La Aventura Zodiacal (LA Sociedad Del Poder)

VIRGO:

Tras regresar a casa, Ofiuco preparó dos habitaciones adicionales para los mellizos. Jax descendió inmediatamente para comenzar a preparar la cena. Había que reconocerlo, como padre, Jax era impecable. Poco a poco, la confianza en él fue creciendo.

Jax no solo nos había dado cobijo, sino que también se encargaba de nuestra alimentación, nuestro entrenamiento y nuestra protección contra Gienn. Si bien al principio dudé de él, su aspecto tierno e inocente me impedía sospechar una posible traición.

—¡A comer, chicos!—anunció desde la cocina.

—¡Vale, papá!—exclamé, sonriendo alegremente.

Oí pasos rápidos en la escalera y, de repente, la puerta de mi habitación se abrió, mostrándome a Jax con una expresión de incredulidad.

—¿Me acabas de llamar papá?—inquirió, sorprendido.

Reí antes de dirigirme a la puerta.

—¿Cómo quieres que llame a quien nos protegió desinteresadamente?—inquirió Acuario desde la habitación contigua.

—¿Entonces, finalmente confían en mí?—preguntó, alzando una ceja.

—¿Qué piensas?—preguntó Piscis, siguiéndonos por las escaleras.

—Ni se te ocurra traicionarnos—le advirtió Capricornio.

—Créeme, te arrepentirás si lo haces—afirmé, chasqueando los dedos.

—Prometo que no los traicionaré—aseguró con una sonrisa radiante—. Y sin ofender, siento que unos ositos de peluche me acaban de amenazar.

—¡Jax!—se indignó Acuario—. Si nosotros somos ositos de peluche, ¿tú quién eres?

—Su hombre está listo para ayudarlos—nos informó, inclinándose y sonriendo con afecto.

Jax se dirigió a la cocina, sonriendo de perfil y haciéndonos una señal para que lo siguiéramos.

—Aunque no me llamen papá, me hace sentir mayor—añadió después de unos instantes.

Nos miramos. Habíamos decidido definitivamente llamarlo papá.

JAX:

Después de conversar hasta pasada la medianoche sobre cómo íbamos a salvar al abuelo, nos fuimos a dormir.

Fui el primero en despertar, así que bajé las escaleras y me puse a preparar el desayuno mientras esperaba a que los niños se despertaran.

Tomé varias tazas y las coloqué sobre la mesa, antes de coger dos litros de leche y verterla hasta llenar todos los vasos.

Como los demás no despertaban, intenté llamarlos.

—¡Niños! ¡A desayunar!

—¡Cinco minutos más, papá!—respondió Virgo desde su habitación.

—¡Que no soy tu papá!—le repliqué a gritos.

—¡Papá, deja de hacer tanto ruido, que quiero dormir!—continuó Leo.

—¡Por favor, que tengo su misma edad!—me quejé.

—¿Qué ocurre, papá?—preguntó Libra, entrando a la cocina mientras bostezaba.

—¡Mátenme!—respondí de mal humor, poniendo los ojos en blanco.

—Será fácil. Solo cierra los ojos y espera a que no duela—dijo la voz de Aries a mi espalda.

Me sobresalté antes de girarme y mirarla con alivio.

—Me asustaste—protesté—. Aunque, ¿podría haber hecho la superfuerza contra el agua?

—¿Ah, sí?—preguntó la chica, sacando un cuchillo de la nada—. ¿Y esto para qué sirve?

—Cambio de planes—dije retrocediendo—. Voy a despertar a los niños y tú, Libra... ocúpate de Aries. Espero que no mueras—dije saliendo corriendo y subiendo las escaleras.

A mitad de la escalera, una mariposa de color rojo sangre entró por la ventana, revoloteando a mi alrededor antes de posarse sobre mi cabeza. Me detuve en seco antes de bajar corriendo las escaleras.

—¿Y ahora qué pasa?—pregunté, sentándome en el sofá.

—Te ves bien con una mariposa en el pelo—se burló Aries—. Te da un estilo especial.

—Es una mariposa infernal—expliqué—. Por eso es de color rojo sangre. En la Sociedad del Poder, la usan para comunicarse. Para oír el mensaje, solo debo...

Uní mis manos. La mariposa voló unos segundos alrededor antes de posarse en mi palma. Cerré los ojos al mismo tiempo que una voz masculina sonó desde la dirección de la mariposa, asustando a ambas chicas.

—"¡Hey, Jax!"—gritó la voz del sexto capitán Harian—. "¡El capitán general nos ha convocado a una reunión! ¡Muévete, parece que hablaremos de la ejecución de ese anciano!"

—¡Está bien, no tenías por qué gritar!—me quejé, poniéndome de pie—. Parece que no desayunaré hoy—les avisé a las dos chicas—. Iré a la reunión e intentaré solucionarlo. Si despiertan los demás, díganles que volveré enseguida. Y no entrenen, puede ser peligroso sin la supervisión de un adulto.

—Claro. "Adulto"—se rio Libra al abrir la puerta—. Buena suerte, papá.

Cerré los ojos y la puerta antes de dirigirme rápidamente a la torre general.

ACUARIO:

—¡Buenos días!—dijo Virgo entrando a la cocina, seguido por Leo, Sagitario, Cáncer y Tauro.

—¡Al fin despiertan!—se quejó Aries—. Ya pensaba que habían muerto.

—¿Dónde está Jax?—pregunté, ignorándola.

La casa parecía inusualmente silenciosa, sin los gritos ni las risas de Jax. Sorprendentemente, echaba de menos oírlo reírse de todo y animarnos a hacer cualquier cosa como si estuviéramos en una competición importante.

Sin duda, sería un padre increíble...

—Tienen una reunión, por eso se tuvo que ir—explicó Libra.

—¿Una reunión?—preguntó Tauro, confundido—. ¿Qué clase de reunión?

—Algo sobre el abuelo—añadió Aries.

—¿Qué le pasa a mi abuelo?—preguntó Ofiuco, entrando a la cocina con expresión preocupada.

—No lo sabemos—lamentó Libra—. Habrá que esperar a que vuelva Jax.

Guardamos silencio. Nuestra misión en la Sociedad del Poder era salvar al abuelo. No podía leer mentes, pero sabía con certeza que todos esperaban que no se adelantara el día de la ejecución.

—Tengo hambre—exclamó Leo, rompiendo el prolongado silencio.

—Yo también—apoyó Sagitario.

—¡A comer!—gritó Tauro.

Ofiuco permaneció de pie en la entrada de la cocina, sumido en sus pensamientos. Hugo entró y lo hizo pasar a la cocina, indicándole una silla a su lado.

—Quedarte sin comer y con la mente en blanco no hará que liberen a Sao—le advirtió el chico.

—Gracias—susurró Ofiuco, respirando hondo y sentándose.