Zulema de la Puente, tiene 25 años, y en poco tiempo ha sufrido una serie de desgracias que cambiaron su mundo, su padre murió, su madre está muy enferma, fue despedida de la compañía en que estaba desarrollando una carrera exitosa y su prometido Javier Belmonte canceló su compromiso.
Ahogada en los problemas, una noche bebió más de la cuenta, y para vengarse de su prometido durmió con su tío, Mathias Belmonte, un frío, pero apuesto hombre de 35 años, dueño de una de las más importantes fortunas del país.
¿Será Mathias un problema más grande para Zulema o será su Salvador?
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16. La primera vez de Zulema (+18)
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Javier está yendo a ver a Grecia, realmente no la soporta, pero cuando el matrimonio se concrete, la familia Luján dará una importante inversión, que quieren usar para la construcción de un magnífico centro comercial, que les permita salir cubrir las pérdidas que han tenido por la ludopatía de su padrastro y la incompetencia en los negocios.
Grecia es una chica demasiado engreída, extremadamente controladora y egoísta, muy diferente a Zulema; y eso le molesta completamente, pero sabe que debe de soportar lo suficiente, cuando logre que la inversión se concrete y su abuelo lo escoja como su sucesor en la compañía, encontrará la manera de alejarla, no soporta darle cuenta de sus actos.
Javier en el camino pasa por la cafetería donde ha visto trabajando a Zulema, no la ha visto en dos semanas y se pregunta si habrá cambiado de trabajo, su madre le había prohibido cualquier acercamiento hacia ella, que pudiera arriesgar su relación con Grecia.
No obstante, Javier no puede evitar no saber de ella por mucho tiempo, desde la primera vez que la vio en la universidad le gustó, hizo su perfecto papel de caballero, ganando su confianza y su corazón; en aquel entonces ella tenía veinte años y se la había pasado estudiando; así que él se convirtió en el primer chico por quien había tenido un interés claro. Zulema, poco a poco se fue deslumbrando por el muchacho de ojos verdes hasta aceptar ser su novia.
Aunque le había propuesto tener relaciones sexu@les, Zulema se había negado, alegando aún no estar lista para ello, después de dos años de novios, él no resistió más el pudor de su novia, quería disfrutar del cuerpo virgen de su bella novia.
Salieron un día con un grupo de amigos, bailaron un rato, tomaron algunas copas, en una él le echó GHB en la bebida de ella, no era la primera vez que lo hacia con alguna chica, tampoco iba a ser la última.
Zulema estaba más eufórica que nunca, él le pidió irse a un lugar más tranquilo, sin siquiera darse cuenta, pronto estaban en el hotel, Zulema no estaba muy consciente de donde estaba, recibía con confusión los besos y las caricias, quería detenerlo, pero a la vez no lo hacía, como si no pudiera, no tenía voluntad, lo último que recordó fue a Javier quitándole la blusa.
Cuando ella despertó en la habitación de aquel hotel, le dolía la cabeza, estaba completamente desnuda, tenía marcas en la piel que le anunciaban lo que pasó en la noche, además del dolor y ardor en sus partes íntimas.
Javier dormía a su costado completamente desnudo, se fue a abrazarla cuando la sintió moverse.
- "Gracias mi amor, gracias por fin aceptar hacer el amor, ha sido maravilloso", le dijo Javier acariciando su rostro.
Zulema se quedó callada por un momento, su cerebro estaba tratando de procesar lo que estaba sucediendo.
- "¿Qué dices?", preguntó Zulema con ganas de llorar, aferrándose a la sábana que la cubría.
- "Hicimos el amor, bonita. Me sorprendió mucho cuando aceptaste. No me digas que no lo recuerdas. Tranquila amor, esto iba a pasar en algún momento, te aseguro que siempre voy a estar contigo siempre", respondió Javier con aparente ternura; Zulema se siente avergonzada y a la vez tiene miedo de las consecuencias.
Zulema no se imaginó nunca lo que realmente había provocado lo que sucedió esa noche, había confiado completamente en su novio, supuso que la bebida había provocado aceptar con Javier esa noche. Pese a ello, a Javier le resultó difícil convencerla para tener relaciones en otras ocasiones que terminaron siendo muy pocas, cuando eso sucedía, a pesar de que ella conscientemente aceptara, su cuerpo inconscientemente sentía una sensación de rechazarlo, así que difícilmente lograba disfrutar sus relaciones.
Javier sale de sus recuerdos, cuando el conductor atrás de él le toca el claxon insistentemente para que avanzara porque bloqueaba el paso.
Javier repasaba una y otra vez en su mente la noche en que tomó la primera vez de Zulema, le traía absoluta satisfacción; no sabía lo que le iba a costar eso en el futuro, cuando Zulema descubriera lo que realmente provocó esa noche y Mathías se enterara.
...Javier Belmonte...
