La vida de Camila en Florencia se convierte en una pesadilla cuando es víctima de un secuestro y un brutal asalto. Dos semanas después, vive atrapada por el terror y el silencio junto a su flamante esposo, Diego Bianchi, el poderoso CEO de una de las dinastías más acaudaladas de Italia. Para proteger la estabilidad de su nueva vida, Camila le oculta a Diego la verdad más oscura de aquella noche, catalogada oficialmente como un "secuestro normal".
Diego, un hombre que la sacó de su humilde vida como camarera, la ama con una posesividad controladora, pero al mismo tiempo la avergüenza por su origen, viéndola más como un trofeo que como una esposa. Esta mentira es el cimiento quebradizo de su matrimonio.
La tensión explota en la cena familiar de los Bianchi, donde Diego presenta a Camila sorpresivamente como su prometida. En medio de la fría y juzgadora élite, la belleza de Camila impacta profundamente al hermano menor de Diego, Alejandro, quien queda irremisiblemente atónito.
A medi
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Igual Que Él
Samara se acerca lentamente a Alejandro, mientras lo mira de manera seductora.
Al llegar justo frente a él, pasa sus brazos justo alrededor de su cuello.
Alejandro solo la mira en silencio, él estaba esperando hasta donde iba ser capaz de llegar.
Mientras tanto, Camila sale del ascensor, ella respira antes de llegar a la puerta de Alejandro.
Camina lentamente hacia el departamento, pero justo antes de timbrar, escucha voces y se detiene.
Camila se quedó inmóvil, el oído pegado a la fría madera, su respiración queda contenida.
Dentro del apartamento, la tensión era palpable.
Samara, con una sonrisa triunfal en los labios, había acortado la distancia final. Sus brazos rodeaban el cuello de Alejandro, y su cuerpo estaba pegado al de él. Sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y deseo.
—¿No vas a decir nada, Alejandro? —susurró Samara, su aliento cálido rozando la oreja de él—. Sabes que tú me quieres tanto como yo a ti. Deja de fingir.
Alejandro, sin moverse, mantenía una expresión ilegible. Sus manos permanecían a los costados, sin corresponder el abrazo, pero tampoco apartándola.
—¿Hasta dónde quieres llegar, Samara? —dijo él, su voz era baja y controlada, pero con un matiz de advertencia—. Estás jugando con fuego.
—Me gusta el fuego —replicó ella, y sin darle tiempo a reaccionar, Samara se alzó sobre sus puntas y estampó un beso urgente en sus labios.
En ess momento, Alejandro le quita los brazos a Samara y luego la lanza con fuerza hacía el sofá.
_¿Crees que yo soy Diego? No querida, yo no ve vendo tan barato, no me gustan las zorros, y si viniste para tratar de seducirme, es mejor que te largues inmediatamente.
Samara lo mira con asombro, ella no esperaba esa reacción, toma su bolso sin decir nada mas, y se dirige hacia la puerta.
Alejandro solo se le queda mirando.
Camila al escuchar los tacones de la mujer acercarse a la puerta, se esconde rápidamente detrás de un muro que estaba allí.
Al abrir la puerta, Samara se detiene un momento, ella no podía irse sin tratar de defender su dignidad.
_¿Sabes algo? Diego es mucho mejor que tu en la cama.
Alejandro sonríe de manera burlesca, Samara hablaba como si se hubiera acostado con él. y eso le había parecido gracioso.
Pero Camila al escuchar eso, no pudo evitar sentirse traicionada por Alejandro.
Mientras Samara salía del departamento, con el rostro ardiente de humillación, apenas si miró a su alrededor. Pasó a escasos centímetros de donde Camila se escondía, su tacón resonando con rabia en el mármol del pasillo.
Cuando los pasos se alejaron definitivamente por el pasillo y el sonido del ascensor bajando confirmó su partida, Camila sintió que sus piernas dejaban de sostenerla. Se recostó pesadamente contra el muro, llevándose una mano temblorosa a la boca para ahogar un sollozo.
No podía entrar.
¿Cómo podría mirarlo a los ojos después de escuchar esa escena?.
Pero tenía que enfrentarlo, se lleno de valor y tocó la puerta.
Alejandro mira con impaciencia hacia la puerta al escuchar el timbre, cree que es Samara nuevamente quien regresaba para seguir " Ofendiendolo".
Pero al abrir, queda perplejo.
_¿Camila? ¿Qué haces aquí mi amor?_ Le pregunta él _ Aun dentro de su asombro.
_ ¿Puedo pasar?_ Le pregunta ella.
_ Claro que si, adelante.
Alejandro noto una extraña actitud en Camila, así que le preguntó.
_¿Qué sucede?.
Ella lo mira enseguida, sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas inmediatamente.
mendigo infiel
son fuego