Para Maximiliano Santos la idea de tener una madrastra después de tantos años era absurdo , el dolor por la perdida de su madre seguía en su pecho como el primer día , aquella idea que tenía su padre de casarse otra vez marcaría algo de distancia entre ellos , el estaba convencido de que la mujer que se convertiría en la nueva señora Santos era una cazafortunas sinvergüenza por ello se había planteado hacer lo posible para sacarla de sus vidas en cuánto la mujer llegará a la vida de su padre como su señora .
Pero todo cambio cuando la vio por primera vez , unos enormes ojos color miel con una mirada tan profunda hizo despertar en el una pasión que no había sentido antes , desde ese momento una lucha de atracción , tentación , deseo , desconfianza y orgullo crecía dentro de el .
Para la dulce chica el tener que casarse con alguien que no conocía representaba un gran reto pero en su interior prefería eso a pasar otra vez por el maltrato que recibió por parte de su padre alcohólico.
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CAPITULO 16
Dejo de pensar cuando un leve gemido se escapa de sus labios cuando la suelto un poco para que tome aire.
Lo más correcto sería hablar, pero al verla así y al estar como estoy, hablar es lo último que puedo hacer ahora mismo.
Eda me mira con ojos brillosos, esos que se han vuelto una necesidad para mí, después de hoy no sé que pasara, no sé cómo actuaremos, pero eso se puede ir al carajo en estos momentos.
Vuelvo a pegarla a mí, pero ahora asalto la piel de su cuello y de su rostro
Mis manos viajan de su cintura a la cremallera del vestido que me muero por quitarle .
___ Max .. __comienza a susurrar .
Bajo el cierre y mis dedos tocan el fino encaje que pertenece a la prenda que me ha hecho fantasear un millón de veces desde que la vi.
___Te deseo como un maldito desquiciado Eda ___confieso mientras bajo la tela por sus brazos con sutileza sin romper contacto visual con ella ___No sé que diablos me hicisteis, a qué me condenaste y lo que has provocado en mi__las palabras emergen por si solas___Pero de lo que si soy consciente es .__bajo el vestido de su parte superior y este se desparrama en el suelo, dándome la vista más perfecta en mis jodidos 26 años.__ ¡¡Que te has vuelto una maldita necesidad para mí!!___Sus ojos se encuentran con los míos y vuelvo a sentir esa sacudida que me estremece hasta la última fibra de mi ser. .
Mis ojos la recorren de pies a cabeza , y es que es jodidamente perfecta, jamás me consare de verla.
Me acerco a ella otra vez para besarla, las ganas y el deseo que tengo me consumen, cada parte de su cuerpo parece querer mi atención, y yo no soy nadie para negarse.
La tomo en brazos y la llevo hasta la pequeña habitación, siento como su respiración se agita cuando entramos .
La dejo en el suelo otra vez,colocándola de espalda contra mi pecho mientras mis dedos recorren el borde de sus pechos, esos que me vuelven loco.
Cuando cuelo una de mis manos bajo el corpiño y tomo su pezón entre mis dedos, Eda recuesta su cabeza contra mi pecho mientras leves gemidos salen de ella, arrastrando mi cordura al abismo.
La llevo al límite solo con ese acto, y es lo que más me prende de ella.
Se gira con calma cuando le quito el sujetador de su cabello y este cae como una cascada sobre sus hombros.
《joder 》 podría pasarme una puta vida entera perdiéndome en sus jodidos y hermosos ojos, son un color común si, pero hay algo en ellos que los vuele una verdadera maravilla para mí. Hay algo cierto en todo esto, y es que sin duda podría poner al mundo arder con tal de resguardar en ellos el maldito brillo que me vuelve loco. Ese que está justo ahora en ellos.
__Max __susurra Eda mientras mis dedos se pierden en su cabellera.
__No digamos nada mas esta noche, Eda.
Siento que caeré en una jodida condena cuando me apodero de sus labios con el hambre que me ha despertado desde el día que me dejo probarlos por primera vez.
___Te deseo justo ahora Eda ___soy sincero, detenerme ya no es una opción. Mi cuerpo la reclama y el de ella clama mi atención, lo sé por como se agita su respiración, por como se eriza cada parte de su piel.
La beso con todo el hambre y deseo que le tengo, asalto la piel de su cuello, el contorno de sus senos, sus labios, Los gemidos que suelta son músicas para mis oidos.
La llevo hasta la cama tumbándola con cuidado antes de subirme sobre de ella.
Me levanto un poco para poder recorrerla por completo, la sacudida que da mi cuerpo es algo que en mi puta vida había sentido antes.
__¿Qué diablos me has hecho, Eda?__preguntó mientras detallo cada mínima parte de ella.
Podría pasarme la puta vida admirando su cuerpo, perdiéndome en sus preciosos ojos.
Su respiración se vuelve agitada, su pecho sube y baja por las largas inhalaciones. Hay marcas en su cuerpo, algunas cicatrices viejas sobre la piel de las piernas y de su abdomen.
Me inclino sobre ella y beso cada una de estas, cada cicatriz se vuelve más sensible por los besos que le doy, y lo sé por la manera en que se tensa.
Mi cara se pierde entre sus piernas cuando su dulce néctar me embriaga, sin duda es una de las cosas por la cual mi adicción por ella aumenta.
Subo hasta quedar a la altura de su rostro mientras la abro de piernas y me posicionó sobre ella.
Siento que lo que tengo en el pecho cada vez que estoy cerca de ella, me comprime todo cuando me fijo en la mueca de dolor que hace cuando hundo uno de mis dedos en ella.
__¿Te he lastimado?
__no, solo me ha incomodado un poco__mi cabeza tarda unos segundos en comprender la razón de aquello y no sé cómo explicar o describir lo que golpea el pecho.
Pego mi frente a la de ella, respiro profundo antes de hacer la pregunta de la cual creo ya saber la respuesta.
__¿Es tu primera vez Eda?__ pregunto clavando mis ojos en los suyos.
__Si Max __dice con una ligera sonrisa que desata un huracán de emociones en mi__ has sido el úniconico hombre que me ha besado, el único que me ha tocado___No puedo creer tal cosa, recuerdos de las primeras veces que la toque, la bese; todos llegan a mi cabeza como una película.
__¿Estás segura de que quieres hacerlo?__pregunto __No habra vuelta atrás Eda, y ...
__Quiero hacerlo Max, lo deseo tanto como tú__eso es suficiente para apoderarme de sus labios otra vez.
No sé cuanto paso, pero me doy la maravillosa tarea de besar y tocar cada centímetro de su piel,mientras de su boca sé escapan los gemidos que son gloria para mis oídos.
Vuelvo a posicionarme entre sus piernas y justo cuando me adentro en ella, cuando aún no lo quiera aceptar sé que nada en mi puta vida volverá a ser igual, no después de ella, no después de esto.
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Aún puedo sentir todo lo que se apoderó de mí durante la madrugada, en lo más profundo de mí pido que no haya sido un sueño, deseo que cada una de las cosas que sentí, que vi y que probé sean ciertas,que ella este aquí.
El aroma dulce se mete por mis fosas nasales, y al abrir los ojos la veo allí, la cascada de cabello negro esta esparcida sobre mí, ya que ella tiene la cabeza apoyada en mi pecho.
Su respiración es suave y parece una niña durmiendo placidamente, no sé que horas son, pero el sol aún no ha salido, y tardara, ya que la lluvia sigue cayendo.
Podría levantarme e interrumpir sus sueños pero no.
Sigo sin tener idea de lo que pasara después, pero no me importa preocuparme ahorita por ello.
Que el mundo se caiga, que todo arda, que todo se vaya a la mierda, no me importa.
La pego más a mí como nunca he hecho con ninguna mujer antes, y allí con ella entre mis brazos vuelvo a quedarme dormido.
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Eda...
Describir como me siento no podría resumirse a una sola palabra.
Recuerdo todo lo que paso desde el momento en que me levante antes de la ceremonia hasta el momento en que me quedo dormida en los brazos del último hombre por el que debería de sentir algo.
Pero el que inexplicablemente me hace sentir segura.
Abro los ojos y allí está él, profundamente dormido, la piel brillante salpicada de tinta negra en algunas partes, los rasgos de su rostro endurecidos y el cabello negro sobre la frente.
Recuerdo cada caricia, cada palabra y siento como mi piel se eriza, lo que compartimos no es cualquier cosa, al menos no para mí.
Mi cuerpo se siente adolorido, pero de una manera muy diferente, estuve en ese punto de dolor que se convierte en placer. Él supo como tocarme, como cuidarme y es algo que me mueve por completo, no sé que pasara después de esto, pero si me preguntan si estoy arrepentida, la respuesta seria no.
No podría estarlo después de haberme hecho sentir tan viva.
Salgo de la cama con cuidado de no despertarlo y me voy al baño, me observó en el pequeño espejo y allí están sobre mi piel sus marcas, las que hizo con sus manos, con sus labios.
Abro la regadera y meto mi cuerpo bajo el agua, la fría agua parece evaporarse cuando siento el calor que emana su cuerpo cuando entra al agua conmigo.
Sus brazos me envuelven por detrás cuando me abraza, siento sus labios tibios sobre mi hombro y su hombría contra mi espalda baja.
Ninguno de los dos dice nada, pero las caricias y los besos que intercambiamos gritan más de mil palabras.
Allí en silencio entre caricias nos decimos todo eso que no se atreve a salir de nuestras bocas.
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Salgo de la habitación con una camisa de él, la cual me cubre hasta los muslos. Llego al umbral de la cocina y lo observo de pies frente a la ventana, el sol comienza a salir y la lluvia cae con menos fuerza.
__¿Cómo te sientes?___pregunta aun sin voltearse
__Muy bien Max __me acerco hasta él y no pudo evitar abrazarlo.
Se gira quedando frente a frente, sus preciosos ojos me detallan como si quisieran encontrar algo más que lo que hay a simple vista.
__¿qué pasara ahora Max?__la pregunta emerge de mí antes de poder evitarlo
__No tengo una respuesta clara para eso Eda__Suelta y siento como mis ojos se comienzan a llenar de lagrimas__no Eda, no llores__siento sus pulgares limpiar las lágrimas que ruedan por mis mejillas.
___Sabes que no soporto verte llorar__dice mirandome fijamente
Sus ojos parecen un témpano de hielo, pero sin duda alguna hasta eso me da calidez.
__Tengo miedo Max __soy sincera, temo de todo lo que pueda pasar después de esto.
No dice nada, solo me abraza con fuerza mientras mi rostro sigue llenándose de lágrimas...
Me lleva hasta la habitación y permanecemos sentados en el pequeño sillón junto a la ventana, sin decir nada, solo allí abrazados, existiendo solo eso.
Media hora después de escuchar los golpes en la puerta y él sale, lo veo regresar con una bolsa de plástico que deja en la cama.
__Te he traído algo de ropa para que puedas volver__dice __Yo iré después de ti, así no tendrás problemas__asiento y me pongo de pies.
Me tardo un par de minutos pensando en si debo de meterme al baño para cambiarme, ya que Max no se va, y entiendo que no lo hará cuando se sienta en el sillón otra vez y clava sus ojos en mí.
Siento su mirada seguir cada uno de mis movimientos, desde sacarme su camisa y ponerme las prendas que me han traído, y las cuales por cierto me tengo que poner sin bragas ya que no sé donde están las que traía anoche.
Termino de vestirme y ambos salimos hasta la puerta, muchas emociones vuelven a golpearme cuando giro el pomo de la puerta, Max se acerca más a mí y siento sus dedos limpiar las lágrimas que se me escapan.
__No lo hagas Eda, no puedo verte asi__suelta __si no te detienes te juro que te encerraré aquí hasta que pares, y no me importara una mierda lo que pase
Me enderezó y limpio mis lágrimas antes de abrazarlo con fuerza y salir de la cabaña.
La yegua en la que llegue está junto a Sultán, la tomo y me subo en ella bajo la mirada atenta de Max.
Le doy una última vista encontrándome con el azul intenso de sus ojos, los cuales antes me intimidaban y ahora me dan calma.
Siento el frío viento golpearme la piel cuando el caballo corre hasta el rancho , le ruego a Dios que Maximo aun siga dormido , al igual que Jhosep.
Logro llegar a los establos y no hay hombres a la vista , dejo a la yegua en su lugar y me apresuro en salir.
Llego a la entrada trasera de la casa y abro la puerta rápidamente.
Subo las escaleras y corro por el pasillo hasta abrir la puerta de mi habitación donde entro y cierro rápido.
La respiración la tengo agitada por el ajetreo y también por haberme imaginado lo que pasaría si alguien me viera entrar de esta manera a la casa, y más aún después de haberme casado.
Apenas son las siete y cuarto de la mañana, y por lo que platique con Máximo anoche debe de estar aun en su habitación descansando.
Me tumbó en mi cama y hago reparo de todo lo que ha ocurrido durante las últimas 24 horas.
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Flash.
El día parece triste, las nubes grises adornan el cielo amenazando con caer en cualquier momento, y no creo que sea solo en el exterior.
Mi corazón también se siente igual, sé que el casarme es un paso que tengo que dar para cumplir con las palabras de mi abuelo.
Quizás parezca una locura, pero necesito verlo, necesito que haga algo que apacigüe los nervios que me consumen.
Ya los invitados están dentro de la capilla, miro al rubio que me llevara de su brazo y no puedo dejar de buscar a su alrededor. Pero lo que busco no está, esos ojos que deseo ver no están por ningún lado.
Siento que todo se detiene cuando el juez da por terminada la Unión, la gente rompe a aplaudir, el hombre a mi lado está sonriendo y aunque me esfuerzo por imitarlo no lo consigo, y menos cuando al darnos la vuelta para salir, lo veo a él.
"Ha llegado tarde "
Nuestras miradas se encuentran, y no sé cómo describir lo que se perpetua en mi pecho.
__¡Max!__escucho gritar a Jhosep, pero este no hace caso y solo se aleja, llevándose consigo ese rayito de esperanza que tenía.
Intento poner la mejor cara durante la recepción, los invitados que se acercan a saludar me son presentados, pero para que mentir y decir que recuerdo sus nombres, si no preste la mínima atención.
Es la media noche cuando Max y yo volvemos a la casa, no sé cómo comportarme a partir de ahora, el acuerdo solo lo sabemos nosotros dos, pero no sé que prosigue ni como lidiaremos con esta situación.
__¿Estás bien?__pregunta Máximo cuando estamos en medio del salón__pareces angustiada cariño.
___No se como debo comportarme ahora Maximo__soy sincera __No quiero arruinar las cosas y ..
___No tienes que cambiar nada Eda, no te preocupes, yo ideare algo por la mañana __dice con una ligera sonrisa__ahora ve a descansar.
Subo las escaleras hasta llegar a mi habitación, pero ya estando dentro de ella una inquietud se apodera de mí, y sé que no podre estar tranquila hasta verlo, no puedo terminar el día sin decirle lo que tengo atorado en el pecho.
No me quito el vestido, no pienso, solo actuó y por ello corro bajo la lluvia hacia el establo, no tengo idea donde buscarlo, pero sé que lo encontraré.
Y sé que no me equivoque cuando al llegar a esa cabaña Sultán esta allí.
Mi cuerpo parece reconocer cuando él está cerca, porque solo con poner un pie en el porche mi piel se eriza y mi corazón se estremece.
Fin del flash
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El sol comenzaba a brillar sobre aquella propiedad, Eda estaba sentada en su cama aun recordando todo lo que había pasado, una ligera sonrisa apareció en su rostro cuando recordó lo que ocurrió entre ella y Max, sabía que aquello era algo que cambiaria todo
Mientras que el hombre de ojos azules que seguía cuestionándose la manera en la que sentía después de haber estado de aquella manera con Eda, nunca antes había dejado que ninguna mujer le tocara durante el acto, pero con ella paso lo contrario, había disfrutado las caricias torpes pero placenteras para él, dadas por ellas.
Y mucho menos comprendía por qué había disfrutado tanto tenerla dormida sobre su pecho mientras se abrazaba a él.
Máximo Santos seguía en su habitación, ideando lo que haría después de ese día, casarse fue el primer paso para cumplir la promesa que le había hecho al hombre que le había salvado la vida años atrás, pero ahora debería asegurar que ella estuviera bien en todos los sentidos.
Por ello se le había ocurrido llevar a Eda a la ciudad para que comenzara sus estudios presencialmente en la universidad, y ese día se lo plantearía a Eda.
, Eran las nueve de la mañana cuando salió de su habitación, al llegar al despacho se encontró con Max quien estaba sentado tras el escritorio andando el portátil.
__Buenos días hijo__saludo el hombre __¿dónde estuviste ayer?__pregunta
__Por alli__respondio sin más.
__Los invitados notaron tu ausencia hijo __Max puso los ojos en blanco ante aquello, ya que su padre sabía muy bien lo disgustado que él estaba por esa unión.
__¿tiene que afectarme en algo padre?__preguntó __Exacto__continuo él al ver que su papá no respondía__No me interesa quien noto mi ausencia y quien no.
__Max, tienes que respetar mi decisión.
__¡Nunca la aceptaré como tu esposa, eso lo sabes muy bien, si no lo hice antes mucho menos lo haré ahora!_bramó Max.
Max no asimiló muy bien por cuál motivo decía aquello, pero de lo que si estaba seguro era de que no lo iba a hacer nunca.
El hombre de ojos azules salió antes de que su padre respondiera, cuando llego al salón su hermano estaba allí junto a dos oficiales de policía, Max enseguida supo de qué se trataba.
__¿qué ocurre hijo?__preguntó Máximo.
__Buenos días señor Santos__ habló un oficial __lamentamos molestarlos pero ...
___Han venido por mi __interrumpió Max como si nada.
__¿De qué rayos hablas?__soltó el hombre y justo en ese momento desvío la mirada hacia Eda que venía bajando las escaleras.
__El joven Maximiliano tiene una denuncia por alterar el orden público en un establecimiento, destruir los muebles del lugar y por golpear hasta dejarlos totalmente inconsciente a tres sujetos __Máximo desvío la mirada hacia su hijo que permanecía como si nada.
__¡Santo Dios!__exclamó.
__Debe acompañarnos a la comisaria del pueblo___ Eda estaba sorprendida escuchando aquello y de momento recordó los nudillos magullados de él.
Maximiliano pasó junto a su padre sin más que decir, se encaminó hacia la puerta tranquilo.
__Ire en mi auto__ demandó él antes de salir.
Los policías y los demás se apresuraron a seguirlo.
Máximo le hizo seña a su hijo Joseph para que llamara a su abogado.
Max pidió su auto y se apresuró a subirse en él, los policías se subieron al suyo y comenzaron a seguirlo, aunque ese no debía de ser el protocolo, sabían que con él las cosas funcionaban diferente.
La camioneta de Max iba a toda velocidad por el camino de tierra hacia la salida del rancho.
Mientras que Máximo, Joseph e incluso Eda se apresuraban a subirse en la otra camioneta para seguirlos.
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Max
La nube de tierra que hacen los neumáticos de la camioneta cuando hundo el acelerador nubla la visión a través de los retrovisores.
Llego en tiempo récord al pueblo, me estaciono frente a la comisaria y poco después veo la camioneta de mi padre estacionarse justo atrás de mí.
Siento que todo se me estruja en el pecho cuando veo a la persona que baja de la parte trasera, el cabello negro suelto, el vestido azul cielo manga larga que le queda justo por las rodillas, el escote que le marca uno de lo más grandes atributos que tiene, los mismos que no me caben casi en la mano.
Siento como mi cuerpo reacciona a ella y me tengo que obligar a apartar la vista de la mujer que ha puesto mi mundo de cabeza, para no ser tan evidente.
Mi padre se acerca a mi seguido de mi hermano y yo los detengo.
___No se molesten, yo me haré cargo __aseguro antes de entrar a la comisaria.
Los oficiales se apresuran a pararse a mi lado antes de guiarme a la oficina donde me siento a escuchar cada una de las cosas que tiene la denuncia.
Ahora mismo me arrepiento de no haberles dado con todas mis fuerzas.
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