Mi Pequeña Muda

De toda la familia Cash, el único del agrado de Karla fue el anciano Adolf Cash.

Él era la única persona que valía la pena.

¡Ah! También ese chico cobarde llamado Gregory.

Aunque no era del agrado total de Karla.

Sin embargo, por lo que ella había visto. Él parecía tener una relación algo buena con Jeremy, además de que no parecía mirarlo con desprecio como los demás hermanos de Jeremy.

Para Karla, el resto no valían la pena, ya sea su padre, su “madre” o incluso sus otros hermanos.

Todos ellos eran igual de despreciables que las aves rapaces.

Básicamente, Karla entendió que Jeremy era como Cenicienta, solo que él no tenía un príncipe que lo ayudara, ni siquiera una princesa o un hada madrina.

Solo estaba ella que no tenía ningún poder para salvarlo de todo el caos que era su vida.

— Quédate a dormir pequeño, Jota Jota, tu habitación sigue siendo la misma. No has jugado ajedrez con este anciano durante mucho tiempo.

Jeremy sonrió con los labios apretados como si no le agradará la idea de quedarse a dormir. Pero, Karla notó que parecía que él no podía negarse a ninguna de las peticiones de su abuelo.

Ella no pudo evitar preguntarse la razón por la que lo hace.

¿Es por la herencia o hay algo más detrás?

— Déjalo que se vaya, papá. De seguro tiene mucho que hacer con su agenda apretada — dijo el padre de Jeremy con una sonrisa algo irónica en el rostro.

Al mirar este tipo de mueca, Karla no pudo evitar pensar si era algo hereditario hablar con desdén. Después de todo, todos los Cash parecían hablar de esta manera, incluso Jeremy.

Solamente, que en el caso de Jeremy no era tan notable como en los demás.

Quizás esto se debía a sus identidades como personas que nunca han tenido que agachar la cabeza o suplicar un favor.

— Ander, no busque excusas para Jeremy y mejor hazlo para ti, aún sigo esperando una explicación sobre los diez millones que perdiste en esa inversión de poca monta que aceptaste. Por tu culpa, mi presión arterial ha subido. Ni siquiera de viejo puedo descansar debido a que todos los días temo que el imperio que han construido todos mis antepasados se reduzca a nada por tu mal manejo. Para lo único que eres bueno es para tener amantes y dejarlas embarazadas — regaño el anciano.

Aquel hombre llamado Ander bajó la cabeza como si se sintiera frustrado.

Él lo estaba, después de todo, no tenía ningún aprecio hacia su hijo Jeremy, es más, lo veía como un rival.

La Sra. Cash le dio una palmada en los hombros a su esposo como si quisiera consolarlo.

Acción que Karla no entendió después de todo el último comentario que había hecho el Sr. Adolf Cash hacia su hijo daba mucho que pensar. Por lo que Karla pensó que como mujer, al escuchar sobre las fechorías de su esposo, la reacción de ella no hubiera sido tan amigable como la de la Sra. Cash.

Ciertamente, ella no el daría una palmada en la espalda a modo de consuelo.

— Abuelo, deberías darme el puesto de gerente a mí — masculló Leandro — Puedo hacerlo mejor que papá. Por algo estudié en las mejores universidades del mundo…

Antes de que siguiera hablando Leandro, Félix lo interrumpió.

Félix se acomodó los lentes sobre el puente de su nariz para luego escupir su veneno.

— ¿Qué hace que hayas estudiado en las mejores universidades del mundo si tus notas son las peores? Incluso te graduaste debido a la conexión de papá con el rector o si no aún seguirías intentando pasar el primer nivel — mencionó en tono burlón — Creo que el abuelo perdería mucho más dinero si pone a alguien como tú al frente.

¡Cielos!

El drama familiar entre estos hermanos era algo que solo Karla veía en las novelas. Nunca pensó que iba a tener la oportunidad de presenciar este tipo de evento mientras degustaba un pastel.

Por lo que disfruto de manera discreta este tipo de situación en dónde parecían que en cualquier momento iban a saltar sobre el otro.

Claro está que siempre y cuando ella o Jeremy no sean los que estén implicados.

Jeremy, que estaba a lado de Karla, colocó una mano en su cabeza como si este tipo de comentarios era algo rutinario para él.

Él realmente estaba cansado de este tipo de escenario repetitivo de disputa familiar en dónde siempre terminaba envuelto.

— Entonces, tú vas a hacerte cargo, Félix. Por si no te has dado cuenta, no eres mejor que yo. Al menos yo me gradué en una universidad, pero tú desertaste para poner tu propio negocio, el cual se fue a la quiebra antes de que saliera al mercado. Eres el menos confiable, quizás mañana despertemos siendo pobres si tú te quedas a cargo.

Karla le dio un sorbo a su té para tapar la sonrisa que quería salir de sus labios debido a estos hermanos tan inútiles que saltaban al cuello del otro.

Después de todo, despreciaban a Jeremy y a ella como si fuesen mejores, como si ellos fueran perfectos y no tuvieran ninguna mancha en su vida. Cuando en realidad no tenían ningún derecho a hablar sobre los demás debido a que eran igual de imperfectos.

Por algo dicen que a las personas les gusta ver las llamas en las casas de los demás cuando sus propias casas ya están arruinadas.

¡Hipócritas! ¡El mundo estaba lleno de hipócritas!

Karla pensó para sus adentros mientras seguía tomando su té.

Sin embargo, cuando ella notó la mirada de Gregory, aquel hermano que parecía tener una presencia casi nula. Karla tuvo que fingir una tos, debido a que el chico no estaba haciendo nada para tapar la burla en sus ojos y labios.

Él realmente parecía divertirse con este tipo de escena. Lo que le hizo pensar que la personalidad de este chico no era tan simple como ella pensaba.

— ¡Ya basta! Solo están avergonzando a la familia. Todos ustedes no son confiables. Cada uno es más inútil que el anterior. En el único que puedo confiar es en Jeremy. Al menos, en el tiempo que estuvo de pasante sacó algunos proyectos innovadores que han beneficiado a nuestra compañía y generado muchos ingresos. Él será el que se quedará a cargo en el futuro. Parece que debí criarlos a todos ustedes personalmente, así como lo hice con Jeremy para que no sean tan inútiles como son ahora.

Luego de que el anciano dijera aquello, Karla pudo entender un poco más la razón por la que Jeremy era tan filial con su abuelo.

Era debido a que él era la persona que lo ha guiado durante toda su vida, aquel anciano había sido un padre y una madre para Jeremy.

La Sra. Cash carraspeó mientras le lanzaba una mirada fulminante a Jeremy.

Por lo que también, Karla se dio cuenta de que la hostilidad que todos sentían hacia Jeremy era porque el abuelo lo favorecía demasiado, por lo que no era difícil pensar quién era el heredero principal de todo esto.

— Me quedaré — mencionó Jeremy — Solamente por hoy abuelo. Sin embargo, deja de decir este tipo de comentarios. Ya lo dejé claro en más de una ocasión que no quiero tu herencia, mi único deseo es ser actor, nada más.

Luego de que dijo aquello Jeremy tomó la mano de Karla haciendo que ella lo miré sorprendida mientras se dejaba guiar de él.

Karla debido al arrebato de Jeremy no pudo seguir el hilo de toda la situación.

Ella aún estaba algo sorprendida por todo además de confundida.

Después de todo, solo ahora ella estaba adentrándose en el mundo de Jeremy Cash.

La mansión en la que vivían los Cash era tan espaciosa y lujosa. Cada cuadro y adornó denotaba elegancia y glamour. Sin embargo, comparada con la mansión en la que Jeremy y ella vivían era demasiado fría e insípida.

De un momento a otro llegaron a una puerta con algunos adornos de “No tocar”, “Propiedad de Jeremy”.

Lo que hizo que Karla se diera cuenta de que estaba por entrar a la habitación de Jeremy. Sin embargo, en cuanto ella pensó que iban a compartir más tarde la misma cama, su rostro se enrojeció de la pena.

— Sé que debes tener un montón de preguntas — susurró Jeremy mientras abría la puerta de su habitación haciendo que Karla entrara en una pequeña parte de su mundo.

La habitación de Jeremy era amplia, las paredes estaban pintadas de un tono azul eléctrico, había pinturas abstractas en las paredes y un montón de figuras coleccionables.

Cada detalle hacía que Karla se diera cuenta de que está era la habitación de un chico.

— No me gusta hablar sobre mí, pero debido a que me contaste sobre ti, creo que al menos te debo esto. Después de todo, bajar tus paredes y mostrarles tú yo feo a alguien más requiere de gran valor y coraje.

Karla miró fijamente a Jeremy.

Ella entendía su punto, lo entendía tan bien.

Karla sabía lo difícil que era hablar sobre tus sentimientos o emociones con alguien más.

Por lo que Karla tomó la mano de Jeremy y empezó a escribir sobre su palma con los dedos.

“Si no quieres decirme, no lo hagas. Sé lo difícil que es abrirle tu alma a alguien más, por lo que si no quieres no lo hagas. Yo lo entenderé”.

Jeremy sonrió con los labios apretados antes de hablar.

— Pero, quiero hacerlo, Karla. Pasaste este tipo de mal rato debido a mí, por lo que creo correcto que al menos debes saber la razón por la que fuiste atacada por esas personas. Yo… realmente, lo siento. Lamento involucrarte en esto, sin embargo, te prometo que será la última vez.

Luego de que dijo aquello, caminó hacia el sofá de su habitación y se sentó.

Por lo visto, lo que iba a decir iba a ser una larga historia.