Prisionera Del Sultán

Estaba tumbado sobre cojines de seda, completamente desnudo, en un rincón de su tienda de campaña.

Akram se estiró un poco. Se puso en pie y se dio un baño en la laguna formada por un riachuelo justo al lado de la tienda. Luego se vistió y camino a lo largo del campamento.

Los aposentos de lujo en el desierto donde se encontraba alojado estaba lejos de ser una simple tienda de campaña. La tienda del harén tenía un objetivo, un único objetivo solamente, el placer del jeque.

Akram sonrio. Su nueva amante no tardaría en entender dónde se encontraba.

En cuanto entro en la tienda del harén, Akram sonrió al ver a su nueva amante una rubia de curvas generosas.

Pam llevaba un precioso vestido. Era de seda azul y estaba decorado con hilo de plata. Era la clase de vestido que llevaría la amante de un jeque...

— El traje te sienta muy bien. Esa tonalidad azul va a juego con tus ojos dijo Akram.

— Me lo trajeron las mujeres dijo Pamela

—Las mujeres te han vestido para el jeque... Te han preparado bien –.La moda del desierto te sienta bien –le dijo él.

–Y ahora tienes trabajo que hacer – Se acerco a ella y la desnudo en un segundo…

El viaje fue una locura. Se clavaron los dedos, jadearon sin parar, gritaron... y llegaron por fin al éxtasis que tanto buscaban.

Al día siguiente Akram envío de regreso a Pam a Londres.

Dos semanas después Akram se encontraba en el harén disfrutando de las atenciones de su nueva concubina Charlotte.

Era rubia de curvas generosas era su última noche en el palacio al día siguiente la enviaría a Londres y él viajaría a Marambit. Lo cierto es que ninguna le duraba más de dos semanas perdía el interés muy rápido inclusos a veces ni cumplían una semana.

Dalia estaba furiosa, estaba harta del desfile de mujeres que era su casa.

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Akram se encontraba en su despacho sabía que Aziza se encontraba en Brasil.

Había obtenido la información del departamento de Estados Unidos. Pronto comenzaría la búsqueda y la encontraría.

— Su Alteza ha pensado como responderemos a las críticas de la prensa.

Akram miró el periódico, hablaban de él como si fuera un tirano y las mujeres en su país tapetes.

— No responderemos dijo Akram.

— El asistente de la Reina, ha recibido un pedido de audiencia de La Reina Bakhur de Burhan, de La Reina Hazbun de Raleigh y de la Reina Al‐Halabi de Durham. Estarán aquí en dos días.

Akram miró por la ventana tenía la leve sensación de que Katherine Bakhur estaba detrás de su desprestigio.

Unos golpes en la puerta sacaron a Akram de sus pensamientos.

— Su Alteza disculpe la interrupción llego este telegrama de Marambit es urgente.

Akram dio unos pasos y tomó la hoja no lo podía creer.

Él miró la nota era un telegrama enviado desde Marambit anunciando que la heredera de Marambit ya había nacido.

Tenía una hija una heredera Isra Nour Rai'f, ya que llevaba el apellido de la madre, otro insultó a su honor.

Akram cito a los consejeros de Jaddara y Marambit necesitaba asesoramiento de como proceder para llevar a su hija de regreso a su país.

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Aziza miraba a su hija, no se parecía en nada a su padre era una pequeña rubia de ojos pardos.

Había tomado la decisión después de registrar a su hija de comunicarle a su padre de que ya había nacido, Isra merecia tener a su padre y a su madre. Si Akram se la hubiera quitado no hubiera sido justo, ella tampoco quería ser injusta.

Andrew le había asegurado que no debía temer que él no podría sacar a la niña del país, ya que era una ciudadana de ese país, ella había sido aceptada como refugiada por el gobierno del país. La reputación de Jaddara como país estaba por el suelo una campaña de desprestigio se daba contra la figura de Akram y Jaddara por como eran tratadas las mujeres. Por seguridad en cuanto envió él anunció del nacimiento de su hija regreso a vivir con su hermana en la hacienda había seguridad, ya que Andrew era muy importante.

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Dalia tenía todo listo para recibir a sus distinguidas invitadas.

Ya había recibido consejo de lo que debía decir, obviamente ella estaba de acuerdo con mucho de lo que se había publicado.

El harén había desaparecido, pero tenía un desfile de mujeres por su casa.

Así que trataría de apoyar los proyectos e ideas de las otras Reinas sin comprometer su posición. El último tiempo ya no reconocía a su esposa era como si el abandono de su Aziza lo hubiera trastornado...