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La Villana Desea Decir Adiós

La Villana Desea Decir Adiós

Status: Terminada
Genre:Fantasía / Villana / Completas
Popularitas:940.4k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Lady Anyah

Intentos desesperados para recibir amor fue lo que condenó a la joven señorita Vertron y un intento de asesinato fue el motivo de su ruina, de su muerte y del dolor más profundo que pudo recibir; la realidad de que no fue amada por nadie. Pero... ¿La muerte fue el final para la que era Villana para todos?

NovelToon tiene autorización de Lady Anyah para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El Centro de la Envidia

La Archiduquesa se acomodó en su asiento y dirigió su vista a la taza con té. Estiró su mano para agarrar la taza, entre cerró sus ojos y dijo.

—Al parecer... no estábamos solas Duquesa ¿No es así, caballeros?—

Dijo tomando un sorbo de té, pero hizo una leve mueca de desagrado ya que este ya se encontraba frío. Por ello lo depositó nuevamente en la mesita y con una leve sonrisa dirigió su vista a los caballeros que se le quedaron viendo.

—Oh jeje... ¿amor?—

Río nervioso Kenai, sobando su nuca. Pero la Archiduquesa lo interrumpió con su mirada seria, haciendo que este retrocediera.

—¡Oh, señoritas! No nos mal entiendan. Nosotros solo estábamos de paso y el Duque accidentalmente tropezó enpunjandonos hacia la puerta ¿verdad que así es Duque de Vertron?—

Habló Asher para enterrar sospechas, sin embargo, él sabía perfectamente que eso no sería suficiente para convencer a la temida Archiduquesa. El Duque al preguntarle eso, rápidamente asintió pues pensó que era la única manera de aligerar el problema por ahora.

La fragil niña de cabellos plateados, se levantó con esfuerzo de su asiento al mirar la situación. —"¿Qué, qué es esta situación?... No quiero estar aquí. "— Anya no sabía si reír o llorar, pero supo que no deseaba estar más tiempo en este confuso ambiente. Se habían agregado tres personas más, volviéndolo a cómo estaba antes o peor.

—Bueno... si me disculpan. Me retiraré por ahora, ya que ya es hora de alistarme para ir a la academia. Fue un gusto poder verlos. Me despido primero.— Se despidió Anya.

Nadie se atrevió a detener a la bella niña que se retiró. Tenían en claro que el estudio era importante y no podían interferir en ello. Por extraño que pareciera, también se dieron cuanta que cuando ella se fue; no sabían de qué hablar más.

Por otro lado. Anya al salir de la habitación, suspiró pesadamente; se sentía realmente mal. La sirvienta que la esperaba afuera, rápidamente fue a ayudarla.

—¡Joven señorita! ¿Se encuentra bien?—

Preguntó angustiada, Anya no dijo nada y fue caminando hacia su habitación con la ayuda de Leny.

Al llegar a la habitación. Beth, quien era la encargada de todo la servidumbre, la esperaba preocupada.

Anya al verla tan desesperada, no pudo evitar enbozar una sonrisa burlona. Anya la conocía perfectamente y sabía que nunca en su primera vida le había prestado atención, y al verla tan atenta en ese momento solo le daba risa. Aunque lamentablemente, en su estado, no tenía el gusto de pelear porque se encontraba agotada y para más colmo, tenía que alistarse para ir a la escuela.

Fue directamente al baño y se metió en la bañera. Rápidamente, prendió el chorro y el agua fría le hizo gemir de dolor.

No le importó quitarse la ropa, pues necesitaba un baño urgente. No sabía porqué su cuerpo estaba actuando de esa manera, pero quería que desapareciera ya. No le agradaba ser debil.

Anya se levantó de la bañera y se fue caminando a su habitación. Rápidamente, Beth la abrigó con una toalla para secarla. Luego, la joven de cabellos plateados dictó órdenes para que le trajeran el uniforme de la escuela y ellas rápidamente lo trajeron; le ayudaron a desvestirse y a cambiarse.

Dos toques en la puerta las alarmó.

—¿Hermana?... ¿Ya estás lista para ir a la escuela?— Se escuchó la dulce voz de Alice por atrás de la puerta.

Anya esbozó una sonrisa débil —"¿Alice? Se me había olvidado que desde hoy esa niña asistirá a la academia. Que problema..."— Pensó. Anya detuvo a las dos sirvientas que peinaban con cuidado su cabello y se levantó de la silla. Se dirigió hacia la puerta y al abrirla dirigió su vista a ellas y con una sonrisa les ordenó que callaran.

Abrió la puerta y allí se encontraba esperando su adorable hermanita con su sonrisa radiante que la caracterizaba.

—Buenos días, Alice.— Saludó Anya mientras pasaba de largo.

Alice daba brincos para alcanzar a su querida hermana mayor. Ambas niñas estaban vestidas de la misma manera ya que asistían a la misma escuela, pero se veían tan diferentes a pesar de ser hermanas. Sin embargo, la sangre era la misma...

Por fortuna de Anya, Alice era menor y por consiguiente no se encontrarían en el mismo salón de clases a lo que le restaría futuros problemas. Pero eso no impedía que la viera en la hora de receso y de salida o en las mañanas como esta.

Anya se subió a uno de los carruajes que estaban preparados, y por un breve momento recordó el desconsuelo y la abrumadora sensación que conllevaba ser la heredera del ducado. Como era costumbre, la o el primogénito debía viajar siempre en carruaje por aparte sin compañía de sus familiares o amigos, solo de su futuro esposo e hijos.

La niña de cabellos plateados nunca hubiera imaginado que, esa tonta costumbre que la había hecho llorar en su pasado y en el futuro que vivió; la hizo sentir tan aliviada en este momento.

Hans, el caballero de Anya, al observar que su señorita ya se había subido al carruaje; procedió a cerrar la puerta, pero una niña de cabellos rubios plateados se sube rápidamente al carruaje.

—Voy a ir en el mismo carruaje que tú, hermana mayor.—

Exclamó sonriendo la pequeña niña de cabellos rubios platinos, pero todos los caballeros y los sirvientes quedaron sorprendidos ante las palabras de Alice.

—Alice, creo que deberías subirte en el otro carruaje. Tu caballero te acompañará, pero si deseas, puedes decirle a padre o a madre que te acompañe. — Habló Anya, tratando de quitar malentendidos.

—¿Por qué? Yo quiero ir con Anya ¿Te molesta mi presencia hermana mayor?—

Cuestionó haciendo un puchero y mirándola tristemente. Todos al verla quedaron cautivados por su dulzura y pensaron que Alice no tenía malas intenciones, solo quería estar con su hermana mayor y aún más cuando era su primer día de escuela.

Anya sintió las miradas de los sirvientes y del caballero de Alice puestas en ella. —"¿Es que no puedo escapar de esto?"— Se preguntó Anya nerviosa.

Pero Anya... sabía que no podía permitir eso, pues conocía las posibles consecuencias que traería si la dejaba ir con ella.

Volteó a ver a Hans, su caballero. Este no tenía ninguna expresión, era como si estuviera de acuerdo con cualquier cosa que dijera su bella señorita. No era como los otros caballeros que la miraban ansiosos y alertas para que cuando Anya dijera algo desagradable, ellos rápidamente atacarían en su punto más vulnerable; criticando y señalandola como una mala hermana, un ser despreciable que solo le importa su fama.

Anya suspiró pesadamente, era una situación terrible. No podía tomar una decisión precipitadamente porque pondría en riesgo nuevamente su vida.

Miró a Alice y esta se encontraba con una mirada suplicante. Sabía que si se lo permitía, todos empezarían a hablar y eso no iba a ser agradable. Sin embargo, si le decía que no, podía tener el riesgo de que esos caballeros con miradas ansiosas, la decapitaran en un abrir y cerrar de ojos. —"Si supuestamente me casaré con Arian ¿eso no me quitaría el puesto de heredera? Entonces creo que no hay problema..."—

—Esta bien Alice, puedes venir conmigo.—

Dijo Anya al ya haber tomado su decisión. —"Seguramente, Alice se siente nerviosa por su primer día."— Pensó Anya al recordar la primera vez que asistió a la escuela, por supuesto, a ella nadie la acompañó y seguramente también fue la única a la que no le dijeron algo amable como Alice.

Lo único que recordaba que le dijo su padre fue: —"No hagas nada que deshonre a la familia Vertron."— Eso era lo único que recordaba además de la mirada del Duque y la Duquesa. Miradas tan frías que helaban su piel.

Alice le sonrió y se acomodó en el asiento. Hans terminó de cerrar la puerta del carruaje y se subió al lado del conductor.

Anya solo miraba a través de la ventana, pensado como sería cuando sus pies pisaran la entrada de la dichosa Academia. —"¿Será caótico o indiferente?"—

Alice hablaba y hablaba, pero la joven de cabellos plateados grisáceos estaba perdida en sus pensamientos insignificantes para el mundo, pero importantes para ella.

—Estoy muy emocionada y a la vez nerviosa, hermana.—

Anya se recostó en su palma de la mano y entre cerró sus ojos. Se sentía cansada, pero no podía dormir cuando Alice estaba allí en frente de ella.

—Ah, ¿cómo será la Academia? ¿será bonita?— Se preguntaba Alice en voz alta.

Pasaron minutos, tras minutos y el carruaje se detuvo dando una vista por la ventana de una enorme escuela.

Habían muchos estudiantes que entraban o perdían su tiempo en la entrada de la escuela, todos con el mismo uniforme que ellas. Algunos alumnos se despedían de sus padres, mientras otros ingresaban hacia dentro del instituto donde dos profesores los recibían en las grandes puertas plateadas que se cerraban siempre a las 7:35 am.

Alice fue la primera en bajar del carruaje, donde toda la atención fue directamente a posarse en ella.

Murmullos se escuchaban entre todos los estudiantes que miraban curiosos, preguntándose quién era ella. ¿Quién era esa dama misteriosa vestida de ángel?

La encantadora niña de cabellos rubios platinos, sonreía mientras caminaba adorablemente hacia las grandes puertas de la Academia. Es simplemente bellísima ante los ojos de todos.

Anya bajó cuidadosamnete del carruaje y cuando salió, todo el ambiente quedó en silencio. La atención que tenía Alice Vertron, fue arrebatada por Anya Vertron.

Pues algunos, quienes eran los nuevos estudiantes que ingresaban al igual que Alice. Todos de diferentes grados, quedaron sorprendidos por su belleza imnotizante.

Sus elegantes pasos eran observados cuidadosamente por todos. Aunque muchos ya se habían acostumbrado a verla, era casi igual de sorprendente mirarla como si fuera la primera vez.

—Ella es...¿Será esa bella señorita hermana de la Señorita Anya?— Empezaron los murmullos.

—No se parecen...— Siguieron.

—Llegaron en el mismo carruaje. Será qué... están compitiendo por el puesto de...— Murmuraban mientras Anya tomaba un libro de Hans.

—"Es extraño que no se haya esparcido rápidamente que me comprometí con el joven Arian. Por eso opinan tontamente..."— Pensó Anya mientras observaba con frialdad.

Muchos más murmullos se hicieron presentes por todo el instituto. Pero Anya poco le importaban, así que caminó al frente para entrar hacia el instituto. No se le hacía tarde, pero no le agradaba estar mucho tiempo rodeada de personas que no recordaba y no le parecían importantes.

—Hermana Anya, espérame.— Pidió Alice mientras intentaba alcanzar a Anya y ella solo siguió caminado.

—La Señorita Anya y la otra señorita no parecen muy unidas a pesar de ser hermanas. Como se esperaba de la Señorita Anya, es muy fría hasta con su propia hermana.— Cotilliaron por ahí unos de los tantos estudiantes.

Anya no pudo evitar rodar los ojos por tales palabras, aunque la realidad no estaba muy lejos de ese comentario. La pequeña villana de cabellos plateados al considerar más el molesto comentario, no pudo impedir pensar que seria un verdadero problema si por ser "Fría" ante los ojos de los demás, la pondría en riesgo nuevamente.

—¿Tengo que hacer algo con esto...?— Musitó Anya para si misma. Volteó a observar por un segundo a Alice y se dio cuenta que su rostro estaba tan sonriente como siempre. —"...¿Será tonta o se hace? No, tal vez simplemente no le importe."— Se convenció.

Al entrar en las puertas del edificio, tomó aire y el olor a tinta se inundó en sus fosas nasales. Era un aroma tan agradable y a la vez tan familiar que la hizo recordar los viejos tiempos en los que en su corta infancia y en su adolescencia, este lugar era como una feria de cosas inútiles y que por desgracia, la hacían sufrir por anhelarlas con tanto fervor.

—"¿Sentiré lo mismo otra... vez?"— Se cuestionó perdida entre tantas emociones.

Anya regresó en si cuando escuchó pasos lejanos que se percibían cada vez más cerca. —"Es Alice..."— Afirmó convencida al memorizar el sonido de los pasos de Alice durante toda su vida pasada como prevención de que el joven Arian no se encontrara con su encantadora "hermanita".

—Alice, toma estos libros. Los necesitarás en tus clases. Camina rápido o llegarás tarde en tu primer día. — Dijo la pequeña Villana, hasta parecía que amaba verdaderamente a su hermanita causante de algunas lágrimas.

—¡Siiii, voy! Gracias Anya.— Exclamó mientras corría la adorable y encantadora pequeña niña de brillantes ojos celestes.

Anya mientras la veía correr, río levemente por el raro y divertido momento que creó Alice por su torpe respuesta, pero la sonrisa fue fugaz; desapareció en el dolor y la tristeza de sus ojos.

Con la sensación de oquedad plúmbea en sus palmas y en su corazón, apretó con fuerza sus manos vacías y se dirigió a su salón de clases.

Se sentó en un asiento del fondo con la intención de no socializar con nadie y se recostó en la mesita del escritorio.

Como un recordatorio del destino, su sentido auditivo se agudizó más y empezó a escuchar lo que la rodeaba.

—¡¿No es Magnífico?! Mis padres me lo compraron.— Presumió una de las tantas señoritas de allí.

—Un día de estos no asistiré... mis padres quieren que descansé y disfrute unos días con ellos...—

—Mi hermana no quiso esto y por eso lo tomé yo Jejeje.—

—¿Conoces al joven Arian? Ay, yo desearía comprometerme con alguien así. Pero mi familia dice que estoy muy pequeña todavía.—

—Mi.......—

—.......hermana.—

Las charlas de muchos estudiantes se escuchaban. Había tanto bullicio que Anya intentó cubrirse sus oídos para no escuchar tal tortura.

—Basta... ¡Basta!— Suplicó Anya. Todo le parecía agobiante, no deseaba pensar en lo que sintió, en lo que sentía...

—Mi madre quiere que llegues en la fiesta de té que hará.—

—Es que tiene usted unos padres tan encantadores...—

—Mi padre.....—

—Mi madre.....—

—....—

Como si sus ruegos fueran escuchados, el desfile de palabras y de hechos que envidiaba; cesó de repente.

—Buenos días estudiantes. Déjenme presentarles a los nuevos estudiantes...—

Murmullos no tardaron en aparecer. Pues eran nada más que el...

1
Jared yesenia Delgado
renunció a leer más demasiado tonta no le sirvió de nada aver vívido otra vida solo sigue con sus estúpidos sentimientos no a echo nada por cambiar su futuro solo una centimental
Josefina Garcia Lopez
Si quiero leer la segunda temporada gracias
carmen castillo
Yo también me confundí, porque al principio de la historia ella regresó a la misma época pero de niña, no debería tener conocimiento de los teléfonos🤔🤔🤔
carmen castillo
wow es muy intenso este capítulo😢😢😢😢
Vero Ramírez
wuaw
Guadalupe Flores
que tonta Arya en lugar de aprovechar esta oportunidad prefiere regodearse en su miseria
aburrida
Puroglamour
Profundo y conmovedor. Me encantó
Cintia Soliz
no avanza la historia asi que aqui la dejo
Guadalupe Flores
que no debería actuar diferente ya k es su segunda vida
juana maria meneses bautista
revivió para seguir dejándose pisotear por cualquier idiota
juana maria meneses bautista
que fuerte capítulo sentí la tristeza de ella 😭😭😭😭😭😭😭 y el dolor que las personas que la deben proteger la lastiman
juana maria meneses bautista
interesante inicio 👍
creadora de milhojas
no es por nada, Pero seguirá siendo estúpida en toda la novela o cambia? 😐
Alguien que me responda porfa
Yessy Hdz Lopez
😍
Yessy Hdz Lopez
o entiendo xq no la quierennnn
Isley García
Buena
Tony Berna
/Proud//Proud/
Salomé Páez
La verdad me aburrió esta protagonista, como puede seguir siendo tan tonta, nooo sorry la dejo hasta aquí chaooo
Salomé Páez
vayamos
Salomé Páez
A ver no entiendo, porque se volvió a comprometer con ese hombre si no la quería??
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