esperaba que no fuera su caso.

-          Talia – le dice Selena – no debes mentir amiga, eso no se ve bien – sonríe - ¿Cómo podrías superar a Rafael en tan solo dos días? – “ahora puedo ver la arpía que consideraba mi amiga” – yo puedo terminar con el por ti – le dice – lo que más me importa es tu amistad.

-          ¡No lo harás! – le grita Evelin

-          Por mi puedes hacer lo se te dé la gana – le dice Talia – ya te dije que ese hombre no me interesa – comienzan a escucharse pasos en el pasillo, por el panel de vidrio Talia pudo ver a la luz a su problema – ya te dije que tengo pareja.

-          Oh, Talia querida no mientas – dice Selena riendo - ¿Quién podría ser tu pareja?

-          Ya lo veras – sale del cuarto justo cuando el hombre pasaba por el frente acompañado de su asistente y otros empleados - ¿La propuesta de matrimonio, sigue en pie? – le dice plantándose frente a él y mirándolo a los ojos.

-          Sí, claro – le responde viéndola

-          Entonces acepto casarme contigo – era algo apresurado, pero no permitiría que se siguieran burlando de ella.