Sámara es una mujer loba, que vive felizmente con su familia, a ella sueña con encontrar a su mate, pero cuando finalmente logra sentir su aroma, este se oculta, dejando una decepción en ella y su loba, pero ¿Por qué su mate se ha escondido? ¿Será alguien que ellas ya conocen?
Te invito a leer esta emocionante historia para descubrirlo…
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La manada Luna de fuego
Al acercarse a la puerta de la manada, los guerreros se acercaron seriamente al vehículo y golpearon la ventana para poder ver de quiénes se trataba.
(Guerrero 1): No pueden estar por estos lados, es peligroso, además es propiedad privada. Le sugiero que se retire. Serio.
(Guerrero 2): (Acercándose al lugar) Ya le preguntaste de quiénes se tratan? Lo mira y ve que su compañero niega. Díganme quiénes son y qué es lo que buscan._ Serio.
(Oriel): Soy Oriel Fredman, hijo de Joel y Megan Fredman. Serio.
(Guerrero 2): Lo siento mucho, señor Oriel, perdón por no reconocerlo. Nervioso.
(Guerrero 1): (Nervioso) Ya le avisamos al alfa de su llegada, señor Oriel._ Serio.
(Oriel): Y entonces, ¿nos van a ceder el paso o no? Porque no tengo toda la noche. Serio.
(Guerrero 2): (Pasa saliva) Sí, señor. Lo que pasa es que el alfa dijo que no le demos el paso a nadie sin su autorización, de él o del nuevo beta._ Nervioso.
(Samara): Ya, Oriel, no seas grosero. Están cumpliendo con su deber, es obvio que tienen que consultar con Jaret para dejar pasar a alguien a la manada. Seria.
(Oriel): (Gruñe molesto porque su hermana lo estaba regañando frente a los guerreros).
(Guerrero 1): Señor Oriel, el alfa lo espera en la casa principal. Dijo que vaya directo hacia allí. Serio.
(Guerrero 2): Lo sentimos mucho por detenerle el paso, señor. Hace una reverencia y se aparta. Abran las puertas. Habla a los demás.
(Guerrero 1): Siento mucho por los inconvenientes, señor Oriel. No volverá a pasar. Amable.
(Samara): No deberían pedir disculpas, y no se preocupen, están haciendo su trabajo. Sonríe amablemente.
(Guerrero 1): (Se sonroja) Espero y le guste la manada, señorita._ Sonríe amablemente.
Oriel la miró de reojo al darse cuenta de su sonrojo hacia Sam, así que arrancó y entraron a la manada. Al momento de entrar, Samara despierta a Linda para que conozca junto con ella la manada, o lo que se podía ver a través de las ventanas.
(Linda): Sam, estoy muy cansada para que me levantes. Con puchero.
(Samara): Creí que querías ver todo desde la entrada de la manada. Levanta los hombros.
(Linda): ¡Que ya llegamos a la manada Luna de Fuego! Emocionada.
(Samara): Sí, acabamos de entrar. Ahora, pégate a la ventana y contempla todo. Sonríe emocionada.
(Linda): Claro que lo haré, no perderé esta oportunidad. Se acerca a la ventana.
(Samara): Está mucho mejor que la manada Luna Roja, ¿no lo crees, Oriel? Asombrada.
(Oriel): Sí, también lo pensé cuando la vi por primera vez. Mirando al frente.
(Samara): Es hermoso, ¡me encanta! Feliz.
(Las imágenes son solo para que los ayuden a imaginar algo, pero si ustedes se lo imaginan de otra forma, esa será )
(Linda): ¡Wow! Qué linda, me encanta! Emocionada, viendo todo. La verdad, no me esperaba algo así. Me imaginaba algo muy diferente para una manada. Los mira y vuelve a mirar hacia afuera sonriendo.
(Oriel): Dime, hermosa, ¿qué esperabas? ¿Cuevas, chozas y un bosque tenebroso alrededor? Levanta una ceja.
(Linda): Bueno, la verdad sí esperaba todo eso. Sonríe nerviosa.
(Oriel): No te preocupes, hermosa, cualquiera puede pensar lo mismo que tú. Sonríe tiernamente.
(Samara): Vamos a casa, ya quiero ver a nuestro padre. Realmente los extraño. Suspira.
(Oriel): Pero Jaret dijo que vayas directo a la casa principal, Sam. La mira por el retrovisor.
(Sam): Hermano, te lo dijo a ti, no a mí. Rueda los ojos. A mí y a las chicas déjanos en casa, ya quiero descansar y las chicas también seguramente. Seria.
(Oriel): Está bien, Samara. Después de todo, Jaret no sabe que volviste a la manada. Serio.
Llegan a la casa de Samara.
(Samara): Chicas, ya levántense, ya llegamos a casa. Moviendo a Azra.
(Azra): Un ratito más, Sam. Sigue durmiendo.
(Luna): Sam, deja de molestar, estoy cansada. Se acomoda.
(Morgan): Ya, pendejas, no hagan ruido que quiero dormir. Sigue durmiendo.
(Samara): ¡Quiero que ya se levanten, muchachas flojas! Grita enojada.
Las chicas se levantaron de golpe al escucharla gritar.
(Samara): Así me gusta. Ahora bajen, ya entremos a mi casa, así comen algo y descansan. Baja del carro.
(Azra): ¡Ya estamos en casa! ¡Qué emoción! Sale rápido.
(Morgan): Tengo hambre, vamos. Sale y le da la mano a Luna.
(Luna): Yo también, vamos a ver si mi amorcito me da algo de comer. Feliz, se dirigen a la casa.
(Samara): ¡Mami, papi, ya llegué! Grita feliz. No saben cómo los extrañaba. Los abraza.
(Azra): _Mamá, papá, los extrañaba mucho._ Los abraza.
(Joel): Mis princesas, al fin las veo. Le besa la cabeza. ¿Qué hacen aquí? Creí que Jaret no quería que volvieras, Samara. Serio.
(Samara): Bueno, lo que pasa es que… Interrumpida.
(Megan): Mis cachorras. Le besa la cabeza. ¿Qué haces acá si Oriel estaba a cargo de no dejarlas volver a la manada? Seria.
(Azra): (Mira a Sam nerviosa).
(Samara): Ah, eso es que… Nerviosa, y ve a las chicas. ¡Ah! Mamá, papá, mis amigas también vinieron a visitar y quedarse conmigo por un tiempo. Sonríe nerviosamente.
(Joel): Oh, hola niñas, pasen, no se queden ahí paradas. Sonríe amablemente.
(Megan): No creas que a mí me vas a cambiar del tema así. Luego hablamos, cachorra. Seria. Luna querida, Aslan está de turno, llegará en la mañana. Sonríe.
(Luna): _Hola, suegrito, un gusto volver a verlo._ Lo abraza amablemente. Suegra querida, un gusto volver a verla. Sonríe y la abraza. Ah, okey, luego lo veo a mi amorcito, ahora comeré y descansaré. Sonríe.
(Megan): Niñas, pasen, no se queden ahí. Sonríe amablemente.
(Morgan): Hola, señor Joel. Le da la mano. Es un gusto volver a verla, señora. Sonríe amablemente.
(Megan): No me digas señora que no estoy vieja todavía. Dime Megan o tía, como gustes, querida. Sonríe.
(Morgan): Está bien, tía. Feliz.
(Megan): Linda querida, me alegra que estés bien, pasa, no te quedes ahí. Sonríe amablemente.
(Linda): Hola, mucho gusto. Nerviosa. Me alegra al fin poder conocerla. Sonríe nerviosamente.
(Megan): No estés nerviosa, querida, que aquí estamos para apoyarte, y además, una niña tan linda como tú es lo que esperaba para mi hijo. Sonríe feliz.
(Linda): Muchas gracias, señora. Sonríe.
(Megan): Señora no, dime Megan, suegra o tía como gustes, no tengo problema. Ahora, Sam, Azra y yo no seremos las únicas que tendremos que soportar a esos celosos tóxicos. Ríe.
(Samara): La verdad sí, ahora no lo conocen bien, pero ya verán lo pesados que se ponen más adelante. Suspira.
(Azra): Por todo les agarra celos, hasta lo más mínimo. Seria.
(Megan): Bueno, ya no las atormentes más. Vamos a la cocina que les prepararé algo rápido y rico, así van a descansar porque seguramente están agotadas. Llevándose a Linda.
Todas fueron a la cocina, ayudaron a Megan a cocinar algo rápido, después cada una se dirigió a su habitación a descansar, ya que les hacía falta por el largo día que tuvieron.
Samara estaba por dormirse cuando tocaron su puerta, y ella, enfadada, se levanta a abrir, ya que al fin estaba logrando quedarse dormida.
(Samara): ¿Qué sucede, Oriel? Estoy cansada. Enojada.
(Oriel): Samara, ¿sabes la regañada que tuve por parte de Jaret por tu culpa? Enojado. Dijo que apenas te levantes te quiere en la casa principal y que no lo hagas enfadar más y obedezcas sus órdenes. Serio.
(Samara): (Traga grueso) Estaba muy enfadado._ Nerviosa.
(Oriel): No sabes lo que te espera, Samara. Serio. Solo haz caso y ve, si yo me iré a descansar con mi mate. Se va.
(Samara): (Cierra la puerta) ¡Ay, Diosa Luna, dame mucha suerte para el día de mañana!_ Suspira.
Jet _ avión