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DOMINAME

DOMINAME

Status: Terminada
Genre:Mafia / Amor-odio / Pareja destinada / Amor eterno / Contratadas / Dominación / Completas
Popularitas:295.8k
Nilai: 4.6
nombre de autor: Angela G.

Ella es la destrucción de él, poco a poco ambos caerán en la llama de la lujuria y ya nada podrá detenerlos.

Juntos son demasiado peligrosos e insaciables.
Una droga que los consumirá poco a poco.

Una mujer con un corazón roto es más peligrosa que el mismo diablo, Dalilah hará lo posible por salir adelante, pero no contaba con que los errores del pasado se repitieran.

Caebran hará todo para ser el mejor líder de la mafia rusa, desde la muerte de sus padres, juro vengarlos y reclamar el puesto. Ahora el tendrá que lidiar con el culpable y el deseo que lo carcome por dentro al conocerla.

Ella era su locura y el la de ella. Pero ambos no estaban dispuestos a demostrarlo. No todavía.

Dos corazones fríos, y arrogantes dispuestos a quemarse entre sí, luchando por un nuevo comienzo, una nueva vida.

¿Qué es lo peor que podría pasar?, pero… Alguien se obsesiono y eso termino en tragedia.

NovelToon tiene autorización de Angela G. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

C A P I T U L O 8

Dalilah.

Entre a mi habitación con la mirada de Caebran en mi trasero, cierro la puerta y suspiro.

Es bonita.

Lo primero que veo, es el ventanal gigantesco que se ve, es una vista preciosa que da hacia el mar, hay una sala de estar con sillones en forma de L blancos a mi izquierda, y una cocina pequeña pero que tiene todo lo necesario, me adentro al pasillo que esta alado de esta y lo inspecciono.

La habitación es hermosa, una cama King size con sábanas y edredones rojos, a la par de ella se encuentran dos mesitas de noche y a cada lado dos lámparas. A unos cuantos metros está un balcón que da vista al mar. Pongo la maleta en la cama y me pongo a desempacar.

Estoy demasiado cansada por el viaje, Suena un zumbido y rápidamente voy por mi teléfono.

—¿Sí?

—Dalilah, yo y Caebran queremos relajarnos, porque estamos muy cansados por el viaje… así que nos vemos mañana.

—Bien.

Lo necesitaba la verdad, no me importa lo que hagan. Me quito mis prendas y me pongo una bata de seda, necesito dormir un poco. Mi cuerpo toca la cama y es una sensación increíble, estoy acostumbrada a abrazar a una almohada cuando duermo así que agarro la de mi lado y la abrazo. Rápidamente caigo en los brazos de Morfeo y me dejo llevar por las sensaciones deliciosas de mis pensamientos.

Un ruido chillón en la habitación me despierta y abro mis ojos lentamente para acostumbrarme a la luz del día. Me incorporo y alcanzo mi teléfono en la mesita de noche.

—¿Sí? —digo con voz somnolienta.

—¡Dalilah!, Caebran y yo te esperamos abajo para desayunar e ir a la playa.

Joder… me quito el teléfono de la oreja y lo reviso para confirmar la hora.

8:30 a.m.

Pongo el teléfono de nuevo en mi oreja.

—Bien ahorita los alcanzo—. Le cuelgo y suspiro.

Me levanto y me encamino hacia el baño para tomar una ducha, me meto en el chorro de agua y automáticamente me relajo. No sé porque acepte venir.

Soy muy complicada con mis propias cosas, algunas veces suelo divertirme de más y otras simplemente, no quiero, o no estoy de humor.

Como ahora.

Salgo con una toalla enredada a mi cuerpo mientras me cepillo el cabello. Pienso en que ponerme y elijo un vestido de playa color rojo que se ajusta en mis pechos y es suelto de la cintura para abajo. Antes de ponerme el vestido me puse un traje de baño color rojo también que solo cubre lo necesario.

Me gusta el rojo.

Mis labios tienen un color rojo natural y solo me aplico algo de mascara de pestañas, rubor, un poco de polvo y un poco de corrector para las ojeras, agarro mi bolso, mis lentes y me encamino hacia el lobby.

El hotel es grandísimo y muy bonito, tiene colores muy oscuros y solidos que hacen contraste con las texturas de la iluminación y las paredes.

Volteo la cabeza para ubicarlos, y los veo, Caebran trae una cara de perro e Íngrid se ve que esta emocionada, mueve sus manos para decirle algo con una sonrisa pero él ni se inmuta, él está volteando a todos los lados como si estuviera buscando algo, su mirada se encuentra con la mía y su mirada se ilumina.

Se reacomoda en el asiento sin quitarme la mirada de encima. Camino hacia ellos a paso seguro y…

—Buenos días—. Me saluda Caebran.

—Buenos días.—Respondo.

Ellos están sentados uno enfrente del otro y tomo asiento en medio, quedando Caebran a mi derecha e Íngrid a mi izquierda. Segundos después el mesero viene y nos trae el menú. Agarro uno y veo que pediré, hay demasiados platillos que no conozco, pero ahora solo uno llama mi atención.

—Y bien, ¿que pedirán?

Los volteo a ver y Caebran no me deja de mirar, Íngrid lo nota.

—Amor, yo quiero sushi.

—¿Y tú? —me pregunta.

—Yo… un pollo tandoori.

—Gran elección—. Alza una de sus manos para llamar al mesero.

El mesero llega y toma el pedido. Pero no se concentra ya que a cada nada me está sonriendo y echándole miradas a mis pechos.

—¡Pon atención! —le dice Caebran.

El chico asiente asustado.

—S-i… señor, lo siento… ¿Eso es to-do? —tartamudea.

—Ve a hacer tu trabajo —le dice con una mirada fría.

—Amor, me estaba mirando, solo era un niño, no tenías que ponerte celoso.

Ilusa.

A veces es tan ilusa que no se da cuenta de las cosas que pasan a su alrededor. Veo como le Caebran casi voltea los ojos, como sea. Nos traen nuestros pedidos y en el transcurso hablamos yo e Íngrid, Caebran se fue a hacer algunas llamadas.

—¿Vamos ya a la playa? —me pregunta ella.

—Claro.

Nos ponemos de pie y agarro mi bolso con las cosas que tengo, me pongo mis gafas y salimos al mar. Es un día demasiado soleado para broncearse, el mar se ve tan tranquilo. Hay personas nadando, surfeando y otros jugando voleibol.

—Ven, le dije a Caebran que queríamos un lugar donde relajarnos y compramos una carpa.

Asiento y la sigo, hay unas cuantas a los lados llenas de personas. Llego y me desprendo mi vestido, para quedar en bikini y acostarme en el camastro.

—¿Dónde está Caebran?

—Dijo que ahora venia, estaba terminando sus llamadas y…

De repente se queda en silencio y sigo su mirada, ahora sé por qué. Caebran viene con unos shorts negros para playa, su torso desnudo hace contraste con la luz del sol, y se ve demasiado bien, tiene un paquete de abdominales perfectamente alineados, la cadera se le marca en V y yo siento que desfallezco, tiene un poco de rastro de vello en el pecho.

Tiene puestos unos lentes y cuando llega a la carpa se los baja para observarnos, su mirada se posa en mi por unos segundos y sus ojos se dilatan, me repasa varias veces de arriba hacia abajo y le sonrió. Nos quedamos viendo como si no importaran los demás, me pierdo en sus ojos color verdes.

Su mirada de repente se vuelve fría y voltea donde Íngrid nos mira enojada.

—¿Terminaron? —nos pregunta.

—Si — contesta Caebran como si nada.

Íngrid me mira furiosa y yo le regalo una sonrisa cínica.

Decido relajarme en el camastro y broncearme un poco, agarro el bloqueador solar mientras que Íngrid le dice algo a Caebran.

—¡Vamos ándale!

—Ahora no quiero, voy más tarde—. Le contesta el en tono enojado.

—Como sea. —le responde.

Ella se adentra al mar y trato de aplicarme el bloqueador en la espalda. Sin embargo siento como unas manos agarrar el bloqueador por mí.

—Voltéate. —ordena una voz gruesa a mi lado.

—¿Lo harás tú? —le pegunto.

No dice nada y dejo que él me voltee, sus manos se aferran a mi cintura y me pone bocabajo de un movimiento. Él se sienta en el camastro que tengo a un lado. Me relajo en la silla, escucho como abre el producto y se echa un poco en las manos.

Brinco por el contacto de la crema fría en mi espalda y por los movimientos suaves que realiza con sus grandes manos, se siente increíble, me da un pequeño masaje hasta que llega a mi culo, y suaves masajes a su antojo.

Mi corazón se acelera y mi pulso se dispara, se siente bien, de hecho se siente genial, cierro bien mi boca para no soltar sonidos no deseados.

Joder.

—Es precioso. —Susurra con la voz tan ronca. Da dos palmazos a cada nalga, brinco por la inesperada acción que acaba de hacer.

Mi cuerpo involuntariamente reacciona a su tacto y… si sigue así me hará que suelte un gemido, así que me volteo quedando ahora boca arriba y semisentada.

—¿Cuál fue la verdadera razón por la que nos trajiste aquí?—hago una pausa. intentando cambiar de tema—. No me creo que una persona como tu viniera solo de vacaciones.

Él sonríe sabiendo que descubrí su pequeña mentira.

—¿Una persona como yo?...¿y como son las personas como yo Dalilah?—se acerca y me susurra a centímetros de mi cara.

—Lo sabes perfectamente—. Le digo y no se mueve, su rostro sigue a centímetros del mío y quiero besarlo joder.

—Seré directo… Desde la primera vez que te vi, he querido hacerte mía en cada jodido lugar en el que se pueda.

Trago saliva y aprieto los muslos, estoy muy excitada y él lo sabe, mis ojos demuestran lo que tanto he querido desde hace cuatro meses, al igual que a él.

—¿Y qué te detiene? —le pregunto en un susurro bajo y amortiguado.

—Joder preciosa. Estoy tan duro ahora, que no me importaría tomarte enfrente de todos.—. Me agarra del mentón y me atrae hacia él, acariciando con la otra mano mi cuello.

Sus ojos viajan hacia mis labios y los míos también, se ven tan apetecibles, de un color rojo perfecto, me relamo mis labios y sus ojos siguen el acto. Me aprieta un poco el cuello pero no lo suficiente para lastimarme.

Poco a poco nos vamos acercando hasta que nuestros alientos se funden, su nariz rosa con la mía y espero el beso que nunca llego.

—¡¿Qué está pasando aquí?!

Oh Dios.

1
Ana Mendez
muy pero muy buena tu novela, me encanta, gracias por regalarme tan buena lectura, Dios bendiga su imaginación, he de salud y vida..
Nancy Granadillo
bella bella la felicito muy buena historia
Pabla Rodriguez
me encantó tú novela super buenísima gracias autora
Pabla Rodriguez
cuantos años tiene la desgraciada de la Ingrid cuándo mató a los padres de Caebra
Pabla Rodriguez
esas par de ratas son unas desgraciadas cuando las agarren Caebra las va a matar
Pabla Rodriguez
super fastidiosa ésa Ingrid
Pabla Rodriguez: Ingrid vas saber que son los cuernos a una amiga pendeja
total 1 replies
Pabla Rodriguez
pero sí ella es víbora dali no sé queda atrás ella me encanta
Pabla Rodriguez
para mi le tiene envidia no es buena persona
Pabla Rodriguez
no paro de reír Dalilah es mala pobre hombre lo dejó fuera de base la novela está super buenísima
Pabla Rodriguez
cierto
Pabla Rodriguez
especialmente la vedetinas /Joyful//Joyful//Joyful//Joyful/
Guiovani Ramirez
Excelente
Vilma Muñoz Acosta
Xq No se explicó la parte sexual entre ellos?
Ester Ayala
sino quieres que vaya para que invita a Dalilah a ir a ese viaje.....
Ester Ayala
vaya entonces esa Ingrid, no es tu amiga
Ester Ayala
🤣🤣🤣🤣🤣
hay no créeme q no la soporto
ufff
Lisbeth Ramirez
Excelente
Isabel Jimenez
!Me encantó!!
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