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Tutora De Un Rebelde

Tutora De Un Rebelde

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Comedia / Amor-odio / Diferencia de edad
Popularitas:1.2k
Nilai: 5
nombre de autor: HananFly

Quiero a mi novio, pero últimamente discutimos mucho y ya no sé que hacer. Ha metido a su ex novia a su casa pero él asegura que no pasa nada entre ellos. Mi sexto sentido me dice que algo va mal, aunque no tengo pruebas. Hace poco conocí a un niño y no paramos de tener infortunios. ¡Ahora soy su tutora! ¿Por qué no puedo sacarlo de mi mente?

NovelToon tiene autorización de HananFly para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Me agrada

Ha pasado poco más de un mes desde que acepté darle clases particulares a Leo. Si hecho un vistazo en retrospectiva de todo lo que ha ocurrido hasta ahora, podría afirmar que nuestra relación ha tenido una ligera mejoría. Y estoy bien con eso.

Parece que le agrado un poco más. Es por eso que me hizo aquella propuesta. Desafortunadamente, a pesar de estar dispuesta a aceptarla, el mal clima jugó en nuestra contra. Su práctica tuvo que ser cancelada, así que al final pasamos el resto de la tarde jugando videojuegos en su consola.

Por lo que supe tiempo después, la salida de Lilly con Iván resultó bastante bien. O al menos eso dijo ella con una sonrisa peculiar.

Daniel, en cambio, seguía luchando para llamar su atención. Aunque sus métodos eran poco prácticos y para nada convincentes...

Mi relación con Javier estaba guindando de un hilo, pero él aseguraba que eran inventos míos. Él seguía de viaje y aun no me daba fecha de su retorno. Probablemente la distancia nos estaba afectando sin darnos cuenta. Quizás todo regresaría a la normalidad cuando nuestros cuerpos sintieran su calor. Pero era muy complicado mantener la relación con peleas y discusiones casi a diarios mientras ese momento llegaba. Y todo porque él no confiaba en mí y pensaba que ya no le quería. Podía entender su inseguridad pero estaba en un punto que prácticamente me consideraba como una cualquiera. No iba a tolerar esa falta de respeto.

Por otra parte, con el dinero que ahorré durante ese mes, llevé a mi madre de compras y a pasar un rato agradable solo las dos. Y por supuesto, dejé algo para mí para cualquier emergencia.

Hace un par de días atrás, logré acompañar a Leo a una de sus prácticas. Su equipo utilizaba las canchas deportivas de su instituto, a pesar de que no todos sus integrantes eran estudiantes de ahí. Como ya había ido en una ocasión, no fue tan difícil para mí localizar la cancha.

Ese día, él lucía ligeramente distinto. Llevaba lentillas en lugar de sus lentes habituales. Era como ver a otra persona totalmente diferente. Se veía bien.

No podía negar que tenía grandes habilidades para el juego. Su desempeño era tal que sobresalía entre sus compañeros.

También tuve la oportunidad de conocer a Eric, su mejor amigo. Tenía entendido que estudiaban juntos y que se conocían desde hacía muchos años. No era exactamente como yo me lo imaginé, pues resultó ser completamente opuesto a la personalidad y apariencia de Leo.

Lo único desagradable de todo, fue el maldito entrenador. Desde lejos se le notaba que era un hombre arruinado y con un divorcio encima. Podía tener unos cincuenta años. Desde que llegué al gimnasio, no apartó su mirada de mí. Y era esa mirada repugnante que te ofrecen aquellos que solo quieren llevarte a la cama para un rato.

Cuando consiguió el momento perfecto, no dudó en abordarme y hablarme. Yo respondí por educación, mas mi creciente incomodidad se hacía presente. Leo también percibió sus intenciones, así que cuando podía, nos interrumpía. Una vez que su práctica terminó, le conté todo y cómo me sentía. Él se disculpó. Me pidió que siguiera yendo a verlo y qué si la situación empeoraba, él haría algo al respecto. Sinceramente dudo que el pueda hacer algo, aun así, confiaría en él.

De este modo, cada vez que finalizabamos las tutorías, le acompañaba a sus prácticas. Excepto la última semana, que la dediqué para estudiar para los próximos parciales. Estaba llena de estrés. Incluso dejé de ir a su casa durante ese tiempo y solo preparé una guía de ejercicios que revisaría cuando saliera de esos exámenes.

—Así que no has tenido más clases—dijo Eric sentándose frente a Leo dentro del aula de clases.

—Está ocupada y pidió permiso para cancelar. Pero me ha dejado un montón de tarea...como si no fuera suficiente la que manda el colegio—se quejó mirando las hojas con los ejercicios.

—¿Y la piensas hacer?—preguntó mientras sacaba su móvil para jugar un shooter.

—Pues si. No tengo de otra. Sacrificaré algunas de acá. En especial las de la vieja de castellano.

—Qué no se note que no te cae.

—Es una maldita molestia—en ese instante les interrumpió un par de chicas.

—Oye, Leo. Queremos hacerte una pregunta.

—¿Hm?—gruñó entre dientes. Eran las compañeras de clase que solían verlo con una expresión de fastidio.

—¿Cómo es tu chica ideal?—habló una

—¿Qué?

—Sí. Es que una de nuestras amigas está interesada en ti y tiene miedo de hablarte y que no seas su tipo—Continuó otra, a quien le dieron golpecitos en el brazo por decir más de la cuenta. Leo se quedó pensando.

—Me gustan raras, creo—las chicas se vieron unas con otras, esbozando algunas risitas de burla.

—¿Qué quieres decir? Explícate mejor—volvió a hablar otra.

—Pues...que llore y luego ría como una loca; qué sea directa y no sienta pena de decir lo que piensa, que se le ocurran ideas descabelladas. Pero que siempre esté dispuesta a ayudarte. ¿Eso te parece mejor?

—Sí...gracias. Disculpa la molestia.

—Al menos son conscientes de que molestan.

—Leo...—le reprochó Eric. Él se quedó en silencio.

Una vez que las muchachas se fueron, su mejor amigo habló:

—Esa descripción fue muy precisa.

—Ellas lo pidieron—respondió manteniendo la mirada en los ejercicios.

—Sí, claro. Solo faltaba que dijeras que te gustaban mayores. Así se quedarían tranquilas.

—¿De que hablas?—preguntó inocentemente.

—¿Qué no te estabas refiriendo a tu tutora? ¿Cómo se llamaba? ¿Helen?—se hizo un repentino silencio.

—¿No? ¿Por qué ella sería mi tipo de chica? Ella no me ve así. Y tiene novio.

—Pero, ¿y tu? No la ves solo como tu tutora, ¿o si?

—Ya te dije que tiene no..

—¿Y eso qué? Cualquiera es libre de gustar de alguien, aun si ya esta con alguien—Leo suspiró

—Vale. Me agrada.

—¿Y te gusta?—insistió su amigo.

—¿Puede ser? No lo sé. Creo que es muy pronto como para ponerse a pensar en esas tonterías. Aquí lo único importante son estos asquerosos ejercicios. Estoy seguro de que si no los hago va a ponerme un castigo muy malo...

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Maria Elena Martinez Lazaro
yo también diría que eres una estúpida Pero que le vamos hacer a lo hecho pecho
Maria Elena Martinez Lazaro: jajajaja también yo le haría lo mismo
HananFly: Helen fuera mi amiga y la quemaba. Y si es necesario hasta le jalo el cabello para que le reaccione el cerebro. Jajajaja
total 2 replies
Maria Elena Martinez Lazaro
Que tierno su primer beso
HananFly: Si 🥹. Espero que Helen se responsabilice por eso
total 1 replies
Maria Elena Martinez Lazaro
excelente
Andrea noemi Gamboa
o por Dios me encanta.
HananFly: Hola mi amor. Que bueno que así sea. Espera con ansias el próximo capítulo
total 1 replies
HananFly
Una Trama bastante interesante
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