karina es una Omega exitosa, logrando tener su propio negocio, aunque pequeña su cafetería y economía iban de maravilla, el único problema eran los prejuicios de la sociedad al seguir soltera y su madre quien la obliga a asistir a citas a ciegas, cansada de todo decide contratar un Alpha para que pueda aparentar frente a su familia y puedan dejarla tranquila.
Jade es una Omega exitosa, trabajando en la empresa de su padre, aprendió el negocio de la familia, llegando a ser una parte importante de la compañía, por años estuvo enamorada de forma unilateral de su mejor amigo, sentimientos que nunca expreso y que ahora la atormentaban al enterarse que el hombre se casaría y ella debía ir a su boda, al verse en esa situación se le ocurre la idea de contratar un Alpha para que la acompañará a la boda y poder hacerle frente a su corazón herido.
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CAPITULO 12
Después de aceptar la propuesta de seguir con la farsa, todo para Karina cambio drásticamente, su rostro se podía ver en las revistas de chismes y en noticias, como la pajera oficial de Jonathan Hillcen, donde volteara podía sentir que la espiaban solo para poder tener la nueva primicia sobre aquella relación, el hombre parecía estar ya familiarizado con ese mundo, sabia cuando besarla para dar de que hablar, tomarla de la mano y en ocasiones jugar como un niño alzándola, parecían dos locos de amor por todos lados, en algunas ocasiones se acercan para preguntar si realmente se amaban buscando una nueva primicia de ese tema, era agobiante tener que aparentar ser una pareja, mientras pretenden no querer ser grabados por las cámaras. La única parte buena de todo eso, era el beneficio que le trajo a su cafetería, la cantidad de clientes había aumentado de forma considerable, se filtró una información de que Jonathan iba todas las mañanas allí y de que ella era la dueña de ese negocio, así que desde esa noticia llegan comprando y preguntando cualquier tipo de información que les pueda brindar algo de qué hablar.
- No se cómo lo soportas – le dice Karina a Jonathan mientras pasaban el rato en una heladería.
- Es muy fácil, solo piensa que son fotos para tus redes sociales – sonríe – solo dales tu mejor pose – toma una cucharada de helado y la acerca a la mujer – ahora di aaaah – ríe – vamos, démosle una buena foto – la mujer abre la boca y come la cucharada de helado – ves, es muy fácil – sonríe.
- ¿Crees que nos tomó la foto? – escondido detrás de una de las mesas se encontraba un fotógrafo, al instante en que entraron al lugar Jonathan se percató del hombre y le dijo a Karina.
- Creo que sí, aunque podemos repetirlo, así será más meloso aun – se dieron todo el helado uno al otro, parecían estallar de amor – Bien, ¿nos vamos? – le dice luego de terminar.
- Sí, tengo que ayudar en la cafetería - dice levantándose de la mesa – una de mis meseras enfermo y no conseguí reemplazo, además horita hay mucho trabajo.
- Muy bien, pero antes – se acerca a la mujer y la toma por la cintura – démosle una última foto – la besa, cada vez los besos eran más constantes y profundos, además Jonathan lo hacía cada que le daba la gana, cada beso le recordaba aquel día en que perdió el control con el hombre, sus caricias, sus besos y también.
- ¡ya! – le dice, saliendo de sus pensamientos – creo que es suficiente.
- Si, vamos – sonríe, la mujer había comenzado a liberar un poco sus feromonas, ¿Qué estaría pensando? – te dejare en la cafetería y me iré a resolver unos negocios – iban de la mano hacia el auto.
- Está bien – sus mejillas se sentían caliente, que tonta solo era una actuación, ¿Por qué se ponía a pensar cosas innecesarias?
- ¿te sientes bien? – suben al auto
- Sí, creo que me voy a resfriar eso es todo- el parecía estar normal cada que se besaban, tal vez el besar a una mujer sea algo tan normal que no le causa mayor impresión.
- ¿Quieres que te lleve a un hospital? – le dice mirándola fijamente, obviamente no era ningún resfriado.
- No, no, solo déjame en la cafetería, esto no es nada – sonríe.
- Bien – enciende el auto.
Luego de quedarse en la cafetería, el día se volvió más ajetreado, la cantidad de clientes era sorprendente, la fila salía del lugar y estaba en constante crecimiento, parecía que nunca se terminaría, hasta que por fin llego la tan esperada hora de cerrar, su cuerpo dolía, sentía que cada musculo pesaba.
- Muchas gracias por su arduo trabajo hoy chicos – le dice a su personal luego de terminar de cerrar y ordenar todo el lugar – nos vemos el día de mañana – se marcha.
Al llegar a su edificio, subió por el ascensor y camino por el pasillo, frente a su puerta se encontraba un hombre recostado a la pared, no lo pudo reconocer hasta acercarse.
- ¿Qué haces aquí? – le pregunta, Jonathan se paró derecho al verla.
- ¿Mucho trabajo? – le dice sonriendo.
- Si, más clientes de los que puedo soportar – le responde en tono cansado – no respondiste mi pregunta, ¿Qué haces aquí? - saca la llave y abre la puerta
- Quería saber si estabas bien, dijiste que te enfermarías – los ojos del hombre podían verse de un azul más intenso, eran hipnotizantes.
- No, eso he – estaba poniéndose nerviosa – ya estoy bien – sus mejillas se volvían a sentir calientes, la pesadez en su cuerpo se hizo más notoria
- Creo que nos están grabando – dice mirando hacia el final del pasillo de forma disimulada – seria sospechoso si no hago esto – la toma por la cintura presionando su cuerpo y la besa, pudo sentir como las piernas de la mujer flaqueaban.
- Yo, creo que – sus feromonas comenzaron a salir, su cuerpo se sentía caliente – con eso ya fue suficiente.
- No lo creo – la vuelve a besar cargándola en sus brazos, entran al departamento y cierra la puerta.
- ¿Qué haces? – estaba acorralada, entre la pared y el hombre frente a ella.
- Sabes, no he podido dejar de pensar en aquella vez – comienza a besar el cuello de la mujer- tu sabor es embriagador, el aroma de tus feromonas es algo que no he podido olvidar – levanta su camisa sintiendo su piel, Karina deja salir un gemido al sentir sus caricias.
- Tú, ¿me engañaste, no es así? – su cuerpo temblaba ante los besos y caricias del hombre, no podía controlar sus feromonas.
- Y que si lo hice – sonríe y sigue besándola. Aturdida sin poder resistirse, sintiendo todo el placer que el roce de su piel y sus caricias provocaban – aquí, recuerdo como se sentía – su erección era grande, rozo la feminidad de Karina provocando una sensación electrizante – no podía parar de recordar cómo se sentía estar dentro de ti y como me apretabas - la besa y en una embestida se oye un fuerte gemido de Karina mientras Jonathan se hunde en su interior sintiendo todo su calor.
- Espera – le dice con dificultad, entre gemidos – si sigues siento que perderé la cordura – sentía como su interior estaba lleno de él, podía sentirlo latir y quemar todo a su paso.
- Esa es la idea – sonríe y comienza a embestirla con más fuerza, su interior se sentía fantástico, sin duda la mujer era una experiencia que jamás había sentido, lo recibía con tal facilidad que parecían haber nacido para acoplar el uno con él otro – quiero que disfrutes de todo lo que te daré hasta perder la cordura – Karina solo pudo rendirse ante ese hombre y sus trampas.
"🤞🏻que si lo haya echo"