Dos personas rompieron mí corazón y marcaron mí vida para siempre. Juré que algún día me vengaría de ellos pero ¿Seré capaz de lograrlo? ¿Podré darle sentido a mí vida y restaurar mí corazón?
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Capítulo 24 FRÍGIDA
Dulce Victoria Adams
Sigo manteniendo la distancia con ese par de imbéciles. Debo trabajar con ellos porque no tengo más alternativa pero serían las últimas personas a las cuales les confiaría una vida o la salud mental de alguien cuando se que son maestros en hacer sufrir. Una matrícula profesional no cambiará lo que hicieron en el pasado ni lo que pienso de ese par de insectos a los que deseo aplastar.
Franco se mantiene a una distancia considerable aunque es más que evidente que quiere analizarme, a eso de dedica después de todo. Debería analizarse el mismo en vez de interesarse en mí.
Ahora se que el personal masculino anda detrás de mí viendo quien puede al menos ganar mí atención y llevarme a la cama seguro para presumir porque saben que soy inalcanzable. ¿No se supone que los años hacen al ser humano madurar?
Acabé mis rondas y pasaba tranquilamente por el pasillo donde está la sala de descanso. Una reunión de testosterona se llevaba a cabo dónde yo era la protagonista de las conversaciones sin sentido de varios inútiles.
Sin tratar con ellos se sus nombres y los reconozco por su voz. Los gemelos estaban allí aunque solo Álex hablaba por los dos mientras que Franco hacía algún comentario pero tranquilo y negativo a lo que su hermano decía.
Dejaría que siguieran hablando y me iría pero me quedé escuchando por mera curiosidad para poner un poco más por el suelo a cierto arrogante y darme mí lugar a ver si así dejan de estar de pendejos los presentes.
-¿Alguien logró algo con la hija del jefe?- preguntó la voz gruesa del radiólogo
-Si lograr algo es que al menos me responda al decirle buenos días entonces es un avance- comentó el cardiólogo riendo como siempre y causando las risas de los demás
-A nosotros nos odia- dijo Franco
-Habla por ti, solo se hace la indiferente y seguro caerá como todas las demás- dijo ahora el más tarado, Álex
-Yo no creo que finja odio, nos detesta y ya nos lo dejó bien claro a los dos Álex - respondió Franco calmado
-¿Quien la va a invitar a salir a la más fría del hospi?- nuevamente el radiólogo
-Solo se hace la frígida la doctora, la que no mata una mosca pero se las trae, no se negará a una cita conmigo- Álex nuevamente causando que mí ira suba como la espuma
-Yo no la invitaré a salir, valoro mí trabajo y si no le interesa nadie no hay por qué insistir- comentó el nutricionista tan tranquilo como siempre
-Será mía, ya lo verán- volvió a decir Álex
Decidí entrar a prepararme un café y aclarar algunos puntos. Al abrir la puerta todos se quedaron callados. Me serví un café y me apoyé en el pequeño mueble con mí taza en la mano.
-Sigan hablando estaba buena la conversación
-Yo me retiro- dijo el radiólogo
-Cobarde- solté mirándolo fijamente y caminé hacia el quién me veía expectante- no sabes lo fría que puedo ser pero deberías cuidar tu preciado empleo porque radiólogos hay muchos- retírate
Volví a mí sitio y me serví un vaso de agua directo del refrigerador ante la mirada de los presentes y seguí tomando mí café hasta acabarlo. Dejé la taza en su sitio luego de lavarla ante la mirada de todos.
-Ustedes Scott deberían no hablar de mí, son las personas que me caen peor de todo el hospital, no sería bueno que quieran empeorar las cosas, principalmente Álex, ¿No te quedó claro cuando te vi con la cabeza entre las piernas de Andrea?
-¿De que me perdí?- preguntó el único que se mantenía en silencio
-Si te interesa si soy frígida o no, déjame decirte que no lo soy, solo eres tú quien no me provoca más que asco y contigo jamás saldría ni me metería en tu cama. Pudiendo tener algo bueno no me conformaría con basura. Segundo Strike Scott, será un placer cuando te despidan- respondí mirándolo fijamente a Álex
-Eso no te lo crees ni tú- dijo sonriendo seguro de si mismo y tomó mí mano
-Jamás en tu vida me pongas tus sucias manos encima y esto es para que te enfries, tal parece el calor de ésta habitación te hace alucinar- le tiré el agua encima y me dirigí a la puerta
-Ezequiel te invito un café, ¿Tu turno termina ahora verdad?- me dirigí al nutricionista dejando a todos con la boca cerrada