Tentación Prohibida

Aún nos encontrábamos sumidos en el beso.

Mi razón me hace detenerlo.

—No puedo— le digo tomando la compostura. —Esto no está bien—

—Tienes razón, mejor salgo. Nos vemos abajo—

Asiento y lo observo mientras sale de la habitación, de inmediato observo hacia el armario donde Zeus sale con una expresión sombría.

—Tú también vete de mi habitación por favor—

Él solo se queda viéndome y no dice nada más. Solo se va.

Esto es algo agotador para mí. Mi mundo está dando un giro inesperado y no sé qué haré con tanta presión.

Me termino de vestir y salgo rápidamente a encontrarme con todos ahí.

Nos pusimos a cenar tranquilos. Mi madre nos hizo un par de preguntas cómo también nos hizo pasar vergüenza diciéndonos que nos cuidáramos y esas cosas.

Al terminar jorge y yo nos levantamos de la mesa para irnos al jardín trasero. Nos sentamos a platicar un poco y a darnos un par de besos.

De un momento a otro el único bombillo que alumbraba todo el lugar se apagó.

—Oh, iré a revisar que sucede— me levanté y me dirigí al interruptor de este. Lo oprimí varias veces sin obtener el resultado que quería.

Fui nuevamente con mucho cuidado de no caerme a donde estaba jorge sentado en la silla reposadora.

—Creo que se ha dañado el bombillo, iré por uno nuevo— cuando di la vuelta el sujetó mi mano.

—No vayas. Quédate conmigo— me atrajo a él haciendo que quedara sentada sobre su regazo.

Llevo sus manos por dentro de mi vestido, subiendo por mis piernas hasta llegar a mi trasero, lo apretó con fuerza dando un gruñido.

Con una mano me tomó de la nuca haciendo que me recostara hacia él, mientras que con la otra acariciaba mis piernas.

—Puede llegar alguien y vernos— le digo en medio de nuestro beso.

—Todo está muy oscuro, nadie nos verá— vuelve a atacar mi boca con posesividad.

Mis manos se fueron a sus cabellos apretándolos con fuerza. El bajo a mi cuello y lamió este de manera seductora. Mordí mis labios para no dejar salir el gemido que me amenazaba.

Bajo los tirantes de mi vestido y sentí como su boca baja lentamente hasta llegar entre medio de mis pechos, llevo ambas manos a ellos y después de acariciarlos, tomando uno se lo llevo a su boca haciéndome jadear de placer.

Realmente lo hace tan bien que le sujeto la cabeza apegándolo más a él mientras me muevo restregando mi feminidad en su hombría.

—Me encantas, sámara— susurro en mi oído. —Siempre idealicé este momento en que te hiciera mía—

—Hazme tuya— susurró entre sus labios con la respiración entré cortada debido al deseo.

Él me besa con más pasión y siento sus manos tomar mi panti y jalarla en direcciones contrarias haciendo que está se partiera. Le doy un leve jadeo.

—Jorge—

—Lo siento, te compraré otra, pero no será la primera ni la última— Sus dedos acarician mi clítoris haciendo que gima fuerte. De inmediato me tapa la boca con su otra mano mientras hacía el sonido de silencio con su boca cerca de mi oído. —Me encantaría hacerte gritar, pero no será en este momento— retira su mano y me besa para morder mi labio inferior.

Me levanta un poco para desabrocharse el pantalón y sacar su V***a erecta. Cómo no puedo verlo, lo tomó con mis manos.

¡Santo cielo!

Es tan grande que no alcanzo a cerrar mi mano a su alrededor.

—¿Te gusta lo que sientes?—

—Me gustaría más sentirlo dentro de mí—

POV JORGE.

»Joder con Sámara«

Nada más que me susurré cosas a mi oído hace que todo mi cuerpo vibre con una fuerza que ni yo mismo puedo controlar.

Ahora mismo me encuentro explorando todo su pequeño cuerpo con mis manos, llevo unos de sus pechos a mi boca y tomo este como el mejor caramelo que me haya comido alguna vez.

Los chupo, los succionó y paso mi lengua alrededor de sus pezones erectos.

Tomo hombría y lo frotó en su feminidad y no me sorprende sentir lo mojada que ya está.

Ejerciendo algo de presión lo pongo en su entrada, está tan duro que se mantiene firme.

Llevo mis manos a su cintura y la presionó hacía bajo para que ella se introduzca en mí.

A medida que voy entrando no puedo excitarme más por sentir lo estrecha que ella es.

Sigo hasta que ella cae completamente sentada sobre mí con mi hombria totalmente dentro de ella.

Deja salir un jadeo fuerte, la tomó de la nuca y la beso para que no lo haga de nuevo.

—No tienes idea de lo que estás causando en mí, hermosa— susurro solo para ella. —Deseo seguirte haciendo mía—

—Aquí me tienes, completamente y solo para ti—

¡Carajos!

Ella empieza a moverse de una manera sensual sobre mí, que me hace recostarme sobre la silla con los ojos volteados.

Su ritmo aumenta y mis gruñidos ahogados también.

»Es tan deliciosa«

Llevo una a su enorme trasero y la otra a su pezón jugando con él.

Ella se sigue moviendo descaradamente sobre mí, dándonos placer a ambos.

La siento tensar un poco su cuerpo y cabalgar más fuerte. Me obligó a besarla para callar los gemidos que está dejando salir sin intención de detenerse.

Sigue en faena hasta que siento que explota sobre mí, su cuerpo queda inerte ante la ola de placer que ella misma se ha dado.

Ahora es mi turno.

Le doy un ligero beso y aún sosteniéndola la levantó y la volteo haciéndola quedar espalda a mí.

La arrodilló y ella queda en una posición exquisita.

Masajeó mi hombría mientras acarisio sus senos.

Dejo un beso en su espalda y me voy introduciendo en ella.

—Ahh—

—Shhh— la callo.

Me introduzco en ella sintiendo maravillas.

La tomó de la cintura y empiezo a moverme al ritmo de mi excitación.

La embisto suave pero fuerte.

Sigo así y en casa embestida siento como mi cuerpo me envía corrientes a todo mi sistemta.

Tengo que ser cuidadoso para no llamar la atención de los que están allá dentro.

Cómo veo que no deja de gemir y cada vez lo hace más fuerte la levantó sosteniéndola con mi mano en su vientre sin dejar de penetrarla. Ella alza sus manos y toma mis cabellos, yo aprovecho para jugar con sus senos y volver a tapar su boca con fuerza.

A pesar de eso sus gemidos son claros.

Pero al carajo.

La embisto más fuerte sitiendo mi cuerpo contraerse.

—Asi, así, dame más fuerte. Me harás venirme otra vez— me dice en medio de los choques y justamente hago lo que me pide.

Aumento mis embestidas, conteniendo la respiración para llegarme justo después de ella.

—nfAhhhh, ¡Oh por Dios!— la siento contraerse y este es mi momento, dejo salir todo también. Y ambos somos azotados por el delicioso placer del orgasmo.

Me dejo caer en la silla detrás de mi, sosteniéndola a ella aún y sin sacar mi hombría de ella.

Ambos quedamos tendidos ahí, recuperando el aliento y el sudor.

Ella es lo que yo tanto busqué, me encanta en todos los sentidos...