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Plata

Plata

Status: En proceso
Genre:Amor-odio / Apoyo mutuo / Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:32.6k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Noveno libro de saga colores.

El reino se tambalea con la llegada de la nueva reina proveniente de una tierra desconocida, Sir Levi, ayudante del rey, emprenderá un viaje para hacer un trato con el gobernante, Eudora, la aspirante espía, insistirá en acompañarle, una tentación a la que el sir no podrá resistirse.

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23. Dura travesía

...EUDORA:...

Los salvajes se alejaron corriendo, al ver que éramos mayoría.

Ella quedó en el suelo, gruñendo y adolorida, tenía una herida en el costado. Me quedé observando desde lejos, sus cabellos eran castaños y enmarañados, la piel de su rostro era blanca y enrojecida, los ojos eran azul oscuro, con un aire felino, labios pálidos.

— Hay que ayudarla, está herida — Dije, al ver sus expresiones de dolor, las ocultaba con miradas de furia hacia nosotros, sostenía la lanza aún estando en el suelo.

— Más salvajes, no gracias — Gruñó Dilan.

— Debemos movernos, no podemos esperar que vuelvan esos salvajes con más de ellos y tampoco podemos esperar la noche — Dijo Levi, alejándose, su padre le siguió.

Supongo que en su mundo era normal dejar tirado a otro salvaje que no fuese de su tribu.

— Nos ayudó — Dijo Albert, sin moverse.

— No, no lo hizo, solo estaba atacando a los otros salvajes — Gruñó Levi, lanzando una mirada de reojo — ¿Crees qué se dejará ayudar? Atacará en la menor oportunidad.

— Aún así fue de ayuda con esos salvajes — Gruñó Albert.

— Solo es porque andas desesperado por una mujer.

— Eso no es cierto, es inhumano dejarla aquí a morir — Albert se intentó acercar — Aunque sea una salvaje, debemos ayudarla.

— Albert tiene razón — Gruñí, lanzando una mirada a Levi.

— Eudora.

— No podemos arriesgarnos — Dijo Marlon, el era el vigía del barco — Es peligroso.

— El padre de Levi no nos a atacado — Osmar estaba de acuerdo.

— Es solo porque su hijo le está haciendo de intermediario, si no estuviera aquí ya seríamos su cena.

El padre de Levi empezó a decir palabras en su idioma, observando a la mujer.

— ¿Qué dice? — Exigió Albert.

— Dice que es una rebelde, que una mujer no debe estar afuera, cazando, que eso le corresponde a los hombres, que su lugar es en la tribu, cocinando, criando niños, haciendo la ropa y que obtuvo su merecido por eso — Dijo Levi, comprendía que su gente era diferente, pero no era justo acusarla solo por salir a pelear.

— Dile que fue de ayuda con esos salvajes — Dijo Albert.

Levi observó a su padre, traduciendo.

El padre de Levi observó hacia Albert, luego habló, gruñendo y haciendo señas.

— Dice que tendrás que cargar con ella si la ayudas.

— Lo haré.

— Si es que se deja tocar — Levi tensó sus hombros.

Albert se aproximó con cuidado.

La salvaje le lanzó una mirada fulminante, gruñó, elevando su lanza para apuntarle.

— Tranquila — Él elevó sus manos — No te haré daño.

Ella intentó moverse, pero la herida hizo de las suyas, haciendo que soltara un gemido de dolor.

Me aproximé y me observó.

— Tranquila — Dije, alzando mis manos — Levi, dile que solo queremos ayudarle.

Levi hizo lo que le pedí, diciendo solo tres palabras.

La salvaje lo evaluó, confundida por su apariencia, pero al ver los tatuajes que sobresalían de la camisa ropa, respondió con una palabra que sonó como un gruñido animal.

— Dice que la dejen morir.

— No, puede salvarse — Insistió Albert.

Levi volvió a comunicarse con la salvaje, con señas.

Ella negó con la cabeza y habló.

— Dice que no tiene a nadie, que su tribu fue masacrada por otra tribu a la que pertenecen los hombres que nos atacaron, así que no tiene sentido seguir viviendo para ella, su gente fue asesinada, violada y masacrada — Levi suspiró.

El padre de Levi también habló, recogiendo una de las lanzas de los salvajes.

— Quesac comenta que hizo bien al tratar de vengar a su gente, que no es una rebelde y que no debe dejarse morir solo porque no le queda nada — Dijo él, con expresión nostálgica — Nuestra tribu fue masacrada también, solo quedamos Merlla y yo, nada más, no por eso debemos echarnos a morir, ellos han recibido la gloria de los dioses.

La salvaje sopesó las palabras de Quesac.

Soltó la lanza.

— Dilan, ayúdame, registra a la mujer — Dijo Albert.

Dilan no parecía convencido, pero se aproximó, alzando las manos.

La mujer gruñó, queriendo atacar, pero le dejó abrir su abrigo.

— Es una herida superficial, pero debe ser suturada o perderá mucha sangre.

— En el barco podemos suturar — Comentó Albert.

— ¿Planeas llevarla al barco? — Gruñó Dilan.

— No tiene a nadie, es mejor que vaya con nosotros.

— ¿Por qué? — Preguntó Marlon — ¿En qué sería útil?

— Necesitamos gente para el barco, perdimos a más de la mitad.

— Ella no será adecuada, no sabe ni lo que es un barco — Insistió Dilan.

— Soy el capitán, si yo decido que viene con nosotros, lo hará — Siseó él, enojado.

— Se ha enamorado tan rápido — Se burló Osmar.

— No... No es eso, solo la podremos ayudar hasta que este en el barco — Gruñó Albert, impaciente por las contradicciones.

— La ayudaremos — Concordé — Es un ser humano.

— Será de tu responsabilidad y como eres, dudo mucho que puedas mantenerla controlada si se vuelva arisca en pleno océano — Dijo Levi.

Albert arrancó la manga de su camisa, se la tendió a Dilan para que la usara para mantener cubierta la herida.

Después, volvió a cerrar su traje.

— ¿Crees qué quiera ir al barco? — Preguntó él — Es una salvaje, Albert, no tiene razonamiento.

— Si lo tiene, no hubiese vengado a su gente de no tener conciencia.

— No digo eso, pero ella no conoce nada de nuestro mundo y si la llevamos a Floris, podría causar pánico su forma de ser, no queremos que el Rey Adrian acepte unirse a los locos de la muralla, lo hará si la ve — Dijo él, alejándose también.

Albert no dijo nada, intento ayudar a levantar a la salvaje, pero ella lanzó sus dedos hacia su rostro, con la intención de rasguñar.

Él se alejó, alzando sus manos.

Me aproximé a ella y volvió a observarme.

— Tranquila, ayudará — Señalé a Albert.

Ella se quedó quieta, evaluando si atacarnos o no.

Intentó levantarse, pero no pudo, el dolor parecía persistente.

No solo en su costado.

Observé su pierna.

— También está herida en la pierna.

Albert acercó sus manos con cuidado.

Había una astilla enorme en su pantorrilla, la sacó rápidamente.

La salvaje gritó, queriendo atacarlo, pero perdió a la conciencia.

Volvió a arrancar otro pedazo de tela y rodeó su pierna con ella, cubriendo la herida.

Albert la alzó, cargándola en sus brazos.

Me alejé, acercándome a Levi.

— Lo lamento si te parezco insensible, pero mi gente no están acostumbrados a recibir ayuda de otros y mucho menos si lucen como nosotros — Dijo y asentí con la cabeza — Prefieren matarlos.

— Tú te dejaste ayudar por esa dama que te enseñó todo sobre nuestro mundo — Tomé su mano y la apretó.

— Me costó tiempo dejar mi rebeldía atrás, metí en muchos problemas a Karla.

— Fue como una madre para ti — Aparté los copos de nieve de su cabello.

— Lo fue.

— Vale la pena ayudar a los salvajes.

— Para ellos no existe la palabra ayudar, aprendieron a ser independientes en todo.

— Nadie les tendió la mano antes, pero nosotros podemos hacerlo — Dije, entrelazando mis dedos con los suyos.

— Eres tan comprensiva, no te importó lo que soy.

— No me importó cuando me dijiste de tus gustos por encadenar.

Besó mi boca.

— No me hables de eso, no he tenido tiempo de saborearte, no me bastó con una sola vez.

Se separó de mí.

Quesac nos observaba con extrañeza.

Recordé que los besos no eran parte de sus costumbres y me sentí avergonzada.

Debía ser duro ver a su hijo comportándose de forma ajena a lo que estaba acostumbrado.

...****************...

Caminamos sin parar, el frío nos hacía más lentos, el viento helado me congelaba el rostro, me dolía la vista, las extremidades y hasta respirar.

— Por aquí debe estar la entrada de la cueva — Dijo Levi, observando a su alrededor — Recordaba la entrada por ese lado — Señaló a un lado.

Estábamos cerca de la costa, había una muralla a lo lejos.

Quesac empezó a buscar entre la nieve, usando la lanza para encajarla.

Los demás empezaron a hacer lo mismo.

Albert se mantuvo cargando a la salvaje.

Seguía inconsciente.

Encontraron la grieta y empezaron a cavar.

— Espero que no este sepultada — Gruñó Levi mientras ayudaba a su padre junto a Marlon, Osmar y Dilan.

Escarbaron con prisa.

Las manos ya les dolían, las tenían moradas.

Me preocupé de que el frío nos ganara.

Observé hacia atrás.

— ¡Tenemos compañía!

Todos observaron hacia atrás.

Había un grupo de salvajes a lo lejos.

— ¡Rápido! — Gritó Levi.

La grieta estuvo despejada.

Levi ordenó a Quesac entrar, después al resto.

Me aproximé junto a Albert.

Los salvajes se estaban moviendo al ver que entrabamos a la cueva.

Levi tomó mi mano y nos apresuramos dentro.

La cueva era un poco estrecha, de piedra negra, llena de hielo.

Seguimos el camino con prisa.

Había rocas y casi tropiezo varias veces.

Levi no me dejó caer.

La luz de la entrada se precipitó hacia nosotros.

Salimos a la costa.

Las olas agresivas chocaban contra la piedra de los acantilados y de la muralla.

Corrimos por la orilla y nos ocultamos entre las piedras al escuchar los gruñidos de los salvajes.

Observé por una orilla.

Un grupo grande de salvajes salió.

Estaban desorientados, como si nunca hubiesen visto el mar y la orilla.

Se alejaron por otra dirección, con curiosidad.

— Debemos encontrar el barco.

Caminamos agachados, atentos a los sonidos y a la muralla.

Levi estaba buscando la puerta de la muralla.

— El barco sigue en la misma posición — Dije, observando hacia el mar.

— ¿Cómo haremos? Las corrientes son altas, nadar es imposible — Comentó Osmar.

Nos quedamos sopesando una forma.

— Pensaremos en algo, en algún lugar de aquí deben esconder los botes — Levi se llevó la mano a la barbilla — Quédense aquí, mi padre y yo iremos a investigar.

— No, no es bueno separarnos, recuerda lo que sucedió en las murallas — Lo tomé del brazo.

— No pasará de nuevo, la costa es despejada, si vamos todos, nos pueden ver — Me tranquilizó — Esperen aquí, entre las rocas, no se muevan.

Levi salió de su escondite, haciendo una seña a su padre.

Se marcharon juntos, con cuidado, por la orilla de la playa.

Suspiré pesadamente.

— Tengo hambre, me haré un plato grande con carne, papas y arroz cuando estemos en el barco — Dijo Osmar, el era el cocinero.

— No olvides cocinarnos a nosotros — Comentó Marlon, Dilan asintió con la cabeza — Este lugar es miserable.

Albert estaba concentrado, viendo a la salvaje en su regazo.

Sonreí.

La salvaje entre abrió los ojos, desorientada, observó a todas partes, parpadeando.

Albert recibió una palmada en el rostro y la salvaje terminó en el suelo, con expresión furiosa.

Los demás querían reír ante la acción.

— Vaya, eso debió doler.

— Tiene buena pegada — Albert se cubrió el rostro — Maldición.

La salvaje se quedó observando a su alrededor, gruñendo a nosotros, tratando de moverse, intentó levantarse pero cayó sobre Albert nuevamente.

— No puedes moverte, estás herida — Dijo él, viendo que se quedaba paralizada sobre su regazo.

La salvaje frunció el ceño.

Tiró del cabello de Albert y tocó su rostro con brusquedad.

Observó sus ropas como si todo fuese incorrecto. Olfateó.

Nos observó a todos como si no deberíamos existir, pero volvió a observar hacia el capitán, empujando su pecho, gruñendo.

— Cálmate, no somos enemigos — Dijo él, tomando sus muñecas.

— Capitán, creo que no podrá lidiar con esa bestia — Rió Dilan.

— ¿La atará al mástil cuando estemos en el barco? Dudo mucho que pueda tomar el timón con esa fiera saltando por todas partes y atacando a quien se le atraviese — Marlon también se unió a la burla.

— Mientras no se meta a la cocina — Bramó Osmar.

Ella se zafó de agarre de Albert, gruñendo con fuerza, pero el dolor la hizo quedarse quieta.

Apoyándose de su pecho, con la respiración agitada por la furia.

Parecía enojada por estar en el regazo del capitán.

No me parecía una desgracia, Albert era guapo, sus cabellos rubios eran largos y rebeldes, el rostro tenía marcas de expresión que aumentaban la madurez de sus facciones, aunque se veía bastante joven, era semi fornido y encantador.

Un ruido nos hizo quedarnos alertas.

Un grupo de hombres del rey estaban guiando a mujeres y niños por la orilla de la playa, tenían espadas.

— ¡Caminen! — Gritó uno de los guardias — ¡Rápido!

Era la gente de la muralla.

Ellos lloraban sin parar.

Me moví con cuidado entre las rocas.

Observé como los reunían el fila.

Los niños lloraban, las madres suplicaban.

El otro guardia cargó la ballesta.

Los iban a asesinar.

1
juana maria meneses bautista
excelente inicio de la historia una nueva aventura que leer....
lu
obvio que escuchó, por eso se sintió más emocionado
lu
la saga es muy buena
Yise
Golozaaaaaaa aissshhh q calorrrchh q capitulo más intenso ufffffff mira q jiros más bruscos e inesperados dio, pero me encantó....... Eudora bb cosita rika debes estar agradecida q has atrapado a esa fiera solo para tí, así q ve con calma q ya ese macho pecho peludo espalada plateada es tuyo todo tuyo. Golozaaa /Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
Blacina Calvo Fernández
Excelente historia. Poco a poco Eudora ha ido enamorando a Levi.
Yilli Paola Soto Nuñez
claro que escucho y por eso se prendió más que no se resistió y sembró la semilla en ella cuando quieran regresar van llegar con un nuevo integrante en el barco
Sol
si escucho pero no sabe cm reaccionar a esa palabra q significa mucho
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Mary Ney
Escritora dele a Albert una buena esposa,, se la merece, har sir ya estas enamorado creo que escuchaste Eudo el Te Amo/Smile/
Laura Ojeda
me encanta autora gracias.. creo que Levi y Eudorita van a ser padres si siguen así....
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
👁️👄👁️ yo al ver que Levi le dió como cajón que no cierra y le echó sus bendiciones a 10 meses de llegar a Floris 🤣🤣🤣 Probablemente haya bebé salvajito nuevo❤️💖
Nella Reyes
claro que te escucho sólo que no sabe como decir la palabra aún pero de que la siente la siente... sino no se hubiera derramado en ti.... apuesto a que deseo en silencio poner la semilla de un bebé en tu vientre
Daiana Ibarra
Albert de cada lugar quiere un recordatorio ahora quiere a l salvaje q le pida al rey como pago x su trabajo
Daiana Ibarra
cuando lleguen al rey van a llegar con un bebé recién nacido si siguen asi
Nella Reyes
Eudora eres una heroina, no sólo salvaste a la guerrera, también a las mujeres y niños que iban a ser asesinados y por último salvaste a tu suegro... tienes un corazón de oro puro así que Levi debe estar además de Enamorado, orgulloso que no cabe en su pecho la mujer fuerte que eres
Orozco Beatriz
si escuchó, solo que se emocionó y te dio como cajón de gabeta mal colocado 🤭🤭
Eliana Cardona
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Eliana Cardona
Que emocionante es esto 👋👋👋
Faveamny Calderon
naaaa si te escucho querida pero típico de los hombres hacerse los sordos para no te er que demostrar sus sentimientos o aceptar que cayeron en las garras de cupido 🤭🤭🤭🤭
Melissa Janeth Basilio Polo
gracias , gracias por actualizar ....moría de la impaciencia por leer otro capítulo 🥺
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