Un Cuento De Maravillas [OMEGAVERSE]

Lo más lógico y de anticipar para Keun Suni, (o cualquier Oemga en general), era, que, por naturaleza, estaría a disposición del Alfa que lo marco, atento a sus deseos, y lleno de devoción.

Sin embargo, para Keun Suni, esa unión era el principal origen de la mayor frustración que había experimentado.

Parecía ser que desde ese día en que fue marcado, su desarrollado olfato se había atrofiado, apenas era capaz de identificar si alguien era un Alfa u Omega; lo cual lo había llevado a sólo poder detectar que había un aroma diferente en su piel sin ningún dato adicional. Al menos podía seguir identificando las emociones como antes, así que no era un problema para su trabajo.

Pero le hubiese gustado poder saber el tipo de esencia que tenía el Alfa que lo metió en su actual situación. Y el Alfa al que estaba unido parecía estar últimamente nervioso: al joven le parecía que para ser un Alfa, era tan emocional como un Omega.

Su situación pasó a solo ser más estresante con la aparición de Byung Jian, Alfa que se presentó terriblemente tensó el día que se conocieron. Al hombre parecía ponerle nervioso su indiferencia, pasando de la ansiedad a sentirse molesto por su comportamiento.

Para el Alfa, el comportamiento de Suni en un principio lo confundía, y también le era totalmente desesperante el desinterés que mostraba el Beta con él.

Aunque ambos trabajaban juntos sin problemas, el abogado intentaba ser amable con él otro buscando su simpatía, sin muchos cambios observables.

Cerca de un mes trabajando juntos, y dando por perdido lograr ganarse la amistad del otro, Jian fue invitado de manera inesperada por el Omega a comer.

Cómo era usual Suni lo miró en silencio una vez terminaron de almorzar, el abogado no tenía idea de las intenciones del frío Beta.

El terapeuta llevaba tiempo observándolo, en especial la reacción y emociones que tenía hacia la pareja de Omegas. Suni se dio cuenta que la amabilidad del hombre y su preocupación por la situación de los Omegas era genuina, un hecho inesperado de ver en un Alfa; en un principio esperaba que el gobierno hubiese mandado a alguien con otras intenciones.

Sin embargo, estaba claro que Jian era todo lo contrario a sus peores miedos.

Si había motivos ocultos al involucrar a un Alfa como representante legal, al parecer el abogado era ajeno a ellos. (Aunque esas precauciones del supuesto Beta influían en su comportamiento hacia Jian, Suni, en realidad, no era una persona muy amigable, o abierta).

—¿Cuáles son tus ordenes? —Preguntó Suni deseando ser lo más directo posible—. ¿Qué te pidieron que buscarás con el caso de Bin Soo y Ji Hwan? —Sostuvo su taza de café estudiando el rostro del otro.

El hombre de cabellos oscuros lo observó, un poco desorientado, ante el poco tacto de Suni.

—Seré sincero contigo, porque veo que realmente quieres el bienestar de la pareja —Sonrió amable—. Me dijeron que buscará cualquier cosa que pareciera ponerlos en riesgo, hasta emocionalmente...por eso también me dijeron estar presente en las terapias. —Sus ojos de un profundo tono esmeralda miraron al otro apenado—. Lo que yo quiero personalmente es diferente. ¿Cómo podría ayudar a alejar a dos personas que son tan felices juntos?

El Omega no detectó un ápice de mentira en las palabras del otro, aun así pensó cuidadosamente sus siguientes palabras:

—Su felicidad es lo que importa, en efecto; quizá haya algo en las leyes que nos ayuden a garantizarla —insinuó sus intenciones el castaño.

—He revisado, pero no he visto algo que los pueda ayudar— comentó con expresión grave—. Solo queda protegerlos como sea posible— Suspiró desviando sus ojos de la mirada inquisidora del otro.

Suni era realista, sabía que la situación de los Omegas era complicada, había tantos factores que podrían usar como razones para separarlos.

Lo único que él quería era poder encontrar algo con que ayudar.

Era una promesa sin palabras que había hecho.

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La forma en que su vida se estaba desarrollando los últimos días, le parecía irónica, y llena de tantas coincidencias, que Suni creía que alguien tenía un guion de sus días, con un ácido sentido del humor. Eso pensaba, cuando el representante legal de la empresa para el caso de Mo, resultó ser Byung Jian.

Que el joven Alfa fuera simpático e innegablemente atractivo, no hacía que Suni quisiera estar cerca de un Alfa. Y a pesar de que Jian parecía querer su amistad, al Omega solo le exasperaba: debido a las emociones externas que se mezclaban con las propias.

No es que repudiara a Jian, en realidad le agradaba, y creía que el Alfa era bastante diferente a los que había conocido, (hasta podía describirlo como sencillo y gentil).

Solamente no tenía energía para ser encantador con nadie esos días.

Menos con un Alfa.

Y saber que sus problemas eran básicamente por una serie de descuidos de una noche, aumentaba su estrés.

Pero Suni se suavizó inmediatamente al ver a Mo, quien le evocaba un enorme cariño y tristeza. Cuanto deseaba que Mo pudiese darse cuenta que tenía más cosas por las que sonreír; Que el Alfa que ocupaba cada día sus soledades en pensamientos e ilusiones, no lo era todo, no debía serlo.

Cómo otras veces tenía que usar su inexpresiva fachada para no llorar ante los desesperados intentos del Omega Mo, de tener esperanza en alguien que vivía sin preocuparse de él.

Jian veía cómo Suni se estremecía ante la dolorosa escena del Omega, hablando contento de lo que quería hacer cuando el Alfa viniera a verlo. Vio en los grandes ojos café de Suni tantas emociones, que él pudo compartir un poco del pesar del otro.

Como si el mismo lo sintiera.

El vientre de Mo había crecido, y el Omega lo acariciaba pensando en que su Alfa vendría pronto.

Mientras ellos, eran testigos de una persona miserable que continuaría esperando.

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Ser un Alfa era extremadamente ventajoso y eso Jian lo sabía, hasta el punto de no estar seguro de si las cosas que tenía eran debido a su segundo género o a sus esfuerzos. Por lo cual encontrarse con alguien que no le importaba en lo más mínimo eso lo sorprendió un poco.

Y en cierto modo, aunque sonase extraño, lo hacía feliz.

La primera vez que conoció a Suni, no estaba seguro como interpretar la presencia del Beta, y al pasar tiempo con él, veía que el hombre era mucho más complejo que una persona que pudiera calificar con simpleza como antipática.

El terapeuta actuaba como un Alfa, imperturbable y a veces altivo; pero también tendía a ser imparcial y paciente como un Beta, que contrastaba con el descubrimiento de que tenía un lado dulce, una parte emocional.

Jian encontraba fascinante a Suni (y hasta encantador) el conjunto que lo componían como persona. Por supuesto, conocerlo no era fácil, por alguna razón el Beta lo despreciaba, siendo en especial cortante en sus conversaciones con él; incluso, comenzó a frustrarse con la forma en que era tratado, pensando que el Beta era alguien prepotente e insensible.

...Hasta que notó la forma en que Suni interactuaba con sus pacientes.

Palabras gentiles, miradas dulces acompañadas de sonrisas tan transparentes, que a veces se encontraba absorto viendo el rostro del otro hombre.

Nunca había conocido a alguien que parecía tener características tan distintas, y ser a la vez tan genuino, tan integro.

A Jian también le preocupaba la situación de la pareja de Omegas. Si bien, él fue criado para cumplir un papel, situaciones como esas le demostraban que esos roles a veces podían ser jaulas bellamente adornadas, pero bien impuestas sobre la voluntad de otros.

Pero esos papeles era lo único que el Alfa había aprendido, que Jian conocía: Su única forma de vida. Eso no evitaba, anhelar ver más allá.

Jian buscaba que sus culpas no lo detuvieran, tal como Suni, quien parecía dar sus pasos según sus deseos, tal vez en ignorancia de sus roles; tal vez, el Beta solo seguía lo que su voluntad dictaba.

Pero era tan ligero y gracioso en su forma de ser que lograba conmoverlos.

Suni alguien que caminaba despreocupado y libre: Alguien maravilloso.