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Un Cuento De Maravillas [OMEGAVERSE]

Un Cuento De Maravillas [OMEGAVERSE]

Status: En proceso
Genre:Romance / Yaoi / Yuri / ABO
Popularitas:320
Nilai: 5
nombre de autor: Random Soreto

[Una historia Omegaverse/ABO con varios arcos que ire subiendo, es principalmente BL pero tiene una pequeña parte Yuri pero ya avanzada la historia. Hay OmegaxOmeg, AlfaxAlfa, BetaOmega]

Suni, un joven Omega que tenía todas las características de un Beta, un carácter peculiar, y una esencia tan débil que nadie notaba que era un Omega con el que hablaban.

A él no le molestaba en realidad, tampoco es que ocultará el hecho de que era un Omega , gracias las peculiaridades de su cuerpo había podido trabajar en lo que eligió y ser como quisiera, convirtiéndose en una clase de terapeuta y consejero de parejas.

El era como un Omega sin identidad, con un aspecto que lo hacía indeseable, probablemente a su familia le molestase lo inusual de su fisiología, porque siendo honestos, el había sacado provecho de sus aparentes carencias como Omega.

Pero los planes y la casualidad no se llevan.

Y viendo la vida de Suni, vemos cómo esta se entrelaza con otras parejas y personas.

NovelToon tiene autorización de Random Soreto para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

3. Fuera del castillo

Un Omega, siempre se espera que este al cuidado de otros, bajo la supervisión en particular de un Alfa; la independencia era un concepto ajeno y hasta se veía, cómo fuera de lugar a aquellos que lo intentaban.

Sin embargo para Soo, era una decisión que ya era parte de su vida mucho antes del compromiso que su familia arregló. Como Omega era tabú si quiera la idea de estar con otro Omega.

La situación en un principio no fue fácil, tuvieron que buscar un lugar donde pudieran estar sin que los cuestionaran sobre porque estaban solos; o porque dos Omegas querían vivir juntos.

Al llegar a la ciudad, se instalaron en uno de esos complejos departamentales tan característicos de las ciudades bulliciosas, con cientos de diminutos apartamentos, grises y derruidos, donde, a nadie le interesaba la vida de otros y fácilmente se olvidaban los nombres;

No tenían otra alternativa por el momento.

Hwan tan optimista como era, uso lo que pudiera encontrar a su alcance y decoro con el tiempo él lugar, y sorprendiendo a Soo por el resultado; el pequeño espacio del antes derruido lugar, lucia encantador y cálido.

—Tú eres el que trabaja, bueno por el momento claro, es lo menos que puedo hacer...—lo recibió una tarde con su antes desgastado departamento, ahora luciendo totalmente diferente, después de tomarle de la mano le besó sonrojado y sonriente.

Soo relajo su eterno ceño fruncido de irritación y le beso en la frente sorprendiendo a Hwan, que río apenado.

Su vida comenzaba a remontar a pesar del incierto comienzo para vivir por su cuenta, y aún si  tenían que ocultar su relación, simplemente lo aceptaban.

No negaban su deseo de que las cosas fuesen diferentes.

Poder caminar tomados de la mano como otras parejas; mostrar lo importante que eran el uno para el otro, cuanto se querían, y la felicidad que aumentaba poco a poco en sus días, sin tener que esconderse.

En ocasiones Hwan veía por las calles a parejas reír despreocupadas; el simplemente apresuraba el paso para no seguir mirando.

Las risas dulces de los niños resonaban con sus pasos ansiosos. Deseos del instinto se hicieron presentes al pasar por un parque, quizá alguna vez deseo poder tener hijos propios, pero el, daría esa oportunidad y muchas cosas más por Soo.

La imagen de estar atado a alguien que no fuera la persona con la que había crecido, a quien cada mañana recordaba cuanto amaba hasta el punto de doler, era una idea horrenda, que le destrozaba.

El era su familia.

Su madre a veces intentaba seguir el cariño natural por el; ignorando las enseñanzas de viejos y arraigados cánones sociales, sin embargo, aún así bajaba la mirada y se iba a otra habitación ignorando el sufrimiento de su hijo causado por su padre,

Y eso le dolía más que el dolor infringido por su padre.

La indiferencia le llenaba los ojos de lágrimas que tenía que soportar; de cosas que quería experimentar y decir, pero que, no debía intentar al ser un Omega.

Aun, a pesar de todo, tanto el, como Soo, mantenían sus ilusiones.

Recordando, cuando era niño, como creía que con solo amar sinceramente sería suficiente y las personas lo celebrarían.

¿Por qué era tan diferente?

___________

Un hábito que se formó, en parte por un afán inconsciente de mantener los primeros recuerdos de su niñez, y el encuentro que los unió, era el de coleccionar libros, en específico aquellos que reunían cuentos infantiles.

Al juicio de otros quizá inmaduro, para ellos era algo importante; reafirmaban con cada adición lo importante que era haberse encontrado hace tanto tiempo bajo ese árbol. Era como un te quiero, sencillo y presente cada día, entre páginas ilustradas y versos sin malicia.

Cuentos de hadas como declaraciones de anhelos y confesiones.

—Creo que deberíamos controlarnos al pensar en comprar más libros—Opinaba Soo acomodándose sus ropas, y apenas controlando su temperamento, después de haber tropezado con una pequeña pila de libros apilados en el suelo.

—Supongo...hay poco espacio—Sonreía el otro ante las peripecias que pasaba el pelirrojo para a travesar la pequeñísima sala.

A Hwan se le humedecían los ojos con solo pensar en deshacerse de cualquiera de esas historias; el deseo de una casa era un sueño que el Omega se guardaba para sí, sabiendo las complicaciones que enfrentarían, y no era que aún no encontrase trabajo, sino, que eso podría alertar a sus familias de donde estaban.

También que, a un Omega no se le solía permitir adquirir propiedades sin un Alfa o Beta presente.

Y aun así el sueño estaba ahí.

_____________

La primera vez que se atrevieron a buscar el calor de la piel del otro, fue un proceso de aprendizaje y lucha con sus dudas.

Toda su vida, se les enseño la castidad adjudicada a un Omega, sin mencionar,  que, para alguien bajo esa estampa los encuentros íntimos se basaban en que ellos debían recibir y no buscarlos.

Sin embargo, sus emociones buscaron un camino más directo y profundo de roces inocentes, en trémulos avances en la exploración de la piel.

A decir verdad, nunca habían tenido la oportunidad o el impulso de buscar un acercamiento sexual; su cercanía se mantuvo en acercamientos candorosos bajo un viejo roble.

Sobra decir que la primera vez en pensar en ello, fue cuando comenzaron a vivir juntos y lejos de toda atadura

Al observar su desnudez un día, sus ojos confirmaban que eran iguales, hombres sin duda, lejos de ser Omegas, eran simplemente personas.

El siguiente paso tomo tiempo, principalmente debido a las dudas de Soo, quien, en su vida siempre estuvo carente de contacto físico; su familia guiada por doctrinas duras y calidez ausente, nunca le ofrecieron consuelo o cariño en gestos tan sencillos como un abrazo.

Mucho menos al saber que era un Omega, bajo la excusa de que el nulo acercamiento físico era buscando mantener su castidad. Después de todo, por el estatus de su familia, aquello era primordial, para asegurar el interés de otras familias en formar un compromiso.

Hwan en cambio, con el poco tiempo que su abuela antes de que los años se la llevaran, una dulce beta, aprendió el significado de sentir brazos cariñosos envolverle. La muerte de la mujer, significó la pérdida del único afecto desinteresado en su familia, sus padres siempre lo perseguían buscando que fuera como un Omega,

Algo normal en muchas familias.

Gracias a los años donde experimento la indulgencia del cariño, Hwan aprendió a ser más directo con la intimidad, y a necesitarla con más urgencia que Soo.

—Supongo que es extraño que siendo un Omega...yo esté haciendo esto—Beso el cuello de Hwan dulcemente quien suspiro debajo del cuerpo de Soo, el otro envolvió el cuello con sus delgados brazos, envolviendo sus dedos en cabellos rojizos.

—¿Eso realmente importa?—Le besó la mejilla para después acercar su cabeza con su mano y besarle demandante.

El pelirrojo le abrazó en respuesta, delineando con sus manos las curvas del delicado cuerpo de Hwan, algo que había deseado antes, pero tenía miedo.

Con más seguridad, dirigió sus manos al miembro del otro arrancando un quejido satisfecho y algo sorprendido del otro.

El pelirrojo tomó su tiempo, preparando al otro, dilatando con suma delicadeza a Hwan que temblaba ligeramente bajo sus atenciones, usando la ayuda de un lubricante, dado que su cuerpo no respondería como lo haría con un Alfa.

El rubio asintió totalmente tranquilo cuando Soo se acomodó para penetrarlo. Con movimientos lentos sus cuerpos se encontraron, necesitados de ahogarse en el momento, reafirmando el deseo con besos codiciosos y profundos.

Cada vez que las caderas de Soo se encontraban con las de Hwan, aumentaban la fuerza y seguridad, el pelirrojo tomó una de las piernas del otro para colocarla sobre su hombro con estocadas más profundas, que provocaban en Hwan gemidos roncos por las sobrecogedor sensaciones.

Claro que los movimientos y caricias eran inexpertos, sin sincronía, notablemente tímidos al comenzar, pero tan satisfactorios como estremecedores por el mero hecho de las emociones que sus manos buscaban decir.

Un beso húmedo y entre jadeos de ambos, ahogando sus gemidos al llegar a su orgasmo, Hwan un poco antes con fuertes temblores.

Soo abrazo tan fuerte como podía a un agotado y casi dormido rubio, sintiendo su cuerpo adolorido, pero eso no importa, solo importaba que estaban ahí. Le estrecho conmovido en sus brazos besándole entre cabellos húmedos por el sudor. El otro Omega sonrió suavemente para abrazarlo gentil,

Y ambos durmieron con sueños tranquilos.

_____________

La actitud y apertura de los Omegas, en especial de Soo, era nula, imperceptiblemente aterrada.

Soo mostraba un carácter agresivo, resentido y siempre a la defensiva con extraños, comprensible por su desesperado deseo de proteger a quien amaba.

Desconfiaba de todos. Sentía como si cualquier persona los quisiera alejar.

Le destrozaba la idea.

Su actitud tosca y cruel era su forma de cuidar a su razón de vida, protegiéndose a sí mismo también.

Quizá las únicas excepciones a ser tratados con el lado violento de Soo, eran Hwan, y sus alumnos, niños de apenas seis años; el Omega era en extremo gentil y comprensivo con los infantes.

Un día, su creciente alegría aumento gracias a uno de sus alumnos; un pequeño que apenas hablaba con otros, debido a un duelo que atravesaba por la pérdida de su hermano, y gemelo.

Con paciencia y suma delicadeza, Soo logro que el niño se abriera, hablando nuevamente y se atreviera a sonreír.

Sus padres lloraron agradecidos un día cuando fueron a verlo,

Pero para Soo era natural buscar la sonrisa de alguien en la adversidad, como hizo con Hwan el día que lo conoció.

Los padres del niño, una pareja de Betas, al descubrir su relación con otro Omega no dijeron nada, simplemente le aseguraron que estarían para ayudarle.

Y los Betas fueron quienes finalmente hicieron realidad el sueño de tener una casa propia, haciendo el papeleo a su nombre, evidentemente los pagos los realizaba Soo.

Poco después Hwan anuncio orgulloso que había conseguido trabajo en la misma escuela en la que trabajaba Soo, curiosamente el mismo día que el pelirrojo llego con flores para celebrar la compra se su hogar.

Y llegaron a pensar que quizá nada vendría en su camino.

Que no tendrían que volver a ir contracorriente.

1
Xime
me esta gustando pero no te puedo dar una calificación porque voy a leer más y hay te digo y la calificación, y si me esta gustando la historia es buena
Random Soreto: Hola! muchas gracias por pasarte, espero entonces te agrade lo que encuentres:)
total 1 replies
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