La Sustituta

Mi salida para Inglaterra es dentro de dos semanas, ya todo está planificado para mí regreso, la Nana viajará con nosotros, Alan y Alina están felices de viajar y conocer a Inglaterra, ya llamaron al abuelo Peter para que los espere en el aeropuerto, hoy salen al centro comercial a comprarle un obsequio al abuelo, al tío Fred y a la tía Yaquelin, ellos adoran a sus tíos y su abuelo es algo muy especial.

Estando esperando a los niños para almorzar, recibo una llamada es el abuelo Peter, la noticia que me dio fue devastadora, la tía Yaquelin murió en un accidente automovilístico y Fred está aporreado, está hospitalizado, el viaje se adelantó, llamé a Tomás para qué buscará a la Nana y los niños debemos salir ya, llamo al aeropuerto y compro los pasajes para cinco personas y me voy a alistar maletas no podemos esperar más Fred me necesita.

Cuando llegaron los niños solo les dije suban se bañan y se alistan nos vamos ya para Inglaterra los tíos tuvieron un accidente, mis hijos que dan vuelta para todo salieron corriendo a sus dormitorios, ellos adoran a sus tíos y quieren estar con ellos, no me atrevo a decirles que la tía Yaquelin murió, eso para ellos es desbastador, espero llegar a Inglaterra para contarles.

Llegamos entrada la noche, directo a la casa del abuelo, me entero por el ama de llaves que está en el hospital, dejo los niños con Tomás y la Nana en la casa y yo voy al hospital, al llegar encuentro al abuelo en el pasillo llorando Yaquelin había muerto, Fred estaba sedado, gracias a dios fueron golpes lo que tenía, nada grave, pero las personas con quién chocaron eran Tatiana y su nuevo amante, ellos se mataron en seco y Albert no se encontraba en el país, ya que andaba en París con su amante, saber todo esto me hizo sentir culpable por Fred, la maldición de mi familia lo había tocado y me daba vergüenza, al verme me abrazo y me dijo tú no eres culpable, fue esa loca de Tatiana, ellos venían peleando en el carro, cuando nos embistieron en la vía, no te pongas así, eso no es tu culpa me preguntó por los gemelos, le dije que estaban en la casa y me pidió que me hiciera cargo de todo por él.

Llamé a mi abogado y le pedí ayuda en todo lo que se venía y el me dijo que se ocuparía de todo, al día siguiente fue el sepelio, en el cementerio encontramos a mis padres, solo estaban ellos dos, solos dándole cristiana sepultura a su hija querida, Alber no estaba por ningún lado, yo no me acerque, no quería saber nada de ellos, supe que estaban arruinados, habían vendido su casa y vivían en un modesto departamento que Tatiana les compro, para que no la molestarán, si saben que estoy aquí, trataría de pegarse como garrapata a chuparme todo y lo que yo tengo es de mis hijos. Sin embargo trataré a lo lejos de mandarles dinero para que vivan decentemente, sin estar pidiendo dinero a Albert, ya que el no quiere nada con esta familia, el tiene sus propios intereses. Doy gracias a Dios que nunca se enteró que tiene dos hijos maravillosos, esa sería mi destrucción.