Estrella Rota

Fernando no dejó que me deprimiera, al otro día pasó por mí temprano, me dijo que me arreglara bien porque me tenía una sorpresa, me llevó al partido y me presentó en comunicación social, me hicieron unas pruebas de imagen y locución y me contrataron como imagen para una campaña, prácticamente como modelo, en algunos anuncios de radio y televisión si hablaba, pero era muy poco, aún así me gustó el poder verme ya en la pantalla. Me quedo claro que mi novio había preparado todo para que me dieran el empleo. Era un pequeño paso, pero en la dirección correcta. Eso también me permitiría respirar económicamente, ya que la paga era muy buena, además de que podía conocer a más personas influyentes ahí.

Celebramos con una cena que termino en una sesión de placer hasta altas horas de la, noche, nos entregamos como si no hubiera un mañana y me sentí muy dichosa de todo lo que estaba pasando.

Como no había regresado al gimnasio, salía a correr a un parque cercano, y ni bien comenzaron a circular los anuncios, la gente me volteaba a ver, incluso me saludaban, era una sensación nueva y emocionante, definitivamente quería esto en mi vida. No importa que comenzará desde abajo, tal vez esa imagen fuera, mejor para la opinión pública, si parecía que lograba subir con mi esfuerzo y pese a las adversidades.

Así que sola fui a tocar las puertas de una televisora local, era más fácil que me dieran la oportunidad ahí que en una gran empresa. Y gracias a los anuncios en los que salía, me dieron una pequeña colaboración presentando noticias de espectáculos, en un noticiero a media mañana, de esos que ven las amas de casa mientras hacen el quehacer y no le prestan mucha atención, pero algo es algo, y ahora estaba decidida a hacerme una imagen de mujer luchadora, cierto que con ayuda, pero también por mis méritos. Inicie mi colaboración con muy buena actitud y pronto la gente me reconoció al estar en la calle, una chica pueblerina siendo reconocida en la capital del estado.

Como siempre de Delia con su envidia, solo recibía críticas mal intencionadas, que si me veía gorda, que tenía el pelo muy maltratado, que no me sabía maquillar, etc. Decidí hacerme un tratamiento qué me recomendó una de mis amigas, que cuando me llamó para felicitarme, yo me quejé de los comentarios de mi hermana, y me dijo que ella me veía bien, pero que había un spa con unos tratamientos maravillosos, es más, planeamos ir varias al mismo tiempo como una salida de chicas, la verdad que hicieron magia, entre exfoliaciones, mascarillas, manicura y pedicura. Quedamos muy guapas y nos tomamos muchas fotos, mi amigo Franco también insistió en llevarme con un amigo suyo que era estilista a que me hiciera un corte qué me quedó fabuloso, superfácil de peinar, además me dio un curso para maquillarme, enfatizando mis rasgos, así que cada día ganaba confianza. Quería una imagen profesional, pulcra, que inspirar a confianza, no que trajera miradas lascivas, y lo estaba consiguiendo, también tuve que cambiar un poco mi manera de vestir, cambié las minifaldas por pantalones y faldas más largas, pero con estilo, cierto que no tenía mucha ropa así, pero lo que me daban mis amigas bien combinado servía de momento.

A mi novio le gustó el cambio, no necesitaba mostrar tanta piel para que él se encendiera, con unas cuantas caricias ya lo tenía comiendo de mi mano, y eso me gustaba, aunque no está en mis planes a largo plazo, también el me da buena imagen.

Me toco picar piedra en la televisora,, pero realmente disfrutaba trabajar en ella, poco a poco caminaba hacia mi objetivo, ya llegaría a donde quería más adelante, todo estaba saliendo bien.

Mis compañeros eran amables pero no tanto como en la estación de radio, una de las asistentes, qué era la más cercana a mi, me dijo que no les caía bien porque me sentían como competencia, y no sabían de que era capaz por subir rápido, yo le respondí que no pensaba pasar por encima de nadie, ni vender mi alma al diablo por una oportunidad, que yo misma había sido víctima de esas estrategias, y que prefería no tener problemas con nadie. Ella muy linda, y queriendo ayudarme, corrió la voz y noté un pequeño cambio de actitud, no como si me creyeran todo lo que le había contado a la asistente, sino como dándoyendobeneficio de la duda, esperando a ver que pasaba.

Eso tampoco me quitaba el sueño, aún tenía mucho que lograr y que demostrarme a mí misma, me tocaría callar muchas bocas con mi trabajo. Ni modo, esperaría a que me aceptarán con el paso del tiempo.

En casa la repostería era una locura, Ana dejó definitivamente la escuela, ya su destino la había encontrado, sin querer encontró la pasión de su vida, algo en lo que nunca pensó ser buena y resultó que tenía un gran talento, cada día mejoraba la presentación de sus postres, ello se traducia en más pedidos y ella cada vez se esforzaba más por ser la mejor, económicamente le estaba llendo increíble, y para mi era un respiro, hasta se dio el lujo de comprarse equipo más profesional. Y mi madre se veía más tranquila pensando que el futuro al fin se mostraba estable. Pero yo se que en el interior aun no supera todo lo que pasó con Rodrigo, tal vez ha sido su único amor verdadero, y lo perdió antes de poder vivirlo de manera transparente, nunca dejó de ser la amante, y yo creo que esto le duele mucho.

Pasaron unos meses así, sin problemas ni sobresaltos, pagábamos las cuentas sin aprietos y a tiempo. Delia estaba superando a Rubén, parecía que ya no le afectaba, y salía de repente a divertirse con unos nuevos amigos que había conocido en el despacho donde trabajaba, algo bueno saco del empleo del que tanto se quejaba.