No Debía Enamorarme, Tenía Que Odiarte

Después de unos minutos subí a la oficina de Esteban, toco a la puerta e inmediatamente me hace seguir, cuando entro él se encuentra concentrado en el computador, al percatarse de mi presencia dice — Sofía… lo miro con seriedad y repondo — dígame señor, en que puedo ayudarle… él deja a un lado lo que está haciendo y me mira con frialdad diciendo — deja la estupidez mujer, no es necesario toda está ridicules, hasta hace un par de días días eras mi novia… sus palabras me estremecen, jamás me había llamado su novia cómo hoy, odio amarlo como lo hago; pero debo ser fuerte así que le digo — sino es nada importante me retiro… se levanta del escritorio de un salto y dice — de aqui no sales, hasta que yo lo decida… se acerca me toma de la cintura y me arrincona contra la pared, pasa su rostro por mi cuello, mientras susurra — Sofía eres mía… trato de zafarme de su agarre pero el tiene más fuerza y con el poco aliento cuerdo que tengo le digo — suélteme, por favor… mientras una de sus manos está firme en mi cintura, la otra la pone detrás de mi cabeza haciendo que mi rostro quede a su merced; me inclino hacia atrás pero es imposible, me mira fijamente y dice — que no entendiste de qué eres mía, cuando te vi subir al carro de ese hombre sentí mucha rabia, nadie puede estar cerca y menos tocar lo que me pertenece… sus palabras me dan mal genio, hago un esfuerzo más para zafarme y digo — no soy un objeto para pertenecerle o no, ademas usted perdió todo derecho esa noche, donde me humilló y jugó con todo ese amor que sentía por usted… sus ojos se vuelven un poco más cálidos y dice — se que todavía me amas, no puedes hacernos esto… acerca su rostro al mío, profundizando un beso; quisiera decirles que no le correspondi, pero eso sería mentir, lo amo demasiado y por más que desee alejarme simplemente no puedo.

Después de un par de minutos, el se aleja y dice — en esos besos me demostraste que aún me amas… él está un poco distraído y eso me permite escapar de su agarre, salgo corriendo de su oficina y me encierro en el baño, me lavo la cara y me reprendo por estúpida.

Bajo lo más rápido posible a la recepción; y cuando llego mi hermana va entrando con compras y una altives que su nueva posición le permite; la miro de reojo y paso ignorando su presencia, ella está muerta para mi, habría esperado la traición del mundo menos la de ella.

Tomo mi posición en la recepción y empiezo a trabajar en lo de la universidad, mantener mi mente ocupada hará que me olvide de lo que acaba de pasar.

Han pasado algunas horas y es la hora del almuerzo, Tatiana pasa por mi y vamos a un restauranterante que frecuentamos cuando logramos salir al tiempo. Estando alli, le cuento lo que paso con Esteban y la decisión que tome respecto al matrimonio con Miguel; ella está muy feliz por mi decisión y enojada por lo que ocurrió; es entendible su reacción; porque nadie más que ella conoce de cerca lo que viví con Esteban.