PERSUASIÓN

Al bajar del auto lo primero que hago es quitarme mis zapatos. ¡No puedo creerlo! La arena es muy suave. Luisa, Henrrieta, Laura y yo, corremos a toda velocidad. El sol está por ocultarse, la brisa del mar nos recibe con suavidad y soy el primero en detenerse frente al mar.

—¡Es bellísimo! —Pronuncio de forma natural—. ¡Qué bendición estar aquí!

Me siento en el suelo, quiero contemplar las olas del mar. Ellas no dudan en meterse al agua, también están muy felices de estar aquí. ¡Y en el mar se ve la grandeza de la naturaleza! La libertad está aquí y la belleza es indescriptible donde el mar y el cielo se vuelven uno solo.

Con una piedra, comienzo a dibujar en la arena. Corazones medianos y caritas felices. ¡Esto está pasando! Frente al mar de esta playa, con el cielo despejado y la mente libre, me siento agradecido de poder estar con vida.

—¿En qué piensas? —Félix aparece a mi lado.

—Me siento agradecido de estar aquí.

Se sienta a mi lado.

—El mar es impresionante.

—Sí. ¡Es magnífico!

El sonido de las olas es muy relajante, a esta hora no hay mucha gente en la playa y es como si solo nos perteneciera a nosotros.

—Gus.

—¿Sí?

—Quiero disculparme contigo. Ayer me porté como un patán. ¡Solo estaba pensando en mí! Dije muchas cosas motivado por mis impulsos.

Félix parecía estar arrepentido de las cosas del día anterior.

—¡Descuida! Trato de entenderte y yo también fui un poco impulsivo.

—Pero yo fui el más impulsivo de los dos. Te propuse cosas sin pensar en lo que sientes. ¡Perdóname!

—Tranquilo. Está bien. Ya pasó.

Sus pies están también cerca de mis pies. Sigo dibujando una carita feliz en la arena, veo que sus piernas se han cubierto con vellos abundantes y en mi corazón, más bien en mi mente, una sensación de curiosidad surge. ¿Cuando fue la última vez que toqué sus piernas? ¿Cuándo fue que él y yo conectamos de forma tan...?

—Sé que ayer te lo propuse y no tuve el éxito esperado, pero, me gustaría volver a preguntártelo.

—¿Qué quieres preguntarme?

—¿Podemos ser amigos?

Termino de dibujar en la arena, escucho las risas de mi hermana, su esposo y ella están en una guerra de agua. ¡Esto es tan difícil! ¿Qué puede ser peor que ser exes? ¿Por qué ser amigos?

—¿Qué clase de amigos quieres que seamos? —Quiero averiguar.

—Amigos que se preocupan el uno por el otro.

—¿Cómo tú y Harry? —Con la mirada le hago una gesto para que Félix gire a mirar a su amigo.

Harry y Ben se divierten junto a las muchachas.

—Bueno...

—¡Vengan a jugar con nosotros! —Luisa nos grita.

Comienzo a ponerme de pie. ¡Es hora de entrar al mar!

—Bueno, creo que sí podemos ser amigos —me limitó a decirle.

—¡¿De verdad?! —Parece emocionado.

¿Y qué otra cosa podría haberle dicho?

—Iré a jugar.

Me dirijo al mar, mis pies caminan cobre la arena mojada y el agua me toca. ¡El gran azul me da la bienvenida!

❤️❤️❤️

¿Alguna vez contemplaste las estrellas acostado en la arena del mar? Todos habían ido a cenar, James y Harry se encargaron de preparar pizza. Pero a mí no me dio mucha hambre y mejor preferí volver a la playa.

—¡Gus! —Su voz me insta a sentarme.

—¡Aquí estoy!

Es Laura. Camina hasta mí y se sienta a mi lado.

—¿Cómo estás?

—Disfrutando de las estrellas.

—¿Inspirándote?

—Algo así.

—Me habló papá.

—¿Qué dice?

—Que este próximo fin de semana será su fiesta de compromiso.

—¡Se va a casar con Mónica!

—Todo indica que sí. Tendremos madrastra.

—Ya lo veíamos venir.

—¡Papa es increíble! Está en crisis económica y lo único que le importa es tener una nueva esposa —Laura parece quejarse.

—Así es papá. Siempre le ha gustado disfrutar de la vida sin darle mucha importancia a sus problemas.

—Bueno, lo importante es que sea feliz.

—Sí. Papá si es feliz.

—¿Y tú eres feliz?

—¿Por qué metes mi felicidad en este momento? —No puedo evitar reírme tenuemente.

Mi hermana también carcajea.

—Porque pienso que estás teniendo dificultades en tu corazón.

—¿Dificultades?

—Félix. Alán. Tú.

—¡Nada de eso!

—¿Y por qué tienes la mirada triste?

—¿Te parece que tengo la mirada triste?

—¡Te conozco! Durante todo el viaje te miré por el retrovisor y no dejabas de mirar el paisaje con nostalgia.

—¿Me estabas espiando? Pensé que estabas dormida.

Ella se ríe.

—No. No me dormí, solo aparenté dormirme y te analice. ¿Pasó algo con Félix?

—La verdad sí.

—¿Todo bien?

—Sí, ya lo platicamos y ambos hemos decidido ser amigos.

—¡¿Amigos?! —Ella parece incrédula.

—Sí.

—¿Y por qué?

—Él sugirió eso y yo, al principio no acepté, pero creo que eso está bien para ambos.

—Ser amigos es peor que ser exes.

—¡Ya lo sé!

—¿Y entonces? ¿Se puso muy celoso de Alán y quiso reconquistarte?

—Sí, eso paso.

—¿Y te gustó Alán?

Sonríe con picardía.

—Sí, tenemos varias cosas en común.

—¿Te pondrías de novio con él?

—No lo sé. No creo que él...

—A mí me dijo que le gustaste. De hecho, hasta me confesó que ya te conocía.

—¿Te dijo que ya me conocía?

—Sí. Ha leído tus webnovelas y dice que le fascina mucho tu creatividad, la forma en que narras y sobre todo, los sentimientos que transmites.

Conocer ese detalle me hizo sentir más curiosidad por saber que más acerca de Alán.

—¿Le gusta mi narrativa?

—Y también le gustas tú. Una pena que solo se vieron un día. ¿Te ha escrito?

—Sí.

—¿Y qué te dice?

—Me puso que deseaba que yo pudiera disfrutar mucho de la playa. Yo le pregunté sobre su regreso a casa y me dijo que ya estaba con su familia.

—¡Ese muchacho es un buen partido!

—No estamos jugando futbol, no digas esas cosas —le reclamó a mi hermana.

Ella se ríe, me parece escuchar que suspira.

—Mañana será nuestro último día aquí. Deseo que disfrutes de la vida y del amor.