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La Ley Y La Trampa

La Ley Y La Trampa

Status: En proceso
Genre:Venganza / Matrimonio contratado / Traiciones y engaños / Secuestro y encarcelamiento
Popularitas:1.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Iris Analia Martínez

La Ley y la Trampa es una novela que sucede, al mismo tiempo, que la novela Teniente del río Uruguay. Sus conflictivos personajes son Kellian y Noel, junto a nuestra asesina profesional (sicaria) Lady River, quien es un baúl de secretos muy dolorosos.

Portada Original, creación de Dayanna Goyeneche G (autora y gran amiga de aquí en Noveltoon)
Aviso general: obligación de prestar atención: 🚨🚨Novela de mayores de 18 años🚨🚨. Trata temas muy sensibles, violencia gráfica fuerte, trata de personas, clonación, relaciones sexuales y vientres subrogados.

NovelToon tiene autorización de Iris Analia Martínez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3 - Las Máscaras Caídas y Los Silencios gritados - Parte I

Sabes que lo nuestro sería trágico (Oh, yeah)

Por eso ya ni te preocupas, te da igual, igual, igual

Vivimos sin mentiras

Hey, hey

Eres mi noche favorita

Por eso, amo cuando llamas sin aviso

Porque odio cuando todo es predecible

Voy a cuidarte, a ti, a ti

Voy a cuidarte, a ti, a ti, a ti, yeah

Porque, nena, eres perfecta (Eres perfecta)

Siempre lo vales (Siempre lo vales)

Y te lo mereces (Y te lo mereces)

Por cómo lo haces (Por cómo lo haces)

Porque, nena, te lo ganaste, yeah (Te lo ganaste)

Nena, te lo ganaste, yeah

Aquella noche a solas (Noche a solas)

Dijimos que no era amor

Pero nos atrapó (Nos atrapó)

Nos hizo creer que solo éramos tú y yo (Tú y yo)

Convencidos de que estábamos rotos por dentro, yeah, por dentro, yeah

Interprete: The Weeknd (Abel Tesfaye)

Autores: Abel Tesfaye, Stephan Moccio, Jason “DaHeala” Quenneville, Ahmad Balshe

Productores: Stephan Moccio, Jason “DaHeala” Quenneville

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Capítulo 3 - Las Máscaras Caídas y Los Silencios gritados - Parte I

—Maldita sea. —Tenía solo diecisiete años, ¿cómo carajos se le ocurrió a Joshua enseñarle esta parte de sus vidas? La cual era la salida a una realidad diaria, demasiado agobiantemente cruenta y silenciosa, como esas prácticas.

Con razón lo agarró de los huevos y lo amenazó con justificación, pero no estaba muy seguro de que fuera solo por esto.

Un creciente temor se hizo eco en él, con miedo a que Noel, se asustara sobre su estilo de vida alternativa; que era un placer muy necesario en su vida, y el cual no podía dejarla de practicar, porque para Kellian, era en el único momento en donde tenía un control real de la situación, y podía hacer y deshacer a su gusto.

Reticente preguntó

— ¿Tenía miedo después de saber y experimentar esta práctica?

—No, y eso es lo patético de todo esto —dijo Noel, y mientras pensaba para sí misma, se secó unas lágrimas de tristeza que cayeron de sus ojos, pues sentía que Anahí no le había sido sincera, y cuando ella decidía callar, nada ni nadie, excepto Dios y su madre, lograban sacarle algo; pero continúo diciendo

—Y Anahí ahora es la sumisa de un recuerdo demasiado bello y dolorosamente duro. —Y la está matando muy lentamente; Noel volvió a decirse en su propio pensamiento.

— ¿Y qué mierda tiene que ver con nosotros? —Él no entendía nada de lo que ella le dijo sobre Joshua, pero pretendía averiguarlo, porque tenía un mal presentimiento sobre esta situación que estaban viviendo.

—Digo, mejor dicho, repito —Ella carraspeó su garganta con lágrimas aún en los ojos, —textuales palabras de Anahí: “Noel, no te enamores de Kellian, solo escúchame esta vez; vas a perder el corazón y el alma si sigues por ese camino. Por favor, no pierdas ninguno de los dos... te lo ruego. Ellos nacen, crecen, viven y mueren siendo Seal’s y su vida es así; yo lo sé bien… no me odies, pero es la verdad.” —En silencio compartía al mil por mil esta afirmación, pero esta atracción sexual era aún más fuerte que cualquier advertencia —. Además, él le contó algo sobre vos y sobre mí

— ¿Y qué sería lo que le contó? —Maldito, mal parido, que no le haya dicho lo que creo, pensó Kellian, pero en los ojos de Noel supo la respuesta.

—Que eres un Dom igual que él, y que yo solo sería tuya para tus caprichos más duros —miedo, excitación y mucho amor se vieron reflejados en los ojos de Noel, mientras que en los de él, solo parecía haber fuego y lujuria, haciendo que ella se sintiera un poco triste en su alma, pero no se lo demostraría.

Ahora sí, se dijo Kellian; Joshua iba a morir en sus manos en cuanto lo viera, pues él no tenía que haber sido “todo bocazas”, y le entregaría el cuerpo a Anahí, para que, con justificación, ahora sí, lo llorara con certeza.

— ¿Y eso te asusta? — Sus ojos demostraban la pasión que sentía, y estaba duro nuevamente, porque lo que vio en los ojos de Noel, lo encendieron aún más, ya que era una entrega total a pesar de ver en su rostro la melancolía, pues porque por primera vez, él no podía esconder su lujuria creciente.

—La verdad es que un poco. Me intriga y no puedo evitarlo, debería estar aterrada, pero no lo estoy. He leído unas cuantas novelas que hablan de ello, pero sé que eso es ficción. —Su confianza en él, aunque no lo conocía más que por cartas, era para Kellian una muy buena señal y él la aprovecharía, cuidando cada centímetro de ella.

—No podemos seguir esta charla aquí. Vámonos. —Ya no aguantaba más, la quería en sus brazos… desnuda y al diablo con todo.

Mierda, ella no debería ir con él, pensó Noel. Pero, sin embargo, lo hacía y eso la tenía entre temerosa y caliente, después se arrepentiría de las consecuencias... mañana, tal vez mañana.

Ambos, levantándose, salieron del lugar, pero antes de partir, Kellian dejó dinero por el café y algo para la propina.

Caminaron por la vereda y ella vio cómo apretó aún más su mano, en un reclamo silencioso.

A él, en este momento, le importaban tres carajos, si Anahí aparecía en este instante, Noel era suya y esta noche la marcaría, nadie se atrevería a tomar lo que era de él. Ya estaba cansado de mirar de lejos a alguien a quien él amaba, alguien a quien él necesitaba. Kellian había conseguido su dirección y le había mandado algunas cartas, que ella respondió a cada una y con sinceridad, tanto así que en una le preguntó si la habían vuelto a besar. Ella respondió que sí, pero que se había prometido nunca comparar su beso con el de otro hombre, porque ese era su primer beso y fue maravilloso. Eso a él lo molestó un poco, pues no era el único que probó esos hermosos y suaves labios, pero lo dejó lleno de orgullo. En verdad no se había equivocado, cuando pensó en que ese era su mejor y más disfrutado beso, ya que él le había robado su primera y más tierna entrega.

Según él mismo, sabía que ese pensamiento era cursi; sin embargo, cuando en las noches de muerte se encontraba desolado y medio aturdido por el surcado cielo de proyectiles, fuego y sangre, él rememoraba aquel beso y parecía ser su bálsamo al dolor y la incertidumbre que lo rodeaba.

Entraron en el hotel y fueron directamente al ascensor, ella solo lo siguió, pero una vez dentro de este no pudo evitar preguntar:

—¿A dónde vamos, Kellian? —El miedo, la pasión, la lujuria, todo se mezcló y la ansiedad y el temor se apoderaron de ella.

—A mi habitación — Kellian dijo sin vueltas y fue una sorpresa horrible para Noel.

—Pero es compartida y... —Ahora era pánico, ella no sería el juguete de varios hombres o la visión de la fantasía de muchos, el voyerismo.

—Dije mi habitación, no la del Teams. —Él sabía que se había asustado, sintió el tirón de su mano para intentar escapar, pero él la agarró con más fuerza.

—O… claro, no la del Teams. —ella lo dudó.

—No comparto lo mío —Eso era una verdad irrefutable, la abrazó y la miró a sus ojos, a lo sumo lo haría con un consolador, pero nunca con otro hombre.

—Y ¿desde cuándo soy tuya? —Se volvió a sentir un gnomo, pero esta vez uno de oro, muy bonito y deseado. La tensión pareció disminuir un poco, pero el calor subió.

—Desde aquella y esta noche —Kellian la miró y los ojos mostraron verdad, deseo y mucha lujuria.

El sonido de aviso del timbre de llegada, sonó fuerte, haciéndolos recordar lo que estaban por vivir.

Kellian la sacó rápidamente del ascensor, caminaron hacia la izquierda del pasillo y encontró rápidamente la habitación que había reservado. Sacó la llave de su campera y abrió la puerta; dejándola pasar primero y después entró él, encerrándolos lejos de Anahí, del mundo y de todo lo que no fueran ellos dos.

Sin darle tiempo a separarse, la tomó del brazo derecho y la atrajo contra su cuerpo, levantándola y haciendo que ella enrede sus piernas alrededor de su cintura, apoyando la espalda de ella contra la pared del pequeño pasillo de entrada, para que su rostro quedara a la misma altura. Acercando sus labios a los de ella, bajó su boca y comenzó a besarla con desesperación, necesidad y lujuria. Acarició su cuello con la mano derecha, a la vez que con la izquierda bajaba hasta sus pechos, y mientras abrió la campera que ella llevaba, comenzó a juguetear con su pezón derecho; a apretarlo con el dedo índice y pulgar, mientras lo hacía girar y nuevamente lo apretaba y tiraba de este, en tanto que devoraba su boca en un frenético frenesí. A su vez, presionaba su miembro imitando el movimiento de la penetración en el centro de ella, que, aún, estaban revestidos de vaqueros. Unos que eran muy molestos y pronto desaparecerían para su deleite y placer, mejor dicho, para el deleite y placer de ambos.

(la IA no cooperó, y esto es lo más cercano a lo que quise poner)

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