MI DESTINO SIEMPRE FUE AMARTE

JUANJO

Al recibir el mensaje de René de que se iría con su hermana Blanca, sabía que tendría dos días libres. Por dos días, ya no seré el novio falso, así que aproveché para ir al taller a ver mi nuevo auto, un Koenigsegg Agera RS 447, con algunas modificaciones.

Sé que René amará este auto. Es el segundo más veloz del mundo. Sé que ella quiere el más veloz, pero conseguirlo no es fácil. Yo pude conseguir este con la ayuda de un amigo de mi padre, porque él le pidió el favor para que yo pudiera tener un auto digno de René.

Pero lo que mi padre no sabe son las modificaciones que pedí que se le hicieran, y tampoco lo sabrá. Es un secreto. Los del taller saben que nadie puede saber de esas modificaciones.

René aún no sabe qué modelo es mi nuevo auto, pero sé que le va a encantar. En cuanto pasen estos dos días que estará con su hermana, la iré a recoger en mi nuevo auto.

Lo que no me esperaba era encontrarme a Antón en el taller. No tenía caso esconder mi auto, él ya lo había visto. Pero no importa, no creo que diga nada. Y aunque lo diga, nadie tiene por qué saber que lo usaré para carreras. Pueden pensar que lo tengo para lucirme delante de mi novia, pero no, no es así.

Lo saludé por educación y porque sé que él y René terminarán juntos tarde o temprano. Así que, como el casi hermano de René, no puedo llevarme mal con su novio. Aunque creo que él quería aplastarme con su nuevo auto, lo cual tampoco está mal. Después de que se fuera, tomé mi celular y llamé a mi novia falsa.

—Hola, ¿ya te aburriste de tu día libre? —preguntó René apenas contestó.

—¿Adivina a quién acabo de ver en el taller comprando un auto deportivo? —pregunté y estoy seguro de que en estos momentos está mordiendo su labio inferior pensando en eso.

—No tengo ni idea, ¿a quién viste? —René.

—Nada más y nada menos que el amor de tu vida, el hermano de Grecia —respondí.

—¡Dios mío! —la escucho quedarse y me preocupo.

—¿Estás bien? —pregunté alarmado.

—Sí, es que estaba sacando algo del horno y me quemé, ¿pero qué auto compró? —preguntó René.

—Un Aston Martin DB11 2021 Blanco —respondí y esperé su reacción.

—Dios, ese auto es divino, pero mi papá no quiere darme más que un motor con cuatro tortugas —comenta René y no puedo evitar reírme a carcajadas.

—Jajajaja, tranquila, yo te dejaré conducir el mío —le informé, tratando de calmar mi risa.

—No te burles de mi desgracia y dime, ¿qué auto tienes ahora? —preguntó mi pequeña hermanita de otra madre y por inercia volteo a ver mi auto nuevo.

—No te lo diré hasta que nos veamos, pero lo que sí te diré es que es mejor que el de tu querido Antón, mi cuñado debe aprender de autos y velocidad, tú deberías enseñarle —comenté.

—Jajaja, no le digas cuñado, además aún no sabemos si tiene alguna mujer en Rusia esperándolo, y pues si lento siempre ha sido y cobarde, no me sorprendería si no le hubiera hecho modificaciones a su auto —comenta René.

—No sé si se las hizo, pero le preguntaré después a Patrick y te enviaré un mensaje, avísame cuando quieras dejar a tu hermana y paso por ti en nuestro nuevo auto —hablé mientras caminaba de vuelta a mi auto.

—Bueno, te avisaré. Gracias, eres el mejor novio falso del mundo —dijo René como siempre.

—Ya me lo has dicho muchas veces. Me lo voy a creer y luego me volveré un presumido —bromeó.

—Tú nunca serías presumido, eres demasiado humilde para eso. Nos vemos pronto, te quiero —fue lo último que dijo René y finalizó la llamada.

Espero que mi pequeña pueda hablar con Antón. Ambos harían una bonita pareja. Aunque sí creo que Antón se merece que René lo haga sufrir, por eso debo preparar unas palabras muy románticas para el pre-compromiso. Quiero ver su cara cuando le entregue el anillo a René, de seguro se infarta jajaja.

Aunque también espero que no sea muy agresivo y que en plena entrega del anillo me rompa la cara. Pues es más grande que yo y más musculoso. De seguro un golpe suyo me enviaría directamente con el creador.

Hablaré con René al respecto. No quiero que, por estar siendo su novio falso, termine bajo tierra por un ataque de celos de Antón. No, señor, soy muy joven para morir.

Mejor trabajo en mi auto y después pienso en cómo alejarme de los grandes puntos del futuro novio de René. No quiero terminar con el rostro desfigurado porque el dios ruso no supo afrontar a René a tiempo y ahora viene a querer recuperar como si nada. El que quiere azul celeste que le cueste y estoy segurísimo de que René hará que le cueste. Si lo conozco, ella es malvada cuando quiere.