La Enfermera Y El Reo

Emma y sus compañeras entraron a la sala como lo hacían todas las mañanas, Patricia le dijo a su compañera

-Emma el doctor dijo que hay que sacar al paciente Max a caminar, pero que debe ir una enfermera por lo grave de sus heridas- Emma se alegró por dentro pero disimulo delante de sus compañeras

-¿Por qué yo?- la otra le contesto, mientras leía las indicaciones de cada paciente

-porque es tu paciente ¿lo olvidaste?

-¿iremos solo?- Patricia se levantó de su asiento mientras buscaba unas cosas en uno de los estantes le respondió

-¡por supuesto que no! Iras acompañada del guardia, debes ir ahora en la mañana antes que salgan los otros reos

- ¿sabes a dónde iremos?

-es en un pequeño espacio a cielo abierto, está protegido, no entran reos de otros pabellones, solo es un área para los que están en recuperación o que están hospitalizados, es mejor que vayas ahora, antes que los otros, el Gringo tiene muchos enemigos

-sí, voy a avisarle a su guardia- Emma camino a la cama de Max

-¡despiértate flojo! Ya son las siete de la mañana, hoy saldrás a ver el sol

Max se quitó la sabana de la cara y le sonrió

-good morning! Bella, ¿trajiste lo que pedí?

- sí, y también te traje este diccionario para que no andes hablando disparate- Max se molesto y le contesto

-¿disperete? Yo no hablar, ¡disperete!- Emma sonrió y le dijo burlándose

-si claro, bueno tómalo adentro esta lo que querías, veo que ya te has bañado y te vestiste- Max le dijo con picardía

-¡yes! ¿Por qué? ¿querías hacerlo tú?- Emma se sonrojo solo de escucharlo, mirar esos ojos azules la descontrolaban, sintió ganas de besarlo pero debía controlarse, así que hablo con el guardia que los acompañaría, busco una silla de ruedas ya que aún las heridas de Max, las del abdomen y el muslo izquierdo, no se habían curado y eran las más delicadas

La salida a ese pequeño espacio abierto fue para Max lo mejor que le había pasado en esos días, por fin podía respirar el olor de la mañana y no el del alcohol y remedios mezclado con el de la lejía con que lavaban el piso, esa luz del sol aunque los encandilaba en los ojos lo hacía sentirse vivo, sin darse cuenta reflejó en su cara la alegría que sentía en ese momento y gritaba emocionado

-¡oh my god! ¡ho my god!- Emma no pudo dejar de emocionarse, sus ojos hicieron brotar dos pequeñas lagrimas que secó al darse cuenta, era la primera vez que lo veía tan emocionado, y fue testigo de cómo ese hombre que se la daba de fuerte, lloraba como un niño, el guardia se encontraba al lado de ella y los dos un poco apartados de Max, quizás para darle su espacio, este le dijo a Emma mientras el otro lloraba y reía de felicidad

-ese “Gringo” no es mala gente, solo que no se ha juntado con las personas adecuadas- Emma sonrió mientras lo veía tan feliz, como un pajarito a quien le dan libertad

La miró desde lo lejos y le dijo riendo feliz

-¡ven baby! Acércate- Emma miro tímidamente al guardia y este le dijo

-anda niña, quien quita y seas tú quien le enderece el camino a ese descarriado- la enfermera se sintió avergonzada por esas palabras, pero no dijo nada y se acercó a Max

-¡mira beautiful day! – ella le corrigió mientras reía

-querrás decir ¡hermoso día!

-yes, aso mismo, Emma esto es ¡hermoso!- Emma sintió un poco de lástima por él, no había visto en mucho tiempo algo tan básico como la luz del sol, el después de algún rato giro la silla de ruedas y le dijo

-esto es lo que quiero compartir contigo ¿te imaginas ver el sol todos los días juntos?- esto la hizo sentir un escalofrió en el cuerpo, ya que sabía que quizás eso nunca pasaría, entonces su cara pasó de la alegría a la tristeza, el pudo notarlo y le dijo

-Emma, agachate para verte mejor- ella le obedecio y quedó frente a aquellos azules ojos, sintió como los nervios invadieron su cuerpo completamente, el miró alrededor y el guardia no estaba, asi que estampó un beso en los labios de ella, abrió los labios tiernos de Emma introdujo su lengua en su boca y jugaba con ella, mientras Emma solo mantenía sus labios pegados a los de el ,con los ojos cerrados, él supo que Emma nunca había sido besada y la besaba con descaro, mientras ella sentía ese cosquilleo en su barriga y esa falta de aire que la hizo despegarse de sus labios, Max la miró y no pudo evitar burlarse de ella

-¿tu no sabes besar? Jajajaja tan grande tu y ¿no sabes besar Emma? ¿nunca has tenido un novio?- Emma se llenó de rabia y orgullo y le contesto levantandose

-¡claro que si! Es solo que estoy nerviosa porque el guardia nos puede ver

-el no dirá nada, tu tranquila, he is my friend-

- Max, te he dicho que no me hables en inglés, no entiendo- dijo cambiando el tema porque se sentía avergonzada, Max le contestó

-digo que es mi amigo, mi papá está pagando para que me protejan-

-igual no se ve bien que ande besándome con los pacientes-

-bonita, yo no soy tu paciente, yo quiero ser tu novio- entonces mostró esa risa picara que hacía temblar a Emma y continuo hablando

-te enseñare a besar y otras cosas más, sé que aunque no sabes besar te gustó como te bese- Emma aprovecho que el guardia llego y agarró por los manubrios la silla de Max, diciéndole muy seria

-vámonos ya hemos pasado mucho tiempo aquí- los tres se dirigieron hacia la sala.