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"Infancia Robada, Poder Sellado"

"Infancia Robada, Poder Sellado"

Status: En proceso
Genre:Venganza / Familias enemistadas / Secretos de la alta sociedad / Mundo mágico
Popularitas:4k
Nilai: 5
nombre de autor: Vic82728

En las tierras frías del Reino de Belfast, un niño fue arrancado de los brazos del amor y lanzado al abismo del desprecio. Victor, de apenas ocho años, sobrevive bajo el techo de sus propios enemigos, el Rey y la Reina que arrasaron su pasado. Lo llaman débil, lo humillan, lo marcan con su odio… sin imaginar lo que realmente duerme en su interior.

Esta no es la historia de un héroe elegido. Es la travesía de un alma quebrada que se arrastra por los escombros del trauma, el dolor y la soledad. Cada mirada de desprecio, cada palabra cruel, cada herida invisible es una chispa que alimenta una tormenta silente. Y cuando el momento llegue… ni el trono ni la sangre real podrán detener lo que ha nacido del silencio.

Un cuento oscuro donde no hay luz sin sombras, ni infancia sin cicatrices. Un viaje que transforma al niño temeroso en la incógnita más temida por todos.

NovelToon tiene autorización de Vic82728 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 17 – El rugido sobre los cielos grises

Todo el pueblo estaba tranquilo.

La mañana se deslizaba con su habitual calma entre los árboles eternos. La luz del sol se filtraba como una caricia tibia a través del follaje. Algunos niños jugaban cerca de la fuente, los adultos trabajaban en la recolección y mantenimiento de las barreras. Era una mañana cualquiera… hasta que el cielo comenzó a oscurecer.

No por nubes.

No por lluvia.

Sino por alas.

Alas enormes. Negras como la desesperación.

Un grupo de Wyverns Negros —dragones deformes, bestias de ojos carmesí y escamas oscuras como la brea— sobrevoló el cielo, rompiendo la armonía con un grito gutural que heló la sangre de todos los habitantes.

Y entonces, el caos comenzó.

Las criaturas descendieron con furia ciega, escupiendo llamas negras que devoraban árboles enteros. Las barreras mágicas de la aldea temblaron. Los centinelas de la aldea se movilizaron de inmediato, armados con lanzas imbuidas en energía espiritual, pero la ferocidad del ataque era brutal.

La plaza se llenó de gritos.

Padres protegían a sus hijos.

Los guerreros caían, uno a uno.

Mientras tanto, Víctor estaba en una zona alejada, en la parte trasera de los almacenes de hierbas medicinales. Había estado cortando leña en silencio, perdido en sus pensamientos como tantas otras veces. El sonido de un rugido rompió esa quietud.

Los gritos.

El olor a humo.

La tierra temblando bajo sus pies.

Sus ojos se alzaron, oscuros y serios.

—...¿Qué es eso?

Corrió en dirección al alboroto. En el camino, un edificio derrumbado bloqueaba el paso, y entre los escombros… una espada. Larga, robusta, de acero común, nada especial. Había sido soltada por un guardia caído.

Sin pensarlo, Víctor la tomó.

El peso no lo sorprendió. Como si sus manos hubieran estado esperando ese momento desde siempre. Apretó el mango con fuerza y, sin detenerse, se lanzó hacia la plaza central donde uno de los dragones acababa de aterrizar, arrasando una fuente con sus garras.

Los soldados de la aldea intentaban contenerlo, pero estaban perdiendo. Las escamas de la bestia rechazaban la mayoría de los ataques, y su cola barría el suelo como un látigo imparable.

Víctor se lanzó sin pensarlo.

Ni una palabra.

Ni una duda.

Sus pies golpeaban la tierra con precisión, esquivando fuego y escombros. Sus movimientos no eran los de un guerrero entrenado… pero eran veloces, instintivos, eficaces. Uno de los soldados gritó al verlo:

—¡Muchacho, aléjate!

Pero Víctor no se detuvo.

Corrió directamente hacia el dragón, y cuando la criatura lo vio, exhaló un chorro de fuego negro.

Él se lanzó hacia un costado.

Rodó por el suelo.

Saltó.

Y cortó.

La espada se deslizó entre las escamas de la pata del wyvern, haciéndolo tambalear. No fue una herida profunda, pero sí suficiente para que el monstruo soltara un rugido furioso.

Víctor giró sobre sí mismo y volvió a atacar.

Una.

Dos.

Tres veces.

Su respiración era pesada, su cuerpo temblaba… pero sus ojos estaban fijos. No había miedo. Solo decisión.

Los guerreros que aún quedaban con vida lo vieron, y por primera vez, dejaron de verlo como “el chico humano” o “el fugitivo”.

Ese día, vieron a alguien diferente.

La bestia se enfureció, y alzando sus alas, se elevó para aplastarlo con su peso… pero Víctor, con un grito que nadie le había oído antes, alzó su espada y cargó directamente hacia su pecho.

Entonces…

Una ráfaga de viento estalló.

Y todo se volvió luz y humo.

---

Cuando la batalla terminó, los wyverns sobrevivientes escaparon, heridos y desconcertados. Los ancianos, heridos, miraban los restos de la plaza.

Y allí estaba Víctor.

De pie.

Ensangrentado.

Con la espada aún en la mano.

Su mirada fija en el cielo por donde se habían ido las bestias.

Dryas llegó al lugar. Lo observó desde la distancia. Y, en voz baja, dijo al Consejo:

—Ese chico… no es lo que creen.

Capítulo 17 (continuación) – El filo de lo imposible

El rugido del último wyvern resonaba aún en los ecos del bosque, sacudiendo el alma de todos los presentes. Víctor se encontraba frente a la criatura más grande del grupo, su espada alzada, su cuerpo temblando de adrenalina y agotamiento.

Hasta ese momento, sus ataques habían sido inútiles.

Cortes superficiales. Golpes apenas visibles.

La piel del wyvern era como armadura viviente.

El joven intentó una estocada directa al pecho, pero la hoja rebotó con un clang metálico.

El dragón negro lo miró.

Y en su mirada ardía la intención de matar.

Víctor retrocedió.

El aire parecía más denso.

Su corazón latía con fuerza descontrolada.

Entonces, en medio del miedo y la desesperación… algo cambió.

Un calor extraño recorrió su brazo. Desde el pecho, una energía desconocida fluía por su sangre, como si algo dentro de él se hubiera despertado.

La espada en su mano comenzó a brillar.

Un resplandor pálido, casi imperceptible al principio, luego más intenso…

Una luz blanca, suave pero cortante como la luna sobre un mar oscuro.

—¿Qué…? —balbuceó, mirando la hoja.

No entendía nada.

No lo había invocado.

No lo había pedido.

Pero ahí estaba.

La energía lo rodeó como un susurro invisible.

Y, movido por puro instinto, alzó la espada una vez más…

Y cortó.

No fue un golpe de fuerza.

No fue un tajo violento.

Fue un corte limpio. Preciso. Silencioso.

La hoja, envuelta en esa luz mágica, trazó una línea perfecta en el aire.

El wyvern ni siquiera rugió.

Un segundo después… su cuerpo cayó en dos mitades.

Muerto.

Sin haber entendido lo que lo había matado.

Pero eso no fue todo.

La onda de energía liberada por el corte se extendió en una línea hacia los otros wyverns que aún volaban, como un susurro afilado del viento. Cada uno recibió un impacto invisible, y uno por uno, cayeron al suelo sin vida.

Todo quedó en silencio.

Los soldados, heridos, miraban a Víctor como si estuvieran viendo un fantasma.

La espada dejó de brillar, volviendo a ser un trozo de metal corriente.

Víctor cayó de rodillas, jadeando, con las manos temblorosas.

—¿Qué… hice…?

Miró sus palmas.

Nada.

Ninguna marca.

Ninguna señal.

Solo el recuerdo de ese instante donde algo lo atravesó desde dentro, algo que no podía explicar.

Algo que no era normal.

El viento sopló suavemente.

Y en ese silencio, por primera vez, se escuchó la voz de una niña.

—…Ese humano… mató a todos los dragones.

Era una pequeña elfa de cabello verde claro, que lo miraba escondida entre los escombros. A su lado, varios niños lo observaban en silencio.

Dryas apareció desde la distancia. Sus ojos se clavaron en Víctor con seriedad.

—…Lo sabía.

---

Mientras tanto, en el castillo de Belfast, a kilómetros de distancia, una sombra sintió el cambio.

Carlos, sentado en su trono, sintió un escalofrío inexplicable.

Se levantó con furia.

—…Él sigue vivo.

Vanessa lo miró, entornando los ojos.

Lilith jugaba con una muñeca, pero también se detuvo.

Y sin saber por qué, el miedo comenzó a crecer en ellos.

1
Rubi Cuerbo
mui bien
Vic
No se preocupen ya subí el capítulo 36 y 37 mañana a la 7am se sube el capítulo 38
Rubi Cuerbo
quiero ver más capitulos
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