Princesa Asesina

El jade antiguo brilló sutilmente activando el poder destructivo que posee.

Las bolas de fuego carmesí se destruyeron al instante.

Alia retrocedió un poco hacia atrás junto con el tercer príncipe disipando el poder del jade antiguo por completo, moviendo con gran habilidad su mano le ordenó al jade que volviera a su lado.

Siguiendo la órdenes de su adorada maestra el jade antiguo descendió.

Y cuando todo el espacio se hizo más claro ya no quedaban rastros de lo que sucedió.

Sentada en el trono dorado la mueca burlona de la princesa Sofía desapareció siendo reemplazada por conmoción ante el imprevisto.

Casi saltando del trono, la princesa Sofía se levantó de manera abrupta fue tan rápido que su figura se volvió ilusorio llegando a unos pocos metros de distancia de Alia y el tercer príncipe.

El hermoso rostro de peonía de la princesa Sofía se volvió confuso, sus manos apretadas atravesaron su carne casi hasta el punto de sangrar.

– ¡imposible! Claramente, el tercer príncipe se encontraba herido, tan débil como una hoja de papel ¿cómo pudo? – preguntándose a sí misma observó a las dos figuras arrodilladas sobre el suelo.

La mirada de la princesa Sofía se cruzó con la de Alia, ambas parecían enemigas irreconocibles cuando sus ojos se encontraban.

Ni Siquiera la propia princesa Sofía lo entendía ya que nunca en su vida hasta ahora había visto a Alia pero algo le dice que es su enemiga fatídica.

Dejando aún lado este sentimiento de alerta, la princesa Sofía volvía a mirar al tercer príncipe.

– ¡todavía estás vivo! – lo dijo a regañadientes como si estuviera disgustada.

Tragando una bocanada de sangre el tercer príncipe comenzó a levantarse pero sin antes apartar ferozmente a Alia.

– ¡ah! – exclamó Alia cayendo nuevamente al suelo de forma hacia atrás.

La acción del tercer príncipe hizo enojar mucho a Alia, fulminando con la mirada al tercer príncipe lo maldijo en sus pensamientos.

– ¡maldito príncipe! “Yo quien lo ayude de no morir me lanzó al suelo como si fuera un saco de papas que le disgusta tanto no se apiada de mí su salvadora ¿cuánto seguirá así? Si hay otra próxima vez no lo salvaré” ¡Gran demonio te deseo la peor suerte!

El tercer príncipe ajeno a las maldiciones de Alia se tocó el pecho tratando de evitar temblar o tambalear nunca dejará que sus enemigos vean su estado débil.

Los ojos fríos obsidianos miraron sin expresión alguna a la princesa Sofía y la voz ronca del tercer príncipe resonó – ¡lo ha olvidado princesa Sofía!  Mi nivel de poder es el doble que el suyo incluso si me veo en un estado patético no serás capaz de lastimarme, ya que me quieres muerto ¿por qué no mueres?

En el siguiente instante que terminó de sentenciar a muerte, la espada incrustada en la pared agrietada voló de manera abrupta.

¡Los movimientos de la espada fueron tan rápidos!

El ángulo de ataque de la espada fue demasiado aterrador que alguien con un nivel quince no podrá escapar de las garras de la muerte.

Observando la hoja fría de la espada que se acercaba hacia su corazón, la princesa Sofía movió de manera ágil sus manos.

Sus manos se acercaron hacia sus ojos, era como si una luz púrpura atravesara sus ojos convirtiendo su iris en un color púrpura claro.

Moviendo sus labios la princesa Sofía surro entre pánico – ¡Detener!

Sin embargo sus palabras que parecían ordenar no tuvieron ningún efecto en la espada color tinta.

Sintiendo el peligro, todo el cuerpo de la princesa se volvió de alerta máxima  incluso su expresión que en algún momento estaba tan orgullosa se había vuelto presa de pánico.

Justo cuando la espada casi saluda su corazón una voz tierna resonó.

– ¡no la mates!

La espada que ya estaba por matar de un solo golpe a la princesa Sofía se detuvo.

Incluso la propia Sofía que se encontraba inmersa en el miedo volteó a mirar dónde proviene la voz.

Sus hermosos ojos púrpura se dilataron reflejando la escena frente a sus ojos.

Es nada más ni menos que la propia Alia quien con una expresión determinada sostuvo el brazo del tercer príncipe.

– ¿Quiere que no la mate? ¿Cuando sigo órdenes de otros? – pensó el tercer príncipe mirando con una expresión oscura a la hermosa chica.

En ese momento un escalofrío recorrió el cuerpo de Alia, su mirada también se encuentra fija en la princesa Sofía pero al sentir una mirada peligrosa levantó la vista encontrándose con esa máscara como el color de tinta oscura.

Recordando que seguía tocando al hombre malvado que le disgustaba ser tocado por cualquier persona bajo la mano nerviosa por su torpeza.

¿Qué podía ser? ¡No puede dejar que la princesa Sofía muera! No es que le tenga lástima sino que el imperio rojo es muy poderoso, la emperatriz no la dejará ir.

De mala gana Alia habló para calmar la emoción molesta de ese tercer príncipe que odia – ¡no era mi intención tocarte! Es solo que no puedes matarla, ella no es alguien simple matarla causará problemas no olvides quien es su madre – le susurró sin dejar que la otra parte escuchara su conversación.

Los ojos oscuros del tercer príncipe brillaron con una luz leve antes de deshacersedse dio cuenta que la mujer molesta tenía razón después de todo aún no ha completado la misión incluso su poder es inestable.

– ¡Princesa Sofía dejaré pasar esto! – dijo el tercer príncipe levantando su mano.

Agitando su mano la espada desapareció.

Sin esperar a ver la reacción de la princesa Sofía el tercer príncipe se dio la vuelta sin antes irse agarró de la mano Alia jalandola de forma abrupta.

Antes de que pudieran salir del palacio imperial.

La princesa Sofía gritó con arrogancia – ¡quiero romper el compromiso contigo! ¡Tercer príncipe he venido aquí para romper el compromiso contigo! “ no me gusta un hombre como tú, nunca me casaré con un monstruo feo como tú”

¡Compromiso! ¡El tercer príncipe y la princesa Sofía!

La voz arrogante de la princesa Sofía resonó en los oídos de Alia.

– ¿estás comprometido con ella? – reprocho Alia con su corazón tan acelerado mientras apretaba su mano que es sostenida por el tercer príncipe.