El amor es el único sentimiento capaz de traspasar cualquier barrera o prejuicio impuesto por la sociedad, ya sea por diferencia de edad, religión, estatus o clase social, aunque a decir verdad muy pocos son los valientes que deciden dar ese paso de fe y confesarse ante esa persona que considera un imposible.
En esta historia el protagonista descubrirá que su amor no es tan inalcanzable como creía, ya que Lucia lo admira en secreto, porque sabe que a pesar de que Danilo es un soltero empedernido, un conquistador nato que le rehúsa al compromiso con ella es diferente.
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Capítulo N°3
Temprano a la mañana Lucia se levantó con el rostro hinchado de tanto llorar, sus ojos estaban rodeados por una gigantescas aureolas rosadas y sus párpados estaban inflamados y por más que intento disimular su horrible apariencia con maquillaje no lo consiguió. Desanimada bajo hasta la cocina a prepararse un café que al menos la despertará y la animara un poco, aunque en realidad no tenía ganas de nada pero aún le quedaban muchas cosas que organizar antes de que su vuelo a Brasil partiera por la tarde y Danilo no le arruinaría su último día en la ciudad, no se lo iba a permitir así que dejaría de pensar en él.
Al ingresar a la cocina Dimitrio besaba a su esposa como todas las mañanas antes de ir a trabajar y ella por un momento sintió envidia de la pareja y deseó tener un amor tan lindo como el de ellos pero sabía que estando en esa ciudad sería imposible.
Dimitrio se separó de su esposa y le informo
—No volveré hasta la noche, no me esperes despierta —dijo acariciando su rostro— Debes descansar, anoche no te deje dormir—dijo besando su cuello.
—Está bien, no te preocupes —respondió Loreta entonces se dio cuenta que su hermana estaba parada cerca de la puerta sin emitir ni un sonido y al ver su rostro se preocupo—. Mejor vete a trabajar, ya es tarde —le ordenó a su esposo—. Hola Lu—saludó dirigiéndose a su hermana.
—¡Buenos días!—respondió sin mirar a nadie y dirigiéndose a la alacena en busca de una taza—. Lo siento, no quería interrumpir—se sirvió un café y le colocó dos terrones de azúcar antes de girarse y mirar nuevamente a la pareja con ilusión.
— Cariño no interrumpes nada, Dimitrio ya se va a trabajar ¿no es así?
— Sí por supuesto—respondió y entonces se dirigió a su cuñada con pesar—. Lucia, lo siento no podré despedirme de ti en el aeropuerto, pero te deseo buena suerte y no dudes en llamar si necesitas algo—dijo Dimitrio acercándose a la joven y abrazándola con ternura—. Recuerda que esta siempre será tu casa y que eres bienvenida.
—Lo sé y muchas gracias por apoyar mis sueños —respondió fundiéndose en sus brazos como cada vez que necesitaba un refugio.
—De nada, para eso está la familia.
—Gracias Dimitrio, te quiero mucho.
—Yo también te quiero y te voy a extrañar muchísimo —dijo separándose con pesar.
—Yo también los voy a extrañar.
—Le diré a Danilo que te recoja temprano—anunció de repente y ella se tensó de inmediato.
—No, no es necesario, iré al aeropuerto con mi amiga Fernanda, no quiero que nadie de la familia me vea partir.
— Está bien —respondió aceptando su decisión—. Adiós cuñadita y cuídate mucho —se despidió una vez más antes de salir de la mansión.
Lucia se sentó en la mesa, bebiendo su café en silencio, no deseaba escuchar los regaños de Loreta por haber tratado mal a su mejor amigo, sin embargo se sorprendió al escuchar.
—Cariño, lo siento Danilo esta vez sí que se comportó como un patán, no debió interferir en tu fiesta ni mucho menos traerte a casa como si fueras una niña.
Ella levantó la vista con asombro, sus ojos una vez más se cristalizaron y con un nudo en la garganta comentó.
—Loreta, lo odio ahora soy el hazmerreír de toda la ciudad y por su culpa mi nombre está en boca de todos— se cubrió el rostro con ambas manos sintiendo vergüenza—. Soy la burla de desconocidos y conocidos, ahora jamás seré una veterinaria reconocida por mis logros sino por un estúpido incidente en mi vida—dijo y sus lágrimas comenzaron a rodar.
— ¿De qué hablas?—preguntó sin comprender y creyendo que su hermana exageraba, pero entonces vio como su hermana sacaba el celular de su bolsillo y buscaba algo y se lo mostraba—. ¡Ah no, yo lo mato! ¡Danilo eres hombre muerto!
—No vale la pena, hoy es mi último día en la ciudad.
—¿Cómo se atrevió a sacarte de esa manera del casino?
— Según él, mi vestido era provocador y varios hombres me miraban de manera acosadora, pero estaba en un reservado y solo con mis amigas y mis compañeros de la universidad. No había ningún peligro en ese lugar y tú sabes muy bien que Rodrigo y Marco son pareja.
—Déjame hablar con él y hacer que se disculpe.
—No, no lo quiero ver nunca más en mi vida —respondió secándose las lágrimas que aún caían sobre su rostro.
—No digas eso, ustedes eran muy buenos amigos, eran confidentes, sin embargo de un tiempo a esta parte tú te alejaste de él y no entiendo el motivo.
Lucia jugó un rato con la cuchara removiendo el café, era cierto que su comportamiento con Danilo había cambiado pero él era el responsable de su cambio de actitud y levantando la vista dijo.
—Tienes razón, yo me aleje e hice de todo para mantener distancia pero él siempre encuentra la forma de aparecer en mi vida y arruinarlo todo.
—¿Pero por qué cambió su relación, por qué ya no lo soportas? Cariño, ¿Qué pasó entre ustedes? Debes decírmelo—la animó sosteniendo su mano en señal de confianza.
—Hace unos meses, cuando ustedes estaban de vacaciones y él se quedó en la mansión para que cuidara de mi le confesé que estaba enamorada de un compañero de la universidad—comentó y sus mejillas se sonrojaron—. Solo quería un consejo, quería que me dijera cómo podía conquistarlo, ya que él es hombre y tiene mucha experiencia con las mujeres, sin embargo su reacción fue muy diferente a lo que esperaba.
—¿Qué hizo ese tonto?—Loreta se imaginaba lo peor ya que siempre demostró ser un hombre muy posesivo y celoso con las mujeres de la familia.
—De repente se enfureció, me dijo que era una niña malcriada, muy pequeña para estar pensando en esas cosas y salió de la mansión como un demente. En ese momento no le di importancia pero luego de una semana Sebastián me dejó de hablar, luego hizo todos los papeles y se cambió de universidad sin darme ningún tipo de explicación. Yo estaba devastada entonces Marco me dijo que él había sido amenazado por un hombre de mucho poder, alguien que podía hacerlo desaparecer del planeta si así lo quisiera y por eso se alejó de mí. No hay que ser muy inteligente para saber de quién se trataba, entonces lo enfrente y para mi sorpresa no lo negó, al contrario me dijo que solo le hizo una advertencia a Sebastián por estar con una niña.
Loreta escuchaba a su hermana y ahora comprendía su enojo, ella más que nadie sabe lo que duele la desilusión del primer amor.
—Cariño lo lamento y ahora entiendo tu enfado con Danilo.
—Lo odio, hizo que Sebastián rompiera mi corazón al ser un cobarde y huir sin siquiera enfrentarlo.
—Nadie puede enfrentar a Danilo o a Dimitrio sin salir lastimado y lo sabes.
—Sí lo sé, por eso no lo culpo a él y sí responsabilizó al energúmeno de Danilo, que todavía no comprende que crecí, que soy una mujer y que ya no quiero su protección, quiero divertirme, enamorarme y formar una familia—dijo incorporándose de la mesa—. Aún tengo mucho que hacer, iré a mi cuarto.
—Está bien—respondió Loreta abrazando a su hermana—. Cariño, cuando necesites un consejo solo llámame, así estés del otro lado del mundo, yo siempre estaré para ti. Te amo.
—Gracias y yo también te amo.
Lucia subió a su cuarto, comenzó a alistar su maleta, guardó algunas fotos de la familia sin embargo dejó sobre la mesa de noche, la foto de su noche de graduación donde Danilo y ella posaban sonrientes en la pista de baile.