ATADA AL MAFIOSO

El cumpleaños de Tatiana se celebró en la Mansión, fue una cena con su padre y los hermanos Frits, Lothar había hecho todos los preparativos para una celebración sencilla, Tatiana invito a unos antiguos amigos y compañeros de trabajo.

Fue un día maravilloso, pues, había pasado todo el día con su padre y finalizó con una cena con amigos, sumando el pastel que había mandado a hacer Leon, Tatiana debía admitir que desde hace muchos años no celebraba con tanta tranquilidad uno de sus cumpleaños.

Pero no todo era bueno, Leon se lo había dicho, después de su cumpleaños sería la boda, exactamente una semana después y así fue.

El día de la “boda” si podía llamarse así llego mucho antes de lo esperado, como Lothar había indicado, solo fueron aproximadamente veinte personas contándolo a ellos, se realizó una boda en el jardín de la mansión, fue algo pequeño, sin dejar de ser extravagante.

El matrimonio fue de forma civil, pero por alguna razón Tatiana estaba nerviosa, sentía que el corset de aquel vestido blanco estaba presionando su pecho, pues, le costaba respirar y se sentía mareada a causa de los nervios.

Estaban sentados frente al altar mientras todos los miraban, Tatiana miró a su padre entre la gente, se sintió un poco más tranquila al ver una flamante sonrisa en el rostro de su orgulloso padre, aunque eso no logró calmarla por completo, pues, su corazón latía con fuerza y le dolía la cabeza.

Tatiana miró a Leon, el cual estaba a su lado con la mejor sonrisa fingida que pudo, Tatiana comenzó a juguetear con sus dedos hasta que se sorprendió por un acto repentino, Leon sujeto una de sus manos sin mirarla y luego susurro.

—Deja de estar tan nerviosa… pronto terminará.

Tatiana se calmó un poco y Leon soltó su mano, por un momento sintió que Leon no era tan malo, no la quería, pero había sido amable, al menos sabía que si él era así las cosas no irían tan mal.

Aunque cuando llegó el momento de firmar el acta de matrimonio Tatiana dudo, su mano temblaba mientras sujetaba el bolígrafo, Leon se irritó y susurro lo suficientemente bajo como para que solo Tatiana lo escuchará.

—Firma… no intentes retar mi paciencia.

Las palabras de Leon hicieron que los ojos de Tatiana se llenarán de lágrimas, se sentía sumamente presionada, contuvo las ganas de llorar y firmo mientras su mano temblaba, casi de forma instantánea Leon sonrió amablemente para los ojos de sus invitados.

Tatiana intentó mostró la mejor sonrisa que pudo en esa situación, Leon sujeto su mejilla con cuidado y la beso, de esa forma su matrimonio al fin estaba sellado, ambos se levantaron y vieron a sus invitados mientras estos aplaudían con mucha alegría, celebrando el feliz matrimonio o al menos eso era lo que ellos creían.

Tom se acercó a su hija y acaricio su rostro con cuidado, Leon se apartó por un momento para que Tom hablará a gusto con Tatiana, a diferencia de Tatiana, Tom no pudo contener las lágrimas y lloró un poco mientras la abrazaba con fuerza.

—Deseo que seas feliz, sigo pensando que todo paso de forma muy abrupta, pero me alegra mucho que allá podido ver el momento en el que te casabas con un buen hombre.

Tatiana correspondió el abrazo y se aferró a su padre como cuando era niña y despertaba de una terrible pesadilla, su único consuelo en esos momentos era saber que la vida de su padre correría menos peligro y tal vez ya no volverían a endeudarse para sobrevivir otro mes.

—Gracias por acompañarme papá, estoy segura de que estás feliz, prometo ser feliz y hacer feliz a mi esposo –Dijo Tatiana mientras sonreía entre lágrimas, el ver llorar a su padre hizo que no pudiera contenerse más– quiero que te quede claro que no importa que ya no vivamos juntos, te amo papá y estoy agradecida por todo lo que has hecho por mí hasta ahora.

—Sabes que eres mi hija y realmente no pude darte todo lo que mereces, pero tal parece que la vida nos ha sonreído desde que conociste a Leon.

Tatiana no aguantaba las ganas de decir la verdad, si debía ser sincera no quería casarse, si hubiese sido por ella habría tenido al bebé que tanto quería Leon sin necesidad de atarse a él, pero ya le cansaba a sí misma recordarse que no había vuelta atrás.

Leon se acercó de nuevo a Tatiana y Tom, pero en esa ocasión rodeo la cintura de Tatiana con una mano mientras sonreía.

—¿Puedo robarme a la novia?.

—Claro que sí.

En realidad fue una formalidad innecesaria, pues, todos los invitados se estaban trasladando a la sala principal donde se haría la fiesta de bodas, Leon solo quería seguir dando una buena impresión mostrando lo atento y buen esposo que era.

Mientras tanto, Tatiana se dejaba llevar sin decir media palabra y con una sonrisa, pero en el fondo seguía sintiéndose estresado y presionada, quería correr y encerrarse en su habitación y salir cuando todos se fueran.

Realmente no lo sabía, ¿casarse se sentía así de mal? Su estómago estaba revuelto y sentía muchas ganas de vomitar, su cabeza punzaba y su único alivio era ver que no había mucha gente en el lugar.

Cuando la fiesta de celebración empezó Leon sujeto la mano de Tatiana y la guio al centro de la pista para bailar, era su primer baile de recién casados.

—Lamento hacerte susurrado cosas desagradables, pero no pude evitar notar que querías retractarte –Dijo Leon mientras guiaba a Tatiana– pero espero que te quede como una futura lección, no acepto arrepentimientos ni tampoco midas mi paciencia.

—Solo estaba nerviosa.

—Bien, no debes sentirte nerviosa… todo esto es simple actuación, tanto tú como yo sabemos que tarde o temprano terminaremos con esta farsa.

—Lo sé.

Después de ese baile, Tatiana bailo con Lothar seguido de su padre, en toda la noche estuvo sentada junto a Leon, sin embargo, no hubo intercambio de palabras o miradas, solo silencio entre ambos, más las conversaciones con los invitados.