El Vestido De Su Vida

La mañana comenzó con el ritual habitual en casa de León: los gatos rondando majestuosos por la cocina mientras él preparaba su café y ajustaba los últimos detalles de su atuendo. Sophia, aún adaptándose al ambiente elegante y peculiar, observaba con una mezcla de fascinación y diversión cómo León discutía con Emperatriz sobre cuál bufanda combinaba mejor con su conjunto.

—Querida, si vas a estar aquí, al menos aprende algo de estilo —le dijo León, señalando su atuendo con una ceja levantada—. Aunque debo admitir que ya estás progresando.

Sophia rió suavemente, acostumbrándose al tono teatral que siempre usaba.

Poco después, salieron juntos hacia el estudio, listos para un día lleno de trabajo. Sin embargo, el itinerario incluía una entrevista que León había aceptado con cierta reticencia, sabiendo que los periodistas siempre encontraban formas de hacer preguntas innecesarias.

El set de la entrevista estaba decorado con un aire moderno, pero no tan sofisticado como León hubiera preferido. Aun así, se sentó con la elegancia de siempre, Emperatriz acomodada en su regazo como una reina, mientras Sophia tomaba asiento discretamente detrás de las cámaras, observando cada movimiento.

La conversación comenzó con preguntas sobre su nueva colección, su inspiración y su visión para el futuro de la moda. León respondía con su característico ingenio y pasión, encantando a todos en el estudio. Pero, como siempre, llegó el momento incómodo.

—León, hay algo que muchos de tus seguidores se preguntan —dijo el entrevistador con una sonrisa astuta—. Se ha hablado mucho sobre tu orientación sexual. ¿Es cierto que eres gay?

Sophia, que estaba tomando notas en su tableta, casi dejó caer el lápiz. Miró a León, esperando su reacción.

Él, sin perder la compostura, levantó una mano dramáticamente y acarició a Emperatriz, quien pareció ronronear más fuerte, como si supiera que su dueño estaba por dar un espectáculo.

—Por Dios, querido —respondió León, con una mezcla de exasperación y teatralidad—. ¿Cuántas veces tengo que aclarar esto? Que me guste la moda, los colores y todo este mundo maravilloso no significa que me gusten los hombres.

El entrevistador parpadeó, sorprendido por la respuesta directa.

—Entonces...

—Me gustan las mujeres —interrumpió León, alzando una ceja—. Solo que no soy tan básico como otros.

El set estalló en risas, incluso el entrevistador no pudo evitar sonreír. Sophia, desde su lugar, trató de contenerse, pero la escena le pareció demasiado cómica.

León continuó, sin perder su tono sarcástico pero elegante:

—¿Por qué siempre asumen? ¿Acaso alguien pregunta a los chefs si son vegetarianos solo porque cocinan? Es agotador, de verdad.

- En los últimos años o mejor dicho desde que está en el ojo público no se le ha conocido ninguna pareja . - respondió en entrevistador .

- Como usted dijo ninguna pareja , soy un hombre feliz con sus gatos. Ahora sí quieren saber si le haga justicia a mi nombre en la cama pues si soy un león , pero no ando presumiendolo .

Sophia no pudo evitar notar que, aunque León manejaba la situación con humor, había un ligero destello de frustración en sus ojos. Esto debía ser algo recurrente en su vida, y aunque lo tomaba con gracia, también era evidente que le resultaba molesto.

Al terminar la entrevista, mientras salían del set, Sophia caminó junto a él, sosteniendo su tableta y su café.

—¿Siempre te preguntan lo mismo? —se atrevió a preguntar.

León suspiró, acomodando a Emperatriz en su brazo como si fuera una joya preciosa.

—Siempre, querida. Es como si no pudieran aceptar que alguien como yo simplemente... sea yo. - suspiro - no todos los hombres son tan .. hombres .

Sophia asintió, comprendiendo un poco más al hombre que tenía frente a ella. León era mucho más que su apariencia impecable y su actitud teatral. Era alguien que, a su manera, también cargaba con malentendidos y juicios constantes.

—Bueno, al menos lo manejas con estilo —dijo Sophia con una sonrisa.

León la miró de reojo y, por primera vez en el día, sonrió con sinceridad.

—Eso, querida, es lo único que jamás permitiré que me quiten.