La miro, estupefacto. Se ve tan hermosa con esa bata blanca, y la blancura de la habitación contrasta con su hermoso cuerpo latino que me enloquece. Siento que estoy soñando, pero se ve muy real. Cuando ella nota mi mirada, me quedo helado. La mirada que me daba antes era de amor... ahora es como si estuviera viendo a su peor enemigo.
—Por tu culpa mi vida se jodió —me dice, con la voz llena de rencor.
—No, Morgan, nena, yo traté de salvarte, te amo. Fui lo más sincero que pude contigo a pesar de lo que pasó con Madison —le respondo, desesperado.
—Por tu culpa estoy así.
—No, sabes que no es verdad —le insisto.
—Sí, estoy muerta por tu culpa. Solo tú tienes la culpa por haber entrado en mi vida. ¡TE ODIO! —me grita con todas sus fuerzas.
Trato de acercarme para abrazarla, pero cuando al fin la tengo entre mis brazos, se deshace, como si fuera de humo.
Me despierto sobresaltado, empapado en sudor. Mi respiración está agitada y siento mis mejillas mojadas por las lágrimas
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Capitulo: 24
CALEB.
FLASHBACK
Salí furioso de mi casa. Sabía que Morgan probablemente necesitaba tiempo. Quizás se sentía vulnerable por las marcas en su espalda, pero la rabia me consumía. El hecho de que me rechazara por culpa de mi padre era algo que simplemente no podía soportar.
Mientras conducía, mi teléfono sonó y la sangre se me heló al ver el nombre en la pantalla.
—¿Ahora qué quieres, padre?
—Aléjate de esa muchacha si no quieres verla muerta.
—No entiendo. ¿Qué ganarías con esto?
—Haría que te concentraras más en el negocio familiar, hijo.
—Tu maldita mafia no es un negocio familiar.
—Solo te daré un día para que te alejes de ella por completo.
Hasta luego.
Me colgó sin más. Conduciendo, marqué el número de Madisson.
Ella respondió al instante.
—¿Caleb? ¿Qué pasó? Morgan acaba de llamar a Connor en un mar de lágrimas. ¿Qué le hiciste?
—Madisson, eso no importa ahora. Necesito que hagas algo por mí.
—¿Qué quieres que haga?
—Necesito el número de Mason con urgencia. ¿Puedes encontrarlo?
—Pero creí que tú y él se odiaban.
—Es por el bien de Morgan. Busca su número y enlaza las llamadas. He pensado en un plan para mantenerla a salvo de mi padre.
—Está bien. Colgaré unos segundos.
—Vale.
Solté un suspiro profundo y marqué el número de Hunter.
—¡Caleb! ¿Le pasó algo a Morgan?
—No, ella está bien. Amigo, ¿recuerdas la maleta con dinero y pasaportes falsos que te di?
—Sí, pero los pasaportes estaban vacíos. Nunca me dijiste para qué los querías.
—Bueno, ahora te lo diré. Esos pasaportes eran para irme con Morgan, empezar una vida juntos lejos de aquí. Pero mi padre me ha amenazado, me ha advertido que me aleje de ella. Así que necesito que le lleves esa maleta a Mason. Él sabrá qué hacer con ella. Por favor, no le digas esto a nadie.
Colgué. Inmediatamente, entró la llamada enlazada con Madisson y Mason.
—¿Qué quieres, imbécil? —dijo Mason.
—Mason —lo reprendió Madisson.
—También me alegro de hablar contigo —dije con ironía
—Ve al grano.
—Necesito que tomes la maleta que Hunter te dará y la guardes muy bien. Cuando te envíe un mensaje, irás a mi casa a buscar a Morgan y la convencerás de irse contigo lejos de aquí.
—¿De qué estás hablando? ¿No se suponía que amabas a mi hermana?
—Madisson, lo que te pediré a ti es algo muy difícil, pero créeme que será lo mejor para Morgan.
—No entiendo, Caleb. Me estás asustando.
—Necesito que vayas a casa de Hunter y me esperes ahí. Necesito que te quites la ropa, te metas en la cama y finjas estar dormida.
—¿Por qué quieres que haga eso?
—Porque de esa forma Morgan se decepcionará de mí y se irá con Mason sin que él tenga que rogarle.
—Entiendes que después de esto ella me odiará, ¿verdad?
—Lo sé. Pero la amo, y no voy a permitir que mi padre la mate —dije. Mi voz se quebró en la última palabra.
—Caleb…
—Ya saben lo que tienen que hacer. No le digan a nadie nada de esto. Adiós.
Cuando colgué, me fui a un bar.
Bebí hasta perder la noción del tiempo. No sabía a qué hora salí de ahí, solo sabía que ya había amanecido.
Me subí a un Uber que me dejó directamente en la casa de Hunter. Dejé la puerta sin seguro para que Morgan pudiera entrar sin problema. Caminé a la habitación, me quité toda la ropa y me metí en la cama con Madisson. Al sentirme, ella susurró:
—Espero que estés dispuesto a afrontar las consecuencias de esto.
Sin más, cerré los ojos y caí en un profundo sueño.
Ya saben lo que pasó después, cuando Morgan llegó, vio todo y se fue.
Mi padre me llamó para que fuera a encontrarme con él en un bar. Salí de ahí ya de noche.
Entonces, cuando el alcohol hizo su efecto, fui a buscar a Morgan, pero ella no quiso verme. Así que me fui de ahí y me quedé en la casa de Hunter. Madisson no estaba, así que me dormí solo en la sala, con mi soledad.
Al día siguiente fue cuando todo ocurrió: mi padre llamó diciéndome que tenía secuestrada a Madisson. Yo fui a buscar a Morgan. Ella no quería verme, pero escuchó lo que le dije a través de la puerta. Fue así como supo que su hermana había sido secuestrada por mi padre y que teníamos que ir a rescatarla.
Entonces la perdí. La perdí a manos de mi padre. Aunque él no apretó el gatillo, él me la arrebató.