La Protegida De La Bratva

No preste atención a nada de mi entorno más que en las lágrimas de mi hija que por primera vez en su pequeña vida reconocía mi voz, la misma que había sentido todas las noches desde que estaba en mi panza, la misma cuyas vibraciones la dormían en mi pecho. Su emoción era la mía, su logro lo consideraba propio, su miedo a lo que venía en el futuro lo compartía conmigo. sé que el médico decía cosas, reconocía su voz a lo lejos dialogando con mi tía, en cuanto a los dos hombres, una vez que se fueron no regresaron nuevamente, tampoco me interesaba, hoy mi cuerpo, alma, mente y corazón estaba en un solo lugar.

Gracias a todos los dioses, me dieron el alta esa misma noche y me tomé una semana sabática para poder estar con mi princesa, solamente nos separadas cuando iba al jardín, ya después desde que la retiraba hasta el día siguiente que volvía a ingresar estaba conmigo. En más de una ocasión me sentí vigilada, pero preferí no entrar en estados de paranoia. Conseguí una asistente terapéutica para Selene, ella le iba a ir explicando junto con la psicopedagoga y la fonoaudiologa todo lo que debía aprender para poder comunicarse con otros niños y entablar relaciones que hasta ahora no había tenido. Seguiría usando el lenguaje de señas en caso de ser necesario, pero al ser chica era una esponja y aprendía rápido. Los audífonos eran un sofisticado modelo que por suerte recargábamos a la noche cuando se acostaba a dormir. En caso de que la operación no se pudiese hacer luego de que cumpliera cuatro años, estos aparatos no eran necesario cambiarlos, ya que tienen una durabilidad bastante alta de poco más de 6 años. Lo que si le dijo el médico a mi tía, es que ella no escuchaba al mismo nivel que nosotros, así que quizás a pesar de tener aparatos, ciertos sonidos no los podría percibir.

Paso casi un mes hasta que supe nuevamente de Darko, llegamos un día de la plaza con Selene y él estaba como pancho por su casa, con el otro sujeto y con mi tía, quien dicho sea de paso por la cara que tenía no había buenas noticias.

por primera vez en mucho tiempo, mi pequeña me soltó la mano para acercarse a saludar al compañero del ruso, se ve que el hombre la había tratado muy bien en el hospital, porque ella solamente se dejaba alzar por el marido de Sasha, el recuerdo de mi amiga golpeó fuerte mi corazón y no pude evitar que los ojos se me llenarán de lágrimas.

¿esta todo bien?- la voz gruesa de Darko a mis espaldas me hizo pegar un pequeño sobresalto.

me asustaste- le dije mientras ponía mi mano en mi pecho.

no era mi intención, te vi demasiado distraída con la escena- me dijo apuntando adonde mi niña y el hombre hablaban con señas.

selene no se fía de los hombres, solamente Omar había podido ganarse su confianza asi- dije aún mirándolos.

¿Omar?- su pregunta tenia una pizca de enojo y celos detrás, así que suspire.

Omar era el novio de mi mejor amiga, ellos murieron por ayudarnos a escapar de Grecia- sequé una lágrima qué se escapó sin mi consentimiento de mi ojo, me había prometido recordarlos siempre con alegría, pero me era imposible.

Lamento tu perdida- sus palabras eran sinceras y en parte me reconfortaba -la semana que viene vendrán a vivir a mi casa, ustedes serán mis protegidas y ya no deberán preocuparse por nada- no era una opción, la seriedad en su voz y el tono autoritario no dejaban lugar para negarse.

Asentí sin decir una sola palabra, podría haber objetado, pero que caso tenía, si a los hombres con ese inmenso poder nadie se atrevía a negarse, bastante que me había salvado cuando dije que no en el bar.

Vengan a cenar, la comida está lista- mi tía nos habló desde el comedor, tome de la mano a mi pequeña y nos dirigimos al baño de abajo a lavarnos las manos.

Extrañaba tus comidas- dijo el otro hombre del que no le puedo acordar el nombre.

Lo sé, de seguro comen porquerías- lo regaño mi tía.

Se notaba que ellos se conocían desde hacía mucho tiempo y no sé porque, pero ambos odiaban y hasta temían recibir un regaño de ella. Estuve tanto tiempo alegre porque mi niña tenía sus aparatos que en ningún momento se me paso por la cabeza preguntarle a mi tía de donde los conocía, aunque siendo sincera había algo que me detenía a hacerlo.

ia(tía)- la voz de Selene hizo que todos nos diéramos vuelta a verla -ico (rico)- le dijo sonriendo.

Me alegro de que te guste mi niña- le contesto ella con señas y pronto entablaron una conversación en silencio, solamente movían las manos, a pesar de que aún era pronto, Selene venía muy bien repitiendo palabras, al menos las que eran cortas.

Seguimos cenando y sentía su mirada penetrante sobre mí, intentaba no mirarlo, realmente me intimidaba por momentos y no quería que se diera cuenta. No había entendido eso de que nos mudaríamos a su casa, quizás luego lo hablaría con mi tía, pero con él no quería tener que entablar ninguna conversación. Sabía que había escuchado algo de protegidas el día del hospital, aunque no le había dado la importancia debida, siempre intente que Selene no se viera involucrada en ese mundo y ahora iríamos a la casa de un jefe de jefes, eso era malo y más sabiendo que Iván podría cruzarse con nosotras en alguna fiesta o reunión importante.

¿por qué pareciera que quieres apuñalar tu comida?- esa voz hacía que me asustara así que solté los cubiertos de golpe y lo mire.

No es nada, solo pensamientos- le dije tomando nuevamente el tenedor.

Si te preocupa el futuro, deberías sacar esos pensamientos, fui bastante claro cuando dije que las cuidaría- me dijo intensificando su mirada.

¿Podrías cuidarnos de ti?- la pregunta salió antes de que la pensara realmente.

¿A qué te refieres?- la duda se cernía en su voz.

Nada olvídalo, lamento haber dicho eso- bajé mi vista a mi plato y seguí comiendo a pesar del silencio que se había formado en el comedor.

Iván por poder casi me mata, era normal tenerle miedo a este tipo de hombres, no importaba cuando buena me volviera defendiéndome, ellos eran más altos, más pesados y más fuertes. Un solo golpe me dejaría en el piso inconsciente si es que no me mataba y yo no quería volver a pasar por eso, no quería que mi hija viera nuevamente como su mamá quedaba tendida en el piso semi muerta. No eso no volvería a pasar y si él pretendía "cuidarnos" sería bajo mis condiciones, no iría a ningún lado con ellos sin dejar en claro todo lo que realmente esperaba de esta convivencia.