NovelToon NovelToon
La Niña Del Capo

La Niña Del Capo

Status: Terminada
Genre:Mafia / Dominación / BDSM / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:1.6M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Stefano Messina es el nuevo Capo de la ´Ndrangueta, un cargo que nunca pensó que tendría. Para seguir siendo el jefe debe cumplir las reglas que le ha impuesto su hermano, siendo la más importante mantenerse alejado de Inés Guzmán. La dueña de sus fantasías más perversas.
¿Podrá hacerlo o caerá ante la dulzura de la única mujer que no puede tener?

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Terrores nocturnos

Inés

Me acerco de inmediato a Stefano al ver en sus ojos un odio visceral hacia Robert.

–De… debería matarte –titubea–. Y tú –susurra cogiendo mi rostro en su mano–. Tú mereces algo mejor que él… y que yo –agrega en un susurro.

–Nadie matará a nadie esta noche –le explico como si estuviera hablando con un niño pequeño y no con el Capo de la ´Ndrangueta.

–Pero debería –insiste.

–No esta noche –devuelvo–. Lo siento –me disculpo con Robert–. Pero creo que debo llevarlo a su casa.

–Te ayudo a llevarlo a su auto. ¿Sabes manejar?

–Por supuesto que sí –respondo–. Incluso he manejado máquina pesada en la hacienda de mi hermana.

–Que interesante. Una conversación para otro día.

Sonrío. Robert nunca sabrá que el enorme camión que manejé estaba lleno de cocaína.

–Sabes hacer de todo –dice Stefano mientras afirma su rostro en mi cuello–. Tienes que enseñarme tanto –agrega antes de besar bajo mi oreja.

–Ya, grandote, yo te enseñaré, pero ahora debes venir conmigo.

–Iré a donde quieras –devuelve antes de volver a esconder su rostro en mi cuello.

Robert me ayuda y salimos del bar, no sin antes dejar todo cerrado.

–Este bar es mío, lo compré por ti –murmura incoherencias contra mi oído–. Mereces tener todo lo que quieres. Eres tan preciosa, mi niña.

–Claro, Stefano, el bar es tuyo.

–Es tuyo –insiste–. Lo compré para ti.

–Claro, grandote, es mío.

Vemos al final de la calle su Bugatti estacionado.

–Bonito auto –dice Robert.

–Pues quédatelo, pero me dejas a Nessy –dice Stefano molesto–. Puedo compartir todo menos a mi niña.

–Estás hecho un galán –molesto y Robert se ríe.

Lo subimos entre los dos al asiento del copiloto.

–¿Bebe mucho? –pregunta preocupado.

–En realidad, no. Es primera vez que lo veo así.

–Así que esto es tu culpa, pequeña. Interesante.

–Lo que tú llamas interesante yo lo llamo un dolor de cabeza. ¡Mierda, las llaves!

–Es con botón de encendido –me explica–. Si lleva las llaves consigo podrás encenderlo.

Me siento y presiono el botón de encendido y el motor ruge, ansioso por partir.

Robert besa la cima de mi cabeza.

–Cuídate y avísame cuando ya estés fuera de este precioso auto.

–Lo haré –digo.

Cierro la puerta mientras Stefano balbucea palabras sin sentido a mi lado.

Busco la app de mapas y por suerte tiene guardada su dirección. Reviso que otras direcciones tiene y mi boca cae abierta al ver mi dirección, la dirección de Stephanie y la dirección de mi universidad.

Acelero con brusquedad y Stefano golpea su cabeza contra el vidrio. Merecido se lo tiene por entrometerse en mi vida.

Sigo las instrucciones de la app y antes de veinte minutos estoy estacionada en su lugar de aparcamiento.

Me bajo y abro su puerta, pero está profundamente dormido.

–Sí que te hace mal el alcohol, ¿no?

Camino hacia la caseta de seguridad y le pido ayuda a uno de los cinco guardias.

El hombre, que parece un jugador de fútbol americano, me ayuda a llevar a Stefano hasta su departamento.

–Muchas gracias –le digo cuando lo deja acostado sobre su cama–. ¿Le piden esto muy seguido?

–Al señor Messina, nunca. Pero con los demás inquilinos, se sorprendería –me cuchichea–. A algunos he tenido que meterlos en la ducha por órdenes de sus parejas.

–¡Qué horror!

–Exacto –dice con una tensa sonrisa–. Si necesita cualquier cosa pida ayuda a recepción y vendré de inmediato.

–Gracias –digo y rebusco en mis bolsillos por veinte dólares y se los entrego a modo de agradecimiento.

Guiña un ojo en mi dirección antes de salir de la habitación.

–¿Qué haré contigo? –me pregunto mientras lo observo dormir la borrachera.

Tomo sus zapatos y lucho hasta que logro sacarlos. Luego lo levanto un poco, pero como no tengo mucha fuerza vuelve a caer en la cama, quejándose.

–Maldita sea –mascullo y lo intento de nuevo, esta vez ayudándome con una almohada.

Cuando por fin está semisentado logro sacarle la chaqueta antes de que vuelva a caer como peso muerto sobre la cama.

Su camiseta se subió por tanto movimiento y puedo apreciar sus abdominales marcados sobre su vientre.

Paso la mano por mi cuello al sentir que comienzo a sudar.

–Pero que bueno que está –digo y tengo que sujetar mis manos para no acariciar sus abdominales, que están pidiendo mi atención a gritos.

Saco mi teléfono y le escribo a Robert, diciéndole que estoy bien, y a Stephanie que no llegaré a dormir.

Mi amiga contesta mi mensaje con cientos de preguntas que me apresuro en responder, pero creo que no lo hago lo suficientemente rápido porque me llama.

–¿Sí? –pregunto cuando le contesto.

–¡No puedo creer que estés en su departamento! –grita.

–Viví aquí, ¿recuerdas?

–No es lo mismo –devuelve–. Mantén tus manos quietas –dice y me rio porque estaba luchando con ellas hace un rato.

–Estoy intentándolo.

–Bueno, amiga, diviértete. Por cierto los nuevos muebles llegaron hoy –dice emocionada–. Mi nueva cama es un sueño hecho realidad.

Sonrío. –Disfruta de tu nuevo departamento y de tu nueva cama.

–¡Eso haré! –responde antes de cortar.

Dante ya repuso los muebles. Imagino que el plazo que dio el edificio para reponerlos no le pareció lo suficientemente rápido.

–Flor está aquí –musita Stefano con la voz de un niño aterrorizado.

Flor. ¿Quién mierda es Flor?

–No. No quiero –pide entre unos sollozos tan desoladores, que todos los vellos de mi cuerpo se erizan–. Por favor, esta noche no.

Me siento a su lado y acaricio su mejilla.

–Estás teniendo una pesadilla, Stefano. Soy Inés. Estoy aquí contigo.

–Dile que se detenga –pide con voz aguda, como el ruego de un niño pequeño–. Por favor, pídele que se vaya. Nunca me deja dormir –se queja y me abraza con tanta fuerza que caigo a su lado en la cama.

Esconde su rostro en mi cuello y suspira profundamente.

–Caramelo –musita y luego se queda en completo silencio.

Acaricio su cabello mientras me pregunto quién es Flor y por qué sonaba tan asustado.

Subo mi pierna a su cadera, necesitando protegerlo de sus terrores nocturnos. Necesitando hacerle sentir que estoy aquí y que no dejaré que nadie se le acerque.

–Todo está bien –susurro una y otra vez hasta que me quedo dormida.

1
Nena Bastida
Muy interesante
Arminda Monges
/Sob//Sob//Sob//Sob/
Irasema Rodriguez
porque culpan a dante el como Hiba a saber lo que le pasó al hermano ahora quieren crucificar a dante por algo que no hizo somos quiso protegerla y ni un gracias por preocuparse
Melis Cervantes
🥺🥺🥺🥺🥺
Gladys Batista
El tema de Stefano es algo sensible pero que pasa en estos dias y que nos deja para que reflexionemos y seamos cuidadoso con nuestros hijos. me.encanto la historia. felicidades 👏
Coralia
Excelente historia!
Silvia Quiroga
MARAVILLOSA NOVELA Y ME QUEDO CORTA CON LAS PALBRAS . TIENE TODO EL AMOR Y UN TEMA MUY DELICADO COMO EL ABUSO INFANTIL TRATADO MUY BIEN
Silvia Quiroga
GRACIAS ESCRITORA MARAVILLOSA NOVELA
Silvia Quiroga
QUE SORPRESA SON HERMOSOS
Silvia Quiroga
COMO SE LE EXPLICA A UN NIÑO QUE SU MAMA ESTA EN EL CIELO Y QUE NUNCA LA VOLVERA A VER
Silvia Quiroga
OJALA PUEDAN QUEDARSE CON EL NIÑO ELLOS SE ENAMORARON DE EL
Silvia Quiroga
DIOS MIO COMO PUEDE UN HOMBRE ABUSAR DE SU PEQUEÑO HIJO NO PUEDO CREER TANTA MALDAD
Silvia Quiroga
MUY BIEN ME GUSTA LA MANERA DE PENSAR EL NO PUDO MATAR A SU ABUSADORA PERO AHORA AYUDARA A NIÑOS QUE PASARON LO MISMO QUE EL
Silvia Quiroga
POBRE CRIATURA LO QUE DEBIO SUFRIR SOLO SIN TENER AYUDA DE NADIE
Silvia Quiroga
NO CREI QUE SE ATREVIERA A TANTO.BUENO PERO SI LE GUSTO ALLA ELLOS
Silvia Quiroga
NO CREO QUE VAYA ACEPTAR EL CUARTO ELLA TODAVIA TIENE RECUERDOS DE LO QUE LE HICIERON CUANDO LA RAPTARON
Silvia Quiroga
BUENO DANTE COMETIO UN ERROR AL DESCUBRIR EL ALTRATO QUE HACIA CON LAS MUJERES. EL TRATABA DE PROTEJER A SU CUÑADA SIN SABER EL SECRETO QUE EL GUARDABA
Silvia Quiroga
JAJA ME ENCANTO EL DETALLE DE LAS BRAGAS JUNTO A LAS VELAS
Silvia Quiroga
JAJA LOS CORTARON EN LO MEJOR. QUE INOPORTUNA SU MADRE
Silvia Quiroga
ME IMAGINO LAS CARAS DE LAS ANCIANAS JAJA
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play