IRRESISTIBLEMENTE MIO

REBECA

No podía creer lo que me había dicho, me dijo que me amaba, no supe que decir, solo guarde silencio, yo también lo amo pero creo que es muy pronto, y si estoy equivocada y solo es pura atracción, algo pasajero, lo cierto era que entre nos otros había una gran pasión, me quedé dormida entre sus brazos, a la mañana siguiente me levanté muy temprano tenía que ir a la universidad ya estaba por terminar mi carrera, estaba apunto de titularme y por eso llevaba mis prácticas, Antonio seguía durmiendo, me metí a la ducha, pinte mis labios color rojo, me cambié pero sin antes poner en el espejo del baño un mensaje que decia:

--- Yo también te amo--- y estampe mis labios en el espejo, preparé el desayuno y pique un poco de sandía, ya que es muy buena para la circulación y sirve para que tenga una muy buena erección por el óxido nítrico, debía cuidarlo muy bien, le dejé un recado en la mesa donde le decía:

*Alimentate bien y te comes la sandía es muy buena para ti*

Salí rumbo a la universidad, me sentía muy feliz, pero con mucho temor esto que estoy sintiendo es muy fuerte, solo pienso en el, en sus besos y caricias, y si esto termina a los seis meses acordados y si solo me dijo que me amaba por el arranque e impulso de la noche tan agitada que tuvimos miles de cosas pasaban por mi mente, baje del coche que Antonio designó para mí, al bajar pude notar el mensaje de mi teléfono.

--- Rebeca, me hiciste muy feliz con el mensaje que dejaste en el baño para mí, yo sí te amó, nos vemos a las tres para comer te espero en mi oficina te mando la ubicación, y si me comí el desayuno que preparaste estuvo muy rico pero porque la insistencia para que me coma la sandía, te amo.---

Me sentí tan contenta con ese mensaje, ya esperaba que fueran las tres, me parecía una eternidad no tenerlo cerca de mí. Mi profesor reviso mis notas, eran excelentes dijo el, pero yo estaba tan concentrada en mis pensamientos que no lo escuché, el profesor me saco de mis sueños.

--- Señorita Rebeca, la noto distraida---

--- Disculpe profesor---

En ese momento también llegó Enrique, según el necesitaba hablar conmigo, yo le dije que no tenía nada de que hablar con el, salí de la universidad pero el me siguió, estaba a punto de subir a mi coche cuando el me tomo de los brazos, fue muy fuerte su agarre que me lastimó, yo me acerque como si lo fuera a besar cuando el estaba a punto de besarme lo golpeó con mi rodilla en medio de sus piernas creo que el golpe lo dejo sin descendencia, el estaba todo adolorido así que aproveché para escapar.

--- Te vas arrepentir Rebeca--- gritaba Enrique, yo solo me marche, faltaba poco para las tres así que fui a la oficina de Antonio.