El Rey, Mi Alfa

No lo hagas, por favor no voy a poder controlarme. Intento no escuchar sus súplicas.

Qué clase de compañera sería si dejase a mi compañero sufriendo de la manera en la que lo está haciendo ahora.

Lo primero que hago es desatar sus piernas, después lo hago con una de sus manos, para por último quitar el último grillete.

En un principio no se acerca a mí puedo ver como está luchando con sigo mismo.

Me acerco hasta el y pongo mi mano sobre su pecho.

--- Déjame ayudarte\, qué clase de compañera sería si no te ayudo en estos momentos---

--- Una con los pies sobre el suelo\, te voy a hacer daño y no lo podré soportar\, apenas si me puedo controlar---

--- No te preocupes yo estaré bien sé que no me dañaras y que intentaras controlarte lo máximo posible---

Esas palabras son lo último que salen de mi boca, ya que de momento a otro me encuentro entre sus brazos y tumbada en el pequeño camastro.

--- Lo voy a intentar\, se que es tu primera vez voy a intentar contenerme lo máximo posible\, dime que me perdonarás sino lo consigo?---

Asiento con la cabeza, esperando que el del siguiente paso. El comienza a desvestirme poco a poco, no puedo negar que estoy nerviosa, es demasiado grande y sé que esto me va a doler.

Me quedo totalmente desnuda ante él y veo como sus ojos cambian de color en varias ocasiones. Pero al final consiguen quedarse en su color normal.

Él se desviste rápidamente quedándose totalmente del desnudo frente a mí.

Alan pasa sus dedos por mis pechos acariciándolos suavemente, juega con mis pezones los cuales se endurecen con su solo contacto. Yo acarició su fuerte pecho y jugueteo con el fino vello que cubre su fornido pecho.

Levanta mi cabeza y acerca sus labios a los míos, nuestros labios se unen, abre su boca y yo lo imitó, su lengua se introduce en mi cavidad bucal luchando contra la mía. Después de un beso interminable él se sitúa justo encima de mí.

Sigue acariciando y besando cada centímetro de mi piel, mi cuerpo arde por dentro, me estoy quemando y perdiendo en una espiral de deseo y pasión.

Sus manos descienden hasta mi intimidad, separa mis pliegues y los acaricia. Eso hace que me sobresalté, él me tranquiliza besándome con mas pasión si cabe.

Siento una humedad jamás antes experimentada, siento vergüenza pero Alan no parece disgustado porque no deja de tocarme, una sensación extraña me invade, un nudo en mi interior quiere romperse y explotar. Unos segundos después me sumerjo entre jadeos y espasmos en un placer jamás experimentado.

Alan retira su mano de mi intimidad y me mira con curiosidad.

— Te ha gustado lo que te he hecho sentir? —.

— Sí — respondo avergonzada.

— Pues todavía puedo ofrecerte más, si tú quieres y aunque no quieras también! ya no hay vuelta a atrás.—

Asiento con la cabeza y dejó que me ame, mis manos recorren su cuerpo desnudo. Me fijo en que su miembro ha crecido bastante y está hinchado. Ver esa parte de su cuerpo me asusta, creo que es imposible que eso pueda entrar en mi. Y si lo hace de seguro que me parte en dos.

Vuelve a tocarme de nuevo, esta vez introduce un dedo en mi interior y comienza a moverlo, pensé que me dolería pero no es así, por lo que al poco rato introduce otro. La sensación de antes parece formarse de nuevo en mi interior. Pero se detiene dejándome frustrada, levanto la cabeza y puedo ver cómo su miembro está entrando en mi cuerpo.

Siento que me duele y me molesta, Alan nota mi malestar y comienza a masajear mis pechos. Consiguiendo que me relaje de nuevo.

Noto un dolor agudo, empujó a Alan para que cese, creo que no fue buena idea desatarle me duele demasiado, pero el no se detiene se adentra más en mi interior y se queda parado.

— Solo un poco más, verás como deja de dolerte. Solo debes acostumbrarte a mi—.

Comienza a moverse de nuevo y el dolor que antes experimentaba ahora se mezcla con el placer. Alan acaricia mi botoncito con suavidad pero con precisión. Sumiendome en pocos segundos en la sensación que anteriormente experimente. Mi cuerpo se estremece entre oleadas de placer. Pero eso no es todo, mientras mi cuerpo convulsiona por el placer el acerca su boca hasta mi clavícula y clava sus dientes. El dolor sólo dura unos segundos, después comienza a lamer su marca. Consiguiendo que el placer no abandone mi cuerpo. Sigue con sus embestidas durante un rato más. Poco después él se detiene y sale de mi interior.

— Siento lo del dolor, la primera vez siempre dicen que duele. Espero no haber sido demasiado brusco. Siento no haber estado a la altura, la próxima vez aguantaré más y te proporcionare más placer, demasiado tiempo de abstinencia...— dice con la voz entrecortada por el cansancio.

--- No te disculpes ha estado bien y no ha sido tan doloroso. Gracias por controlarte ---

--- Nunca antes te habías tocado? ---

--- Esa pregunta es vergonzosa ---

--- Acabas de responderme\, me encanta saber que soy el primero y el último en todo lo que tenga que ver con tu cuerpo ---

Me ayuda a levantarme del camastro y me envuelve en una manta.

Se acerca hasta la puerta y abre los cerrojos.

--- Es seguro salir ahora ---

--- Si\, ya estás marcada ahora todos los lobos sabrán que eres mía---

--- Dónde vamos? ---

--- A darte un baño\, necesito que estés descansada porque no creo que vaya a aguantar sin volver a hacerte mía mucho tiempo---

Sus palabras me ruborizan, sé que no deberían después de todo lo que acabamos de hacer pero aún así no puedo evitarlo.

Cojo su mano y camino a su lado, no parece estar demasiado convencido con la velocidad de mis pies por lo que de un momento a otro me coge en brazos y me lleva hasta el baño.

Me mete a la bañera y el conmigo. Me lava con dulzura y me dedica sendas caricias. Estoy tan relajada que creo que hasta me he quedado dormida en algún momento. Pero eso cambia de un segundo a otro.

--- Ya he aguantado demasiado\, lo siento pero esta vez no podre contenerme ---

Me saca de la bañera y me arropa con una toalla. No diría que he tenido tiempo a secarme ya que de un momento a otro estoy tirada sobre la cama y él sobre mí...