PROHIBIDO AMARTE

Narra Sam

Bajo a la recepción para que me ayuden a pedir un auto, espero por unos minutos hasta que por fin llega, no sé si fue el momento, pero me siento más sobria y confundida, ahora sé que no fue una alucinación me lleno de arrepentimiento, no sé cómo permití que las cosas llegaran hasta ese punto.

Llego a casa y subo a mi habitación, me doy una ducha y me acuesto sin poder conciliar el sueño, al poner mi cabeza en la almohada mi mundo entero comienza a girar, las ganas de vomitar no me dejan estar quieta y si a eso le sumo todo lo que paso, entonces pediría que me tragara la tierra y más aún porque todo lo que hicimos me fascino.

En mi vida solo tuve un novio con el cual intime pocas veces y todo porque no me interesaba lo suficiente en el ámbito sexual, al estar con él no lograba concentrarme o alcanzar un cl¡max, fue una misión fallida por más que él se esforzara, después de intentar que las cosas funcionaran entre los dos y luego no se dieran, me dedique a trabajar dejando de lado mi relación con él.

Me conforme con lo que la vida me dio, pues estuve buscando respuestas tanto con médicos, psicólogos y hasta en la internet, pero en ese momento de mi existencia entendí que no era de esas mujeres pasionales que sienten inmensos deseos por las relaciones sexuales, después de eso en los pocos tiempos libres que tenía, me la pasaba peleando con mis padres o enfocada en algún diseño, así que deseche por un tiempo la idea de estar con alguien, es por esa razón que cuando Alexander me dijo que no soy suficiente mujer, que soy insípida o que soy como un témpano de hielo me sentí ofendida, porque tenía razón. Pero esta noche mi cuerpo reacciono de manera diferente, no sé si será el alcohol o el odio y la rabia por desquitarme. Cuando al principio lo vi creí que era mi imaginación y sentí la necesidad de vengarme así fuera en mi cabeza, pero cuando me sostuvo y me beso desperté de mi trance y mi cuerpo se dejó llevar por la necesidad de sentir sus labios en contacto con mi piel, cuando por fin reaccione hice lo mejor que pude, lo herí para tomar una distancia entre los dos.

Lo cierto es que me miento a mí misma, porque desde que lo vi sin camisa y me dio la idea de mi nueva línea, desde ese preciso momento vengo deseando estar con él, sé que es imposible, no es mi tío, lo sé, pero hay muchas más razones para no hacerlo, ni siquiera por curiosidad, la primera es papa, la segunda mama, la tercera el abuelo, la cuarta el mundo entero cree que es hijo de mi abuelo por ende mi tío y eso acabaría con la reputación de la familia, quinta razón lo odio y me ha demostrado más de una vez que no tiene buenas intenciones en cuanto a la fortuna de la familia, sé que es un aprovechado, pero mi cuerpo se calienta cuando lo tengo cerca y no sé cómo haré para evitarlo después de lo de hoy.

Llega la mañana y con ella la cruda realidad de mi estado, son más de las 11 y siento morir, me doy una ducha, pero mi cuerpo no me deja relajarme, además está haciendo un calor infernal, me pongo un traje de baño y decido bajar a nadar un poco, al bajar por las escaleras voy a la cocina para tomar toda el agua posible porque la sed me va a matar, en el instante que estoy bebiendo de la botella sedienta entra Alex y me incomoda con sus palabras, pero me mantengo firme en posición de pelea lista para la batalla, pero él se va molesto.

Voy a la piscina y me lanzo para quedar un rato en el agua sumergida lo que me da un poco de reposo, al salir del agua suena mi teléfono y es un mensaje

- Hola preciosa – me saluda un tal Max

- ¿tú eres…? – le pregunto sin saber con quién hablo

- Jajajaja- me escribe y me manda un emoticón

- ¿es en serio? – me escribe

- Lo siento, de verdad no recuerdo nada de anoche – le explico

- Eso es obvio estabas muy tomada hermosa – me escribe

- Antes de seguir te pido un favor – le digo para aclarar

- Claro dime – me responde

- No me digas linda, ni preciosa, ni hermosa ni ningún apelativo por favor – le aclaro pues odio esas formas de conquista en los hombres

- Ok – me dice con una manito

- Ahora sí, recuérdame ¿quién eres? – le pregunto

- Nos conocimos en el bar del hotel anoche, estabas muy tomada y te pedí tú número porque quería invitarte a salir y aquí estoy esperando que me dejes conocerte – me escribe y me manda un rostro sonrojado

- No le veo problema, no te me estás declarando ni nada, así que está bien – le acepto su propuesta, pues puede ser una forma de alejar Alex y quitármelo de la cabeza

- ¿Mañana en la noche? – me invita

- Por mí está perfecto – le respondo

- Te recojo, dame la dirección – me escribe

- Perdón, soy un poco desconfiada para andar dando mi ubicación, mejor dime donde nos vemos – le explico

- Jajajaja de verdad eres encantadora – esta vez me envía un audio

- Gracias por el cumplido – escribo

- Nos vemos en el hotel de anoche a las 7 pm

- Está bien – le escribo

Nos despedimos y luego nado por un rato más. Es la tarde y ya me siento agotada así que subo acostarme de una vez, antes de dormir bajo a la cocina, al de subir paso por el gimnasio y veo a Alex con su ropa deportiva peleando contra el saco de box, pero es más un homicidio que un entrenamiento, porque si ese saco fuera un ser humano ya estaría muerto, aprovecho que él no me ve y me voy a dormir