Casada Con Un Hombre Mayor

Nuevamente, Bethany había llegado muy tarde a la casa. Pero esta vez la sirvienta no estaba esperando en la puerta para regañarla sino Michael.

-¿Por qué llegas a esta hora? -preguntó molesto.

-Lo siento mucho, se me hizo tarde, mi chófer le tuvo que cambiar el neumático al auto.

-Dijiste que llegarías temprano -dijo ignorando lo que había dicho Bethany.

-Si, pero estaba pasando mi tiempo con mi hermana. Por cierto ¿Cuándo llegaste?

-Hace dos horas. Pensé que habías dicho que llegarías a las 6.

-Ya te dije, estaba pasando tiempo con mi hermana y su pareja -suspira cansada.

-Te recuerdo que aún soy tu esposo y deberías de haberme dicho que llegarías tarde.

-¿Estás hablando en serio? -Mira enojada a Michael- No soy una adolescente ¿Sabías?

-Pero aun así, tienes que decirme a dónde vas y con quién te vas a encontrar.

-Yo no haré eso, lo mínimo que te Puedo decir es que estaré con mi hermana y punto.

-¿Y si te pasa algo? ¿Cómo te ayudaría?

-No me va a pasar nada estando con mi hermana. Solo estaré con ella estos días, si de casualidad me voy con otra persona te aviso, pero no te voy a decir eso a donde quiera que vaya.

-Como siempre eres testaruda.

-¡Ja! ¿Testaruda yo? Mira quién habla -Dijo molesta cruzándose de brazos.

-Yo no soy testarudo como tú así que piensa antes de hablar.

Michael y Bethany siguieron peleando por eso como una media hora, la servidumbre miraba un poco decepcionados la pelea, pensaron que ya se había arreglado, pero ahora parece que volvieron al principio a menos que la sirvienta que sigue a todos lados a Bethany los detenga.

-No me miren, ya no voy a entrometerme -Dijo la sirvienta yendo a otra habitación.

-¡Bien! ¡Entonces enciérrame la próxima vez! -grito enojada Bethany mientras subía las escaleras.

-¡Tal vez lo haga si no te comportas bien y me haces caso!

-¡Idiota! -cerro la puerta con fuerza.

-¡¿Ustedes que hacen mirando?! ¡Vayan a trabajar!

La servidumbre se fue rápidamente a hacer su trabajo mientras que Michael se iba a su habitación a terminar su trabajo.

Desde ese día Michael y Bethany continuaron peleando, a pesar de los gritos constantes nunca se faltaron el respeto y Michael no le levanto la mano a Bethany.

Un día Casandra llegó a la casa de Bethany sin previo aviso.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a pasar tiempo contigo, ya que desde hace días que no vienes y ni siquiera me contestas los mensajes.

-Ah sí, es que estos días me estuve peleando con Michael y él me cortó el internet y me quitó el cargador.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Bueno, yo le quite las llaves de su auto, su laptop, su teléfono, los papeles importantes de su trabajo y una vez lo encerré en su habitación un día entero.

-... Tú y tus pendejadas Bethany, en serio ¿Cómo le puedes hacer eso a Michael?

-El comenzó a molestarme primero, así que tomé venganza.

Casandra suspiro y entro a la casa con su pareja detrás suyo.

-Espera un momento Casandra, tengo que decirle a Michael que has venido.

-No le digas nada, él no tiene por qué saber todo lo que hagas.

-Eso le dije, pero se molestó sin ninguna razón.

-Disculpa ¿Quiénes son ustedes? -preguntó la sirvienta.

-Ella es mi hermana Casandra y su novio Ángelo.

-Que no es mi novio ¿Cuántas veces tengo que decirlo?

-Si como sea. Ahora por favor no le digas a Michael ¿Si?

-No se lo voy a decir, pero igualmente se dará cuenta. Si usted le entrega todas sus cosas tal vez no se enoje mucho.

-¿En serio? -La sirvienta asiente- Entonces le regresaré todas sus cosas.

Bethany corre a su habitación.

-Los llevaré a la sala donde esperarán a la señorita Bethany -Dijo la sirvienta indicándoles el camino.

-No sabía que Bethany vivía en esta casa tan grande -Dijo Ángelo mirando la casa impresionado.

-Bueno es la casa del idiota de su esposo, como él tiene tanto dinero presume como quiere.

-Tranquilo cariño, cuando tenga mucho dinero te compraré la casa más grande que está y puedes decorarla como quieras.

-Eso es muy lindo de tu parte Ángelo, pero yo compraré mi propia casa, con mi propio dinero.

-Está bien, yo te apoyaré con todo lo que tengo.

Luego de unos minutos Bethany y Michael bajan a la sala donde las visitas inesperadas estaban esperando. Michael los miro molesto y con desprecio, más a Casandra quien también lo miro de la misma forma. El silencio incómodo llegó inundando toda la habitación. Por otro lado, Ángelo estaba confundido con las miradas de Casandra y Michael, hace un momento pensó que Casandra le estaba coqueteando, pues es así como Casandra conquistó a Ángelo.

-Y a qué vinieron si se puede saber -hablo Michael.

-Vine a visitar a mi hermana, ya que ella no fue a casa a pasar un rato con Ángelo -Señala a su pareja.

-Hola, soy Ángelo mucho gusto en conocerlo -estrecho su mano para que Michael lo ignore por completo.

-Si no te has dado cuenta, ella está castigada por no hacerme caso.

-¿Y quién eres tú para hacer eso? -Dijo enojada.

-Soy su esposo.

-Solo por un contrato que ahora ya no vale nada, así que técnicamente ya no lo eres.

-Creo que no recuerdas que tu padre firmo otro contrato y Bethany ya es de mi propiedad.

-¡¿De tu propiedad?! -grito enojada Casandra acercándose a Michael.

-Espera Casandra -las detiene- tranquila hablemos de esto más calmadamente ¿Si?

-Amor no te enojes ¿Si? No me gusta verte enojada -Dijo tratando de tranquilizar a Casandra.

-¿No lo sabías? Pensé que si, ya que eres muy fiel a tu padre, haces todo lo que le dices.

-Eres un idiota ¿Cómo te atreves a decir eso?

Casandra quiso dirigirse hacia él y darle un golpe, pero Ángelo la detuvo e hizo que retrocediera lejos de Michael.

-Eso es muy fácil, ya que a mí no me afecta.

-Michael Basta. -Dijo Bethany con un tono serio- Cálmate ¿Si? Ella no vino a pelear.

-Entonces dile que se vaya, no la quiero ver aquí.

-Entonces deja que me vaya. Solo estaré con ella, no iré a otro lugar.

-¿Estás segura de eso? Yo no confío en ella.

-Tú no, pero yo sí. Créeme si pasa algo te llamaré. Pero no quiero que pelees con mi hermana.

El enojo de Michael comenzaba a crecer más y más, pero aun así acepto la petición de Bethany y luego se fue a su habitación a terminar su trabajo.

-¿Vieron eso? -Dijo uno de la servidumbre- obedeció como un perro a su dueño.

-De eso no hay duda -respondieron todos al mismo tiempo.