Años de maltrato, llevan a Jimena a tomar una decisión, con miedo a morir en el intento.
El comunicar su deseo de divorcio es tan solo el primer paso, lo más importante no es solo mantener aquella determinación, sino lograrla, si es que quiere salir de aquella situación tóxica y tener una mejor vida.
¿Realmente podrá obtener el divorcio y así su libertad?
¿Volverá a creer en el amor?
Dedicada a muchas mujeres que llevan esta vida y otras que murieron en ella.
No es tarde para empezar de nuevo.
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Capitulo 24
Horas después, ya Valeria se encontraba en su apartamento, llorando por todo lo que le pasaba, la vida le estaba tratando algo fuerte, el amor no estaba siendo bueno con ella, de ninguna manera.
Aunque Jimena la consolaba, no era eso lo que ella necesitaba, deseaba algo de la vida, un hombre que la amara, que la presumiera, que le diera el lugar que se merecía, en ese momento estaba a la par de su amiga, ambas sentía la necesidad de amarse ellas mismas, primero, antes de poder dejar entrar a alguien más, sentirse seguras de que no volverán al pasado.
_Ya te dije que estoy bien, mejor dime cómo vas con el regalo que le darás a tu príncipe._
Jimena sonrió y vio a su hijo, que se encontraba en el apartamento.
_Ella sabe que es lo que yo quiero._
Hablo Joaquín riendo.
_Mi vida, no sé cómo pedirle una foto autografiada de él, el señor Leo se lo prohíbe._
_Por Dios nena, eres su asistente y es para su fan número uno, no se negará_
Valeria se acercó a Joaquín, ambos con un puchero.
_Ya, haré un esfuerzo en dejar la pena a un lado y pedir ese regalo para mi hijo._
La sonrisa de Joaquín mostraba pura felicidad y eso era algo que Jimena amaba ver en su hijo, que sus detalles y esfuerzo le dieran felicidad.
Lo contrario a Germán, que seguía en una relación no conveniente, tóxica y problemática, no existía el respeto y mucho menos la confianza que lograba llevar una buena relación.
_Germán, te recuerdo que en una semana es el cumpleaños de Joaquín, espero estés libre._
Hablo Carmen en el comedor.
_Por supuesto mamá._
Respondió Germán, con su mirada en el teléfono, respondiendo a los mensajes tóxicos de Claudia.
_Esa muchacha, ¿es tu novia?_
Hablo Luis, llamando la atención de su hijo.
_Si papá, estamos intentando algo._
Luis asintió con la cabeza, estaban seguro de que, esa relación no terminaría en nada bueno, una mujer que se le notaba lo tóxica, aunque quisieran decir algo, estaban seguro de que, Germán, solo terminaría molesto con ellos, era mejor dejarlo que el mismo se diera cuenta.
Al día siguiente.
Jimena ya estaba frente al edificio, un lugar donde se sentía incómoda entrar, pero no tenía opción, se preguntaba si la dejarían entrar con el desayuno, cabe destacar, que en el hotel se encontraban sus guardaespaldas, quienes la revisaban en cada entrada.
De manera tranquila ella entró, limpia como siempre y por supuesto que con un rico desayuno para su jefe, al entrar, solo estaba la cama desordenada y se escuchaba la regadera, ella ordenó todo lo que estaba desordenado, el timbre sonó y era un servicio especial.
_Gracias._
Jimena firmó y el chico se fue, como ya había sacado el que ella llevó, lo guardo super rápido, dejando el servicio en el carrito.
_Jimena._
_Oh señor, como amaneció._
Jimena volteó enseguida al ver su torso descubierto.
_Discúlpame, ¿te puedo decir, Jimena?_
_Sí, señor, como usted quiera._
Respondió ella con una sonrisa.
_Bueno, Jimena, yo no quiero esto, no sé si salimos a comprar algo._
_¿No lo quiere?
Jimena observó el menú, ensalada de frutas, jugo de naranja, rebanadas y huevo.
_Y de salir es muy mala idea, el señor Leo me matará_
_Este menú me aburre, devuélvelo y les dices que igual está pago._
Hablo Henry viendo la bolsa que Jimena había guardado.
_Si señor._
_Jimena._
La llamo Henry cuando ella estaba a punto de salir con el carrito.
_Dígame señor._
_¿Esta bolsa? ¿Qué traes aquí?_
Sin esperar a que ella respondiera, abrió la bolsa, viendo los bollos de papá rellenos.
_Huelen rico._
Jimena sentía que si corazón latía fuerte, no aguanto la presión y salió, si esas papas rellenas y fritas le hacían daño, sería culpa de ella y el señor Leo la despediría, llevó el carrito y regreso, en la puerta estaba que no sabía qué hacer, hasta que su jefe le abrió.
_¿Qué haces ahí?_
Henry tenía una sonrisa, viendo cómo Jimena casi caía en su pecho.
_Estaba._
Jimena no sabía qué decir.
_Pensando en lo que le toca hacer hoy._
Henry volteó y no aguanto las ganas de reír.
_¿Por qué se ríe, señor?_
Hablo Jimena sería.
_No sabes cómo ocultar tus nervios._
Henry le pasó una libreta.
_Iremos a estos lugares y está muy rico esto._
Jimena sonrió aliviada, que le gustará lo que le había llevado, el día pasó volando y de un lado a otro, terminaron cansados, Jimena de vuelta al apartamento y henry visitar a su hija.