Han transcurrido 10 años desde que nuestra villana reencarnó en Alexandra, quien es actualmente la Duquesa Prada, tras pedirle el divorcio a su esposo el Duque Elian Prada, este se niega rompiendo los papeles de divorcio "Nunca te daré el divorcio" fueron sus palabras ¿Qué pasará ahora? ¿Lucharán o Renunciarán a su amor?
Segunda parte de "La villana falló en abandonar al protagonista" 🥰
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Capitulo 22- sonrisa descarada.
La comisura de los labios de Elian se levantaron lentamente. De camino de vuelta, Elian parecía muy feliz. Sin embargo, el caballero escolta de Elian, Henry, que escuchó la conversación que tuvo con el emperador, parecía bastante perplejo.
Henry: Duque.
Elian: Si.
La voz de Elian era completamente indiferente y sin alma.
Henry: Ah... no nada mi lord.
Henry estaba preocupado por la reacción de Alexandra, pero al ver la cara de Elian, parecía que sus preocupaciones eran inútiles de todos modos. Henry respiro hondo y se trago lo que quería decir.
Los dos hombres se movieron en silencio sin decir una palabra. Los pasos de Elian y Henry se hicieron más lentos al momento de entrar a la mansión.
Una mujer salía de la mansión Prada.
Tenía una cara familiar.
-Duque, parece que ya estás de vuelta.
Primero se acercó a Elian para saludarlo.
Elian: Señora Contreras, ¿Qué hace aquí?
Susana: Vine a ver a la Duquesa, pero me dijeron que salió. Así que solo voy a regresar.
Dijo la señora Contreras con una cálida sonrisa.
Elian: ¿Por qué quiere verla?
Elian no bajó la guardia. Pero la señora Contreras abrió la boca con una sonrisa como si no le importara en lo absoluto.
Susana: Cómo soy vieja, no puedo visitarla con frecuencia. Quería visitarla en un día soleado como hoy para tomar un poco de té.
Eso fue una mentira.
No había un noble que desconozca la noticia del divorcio de Alexandra y Elian en este momento y más cuando se trataba de ella.
Probablemente era una de las primeras personas en acercarse.
Susana: Aún así, me alegro de ver al duque aquí.
Entonces la anciana expreso su placer extendiéndole la mano.
Como Elian ni siquiera estaba moviéndose, la señora estiro su mano un poco más.
Luego, sin pedirle permiso, agarro la mano de Elian.
Henry, que estaba justo a su lado, estaba nervioso por la situación inesperada reaccionando con un movimiento tardío, desconcertado por la situación.
Aparte de un apretón de mano en un ambiente formal, nadie tocó a Elian de manera imprudente.
Más aún porque iba en contra de las reglas.
Entonces, el comportamiento de la señora Contreras ahora no era muy natural.
Deliberadamente agarro la mano de Elian sin previo aviso y la apretó con ambas manos a propósito.
Susana: No le he visto en mucho tiempo. Por favor, no sé enferme en ningún lado y manténgase saludable.
Continuo acariciando la mano de Elian mientras decía que estaba preocupada.
Solo eso le permitió comprobar cuáles eran sus verdaderas intenciones.
Ella quería comprobar.
Susana: No sé porque me siento tan triste cada vez que te veo crecer. Por favor, comprenda el comportamiento de esta anciana.
La señora Contreras no parecía dispuesta a soltar la mano de Elian.
Con el paso del tiempo, el estómago de Henry le empezaba a doler.
Elian había tolerado el contacto con Cierto grado de capacitación en los últimos años. Pero nunca había estado en contacto con otra persona durante tanto tiempo.
Aún así, Henry no pudo controlar a la señora Contreras.
Porque eso era lo que ella realmente quería.
Henry observó de cerca el estado de Elian a tal punto de ponerse nervioso.
Henry: ... Duque.
Henry llamo con cautela, pensando en que la señora se alejaría en cualquier momento.
Además quería comprobar el estado de su amo.
Sin embargo, Elian no estaba agitado en lo absoluto. No había ni siquiera una pequeña rigidez a la vista.
A pesar de que la señora Contreras todavía sostenía su mano, Elian solo frunció levemente el ceño.
No hubo ningún cambio dramático en la expresión o actitud de Elian.
Fue solo una actitud de indiferencia todo el tiempo.
Sin embargo, al mirar la mano que sostenía la señora Contreras, pensó en algo y lentamente abrió la boca.
Elian: Supongo que viniste a la mansión, debido a los rumores...
Elian sonrió lentamente y continuo hablando significativamente.
Elian: Y te enteraste que mi esposa es muy celosa.
La señora Contreras parpadeó, incapaz de entender las intenciones de Elian de inmediato.
Elian: Ella odia cuando toman la mano de otra persona de esta manera.
Elian sonrió descaradamente.
Henry, que miraba con preocupación por un momento, abrió la boca.
Por supuesto, la señora Contreras, que escuchó las palabras completamente inesperadas, quitó la fuerza de sus manos, incapaz de ocultar su expresión desconcertada.
Luego se despidió con una expresión incómoda y regresó.
Elian sacudió suavemente la mano que acababa de tomar y luego siguió adelante con paso de indiferencia.
Elian: Vamos.