Bernardo García de 45 años recibió un diagnóstico de salud que lo hace reflexionar sobre su vida así que toma la decisión de regresar a su país de donde se marchó hace 15 años y reconectar con María del Pilar Jiménez de 45 años su exesposa de la cual se divorció intempestivamente hace de 22 años debido a su inmadurez y a la intervención de terceros, ambos descubren que aún existe mucha química entre los dos así que la curiosidad los incita a tener una cita todos los días miércoles de cada semana ¿Podrán estos exesposos revivir la llama de la pasión que alguna vez los unió?
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Capítulo XXIII: Reflexiones de dos personas solitarias
Me sentí agotada cuando regresé a mi hogar mientras observaba la espaciosa sala de estar, esbocé una sonrisa porque pienso en el mensaje que le envié a Bernardo sobre vernos el próximo miércoles, aunque luego recordé lo mucho que se preocupa mi hijo cuando conduzco sola de noche así que decidí llamarlo para decirle que ya había llegado
-No te preocupes mamá, que el insolente de mi primo va a lamentar mucho lo que hizo – Dijo Armando con seguridad
Siento mucho orgullo al escucharlo hablar así porque mi hijo es un hombre de palabra y estoy segura de que va a hacer todo lo posible para defenderme, aunque mi estado de ánimo aún no es muy bueno debido a ese ofensivo grafiti que está en la entrada de mi casa por suerte en dos días comenzarían los trabajos para reparar el daño
-Solo espero que tu papá esta vez no intervenga para ayudar a tu primo – Dije con resignación
Esta es la última oportunidad que pienso darle a Bernardo porque si decide nuevamente actuar como un felpudo con su familia, esta vez sí que se terminó todo entre nosotros
-Mamá, te aseguro que esta vez papá no va a proteger a su familia – Respondió mi hijo
Estoy un poco dudosa debido a nuestra historia pasada, no obstante, confío mucho en Armando y sus palabras calman un poco mis dudas y siendo honesta conmigo misma, la verdad es que no quiero vivir con el arrepentimiento del que pasaría si no le daba esta oportunidad a Bernardo
-Este lugar se siente muy solitario desde que se mudó Armando – Me dije a mí misma
Camino por la espaciosa casa y está llena de recuerdos porque ha pertenecido a mi familia por varias generaciones fue el hogar de mis abuelos, de mis padres y ahora mío, y ahora que Armando está por casarse es momento de que se convierta en el suyo y el de Leticia y sonrío pensando en lo emocionado que ellos van a estar cuando les cuente esta noticia
-Mañana comienzo a buscar un nuevo lugar más adecuado a mis necesidades – Me dije a mí misma con entusiasmo
No necesito mucho espacio además vivo sola en este lugar y me siento muy abrumada y nerviosa en especial durante las noches, sé que lo que me pasa es que sufro del síndrome del nido vacío, además de que necesito mudarme de inmediato porque ahora que Bernardo regresó al país me temo que Virginia y Abigaíl comenzaran nuevamente a molestarme y yo no soy de las que me quedo callada
-Lo más importante es que ese lugar sea de difícil acceso para las visitas indeseadas – Me dije a mí misma en tono de burla
En este momento reflexiono sobre las decisiones impulsivas que tomé durante mi juventud la verdad es que me costaron muy caro y la vida me dio una dura lección, por suerte aprendí y desde entonces he sido muy prudente con mis gastos durante todos estos años así que tengo ahorros y un buen récord crediticio además de que el mercado inmobiliario se encuentra en un buen momento y mi negocio es muy estable y aunque estoy lejos de ser millonaria si tengo un buen nivel de vida
-Es increíble que hace 23 años estaba en la quiebra y ahora todo ha cambiado para mejor – Me dije con satisfacción
Si bien la verdad es que me he esforzado mucho para cambiar mi situación económica no todo el mérito es mío porque durante todo este tiempo Bernardo aportó como gastos de manutención más de lo que exigía la ley y siempre a tiempo, aunque lo único molesto es que lo hizo a escondidas como si se tratara de algo incorrecto solo para no hacer enojar a su madre
-Ya me imagino como debe sentirse mi madre esperando en la estación de policías – Me dije a mí mismo
Esta noche decidí seguir el consejo de mi hijo y firmé los documentos que me entregó para que mi patrimonio formara parte de un fideicomiso, sé que es lo correcto el problema es que años de adoctrinamiento para ser un felpudo con mi madre y hermana me hicieron sentir dudas y un poco de culpa, no obstante, ahora que sé todo lo que han hecho mi madre y mi hermana estoy más convencido de que es la única solución para poder mantenerlas lejos de mí
-Espero que esta vez no se atrevan a molestar a Pili – Me dije a mí mismo
Esto es lo único que me preocupa de marcar distancia con mi parasitaria familia y es que en medio de su desesperación hagan enojar a Pili, porque tengo miedo de perderla, y sé que si lo arruino esta vez será nuestro final
-La verdad es que me gusta mucho este lugar, aunque se siente un poco solitario – Me dije a mí mismo
Me siento en una silla reclinable mientras bebo un sorbo de mi té e intento ver una serie en la televisión, el sonido del mar que se escucha al fondo me ayuda a relajarme lo cual es bueno para mi salud, y me cuesta prestar atención al programa porque recuerdo la noche anterior así que esbozo una sonrisa y debo ser honesto conmigo mismo y es que ya no quiero dormir solo
-Es irónico porque me casé siendo muy joven, así que nunca imaginé que llegaría a esta edad sintiéndome tan solo – Me dije a mí mismo
La vida nos dio una dura lección de realidad tanto a Pili a mí porque actuamos de forma muy imprudente cuando de forma impulsiva nos casamos teniendo apenas 20 años, sin tener una casa propia ni empleos estables, además sus abuelos se enojaron con ella y Pili en un acto de rebeldía cortó contacto con ellos y yo siendo un hombre débil de carácter no tuve una mejor idea que traerla a vivir con mi familia
-Mejor ni recuerdo esos días o se me subirá la tensión arterial – Me dije a manera de broma
Pili desde joven es una mujer muy trabajadora y con un fuerte carácter, no acepta insultos de nadie y mucho menos ofensas, aunque al principio intentó ser amable con mi mamá, pero no dudó en ponerla en su lugar en cuanto le faltó el respeto, lo mismo ocurrió con Abigaíl e insistió en que debíamos mudarnos así viviéramos bajo un puente, la vez que estuve más cerca de hacerle caso fue cuando descubrimos que nos convertiríamos en padres y cometí el error de desistir porque tenía miedo de que tanto ella como mi hijo enfrentaran vicisitudes
-En ese momento tomé muy malas decisiones – Me dije a mí mismo
Con la presión de proveer para mi madre, mi hermana y ahora con una esposa embarazada me vi en la obligación de tomar varios empleos a la vez, así que no es de extrañar que mi salud no sea la mejor en este momento
-Aunque fui feliz con ella el poco tiempo que duró nuestro matrimonio – Dije con nostalgia
Pili a diferencia de mi madre y mi hermana no le gustaba depender de un hombre para su sustento, sus abuelos eran personas de la tercera edad por eso a pesar de que pudo ir a la universidad no lo hizo decidió trabajar en una fábrica de ropas haciendo turnos de hasta doce horas a pesar de su embarazo, era demasiada presión para ambos además al llegar a casa estaba mi madre con sus exigencias no solo de dinero, sino también pretendía que Pili hiciera los deberes del hogar así que no es de extrañar que a los 23 ya nos estábamos divorciando cuando nuestro hijo aún no cumplía su primer año de edad
-Prometo que si me das la oportunidad esta vez voy a hacerlo bien – Me dije a mí mismo
