Él no la soporta, y ella lo ama desde que tiene quince años.
¿Podrá darse el amor entre dos polos opuestos?
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Capítulo 22
Empezó mi venganza contra Margarita Holguín. Lo primero que hice fue citar a su padre a mi oficina, activé la cámara y el micrófono antes de hablar con él y le pedí a mi amigo Tanaka que estuviera presente como testigo de la conversación que iba a tener con mi exsuegro.
Cuando mi asistente lo anunció, inmediatamente lo hice pasar. Y sin siquiera saludarlo, fui directo al grano.
—Señor Holguín, no esconda a Margarita. ¿Dígame dónde está? —se hace el desentendido.
—¿De qué está hablando Taylor? Porque tan interesado en saber dónde está Margarita, pues que yo sepa, usted canceló el compromiso por estar de enamorado de Brisa Storm —Escupe con rabia.
—Con que la niña de papi ya le contó por qué terminé con ella. ¿Y entonces también le contó que sobornó con sexo al detective Palmer para saber todo lo que me investigaba sobre Brisa, mientas aún estábamos comprometidos? —Niega repetidamente con la cabeza.
—¡Eso es mentira! Mi hija no caería tan bajo, ella es una mujer íntegra y sensata —Qué lo siga repitiendo hasta que lo crea.
—Pues tengo pruebas y un vídeo de porno fuerte de su pulcra hija y Palmer. No creo que su emporio Holguín Miranda se favorezca si por casualidad ese vídeo sale a la luz pública —Abre sus ojos y habla nervioso.
—¿Me está chantajeando Taylor? —¿Acaso no es obvio?
—No, la verdad es que le estoy proponiendo un negocio. Ya usted verá si lo toma o lo deja —sigue negando, pero ya sendas de sudor corren por su rostro.
—Un negocio con mi amada hija de por medio. No lo quiero, Taylor, no si mi hija sale perjudicada —Y créame que saldrá demasiado perjudicada.
—Así lo tome o no, su hija por X o Y saldrá perjudicada. De usted depende que tanto será el daño que le haré —Ya me cansé de jueguitos.
—¿Qué propone Taylor? —Hasta que por fin dio su brazo a torcer.
—Así me gusta, señor Holguín, que nos vayamos entendiendo. Lo que le propongo es muy sencillo: que me traiga a Margarita y declare que fue ella la que le mandó a hacer el atentado a Brisa. Y antes de que me diga que no sabe que ella es la autora intelectual, yo estoy totalmente seguro de que usted lo sabe y hasta con pelos y señales. Y sé también que usted le ayudó a huir y no a Dubai como nos hizo creer, tengo pruebas de todo. Si no la trae de vuelta a Londres y la entrega, ese video porno, circulará por todas las redes sociales. Ya me imagino los titulares de las revistas de chismes, no solo de Inglaterra sino del mundo, describiendo lo que hace la heredera del emporio Holguín Miranda con su amante. Además de que todas las pruebas que tengo del crimen se filtrarán por arte de magia a la prensa. Y señor Holguín, si no acepta este trato, usted entrará en bancarrota. Pues el préstamo que le hice a su empresa, lo cobraré con los intereses que no ha pagado desde que me comprometí con la insulsa de su hija y que por idiota no había cobrado. Porque me daba pesar de mi pobre “suegrito”. ¿Si sabe que el contrato que firmó dice que, en el momento en que yo requiera el dinero y su empresa no tenga cómo pagar, me es permitido cobrar con las acciones con que usted, su esposa y su hija cuentan? —Le recuerdo una de las cláusulas de dicho contrato.
—¡Usted no nos puede hacer eso! ¡No le puede hacer eso a Margarita! Ella solamente lo hizo porque estaba despechada. Las mujeres son caprichosas, lo que hizo, lo hizo por amor —hasta que confesó que sí lo sabía.
—Pues Brisa no tenía ninguna culpa. Ella es inocente de toda maldad y el problema era entre Margarita y yo. Por eso tiene que pagar lo que hizo, Margarita debe de estar presa o en un manicomio. Porque eso no es normal, andar por ahí matando a las personas solo porque les estorba en el camino. Señor Holguín, tiene hasta mañana a esta misma hora para entregar a Margarita; si no lo hace, se le sumará a usted el delito de complicidad. También le tengo un mensaje del señor Aldrich Storm: si no cumple con lo que le pedí de entregar a Margarita, hará efectivo el embargo contra su empresa y que, por pesar, le congeló hace 5 años cuando usted estuvo a punto de declararse en bancarrota. Por lo que veo, sus finanzas no han sido muy bien manejadas. Déjeme adivinar... ¿Margarita y su madre derrochan su dinero a manos llenas, o me equivoco? De pronto y la solución a sus problemas es tener a Margarita fuera de competencia, ja, ja, ja. Eres víctima de tu propio invento, señor Holguín, esas son las consecuencias de siempre llevarle los caprichos a su única hija. Mira cómo te salió de pérdida la ya no muy muchachita, pues ya no es una niña y bien inmadura si es a sus ya 32 años. Pues piensa que siempre se saldrá con la suya porque tiene un papá que le tapa todas las cagadas que hace. —Me acercó a la puerta y la abro, indicando la salida —. Hasta mañana, a esta misma hora, señor Holguín. Empieza la cuenta regresiva entre quitarse el lastre de hija que tiene, o ser un número más en la incontable lista de nuevos pobres en el mundo.
Y sale sin decir ni una palabra, con la cabeza gacha, sin mirar atrás.
Me siento en mi silla ejecutiva ante la atenta mirada de Tanaka que no ha emitido palabra hasta el momento, y llamo al detective.
📲 Listo, agente Finn. Sigue a Emilio Holguín como su sombra.
📱Hecho, señor Taylor.
Terminó la llamada y ahí, sí, por fin, Tanaka emite palabra. Ha estado muy callado desde que le avisé del atentado que sufrió Brisa.
—Taylor, estoy seguro de que ese señor va a traer así sea deshojada a la Margarita. Él es de los que le gusta más el dinero que su propia familia. ¿Y si tienes todas las pruebas que dijiste tener en contra de Margarita? —preguntó Tanaka.
—Algunas, esa es una táctica que siempre me funciona en los negocios. ¡Pobre idiota con esa hija que tiene! No sé en qué momento me llegué a fijar en ella, menos mal no nos casamos. —Siento un escalofrío al solo pensarlo.
—Taylor, vamos al hospital, ya Brisa debió haber despertado y quiero verla —me pide mi amigo.
—Vamos, estoy ansioso por ver a mi niña, en el camino quiero comprarle algo. Mira que el ramo que le tenía de regalo en el aeropuerto se malogró. ¡Ya sé! Iré primero a mí Penthouse por su regalo, espero que le guste, pues con eso le quiero demostrar que no la he podido sacar de mi mente. —Me acordé de algo que hice mientras estuvo en Egipto y Argentina.
Nos dirigimos al hospital donde está Brisa; mientras tanto, Tanaka se burla de mi amor por Brisa.
—Taylor, eres un caso perdido. Amigo, la pequeña Brisa te tiene, pero bien jodido —lo miro sonriendo, pues tiene razón.
—Y fue gracias a ti que me di cuenta de que la amo y que siempre la he amado. Desde que la conocí en su fiesta de 15 años, me llamó la atención. Creo que fue amor a primera vista, pero negué este sentimiento con rechazo hacia ella y que en verdad me atraía. No sabes cuánto me arrepiento de haberla rechazado como lo hice. Si no hubiera hecho eso, ya estaría hasta comprometido con ella. Me hace falta verla, Tanaka, quiero tenerla a mi lado, sentir su perfume, escuchar su risa y contagiarme de sus sonoras carcajadas. Saber que estaba feliz cuando la escuchaba cantar, hasta los corrillos que hacía con ustedes en los escritorios, los extraño —le confieso a mi amigo.
«Pero lo que más extraño son sus labios, sus besos, sus gemidos, su carita con su primer orgasmo cuando casi la hago mía en la oficina».
—Nosotros también la extrañamos, no sabes lo triste que nos pusimos cuando nos avisaste del atentado. Hasta don Manuel se puso a llorar y llamó a su esposa para que prendiera un velón al santo de su país y rezara por ella. —Me llena de orgullo que la quieran tanto.
—¿Es que quién no quiere a Brisa? Ella es luz donde quiera que vaya, su alma es pura y transparente. Y va a ser mi niña, mi novia, mi prometida, mi esposa y madre de mis hijos. Yo, que tanto le he huido al matrimonio, y veme aquí ya pensando en mi boda con Brisa, ja, ja, ja —Nos reímos en coro.